En
la antigua India, el término gurú era aplicado exclusivamente a maestros del
nivel de Cristo, capaces de comunicar la realización divina a los discípulos.
siguiendo los mandamientos de las Escrituras.
Los
devotos aprendían a hacerse espiritualmente receptivos, a través de una
incondicional obediencia a la disciplina de sus santos maestros, cuya autoridad
no discutían jamás.
Los
occidentales ocasionalmente objetan tal deliberada sujeción de la libertad
personal a la voluntad de otro hombre, pero Paramahansaji decía: "una vez
que se ha encontrado al propio gurú, debería brindársele una devoción
incondicional, ya que él es el vehículo de Dios. la realización del propio ser
del discípulo, constituye el único propósito del gurú.
El
gurú ofrece a Dios el amor que recibe del devoto. Cuando un maestro espiritual
encuentra a un discípulo que está en sintonía con él, le es posible enseñarle
más rápidamente que a un devoto que se le resiste".
PARAMAHANSA
YOGANANDA