El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




martes, 13 de diciembre de 2022

Viajando

 


Capítulo XV. Parte 6. Novela "Ocurrió en Lima"

-    La amo con locura y ella a mí, pero el trabajo está matando nuestro matrimonio, -Pablo se detuvo unos instantes que Antay respetó esperando que continuara- nos vemos poco y a mí me gustaría tener hijos. Ella dice que también quiere, pero no hace nada. No lo recuerdas, pero tuvo un aborto y el ginecólogo nos dijo que si queremos hijos tendría que tomárselo con calma, sin el estrés del trabajo. Pero no quiere dejar de trabajar. Dice que, todavía, la necesitas. Aunque yo creo que debe estar enamorada de ti.

-    No digas tonterías Pablo. El domingo pasado cuando coincidimos en la pizzería no lo estaba porque, aunque nos conocíamos solo desde hacía dos semanas, estas fueron intensas, pero nuestra relación fue la de dos hermanos. Yo ya estaba suspirando por Indhira.

>> Pues la tendré que despedir en cuanto lleguemos a Lima, y así no tienes que ir a Miami, -sentenció Antay.

-    ¿Estás loco?, ¡oh!, perdón, no quise decir eso, -Pablo fue consciente de su comentario, justo en este momento en el que hasta Antay dudaba de su cordura.

-    Pues algo hay que hacer. Hablaré con ella. No podéis separaros. –Antay recordó cómo conoció a Diana, para él hace 15 días, aunque hayan pasado 7 años, y lo mal que lo pasó.

-    No se…, no sé, -repitió Pablo pensativo- dejemos el tema de momento. Tú tienes que recordar otras cosas.   

El trayecto hasta el aeropuerto se les hizo más corto que nunca. Bien es cierto que el tráfico, tan caótico siempre en Lima, es más liviano a las 5 de la mañana.

-    Tienes que poner un mensaje a Indhira, -le indicó Pablo- siempre lo haces antes de embarcar y al aterrizar.

-    Gracias, ahora lo hago.

Cuando Antay buscó en su celular a Indhira miró todos los mensajes escritos y, efectivamente, ahí estaban todas las conversaciones que habían mantenido por WhatsApp durante un tiempo. Buscó un mensaje de un viaje anterior, para ver cómo se dirigía a su esposa, y así escribir en la línea como lo hacía normalmente.

-    Amor, ya estamos en el aeropuerto. El trayecto fue rápido, no había casi tráfico. Llegamos con tiempo de sobra. Embarcamos en media hora. Te extraño. Te amo con locura.

Aunque casi había copiado un mensaje anterior. La última parte en la que decía que la amaba con locura, era cierta. Era lo que, realmente, sentía en ese momento, y que no se diferenciaba mucho de lo que sintió el sábado que salió corriendo como una gallina. La diferencia es que ahora no había miedo.

Aunque no supiera como había llegado a donde se encontraba ahora, se sentía bien. No recordaba haberse encontrado tan bien en mucho tiempo. Si para alcanzar este estado se habían tenido que borrar de su memoria los últimos 7 años, lo daba por bien empleado.

domingo, 11 de diciembre de 2022

Por supuesto que le importamos a Dios

 


          ¿Podrían pensar nuestros hijos cuando se encuentran en el colegio enfrentados, ellos solos, a exámenes, bullying, una mañana de tos, una caída en el patio que le hace sangrar la rodilla, llorar a lagrima viva por haber perdido una canica, pasar un mal rato por no saber una lección o sentir la indiferencia de esa compañera que tanto le gusta, que no les importa a sus papás?

Por supuesto que no. Los papás están llenos de amor por su hijito y le envían al colegio porque saben que eso es lo que necesita para su crecimiento.

La Tierra es el colegio, nosotros somos los niños que estamos aprendiendo, Dios es Nuestro Papá.

¿Vamos nosotros al colegio a ayudar a realizar los exámenes de nuestros hijos?, ¿por qué iba a hacerlo Dios?

¿Vamos nosotros al colegio a decirle a la compañera de nuestro hijo que le haga caso?, ¿por qué iba a hacerlo Dios?

