El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 6 de diciembre de 2010

Preguntas

                Nos pasamos la vida buscando la verdad, pero…………. ¿qué vida?..............., ¿qué verdad?............,  ¿qué es la vida?
            Podríamos pensar que la vida se inicia en un momento de amor, de placer y de locura, en la que un espermatozoide, parece ser que el más fuerte, tiene su particular momento de gloria y se introduce en un óvulo fertilizándole. La sabiduría de la naturaleza hace entonces que se desencadenen una serie de reacciones que dan lugar al cabo de nueve meses al nacimiento de un bebé.  ¿Cómo puede ser tanta perfección?, ya sé que todo tiene su respuesta científica, pero……….  Y ¿el principio?, ¿cómo se inició?, ¿cómo apareció el primer humano, o el primer animal, o la primera planta, o el primer grano de arena, o la primera célula, o el primer átomo?
            Es posible que después de aparecer como un bebé encantador en este mundo terrenal, hayas crecido, hayas estudiado para convertirte en un ser humano de provecho, trabajado casi hasta la extenuación, para conseguir un poco de dinero que te vas a ir gastando cada cierto tiempo en tus vacaciones, suspirando para que llegue tu jubilación, aunque curiosamente quieres jubilarte sin aceptar la vejez y la muerte, y luego un buen día llega esa muerte a la que siempre has temido y desapareces de la vida. ¿No es un poco estúpido?, ¿en todo este proceso no te has preguntado alguna vez si realmente esto es todo lo que hay?, ¿cómo es posible que de todos los planetas, satélites, estrellas, asteroides y cometas, sólo conocemos uno, la Tierra, en el que es posible la vida, o al menos esta vida que conocemos?, ¿y por qué tú has sido un@ de los elegid@s  para disfrutar o sufrir una vida consciente?, ¿habrá algo más?, ¿habrá otros tipos de vida?, ¿vendremos de algún sitio antes de nacer?, ¿seguiremos viviendo en algún otro lugar, con una forma distinta después de nuestro paso por esta vida?
            Quiero pensar que si has llegado a este sitio, y estás leyendo esto, ya te has hecho estas preguntas y muchas más, y que tienes respuestas, y que esas respuestas pasan por creer que existimos en otros planos y en otras formas, antes y después de la vida física, y que la vida sólo es un periodo de tiempo infinitamente pequeño, elegido por nosotros para no sabemos muy bien que. ¿Es posible que ya creas todo esto, o algo parecido?
            Hoy no es día de respuestas, hoy es día de reflexión:
Si tienes respuestas para estas preguntas, reflexiona sobre lo que es la vida: ¿un instante comparado con nuestra existencia eterna?, ¿un periodo de aprendizaje?, y ese aprendizaje ¿es obligado hacerlo con sufrimiento?, ¿puede hacerse con alegría?, ¿puede hacerse con amor?, ¿puede ser que el aprendizaje sea vivir con amor?
Reflexiona ahora sobre tu vida: ¿Eres feliz?, ¿sientes amor por todo lo que haces?, sabiendo todo lo que sabes ¿merece la pena que vivas una vida que no te resulta plena?,  ¿estás enseñando a tus hijos a ser felices, o a que sean seres humanos de provecho?, ¿estás haciendo feliz a la persona que has elegido para que te acompañe en un tramo de tu vida?, ¿sientes que todos somos hermanos?, ¿existe en ti algún tipo de discriminación hacia algún@ de es@s que son tus herman@s?
Si eres feliz en cada instante, si sientes amor por todo lo que haces, si tu vida es una vida plena, si has enseñado a tus hijos a ser tan felices como tú, si tu pareja de viaje es tan feliz como tú, si sientes que cualquier ser humano es tu herman@, si no sabes lo que es discriminar o criticar, ¡felicidades!, el final de tu peregrinaje en la materia está próximo.
Si no es así, ¡cambia!, porque si sigues haciendo las mismas cosas, siempre vas a obtener los mismos resultados. ¡Cambia tu vida!, ¡cambiala ya!


