El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 31 de julio de 2022

No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

 No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

Las cosas son del color del cristal con que se mira y nosotros miramos, de manera permanente, a través del filtro de nuestra propia energía. Y, no solo miramos a través de nuestra energía, sino que la energía que estamos atrayendo es más de lo mismo de la que acumulamos en nosotros, porque energías iguales se atraen.

Por lo tanto, es normal que veamos el mundo tal como lo sentimos en nuestro interior.

¿Quiere eso decir que si cambiamos nuestro pensamiento cambiará el mundo? No, el mundo seguirá siendo igual, pero lo que si cambiará será nuestra percepción. Es decir: El mundo es el que es, si lo miramos desde la perspectiva del miedo sentiremos miedo por “eso” que es. Y si lo miramos desde la perspectiva de la alegría sentiremos alegría por lo mismo que antes sentíamos miedo o, sencillamente, seremos conscientes de otra parte, la parte de la alegría, de “eso” que es.


                                                      
 

sábado, 30 de julio de 2022

Algo más humano

 Me siento, un poco, decepcionado de la vida, del trabajo espiritual, de la lucha para dominar la mente, del inútil trabajo en la ley de la atracción, y muy cansado de la rutina diaria de la casa. Me aburre, cada día más, repetir las mismas cosas, una u otra vez, un día tras otro. Sin encontrar la diferencia entre un lunes y un domingo o un día de julio y otro de diciembre.

Siempre es igual, y la razón no es otra que nuestro deterioro económico que ha ido cayendo en picado en los últimos cinco años lo que hace que nuestra única distracción sea pasear, siempre, por el mismo lugar sin poder parar a descansar en una terraza para tomar un solo café.

Ahora parece que se ha agudizado algo más porque estoy pasando por una recuperación de Covid, lenta, muy lenta, que se ha llevado por delante toda mi energía.

Es en épocas como esta, por la que estoy transitando en la actualidad, en la que soy consciente de que soy un iluso, porque llevo media vida trabajando, (o al menos es lo que yo creía), para ser ¿más espiritual? Sin embargo, como no existe el medidor de la espiritualidad, a mi me parece que no he experimentado ninguna diferencia en los últimos 10 años.

Bueno, si existe alguna diferencia. Buscando la espiritualidad me he vuelto más humano. Por más humano entiendo más respetuoso, entender al otro, ser consciente de que no merece la pena enojarse, ni siquiera mentalmente, por nada, porque la situación no va a cambiar, ayudar, aunque el otro crea que me está engañando porque ha conseguido las terapias gratis.

En fin, supongo que esta situación parece que a durar hasta que muera, (lo cual será un alivio). Pero, aun así, seguiré utilizando mi mantra “Dios provee”, ya que, aunque parece que provee poco, al menos comemos cada día y, lo hacemos hasta tres veces.

 

                                     

martes, 26 de julio de 2022

FIC (Federación internacional de críticos)


Lo que entra por la boca afecta al cuerpo. Lo que sale por la boca afecta al cuerpo y al alma.

 

La opinión “razonada” que alguien se forma sobre una persona o una cosa, es un juicio. Mientras que el conjunto de opiniones o juicios que responden a un análisis y que pueden resultar positivos o negativos, es una crítica.

Aunque el encabezamiento del escrito se refiere a la “Federación internacional de críticos”, no existe tal federación, aunque bien podría existir, teniendo en cuenta la ingente cantidad de jueces y críticos que se dedican, a estos menesteres, de manera amateur. Son tantos que deberían estar federados y regirse por unas normas, básicas, de comportamiento.

Y entre esas normas básicas deberían encontrarse las que se acercan a la definición de juicio y de crítica. Es decir, que sea una opinión razonada y que responda a un análisis. Pero no, no ocurre nada de esto. El caso es hablar por hablar, y cuanto más dura será la crítica, mucho mejor. Si se encuentra en ella tintes de calumnia, difamación, humillación, menosprecio, insulto o desprecio, ¡seguro que es una buena crítica!

Cabría pensar que los beneficios conseguidos por estas actividades deben de ser extraordinarios, casi comparables a los beneficios de los buscadores de oro en el antiguo Oeste.

Pero no. De entrada, no parece que exista una compensación material, ni emocional, ni espiritual, por el desarrollo de estas actividades. A no ser…, el placer del propio ego de sentirse el centro del mundo durante el espacio de tiempo en el que el crítico se dedica a denigrar a otro sin ningún conocimiento.