¿Vamos nosotros al colegio a sonarle los mocos a nuestro hijo cuando está medio resfriado?, ¿por qué iba a hacerlo Dios?

Nuestro pensamiento y nuestro amor envuelven y protegen a nuestro hijo. El Amor de Dios inunda nuestro cuerpo y vive en nuestro corazón para darnos la fortaleza necesaria que nos ayude a resistir nuestro dramático día de colegio.

Cuando nuestros hijos vuelven a casa del colegio reciben un abrazo tan grande que los problemas que tuvo en el colegio se quedan en la puerta de casa. Cuando nosotros volvemos a casa, una vez dejado el cuerpo, nos vemos envueltos en una energía de Amor tan increíble que los problemas de nuestro colegio (la Tierra), también se quedan en la puerta.

Somos ocho mil millones de niños en el colegio, todos suspirando en el patio, cuando salimos al recreo, por nuestro Papá. Todos pidiendo algo, todos suplicando, todos llorando, todos orando, todos prometiendo, todos tratando de intercambiar favores con Él.

Dios no puede y no debe hacer nada en nuestro día de colegio. Es nuestro aprendizaje. Y, lo bueno, es que, aunque llevemos malas notas al final de curso, Él nos va a recibir a todos, absolutamente a todos, con el mismo Amor y sin ningún reproche, aunque tengamos que repetir una o mil veces las mismas asignaturas.

Por supuesto que le importamos a Dios.

 

 

Viaje a través de la memoria

 


Capítulo XV. Parte 5. Novela "Ocurrió en Lima"

-    O sea que, si estoy loco, -y tratando de tranquilizar a su amigo siguió- pero, tranquilo, no soy peligroso. Solo que se han borrado 7 años de mi memoria. ¿Qué ha pasado en estos 7 años?

-    ¿Seguro que no me estas gastando una broma?, -quiso asegurarse Pablo.

-    Te aseguro que no. No recuerdo nada. Cuéntame que ha pasado en este tiempo a ver si recuerdo algo.

-    En cuanto al trabajo todo fue según lo previsto por ti. En un mes estábamos a pleno rendimiento.

>> Tú empezaste a salir con Indhira y, en mayo del año siguiente, os casabais. Al año nació María, una niña que está loca por ti y tú por ella. Dos años después nació Alexis que es una copia tuya. María es una copia de Indhira.

>> Poco antes de nacer Alexis, tu suegro, se jubiló dejándote al frente de la empresa y un año después me ofreciste ser tu gerente general. Nos va muy bien. Hemos doblado el capital de la empresa y hoy tenemos una reunión en Miami para tomar posesión de una inmobiliaria con lo que nuestra expansión ya no es solo en Perú, Brasil y Colombia. Vamos a conquistar a los EE.UU.

-    No recuerdo nada. Y ¿la casa donde vivo?

-    Fue el regalo de boda de tu suegro. ¿De verdad no recuerdas nada?

-    Nada. Nada de nada.

-    Pues no pareces loco, pareces tan centrado como siempre, pero sin recuerdos.

-    ¿Siguen trabajando en la empresa todos nuestros compañeros?, -se interesó Antay.

-    Todos. Diana es tu asistente personal porque la señora Claudia se jubiló cuando lo hizo tu suegro. Y, además de ser tu asistente es mi esposa. Tú fuiste el padrino de nuestra boda hace tres años.

>> El departamento de informática se ha triplicado y la directora es Belén. El resto de directores son los que estaban. Nos aceptaron muy bien, primero a ti y, después, a mí, y todos formamos un gran equipo.

>> ¿Sabe Indhira que no recuerdas nada de estos 7 años?, -quiso saber Pablo.

-    No. Me levanté tan confundido que no hubiera sabido que decir. Creo que en Miami voy a ir a que me visite un neurólogo, ¿qué te parece?, -le preguntó a Pablo.

-    Creo que es lo mejor. Yo te acompañaré si quieres, -se ofreció su amigo.

-    Gracias. ¡Si no hubiera sido por ti!, -Antay se quedó, por unos momentos, pensativo- Imagina que este viaje lo hubiera tenido que hacer yo solo. Si no sé adónde vamos, ni a quien vamos a ver, ni lo que tengo que decir. Estoy perdido del todo.