domingo, 5 de diciembre de 2010

Padrenuestro

            De esta oración derivó la versión actual del Padrenuestro. Está escrita en arameo, en una piedra de mármol, en Jerusalén, en el Monte de los Olivos.
De esta forma era invocada por Jesús, sin la interferencia de la Iglesia:
Padre-Madre, respiración de la Vida,
¡Fuente del sonido, Acción sin palabras, Creador del Cosmos!
Haz brillar tu Luz dentro de nosotros,
entre nosotros y fuera de nosotros para que podamos hacerla útil.
Ayúdanos a seguir nuestro camino
respirando tan sólo el sentimiento que emana de Ti.
Nuestro Yo, en el mismo paso, puede estar con el Tuyo,
para que caminemos como Reyes y Reinas con todas las criaturas.
Que tu deseo y el nuestro sean uno sólo, en toda la Luz, así como en todas las formas; en toda la existencia individual, así como en todas las comunidades.
Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros,
pues, de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo.
No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas del mundo nos engañen, y nos libere de todo aquello que impide nuestro crecimiento.
No nos dejes caer en el olvido de que Tú eres el Poder y la Gloria del mundo,
la Canción que se renueva de tiempo en tiempo y que todo lo embellece.
Que Tu Amor esté sólo donde crecen nuestras acciones.
¡¡¡Que así sea!!!



sábado, 4 de diciembre de 2010

Todo puede cambiarse. ¿Cómo?

No importa lo que hayas podido hacer hasta el día de hoy, puede cambiarse, todo cambia en un instante.
            En un instante sale tu número de lotería, y te cambia la vida; en un instante la persona por la que suspirabas te dice “si” mirándote a los ojos, y te cambia la vida; en un instante un loco se salta un stop dándote de lleno, y te cambia la vida. Todo esto, sólo son cambios físicos, cambios en la materia, cambios que no son permanentes, cambios que van a durar, como máximo, el tiempo que dure tu vida física.
            También se pueden producir otro tipo de cambios, cambios que afectan a tu Ser, cambios permanentes, porque van a durar más allá de lo que dure tu vida física. Pero estos cambios no van a ser producidos por un golpe de suerte, ni por una conexión emocional, estos cambios sólo van a producirse por ti, en tu proceso de crecimiento.
            ¿De qué manera?: Cambiando tu proceso de pensamiento. Cuando cambias el proceso de pensamiento, cambia tu energía, es decir, cambias tú, porque tú eres energía.
            El cambio de pensamiento significa que tienes que pasar del “pobre de mí” a “yo soy un ángel”, tienes que pasar del “no puedo y no sé”, al “puedo y sé”, tienes que pasar del orgullo a la humildad y del miedo al amor.
            Tu energía eres tú. Rodeando tu cuerpo físico tienes una serie de capas que son el estandarte de tu pensamiento, y camina dos metros por delante de ti, de tal manera que toma contacto con las personas antes de que tú abras la boca para expresar cualquier pensamiento, porque antes de que lo hagas, tu estandarte ya ha dicho quien eres, y las personas reaccionan inconscientemente a eso que están recibiendo, que es tu tarjeta de visita.
            Las energías iguales se atraen, las energías distintas se repelen. Si, por ejemplo,  eres miedoso, otros miedosos te van a reconocer y se van a sentir muy a gusto en tu compañía, compartís el mismo tipo de energía; y ya puedes decir que eres un valiente, que tu carta de presentación está diciendo claramente que no, que tienes miedo. Es como ese señor, con una pata de palo, con un garfio por mano derecha, con un parche en un ojo, una espalda en el cinto, y enarbolando en su mano izquierda una bandera negra en la que aparece reflejada una calavera, ¿qué te viene a la cabeza que puede ser?, ¿el delantero centro de un equipo de futbol, o un pirata? Pues si ese señor empieza a hablar y dice que es un caballero o un jardinero, ya puede decir, ya…….. ¿Lo has visto claro?, tu energía es tan significativa como el aspecto del pirata, tu energía dice lo que piensas y sientes sin que tú digas nada, en definitiva  tu energía dice lo que eres. Tu energía es tu vestimenta.
