Se dice, oímos, leímos… que Dios escribe recto con renglones torcidos, y aunque a veces lo creemos como tal, a menudo sentimos que “eso no está bien”, simplemente porque no entendemos que significa……, pero qué más da…… No importa como escribe Dios. Es más, Él no escribe, ni tan siquiera dicta. Él es EL QUE ES. Acoge, ama, espera paciente y más que escribir, suscribe todo aquello que nosotros vamos decidiendo, aquello que nosotros vamos haciendo sin más.
Fuimos nosotros aquellos que elegimos escribir el guión de nuestras vidas. Como un borrador, en lápiz, antes de llegar aquí. Y no repasamos para ver si estaba bien o mal, como en el colegio. No, no lo hicimos porque lo elegimos sabiendo que era lo mejor para nuestro aprendizaje y nuestro crecimiento. Y ahí sí que Dios observa y guía nuestra mano, más sin intervenir, sólo guiando nuestra mano sobre el lápiz y el papel.
Y ahora, hoy, tu, yo, tu hermano, el vecino… y cada uno de los seres humanos con los que te cruzas cada día vamos reescribiendo nuestra vida. Con tinta permanente vamos repasando lo que un día fue un borrador. Porque aunque lo elegimos, aunque ya estaba escrito, seguimos siendo libres y Dios nos permite, a nosotros, torcer nuestros propios renglones, porque Dios es Libertad, y lo permite todo.
A veces, apretamos las manos para grabar en tinta, para grabar con sangre en nuestro corazón, aquello que vamos repasando porque nos sentimos felices, seguros de que ese es nuestro camino. Más otras veces, demasiado a menudo, nos tiembla el pulso al tener que escribir lo que vamos a vivir porque no “nos gusta, no nos apetece” porque lo identificamos con dolor y sufrimiento y creemos que “es malo”. Incluso si pudiéramos borraríamos completamente algunas líneas, o todas, de ese borrador que ahora nos parece mal escrito.
No hay nada mal escrito, no hay malas elecciones, no hay sufrimiento vano si tú lo elegiste. Ahora no te toca lamentarte por lo que ES, sino agradecer, agradecer permanentemente, agradecer y aceptar, pero con el corazón, no con la mente, porque TODO ESTÁ BIEN. Porque si consigues, aunque sea un gramo de serenidad, si te permites sentirla, cualquier acontecimiento en tu vida, constantemente mal definido por tu mente como “bueno” o “malo”, contiene en ti todo tu ser, todo lo que tú necesitas para volver a casa, para volver al Amor, para volver a Dios.
No pienses que vas a escribir, ni como lo vas a hacer. Déjate guiar por lo que un día decidiste que iba a ser tu vida para tu evolución como alma, como espíritu. Como lo viva hoy tu cuerpo físico no es importante. Sencillamente lo vive, y si no pones tu mente, es muchísimo mejor de lo que tu mismo crees, o puedas llegar a imaginarte jamás.
La vida es muy sencilla. Cierra tus ojos, siéntete papel, siéntete lápiz, siéntete, sencillamente instrumento en manos de Dios, de los Ángeles, de tus Guías, de todos los Maestros y sobrescribirás y suscribirás tu propia vida con firmeza, con seguridad, con una sonrisa permanente en tu corazón, porque sabrás que todo está bien, sabrás que nadie ni nada te oprime ni te obliga a vivir nada de lo que tú no elijas.
Sentirás que, sólo tú, puedes escribir recto o torcer los renglones de tu propia vida y que de eso depende la verdadera felicidad. Una sola elección, una sola pregunta: ¿Hacia dónde? Hacia Dios o hacia ti mismo. Tú eliges.
Te amo, te amamos.
Entrada publicada por Elisenda.