-    No te preocupes. De hecho, solo tienes que sonreír y firmar. Casi toda la negociación la he llevado yo personalmente. Este es mi cuarto viaje. Venimos hoy porque ya está todo hecho y bendecido. Vamos a estar aquí dos días. Hoy para firmar y mañana para reunirnos con los directivos. Tenemos que darles seguridad de que van a seguir todos ellos y los cambios, que se darán, se los iremos anunciando con tiempo.

>> Por cierto, hemos llegado hasta aquí sin haber decidido quien manejará esta parte de la empresa, afincado aquí. Siempre decías que más adelante y aquí estamos y, ahora, para más inri, no te acuerdas.

-    ¿Alguna vez pensamos en alguien?, -seguro que Pablo estaba al tanto de una decisión tan importante.

-    Bueno, yo me había postulado. Pero cuando hablábamos del tema siempre me dabas largas.

-    ¿Vas a dejar de ser gerente general para ser gerente o director de las oficinas en Miami?, -aunque no me acordara de nada era de cajón que era un descenso en su trayectoria laboral.

-    En realidad, ya sabes, ¡ay no, perdón, que no te acuerdas de nada! Bueno que lo que quiero es irme de Lima

-    Y ¿Diana?, porque me has dicho que estáis casados y que es mi asistente.  ¿Dejaría de ser mi asistente?, -no entendía como pensaba él venir a Miami dejando a Diana en Lima.

-    Es que no recuerdas nada Antay, pero…, no estamos muy bien, -la cara de Pablo se puso triste y hasta se humedecieron sus ojos.

-    ¿Ya no la amas?, -preguntó intrigado Antay.

sábado, 10 de diciembre de 2022

Deambulando por la vida

 


En nuestro deambular por la materia nos vamos encontrando con seres variopintos que van siendo nuestro termómetro para medir nuestra propia evolución. Todos son un espejo en el que vemos reflejada nuestra propia imagen, nuestras propias carencias, nuestros miedos, nuestras miserias, nuestra ignorancia, nuestro sufrimiento, nuestro dolor, nuestras soledades.

Cuanto menor es nuestro nivel de evolución, más dolor, más sufrimiento, más división, más separación, más religiones, más opciones políticas, más mini estados, más banderas, más discriminación, más guerras, más hambre, más pobreza, más ignorancia.

Si todos nos encontráramos en el mismo nivel la evolución, a medida que este fuera creciendo nos iríamos uniendo cada vez más, para llegar al final de nuestro tiempo a un solo estado: la Tierra, a una sola religión: el Amor, a un único objetivo: caminar juntos hacia a Dios, a un solo sentimiento: la felicidad, a un solo parentesco: la humanidad, y a una sola enseñanza: vivir desde el corazón.  

7 años olvidados

 


Capítulo XV. Parte 4. Novela "Ocurrió en Lima"

En la calle fue consciente de que salía de una casa que estaba a escasos metros de la empresa del padre de Indhira.

-    Pablo, creo que me he vuelto loco, -fue lo primero que dijo una vez acomodado con su amigo en el taxi.

-    ¿Qué te has vuelto qué?, -preguntó Pablo con cara de no entender nada de lo que su amigo le decía.

-    Escucha bien lo que te voy a decir y tú mismo me dirás si estoy loco o no, -Pablo le miraba sin decir nada esperando lo que Antay tenía que decirle.

>> Para mi ayer fue domingo, -comenzó diciendo Antay.

-    Antay, -le cortó su amigo Pablo- ayer fue domingo para todos y hoy lunes. Por lo que veo no te has levantado loco sino gracioso.

-    Si, Pablo sí. Espera y veras.

>> El domingo que yo viví ayer fue el domingo en que nos encontramos en mi casa para hablaros del nuevo trabajo en la inmobiliaria. El mismo domingo que cenamos una pizza, vosotros todos juntos y yo con Indhira. Y después de acompañar a Indhira a su casa me acosté en mi departamento y en mi cama.