            Cambia el pensamiento y cambiará tu energía, cambia el pensamiento y cambiará tu vida física, la actual y las siguientes, porque cambiará tu eternidad; porque lo que aprendes cada vida, es un aprendizaje que va a perdurar para siempre, vida tras vida. Las lecciones aprendidas son para siempre.
            Son varios los trabajos que puedes hacer para cambiar los procesos de pensamiento, disolver bloqueos e ir purificando tu aura. Todos ellos requieren un poco de voluntad y constancia para realizar el trabajo cada día, y otro poco de paciencia, ¡no esperes resultados al día siguiente!
            Como realizar un trabajo integral requiere demasiada voluntad, demasiada constancia y demasiada paciencia, lo mejor es trabajar los distintos aspectos de manera independiente, y cuando un aspecto está superado, pasar al siguiente.
            Por lo tanto, lo primero que has de tener claro, es el aspecto que quieres trabajar: la falta de autoestima, la impaciencia, la rabia, el orgullo, la falta de voluntad, el apego a, etc., etc.; y cuando lo tengas claro empieza tu trabajo, recuerda: con voluntad, con constancia y con paciencia.
            Como ya te puedes imaginar, todo pasa por la meditación. Resérvate un espacio de quince o veinte minutos cada día, lo ideal sería por la mañana antes de empezar tu jornada laboral, pero si por cualquier causa no fuera posible por la mañana, hazlo cuando te sea posible, mejor por la noche que nunca.
-        Siéntate como tengas costumbre, en el suelo o en una silla. En ambos casos intenta mantener la espalda recta.
-          Deja las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Los ojos cerrados o una décima parte abiertos.
-          La punta de la lengua apoyada en el paladar
-          Empieza respirando suave y lentamente, por la nariz, con una respiración abdominal.
-          Pide ayuda,  a Dios, a tus maestros, a los Maestros Ascendidos, a tu alma, a tus guías, a los ángeles, a los arcángeles, a los maestros de la sanación, a quien te apetezca y con quien te sientas conectad@.
-          Las primeras respiraciones hazlas alargando la exhalación y dando permiso a tu cuerpo para que con cada exhalación vaya dejando ir toda la tensión.
-          Siente como con cada respiración tu cuerpo está más relajado que en la respiración anterior.
-          Te sientes bien.
-          Cuando aparezca un pensamiento, (vendrán muchos, no te enfades), vuelve a tu respiración.
-          Vuelve a la respiración tantas veces como la mente te saque de ella.
-          Delante de ti, lo más lejos posible, visualiza como se enciende un fuego de color naranja.
-          Piensa en el aspecto que quieres limpiar.
-          Imagina que ese aspecto es una hoja de papel.
-          Estás respirando suave y lentamente, y con cada exhalación imagina que esa hoja de papel sale de ti dirigiéndose al fuego y quemándose en él.
-          Sigue inhalando lentamente y exhalando la hoja de papel durante 5 minutos.
-         Al cabo de ese tiempo. APAGA EL FUEGO. ES MUY IMPORTANTE QUE VISUALICES, O PIENSES, O IMAGINES QUE EL FUEGO SE APAGA. Si no lo haces, cada vez que pases por él va a quemarse un poco de tu aura. ¡No se te olvide, apágalo!
-          Y a partir de este momento, vas a imaginar o a visualizar que cada vez que inspiras entra en ti la virtud contraria al aspecto que estabas quemando. Puedes imaginar que entra en ti la palabra inundándote con su energía y llenando tu cuerpo, o un color que es la energía de esa cualidad, o cualquier otra cosa que sea fácil para ti.
-          Sigue así durante otros 5 minutos.
-          Permanece después un momento, 1 ó 2 minutos, respirando suave y lentamente, sintiendo como te estás impregnando de la cualidad que ha ido entrando en ti con la respiración.
-          Da las gracias a los mismos que has pedido ayuda y suavemente abre tus ojos y empieza a mover el cuerpo.