En Mateo 15:11, podemos leer: “Lo que entra por la boca daña al cuerpo, pero lo que sale por la boca daña al cuerpo y al alma”.

Y ¿saben por qué lo daña?, ¿alguien puede pensar que juzgar y criticar son actos de amor? Juzgar y criticar no son acciones guiadas por el amor. Son guiadas por lo opuesto al amor, y opuesto al amor es el odio, la ira, la venganza, la envidia, la deslealtad, el miedo o el rechazo.

“Todo es energía”. Cada pensamiento que se pasea por la mente y cada palabra que sale de la boca, son energía que se van a depositar en el cuerpo energético de la persona. Pero hemos de tener en cuenta una segunda ley: “Energías iguales se atraen”, por lo que cualquier energía que se encuentre alojada en el cuerpo energético va a atraer hacia sí mas de lo mismo. Si la energía acumulada es positiva atraerá cosas positivas, si no lo es atraerá más negatividad.

Hay que tener, también, en cuenta, que, si la persona objeto de la crítica no tiene un nivel de madurez suficiente, si tiene conocimiento de que está siendo criticada, va a sufrir. De ese sufrimiento también es responsable el crítico y tendrá que pagas por ello. Es la “Ley de la causa y el efecto”.

No levantes falsos testimonios. No divulgues secretos, no difames, no te entrometas en la vida de otros. Vive tu vida, en lugar de vivir la vida de los demás. Ya tienes suficiente trabajo con vivir tu vida.


                                           


viernes, 1 de julio de 2022

11:11 ¿Hay alguien más?

Hace ya bastante tiempo, (yo diría que un par de años), que me voy encontrando, sobre todo viendo la hora, secuencias de números iguales: 11:11, 3:33, 4:44, 23:23, etc., etc.

Como soy un ignorante de la numerología, comencé a buscar en Google su significado. Y, después de ver el significado de casi todas las secuencias pude comprobar que en todos decía, prácticamente, lo mismo: que los ángeles me acompañan, que quieren darme algún mensaje, que la abundancia está llamando a mi puerta, que el trabajo duro que estoy haciendo me está llevando al éxito, bla, bla, bla.

Ahora ya no. Ya no sólo no busco los significados, sino que me lo tomo de manera graciosa.

Hoy nos reíamos, con mi esposa, de esto, viendo las 3:33 en el reloj de la cocina y nos acordábamos de un chiste de Eugenio, bien conocido y algo irreverente. Un excursionista, víctima de un resbalón cuando camina por la montaña, cae por un precipicio. En el último momento, consigue agarrarse a una rama, al borde mismo de la roca. Pataleando en un inmenso vacío, empieza a gritar, con voz angustiada: «¿Hay alguien por ahí que pueda ayudarme?». Tras unos cuantos gritos, una voz de resonancia sobrenatural contesta: «Soy tu Creador y vengo a auxiliarte. Abre las manos y déjate caer. No te preocupes, yo extenderé para ti un manto protector y te depositaré con cuidado, sano y salvo, en tierra». Enmudece el excursionista durante unos segundos, y luego vuelve a gritar con desesperación: «sí, pero ¿hay alguien más?».

Yo ya sé que al otro lado de la vida hay ángeles, arcángeles, santos, amigos y familiares que se han ido antes que yo, pero también sé que nunca se han comunicado conmigo, hasta el momento, claramente, de nada. ¿Por qué lo iban a hacer ahora?

Mi pensamiento es que, si quieren darme algún mensaje que me lo den con claridad, si está llamando a mi puerta la abundancia, que abra la puerta y entre sin reparo y, si está llegando el éxito, que acelere el paso porque sino no me va a encontrar.

Lo siento. Debe ser el pragmatismo propio de la edad.

Hace días le decía a un gran amigo, que me felicitó por mi cumpleaños, que me siento en la prórroga del juego de la vida. Más pronto que tarde estaré al otro lado, posiblemente, susurrando a alguno de vosotros que levantéis la vista para ver si la hora tiene números repetidos y así sepáis que alguien del otro lado está ahí para…, no sabemos qué. Prometo que si tengo un mensaje intentaré dároslo.

Mientras tanto, ¿hay alguien más?