>> Y esta mañana he amanecido en esta casa, desconocida, durmiendo con Indhira, con dos niños, que supongo que son mis hijos y yendo ahora al aeropuerto para viajar a Miami a no sé qué hacer.

>> ¿Qué opinas?, ¿estoy loco o no?, -y se calló esperando el comentario de Pablo.

-    Antay eso que relatas ocurrió hace 7 años, -la cara de Pablo me recordó a la cara del camarero en el puesto de bebidas del Parque del Amor, cuando le pregunté por Ángel, después de su primera desaparición, y me dijo que yo había estado solo tomando el café, tomando distancia por si estaba tratando con un loco.

-    O sea que, si estoy loco, -y tratando de tranquilizar a su amigo siguió- pero, tranquilo, no soy peligroso. Solo que se han borrado 7 años de mi memoria. ¿Qué ha pasado en estos 7 años?

-    ¿Seguro que no me estas gastando una broma?, -quiso asegurarse Pablo.

-    Te aseguro que no. No recuerdo nada. Cuéntame que ha pasado en este tiempo a ver si recuerdo algo.

jueves, 8 de diciembre de 2022

Mercenario

 


Jueves 8 de diciembre 2022

 

Hacía 20 días que pasaba de puntillas por aquí, sin decir nada. La verdad es que, últimamente, no tengo mucho tiempo.

Como desde hace ya una buena temporada, demasiado larga, para nuestro gusto y nuestra estabilidad emocional, nuestra situación económica es muy precaria, hace días, en la ducha de la mañana, que es cuando más abierto estoy a la inspiración y a las grandes ideas, se descargó con el agua un pensamiento que fue resbalando, con lentitud, por todo mi cuerpo, hasta alojarse en el cerebro: “Haz una promoción rebajando el precio de las terapias en un 50%”.

 La segunda parte del pensamiento fue: “es mejor hacer 50 terapias a 50 soles que hacer 5 terapias a 100 soles”.

Y surtió efecto. Pero claro, eso supone estar todo el día haciendo una terapia tras otra. Incluso, las terapias son más relajadas, porque las personas buscan la terapia más pensando en el precio que en la idea de trabajar para sanarse. Porque, no hemos de olvidar que la sanación no pasa “solo” por el sanador, sino que es un trabajo personal el que ha de realizar la persona, pues de todos es conocido, que si sigue por el mismo camino, sin realizar ningún cambio, los resultados que obtendrá siempre serán los mismos, es decir, más enfermedad, más dolor, más sufrimiento.

Con tanto trabajo he tenido que abandonar algunas actividades: menos lectura, menos escritura y menos terapias gratuitas, que hago, regularmente, a personas con tan pocos recursos como nosotros.

A veces me siento, un poco, mal y pienso si no me estaré convirtiendo en un mercenario de la sanación, pero tenemos que comer.

Para el mes de enero ya tengo prevista otra promoción: 3 terapias al precio de 2.

Como el ser babau se lleva en el alma, aun espero que algún día cambie la situación. No tengo ni idea de cómo podrá ser. Lo he dejado en manos de Dios.   

La Verdad



 Y es que, en el mundo traidor, nada es verdad ni es mentira; todo es según el color del cristal con que se mira.

Ramón de Campoamor

Si la Verdad solo es una y está en poder de la Divinidad, los miles o millones de verdades que nos venden es claro que no llegan a ser ni una minúscula parte de la verdad.

Y si esto pasa con la Verdad Absoluta, ¿qué no pasará con las relativas verdades de los hombres? Cada ser humano está en posesión de “su verdad” y, para él, esa verdad es única, es real, es auténtica, y podría llegar a matar para defenderla.

Ante esto, es obvio que no todos vemos la misma realidad, y si a esa realidad la recubrimos con las verdades personales, pasándola por el filtro de nuestros valores, nuestras creencias, nuestros intereses, nuestros recuerdos, etc., lo que nos queda es una visión bastante sesgada de la realidad de los otros. Quedarse anclado en la propia perspectiva contribuye a limitar, todavía más, “la verdad del otro”, ya que ni se ve, ni se entiende esa verdad, puesto que lo que se ve es la interpretación de la verdad.