Después durante el resto del día, cuando te acuerdes, yendo al trabajo, en los descansos, vete repitiendo en tu interior: “Yo Soy XXXXX”, siendo XXXXX la virtud que ha estado impregnando tu cuerpo. Por ejemplo si has estado respirando humildad, tu letanía seria: “Yo Soy humildad”.

Recuerda: voluntad, constancia y paciencia.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Otra vez Navidad

Otra vez Navidad. Pocas son las personas que viven estas fiestas con total indiferencia, el ambiente arrastra. Para unas personas son unas fiestas alegres y divertidas, para otras entrañables, para otras son unas fechas de añoranza, tristes para otras y odiadas también para algunas. 
La Navidad parece que tiene algunas cosas no muy buenas: un gasto desaforado en regalos inútiles que van derechos al último rincón de un cajón o directamente a la basura; un gasto desaforado en comida que solo sirve para fomentar la gula, comer hasta reventar juntando una comida con otra, un día detrás de otro; un gasto desaforado en juguetes para los niños, juguetes en exceso que los niños no necesitan para crecer y desarrollar su creatividad y que además fomentan muchas veces la desigualdad entre familias pudientes y otras que no lo son tanto; añoranza, es la fecha del año en la que más echamos en falta a los seres queridos que ya no están con nosotros; y seguramente muchas más cosas que a cada persona que lea esto se le puede ocurrir, (si te apetece puedes escribir esas cosas que se te ocurran en los comentarios). Pero la Navidad sí que tiene algo muy bueno, tan bueno, que sólo por eso casi merece la pena sufrir la retahíla de todo lo anterior. Es el deseo de amor y paz entre las personas.
Una vez al año, en Navidad, medio mundo desea al otro medio: paz, amor y felicidad. Podemos pensar que es una rutina, que no sale del corazón, pero es igual, está bien, sea de la manera que sea, la felicidad, la paz y al amor se desean a todo el mundo, y ese deseo de amor, es energía, y va extendiéndose como una nube, impregnando todo lo que toca con paz, amor y felicidad.
Como la Navidad es la época del año de los buenos deseos y los buenos propósitos. Podíamos este año, para variar un poco, hacer que algunos deseos se cumplan. “A Dios rogando y con el mazo dando”. Puedes sumar todo el dinero que gastas, en comida, en ropa, en regalos, en fiestas, en reyes, en lotería, y hacer un gasto más, da el diez por ciento de todo lo que te has gastado a alguna ONG, seguro que consigues que alguien cumpla su deseo, aunque sólo sea comer un día caliente. Y como propósito a final de año, además de proponerte ir al gimnasio, dejar de fumar y aprender inglés, proponte empezar a hacer meditación cada día, veinte minutos, si lo consigues, verás como tu próxima Navidad es otra cosa, el amor que desees saldrá de tu corazón y no de tu cabeza.
¡Feliz Navidad!

martes, 30 de noviembre de 2010

Nostalgia

La vida es un continuo, no para ni para coger impulso, la vida es como ir subidos en una cinta sin fin, avanzando, avanzando, siempre avanzando, aunque a veces, observando la cinta de la vida nos encontramos con personas que intentan caminar en el sentido contrario al del avance de la cinta, quieren volver hacia atrás, sienten nostalgia de algo que fue y que ya no es, y no quieren vivir, en su fuero interno han decidido no vivir la vida que tienen delante y volver atrás.
Tienen ese sentimiento de volver al pasado, sienten nostalgia, pero nostalgia es tristeza, es melancolía, es soledad, es aislamiento, es perdida, es idealización; creer que cualquier tiempo pasado fue mejor, es negarse a crecer, es negarse a evolucionar, es renunciar a la vida. Mirando hacia atrás, la vida va pasando por delante de ellos sin enterarse, porque están, posiblemente, pensando en ese niño pequeño que corría entre las faldas de su madre, pero el niño se ha hecho hombre; o pensando en ese amor primero, pero el amor ha madurado; o pensando en aquella casa de la infancia, pero la han derruido porque se caía a pedazos. No se puede volver atrás porque el pasado no existe, sólo existe en su recuerdo, recuerdo que ni tan siquiera es la realidad, sólo es su realidad.
Si eres de los que vas en la cinta mirando hacia atrás, date la vuelta y empieza a vivir la vida, empieza a ver lo que tienes delante porque cada minuto que pasas mirando atrás te pierdes la belleza de una vida que no volverás a vivir, ese minuto que te has perdido podía haber sido el minuto en el que la vida te ponía delante el amor de tu vida, y te lo has perdido; o podía pasar por delante de ti la oportunidad que tanto esperabas, y te la has perdido; o podías recibir el mensaje de tu misión en esta vida, y te lo has perdido. Estás mirando atrás, al vacío, a la nada, y te estás perdiendo la luz.
En vez de añorar el pasado, agradécelo, porque es gracias a ese pasado que has llegado hasta el momento presente. Decisiones distintas te habrían llevado a otro punto distinto, así que agradece lo que ha pasado, ¡son tantas las cosas buenas que te han pasado!, seguro que hay muchas más cosas buenas que menos buenas, así que ¿por qué hacerle caso a las menos buenas?
El lugar donde estás ahora es el lugar idóneo para empezar el primer día del resto de tu vida, ¡decide que ese resto de tu vida sea feliz!, está en tus manos.
No te lo pierdas. La vida es una fiesta, y hay que vivirla conscientemente, no hay que pasar por ella mirando atrás, así solo cogerás tortícolis.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Un viaje de ida y vuelta

