“Jamás he podido creer en el cielo,
Maestro”, afirmó un nuevo estudiante: “¿Existe, en verdad, un lugar
semejante?”.
“Así es”, respondió Paramahansaji.
“Aquellos que aman a Dios y confían en Él, van allí cuando mueren. En dicho
plano astral, se posee el poder de materializar cualquier objeto
instantáneamente, con solo pensar en él. El cuerpo astral está compuesto de una
sutil luminosidad. En los reinos astrales existen colores y sonidos de los
cuales la tierra nada sabe. Se trata de un mundo hermoso y digno de
disfrutarse, pero ni aun la experiencia del cielo constituye el más alto
estado. El hombre alcanza la beatitud final una vez que deja atrás las esferas
de los fenómenos, y toma plena conciencia de Dios -y de sí mismo- como Espíritu
Absoluto”.
PARAMAHANSA
YOGANANDA