Esto da lugar a malentendidos, discusiones, enfados, desencuentros, errores de interpretación, equivocaciones, disgustos, indignación, etc., etc.

Las cosas no siempre son lo que parecen. En la vida hay situaciones que simplemente suceden, sin que nosotros tengamos absolutamente ningún control sobre ellas, y la única opción que existe cuando esto ocurre es aceptarlas.

Muchas de las situaciones a las que nos enfrentamos, por lo general, no las podemos elegir, pero lo que si podemos escoger en todo momento es cómo respondemos ante ellas, y esta respuesta va a estar condicionada, en gran medida, por la perspectiva desde la que observamos las mismas. Ya que la situación no la podemos cambiar, lo que nos queda es modificar la perspectiva hacia la misma por otras que nos permitan enfrentarla de manera más efectiva y menos traumática.

Cuando ampliamos nuestras perspectivas, automáticamente ampliamos nuestra capacidad de acción, ya que esto nos hace poder elegir alternativas que antes, a pesar de estar disponibles, no éramos capaces de observar.

Para una misma situación pueden existir multitud de perspectivas, las cuales por si mismas no son correctas o incorrectas, de hecho, no es adecuado clasificarlas de este modo, la distinción verdaderamente importante que hay que realizar es si el punto de vista actual que tenemos sobre una situación trabaja a nuestro favor o en nuestra contra. Cualquier perspectiva que ayude a crecer, a desarrollarse, a superar retos y alcanzar metas será una buena perspectiva y cualquiera que incapacite o limite será una mala perspectiva que debe de ser cambiada.

Por lo tanto, podemos cambiar el color del cristal, aunque si lo hacemos corremos el riesgo de escorarnos hacia otro lado. Mejor sería ponernos unas gafas multicolores, unas gafas con los suficientes colores que nos permitan:

-          Ponerse en el lado del otro.

-          No dar importancia a las cosas que carecen de ella.

-          Aceptar todas las situaciones.

-          Tolerar todo lo que se presente.

-          Sentir como propio el hacer ajeno

-          No opinar, no juzgar, no criticar.

-          Aceptar razones que no conocemos.

-          Sentir que todo es relativo.

-          Mirar con los ojos del alma.

-          Saber que todo está bien.

 

De viaje

 


Capítulo XV. Parte 3. Novela "Ocurrió en Lima"

Bajó por las escaleras que se encontraban en la parte opuesta a donde estaban las habitaciones de los niños, sin saber qué es lo que se encontraría, aunque supuso que era una casa de dos pisos y si arriba se encontraban las habitaciones, lo más probable es que abajo estuviera la cocina y alguna sala.

No se equivocó. Encontró la cocina, sin dificultad. Era enorme, con una isla en su mitad, donde Indhira estaba tomándose un té. Nada más llegar escuchó una señal acústica y se iluminó una pantalla adosada en una pared, apareciendo una imagen que resultó ser la de su amigo Pablo.

-    Ya sale, -dijo Indhira contestando por el interfono- es Pablo, pero déjame decirte antes que estás guapísimo. Te amo.

-    Que se dé prisa, -se escuchó la voz de Pablo- tenemos el tiempo justo.

-    Creo que nunca me voy a acostumbrar a los viajes, -la voz de Indhira sonaba triste- llámame en cuanto puedas. Tienes la maleta y la computadora en la entrada. Te he puesto ropa para un día más por si tenéis que quedaros.

-    Ya está. Nos vamos, -anunció Antay dejando la taza vacía del café sobre la mesa.

Indhira se colgó de su cuello y acercó su boca a la de Antay. Para él era su primer beso y sintió que perdía el mundo de vista, ese mundo nuevo en el que se encontraba. Fue como si ellos dos fueran los únicos habitantes del planeta. Con gusto no se hubiera despegado de ella.

Fue un largo y apasionado beso.

-    Te amo- susurró Indhira en su oído cuando se separaban.

-    Yo también te amo. Estoy loco por ti-y era verdad. Para él era como despedir al miedo que le había acompañado durante toda su vida.