                Si tuvieras claro lo que realmente eres, tu vida daría un giro de 180º y las cosas que hoy son tan importantes dejarían de serlo.
            Pero ¿qué somos realmente? Somos chispas de Fuego Supremo, somos fragmentos divinos separados como entidades individuales. Vivimos desde el principio de la Creación en un plano de divinidad, pero siendo inconscientes a las vibraciones del resto de planos, y para poder ser conscientes en todos los planos y poder responder a todas las vibraciones divinas en el Universo teníamos que pasar por todas las experiencias. No todas las chispas divinas querían pasar por todas las experiencias, las que no han querido se han quedado en sus planos de divinidad, pero las que si queríamos, hemos bajado a la materia para crecer, evolucionar y alcanzar la perfección y ser así, al final de nuestro proceso de evolución, conscientes y sensibles en todos los planos.
            Por lo tanto, estamos en el mundo de la materia porque hemos elegido vivir, y con la elección de la vida, hemos elegido el sufrimiento, la risa, las lagrimas, hemos elegido sentir una caricia y el amor por un hijo, hemos elegido la alegría y el dolor. Todo es nuestra elección. Este impulso divino, buscando siempre la más amplia manifestación de vida, es perceptible en toda la naturaleza y se denomina “Voluntad de vivir”. Aparece en la semilla al asomar su brote hacia la luz, en el capullo rompiendo su prisión y expandiéndose a la claridad del sol.
            Pero una vez aquí, con las memorias borradas, vagabundeamos sin consciencia de lo que hemos venido a hacer, sin conciencia de lo que somos, sin conciencia de dónde venimos y adónde vamos. Nos creemos que somos una entidad separada que debe defender su espacio y a los que considera “los suyos”, sin saber que los suyos son todos los demás, ya que todos tenemos la misma procedencia y el mismo destino, todos tenemos la misma esencia y todos hemos sido creados por el mismo Padre, "todos somos hermanos".
            Estamos aquí temporalmente, y al final del trayecto sólo vamos a llevarnos nuestras experiencias, sin embargo, vivimos y actuamos como si hubiéramos venido aquí para quedarnos, acumulando bienes materiales, apegos y emociones.
            Estamos en un viaje de ida y vuelta y nuestras pertenencias materiales a la vuelta van a ser las mismas que a la ida. Nuestra maleta de vuelta sólo va a contener las experiencias del alma: más paciencia que a la ida, más amor, más voluntad, más misericordia, más hermandad. En el auto-examen que nos hacemos a la vuelta, con la memoria recobrada de lo que somos, no vamos a valorar el extracto de nuestra cuenta corriente, vamos a valorar las veces que hemos ayudado, vamos a valorar las veces que hemos sentido piedad y compasión por hermanos que decidieron nacer en lugares alejados de nuestros, con otro color, con otra cultura, con otra creencia; vamos a valorar las veces que hemos abierto la puerta de nuestro corazón a quien demandaba ayuda; vamos a valorar sobre todo el amor.
            Nunca es tarde para empezar a vivir como si no hubieran sido borradas tus memorias. Empieza a dejar hablar a tu corazón, al principio es como una vocecita, sin fuerza, que se opone a ciertas cosas, le llamamos “la voz de la conciencia”, pero si vas actuando según su dictado, va cogiendo fuerza hasta el punto que llegareis a ser un solo ser, indivisible, viviendo y actuando para alcanzar la perfección en el Amor Divino.

sábado, 27 de noviembre de 2010

La felicidad permanente es posible

Vivimos al dictado de nuestros deseos, que es como hemos aprendido a vivir,  es como nos han enseñado, porque las enseñanzas de vida, nos las da la propia vida y las recibimos con el ejemplo que tenemos siempre delante de nosotros: progenitores, educadores, líderes políticos y religiosos, líderes de opinión, medios de comunicación. Y todas sus enseñanzas nos llevan a la consecución de logros materiales para ¿conseguir la felicidad?, hay muy pocas enseñanzas sobre cómo conseguir una felicidad duradera, y no vienen precisamente de nuestros modelos, ya que ellos, realmente no nos enseñan a desenvolvernos ante la vida, nos enseñan la ley que hemos de aplicar: “la ley del más fuerte”.
Todas sus enseñanzas están basadas en crearnos necesidades y carencias; en eso sí que son verdaderos maestros, es normal que lo sean, lo llevan haciendo siglos, vida tras vida, y  los alumnos aplicados rápidamente hacen suyas esas carencias: El último modelo de coche, la casa en propiedad más grande y más cara, las vacaciones más alejadas de tu residencia; la pareja más alta, más guapa, con más dinero; los hijos más listos, con muchas actividades; etc., etc.
Y como ya te lo venden así: “Sea Vd. feliz viviendo en la urbanización Plim”, hasta que no consigues vivir en la urbanización Plim eres infeliz. ¿Cuántos deseos tendrás que cumplir para ser completa y permanentemente feliz?, ¿cumplirás tus deseos antes de cumplir 80 años?, ¿esperarás hasta entonces para ser feliz?
Párate un momento y reflexiona: Con la vida que llevas, viviendo al dictado de tus deseos y aplicando la ley del más fuerte, ¿estás consiguiendo tus deseos?, ¿te satisfacen?, ¿Cuándo consigues alguno, te sientes feliz las 24 horas del día, cada día?, ¿te decepciona no conseguirlos?, ¿has desterrado la ansiedad, el miedo, la inseguridad?
¿Cuál es el resultado de la encuesta? Si todo está bien, no sigas leyendo. Si sigues leyendo contéstate a esta otra pregunta: ¿has pensado en cambiar algo?, y a esta otra: ¿Qué pasaría si poco a poco fueras eliminando tus deseos?
Si eliminaras los deseos ya no habría decepciones por no conseguir algo, ya no habría infelicidad por no conseguir ciertos logros, no habría carencias, tendrías todo lo que necesitas para vivir, por lo tanto, serias feliz, y lo serias cada día, un día tras otro, el resto de tu vida.
¿Cómo eliminar un deseo?: Es un trabajo de reflexión y aceptación. Piensa en cómo has generado el deseo: Un buen día pensaste que necesitabas algo para……… y en la consecución de esos puntos suspensivos condicionaste tu felicidad. La eliminación del deseo es el trabajo contrario:
Empieza sabiendo cuales son realmente tus deseos, y para que seas consciente de todos haz una lista con todos ellos, a un lado los deseos materiales, al otro los emocionales y/o espirituales. Ordénalos después del más difícil de conseguir al más fácil, y ya estás en condiciones de empezar el trabajo:
1º Reflexión: Reflexiona sobre el primer deseo de la lista: ¿Es imprescindible conseguirlo?, ¿es cuestión de vida o muerte? Seguramente no lo es, ya que has vivido hasta hoy sin él, por lo tanto si es prescindible, prescinde.
2º Aceptación: Acepta que no lo necesitas para vivir, que puedes vivir perfectamente sin él, que ya no lo quieres.
La aceptación hace que sientas una especie de relajación, es la energía de ese deseo que te ha abandonado. Si queda algo de él, cada vez que se repita vuelve a la reflexión inicial. Y después vete por el siguiente deseo de tu lista, así hasta que hayas eliminado todos tus deseos.
Este trabajo de reflexión y aceptación, que de tan sencillo parece una tontería, es justo lo contrario a tu tontería de condicionar tu felicidad a la consecución del deseo.
Puedes deshacerte del deseo en un minuto, en una hora, en un día o en una semana; no debería durar más. Depende de tu honestidad para el trabajo.
Y cuando tengas claro que quieres ser feliz y empieces a trabajar, recuerda que siempre eres ejemplo de alguien, tus hijos, tus amigos, tus alumnos, tus subordinados, tus vecinos, tu pareja. Da ejemplo a los tuyos de cómo conseguir la felicidad sin condicionarla a tus deseos, de cómo vivir la vida sin aplicar la ley del más fuerte.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El poder de la bendición

Bendecir es practicar espiritualmente la bondad hacia otras personas. La energía que genera esta práctica es tan poderosa que incrementa la energía del chakra cardiaco en tal medida que permite percibir la sensación del Amor Divino, tanto en el emisor, la persona que bendice; como en el receptor, la persona bendecida.

Hay gran poder en la palabra bendición. Bendición significa:
-          Pedir el favor de Dios para alguna situación o condición.
-          Desear el bien a una persona o situación.
-          Hacer feliz o próspero.
-          Alegrar, glorificar y alabar.

Bendecir significa desear y querer el bien ilimitado incondicionalmente, totalmente y sin reserva alguna,  para los demás y para los acontecimientos de la vida.

 Quien sea bendecido es un ser privilegiado y consagrado. Bendecir significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo, pensar en la persona con profundo reconocimiento, evocarla con gratitud y con amor. Significa además llamar a la felicidad para que venga sobre la persona.

Podríamos sencillamente decir que bendecir significa traer el bien a una situación, una condición o una persona.

Un simple "Dios te bendiga" expresado verbalmente, es la descarga del Poder Infinito del Universo, ansioso y deseoso de envolver a la persona que requiere de dicha bendición y a la persona que bendice.

Al despertar, bendice tu día; bendice a la gente al cruzarte con ella por la calle, en el autobús, en tu lugar de trabajo, bendice a todo el mundo. La paz de tu bendición será la compañera y la luz de su camino. Mientras paseas, bendice tu ciudad, bendice a los políticos, a los educadores, a los barrenderos, a los sacerdotes y a las prostitutas; bendice a todo el mundo.

Cuando alguien sea agresiv@ contigo, responde con una bendición silenciosa. Bendícelo total y sinceramente, porque esas bendiciones son un escudo que te protege de la ignorancia de sus maldades, y desvia la flecha que te han disparado.