Agarró la maleta y la computadora y salió en busca de Pablo que le esperaba aguantando la puerta del taxi en el que había llegado a buscarle.

Era el mismo Pablo que él conocía, pero con, al menos, 10 kilos de más. 

sábado, 3 de diciembre de 2022

¿Estaré soñando?

 


Capítulo XV. Parte 2. Novela "Ocurrió en Lima"

Supuso que la otra puerta debía de ser la del cuarto de baño y hacia allí se encaminó. En efecto, por esa puerta se llegaba al cuarto de baño, pero después de pasar por un closet enorme en el que se veía ropa de mujer colgada a la izquierda y ropa de hombre a la derecha. El espacio para la ropa de hombre era la mitad porque una parte estaba ocupada por cajones donde estaba guardada la ropa interior, algo que descubrió Antay buscando un bóxer y un par de calcetines. Sin mucho trabajo localizó el terno que le había mencionado Indhira y pasó al cuarto de baño. Tenía que ducharse. Era su rutina matinal.

El cuarto de baño era más grande que la habitación de su casa o, al menos, de la habitación donde se había acostado en la noche. Cuando entró para ducharse pudo comprobar que era una bañera con hidromasaje. “¡Caray, que bien vivo!”, fue el siguiente pensamiento de Antay. Cuando estaba en la ducha, Indhira asomó la cabeza. Hizo ademán de taparse, aunque no fue necesario porque Indhira solo le dijo:

-    Date prisa, cariño. Y acuérdate de pasar a dar un beso a los niños, seguro que María ya está despierta esperándolo, parece que te huele.

“¿Niños?”, se preguntó Antay. “Este sueño está llegando muy lejos y es ¡tan real!”

Terminó de ducharse, se vistió y salió de la habitación para buscar la habitación de los niños. De las cinco puertas que había, aparte del dormitorio de donde había salido, en lo que parecía la segunda planta de una casa, dos de ellas estaban abiertas. Supuso que una sería la habitación de los niños. Entró en la primera y se encontró con un niño durmiendo, plácidamente, de no más de cuatro años. Le besó en la frente, le metió los pies dentro de la cobija, le arropó y salió de la habitación pensando: “Pues debe haber otra porque el niño no creo que se llame María”.

Entro en la otra habitación que tenía la puerta abierta y se encontró a María, acostada, pero con los ojos abiertos.

-    Te estaba esperando papi, -dijo la niña. Morena, con unos ojos negros enormes. Parecía una copia de Indhira en pequeño.

-    Me voy María, -le dijo Antay posando los labios en su mejilla.

-    Te amo papi, - y mientras le devolvía el beso continuó- ¿nos traerás un regalo?

-    Seguro que sí. Ahora duerme, que es muy pronto. 

domingo, 27 de noviembre de 2022

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jueves, 24 de noviembre de 2022

¡Si!, ¡si!, ¡ya sé que la vida es ilusión!, pero....

 


          Si, ya sé que la vida es ilusión, que es un sueño, que es una escuela para aprender o una especie de mercadillo para pagar deudas. Si, ya sé que la auténtica y verdadera vida es la que está al otro lado de la vida, donde todo es paz y amor, pero……

Cuando mi hijo se enferma yo sufro, a sabiendas de que el sufrimiento no le va a sanar, pero sufro. Y cuando el sueldo no me llega a final de mes y tengo que mendigar para dar de comer a mis hijos, además de sufrir me muero de vergüenza, a sabiendas de que esa vergüenza no va a convertirse en dinero, pero siento vergüenza, que le voy a hacer. Y cuando cometen conmigo una injusticia, me indigno, sabedor de que la indignación no va a reparar la mentira, pero me indigno a pesar de todo. Y cuando cierran la empresa y me quedo sin trabajo me deprimo, a sabiendas de que la depresión no va a devolverme el trabajo, pero la depresión me puede. Y cuando veo como envejecen mis familiares queridos y no pueden valerse por sí mismos, me entra una pena infinita, y si, ya sé que es la ley de la vida, pero me da pena. Puedo contar mil historias más, pero ¿para qué?, coloca aquí la tuya.