Bendecirlo todo, bendecir a todos, sin discriminación alguna, es la forma suprema de la bondad, porque aquellos a los que bendices nunca sabrán de dónde vino aquel rayo de alegría que cambió su día, y tú no sabrás hasta que punto cambiaste su vida.

Cuando en tu jornada diaria surja algún suceso inesperado que te desconcierte y eche por tierra tus planes, ya sea en el trabajo, en tu casa o en la calle, bendice, porque es seguro que ese desconcierto no es más que una nueva lección de vida. Porque ese acontecimiento que te parece tan desagradable, de hecho es una programación tuya para aprender la lección que corresponde en ese momento.

Cuando veas a alguien que sufre y llora, o que da muestras de sentirse destrozado por la vida, bendícelo, llénalo de Energía Divina.

Y sobre todo no te olvides de bendecir a esa persona maravillosa, absolutamente bella en su verdadera naturaleza y tan digna de amor, que eres tú.

Es imposible bendecir y juzgar al mismo tiempo. Con un “Dios te bendiga”, puede ser suficiente, pero puedes dedicar un poco más de tiempo después de tu meditación, aplicando la formula que te presento a continuación:

-          Levanta las manos a la altura del pecho, con las palmas dirigidas al frente. Los brazos cómodos al lado del cuerpo.
-          Imagina que llega una Luz Divina a tu chakra corona y desde allí baja hasta tu pecho, y sale de tu corazón y de tus manos 
-          Piensa en un momento feliz que te haga revivir una emoción o sentimiento de alegría o felicidad, (puede estar relacionado con cualquiera, o con cualquier situación).
-          Siente la emoción de ese momento feliz.
-          Visualiza a la persona que quieres bendecir delante de tí y repite en tu interior, sintiendo esa energía que sale de tu corazón y de las palmas de tus manos:
-          “Yo te bendigo con paz, con amor, con alegría, con serenidad, con abundancia y prosperidad......”. Bendice con todo lo bueno que deseas para esa persona, como si fueras tu mism@”.

¡Qué Dios te bendiga!

lunes, 22 de noviembre de 2010

El idioma del alma

El idioma del alma es el silencio.
El silencio y la soledad son dos de las cualidades del alma. Cuando el Ser deja sus cuerpos físico, emocional y mental inferior, se recoge en el plano causal, en soledad y en silencio, descansando de su última encarnación y preparándose para la siguiente.
Mientras el Ser permanece aquí, encarnado en la materia, también puede ponerse en contacto con su alma, pero para ello ha de hablar el idioma del alma, el silencio.
Si hablas chino, te puedes entender con setecientos millones de personas, si hablas español te puedes entender con quinientos millones de personas, pero si dominas el silencio, si dominas el idioma del alma, te puedes entender con Dios.
Son muchísimas las personas a las que el silencio les asusta, y procuran por todos los medios tener siempre ruido: el ruido de la música a través de un MP3 por la calle, el ruido de la tele en su casa, simultaneando todo esto con el ruido de sus pensamientos. Son incapaces de soportar el silencio, en realidad, sólo es miedo, un miedo inconsciente de conectar con su alma.
Es posible que te pases la vida haciéndote preguntas: ¿Cuál es mi misión?, ¿qué hago aquí?, ¿de dónde vengo?, ¿hay vida antes de la vida? Y es claro que si te haces las mismas preguntas un día y otro, es, o porque no has recibido respuesta, o si te han respondido no lo has escuchado. Te saco de dudas: Si te han respondido, siempre lo hacen, pero con tanto ruido como hay en ti, es imposible que escuches nada.
Cuando haces una pregunta en el mundo físico, esperas un momento, en silencio, y escuchas la respuesta. Haz lo mismo con tu alma, para el ruido de tu mente y espera, el alma siempre contesta, sólo has de estar atent@; si no callas, es imposible que te llegue nada aparte de tu ruido.
Es en el silencio cuando vas a recibir información, toda la información que necesitas conocer, a veces, sin que preguntes. Sólo tienes que practicar el silencio, de la misma manera que has practicado cualquier otro idioma, un día tras otro, con paciencia, con perseverancia.
Y así, de puntillas y en silencio, llegamos al mismo banco de trabajo: Dedica una parte de tu día a esa práctica. Siéntate en silencio, escuchando cada pensamiento, hasta que consigas que se vaya calmando tu mente. Lo vas a conseguir con la práctica, y entonces descubrirás que el sonido del silencio es el más hermoso de cuantos hayas podido escuchar, porque en él vas a sentir la melodía de tu alma, vas a sentir la melodía del amor, vas a sentir la Voz de Dios.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Una meditación sencilla