Sé que la vida es ilusión, que es sueño, que es fantasía, pero vivir esa ilusión, vivir ese sueño, vivir esa fantasía me emociona y me hace llorar, y me alegra y me hace reír, y me apena, y siento tristeza, y siento decepción, y siento euforia, y me deprimo, y sufro, sufro mucho.

Sigo las instrucciones de los maestros: oro, medito, acepto y lo dejo todo en manos de Dios. Él sabe mejor que yo como fue el contrato que firmé. Y sé que no sirve de nada, pero sigo sufriendo, sigo riendo y llorando.

Señor. ¡Hágase tu voluntad!

Una meditación sencilla

 


Una meditación sencilla:

Siéntate, con los pies bien apoyados en el piso.

Si no tienes problemas de espalda no te apoyes es el respaldo de la silla.

Las manos en Dhyani-Mudra: Descansan en el regazo adoptando la forma de cuencos. La mano derecha encima de la izquierda mientras se unen la punta de los pulgares.



Cierra los ojos y coloca la punta de la lengua tocando el paladar.

Respira por la nariz, tanto para inhalar como para exhalar. Y haz una respiración abdominal. (El abdomen se infla cuando inhalas y se desinfla cuando exhalas). Respira lenta y suavemente, sin forzar.

Durante 5 minutos por la mañana y otros cinco por la tarde, mantén la atención en la respiración.

Y vete repitiendo en tu interior: Yo Soy el alma, Yo Soy paz, Yo Soy la resurrección y la vida.

martes, 22 de noviembre de 2022

Hágase Tu Voluntad

 


           La Voluntad de Dios, entre otros atributos, es el bien, es la libertad, es la salud, es que se acaben los velos existentes entre Dios y el hombre, la Voluntad de Dios es luz, es felicidad, es paz, es pureza, es equilibrio, es bondad.

          Dejar que se haga la Voluntad de Dios es dejar que la vida fluya, es aceptar los acontecimientos que la vida nos depara, es vivir nuestra propia divinidad. 

        Es todo lo contrario de lo que vivimos los seres humanos, que empecinados, insistimos una vez y otra en que la vida sea como nosotros pensamos que debe ser, insistimos en que las personas sean como nosotros creemos que deben ser, olvidando su libertad, y culpabilizamos a Dios, de manera permanente, porque nuestros deseos no se cumplen tal como planeamos, sin ser conscientes de que las cosas son como tienen que ser y no como nosotros deseamos que sean. 

       Culpabilizamos a Dios por nuestro sufrimiento, levantando los ojos al cielo y preguntando ¿por qué a mí?, sin ser conscientes de que somos los únicos creadores de nuestra propia vida. Dios nos permite ser, Dios respeta nuestra libertad, la libertad que Él mismo nos ha dado. 

       En lugar de aliarnos con Dios para sentir y vivir los atributos de su Voluntad, le vemos como a ese Ser que está presto a castigarnos y que parece que colabora poco con nosotros. ¡Qué lejos estamos de la Verdad!, y que fácil sería vivir una vida llena de amor y felicidad, mucho más fácil de lo que la mayoría de las personas creen. Lo hace difícil el no saber o no aceptar, que la misma Vida es Dios en acción y que su Voluntad ya impregna la Vida. Solo hay que vivirla y no sufrirla.

          La otra parte de la frase es: “Así en la Tierra como en el Cielo”. ¿Dónde radica la diferencia entre la Tierra y lo que la oración llama Cielo? El Cielo no es un lugar, el Cielo es ese estado de conciencia en el que nos encontramos cuando no tenemos materia, cuando no tenemos cuerpo, mientras que la Tierra es lo que estamos viviendo, una existencia dentro de un cuerpo.

          Cuando pedimos que se haga la Voluntad de Dios tanto en la Tierra como en el Cielo, ¿quiere decir que son distintas voluntades? No, es la misma Voluntad, lo que existe en la vida terrenal, es lo mismo que existe al otro lado de la vida. Y si los que están al otro lado de la vida de la materia viven una vida de paz, de amor, de alegría, de felicidad, ¿qué es lo que impide que a este lado no sea lo mismo? Solo el pensamiento.