Sólo tienes que sentarte, cerrar los ojos, colocar la punta de la lengua en el paladar, dejar las manos apoyadas en los muslos con las palmas de las manos hacia arriba, y respirar, lenta y suavemente, por la nariz, con una respiración abdominal, permitiendo que con la exhalación vaya saliendo toda la tensión de tu cuerpo. Y empieza a repetir en silencio: “Yo Soy Luz, Yo Soy Amor, Yo Soy la Resurrección y la Vida”.
Puedes hacerla el tiempo que quieras, pero intenta que el mínimo sean once minutos.
Con ella vas a conseguir que se abra tu mente para que empieces a percibir pensamientos de frecuencia más elevada. Los pensamientos que te permites recibir en la actualidad son los que te va marcando la sociedad, todos de baja frecuencia, y que son los que la sociedad impone sobre creencias de cualquier tipo: familia, amigos, sociedad, religión, normas morales; es decir, sólo te permites tener los pensamientos que son aceptados por los demás.
Pero con este tipo de pensamientos, mantienes encadenadas tus ilusiones, solo dejas volar las ilusiones que la sociedad permite; este tipo de pensamientos te impide conocer tu gloria y la gloria de Dios, te impide desarrollar tu poder y te impide alcanzar la felicidad plena, ya que nunca te aventurarás hacia lo desconocido, ni vas a contemplar la posibilidad de realidades más grandiosas, por miedo a que ellas signifiquen un cambio. Cambio que efectivamente ocurre, ya que hay mucho más que ver, mucho más que entender que lo que hay en ese mundo material y ordenado que nace, crece, envejece y muere bajo la dirección de la sociedad.
Con los pensamientos que te has permitido tener, ya has aprendido lo que es el miedo, lo que es la tristeza, lo que es la inseguridad, lo que es la avaricia, lo que son los celos, lo que es el odio, lo que es la enfermedad y lo que es la muerte. Y sobre todo ya sabes lo que es vivir alejad@ de la Fuente Divina.
Es momento de alcanzar todo lo contrario y sobre todo acercarte a tu esencia, permitiendo que entren en ti, otras frecuencias más elevadas y más sutiles de pensamiento. Lo vas a conseguir con esta meditación.
Con ella va a activarse la glándula pituitaria, con lo que tu cerebro va a estar mucho más despierto, es posible que incluso sientas un ligero dolor de cabeza, o que sientas mareo, si es así, deja la meditación, tendrás que ir acostumbrándote poco a poco.
A medida que empiezas a recibir frecuencias más altas, se transforman en una corriente eléctrica de alto poder, que se va repartiendo a cada célula de tu cuerpo a través del sistema nervioso central, causando como un estremecimiento o sensación de hormigueo. Sólo es que empieza a circular por tu cuerpo otra energía más sutil, haciendo que aumente la frecuencia vibratoria de cada célula. Cuantos más pensamientos elevados recibes, más vibra tu cuerpo, más luminoso se vuelve, más aumenta tu amor, tu compasión, tu misericordia, tu comprensión.
Puedes tener lo que quieras, ¿por qué te limitas?.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Vivir conscientemente

La mente siempre está trabajando. Cuando digo mente, me estoy refiriendo al cuerpo mental, una de las capas del aura del ser humano. Y esa mente que siempre está trabajando, tiene una facultad creadora, que es la imaginación; es decir la mente siempre está generando ideas o imágenes mentales. Esta es la manera de crear de la mente, no con palabras; las palabras es lo que utiliza el ser humano para explicar de una manera muy tosca como es esa imagen mental.
Estas imágenes mentales generan algo que se denomina forma de pensamiento, que es una especie de nube vibratoria que permanece en el entorno del pensador. ¿Cuánto tiempo permanece esa forma de pensamiento en el entorno del dueñ@ del pensamiento?, depende, depende de la intensidad del pensamiento y de la reiteración. Un pensamiento que se tiene una y otra vez, adquiere una gran fuerza, lo cual hace que permanezca con el creador incluso después de haber abandonado el cuerpo físico, (este es el fundamento del Karma del que ya hablaremos en otra ocasión).
Para que esta forma de pensamiento pueda expresarse ha de llegar al cerebro, lo cual quiere decir que nuestro cerebro está permanentemente bombardeado por imágenes mentales. Así que podemos afirmar, que la mente siempre está elucubrando, siempre maquinando, siempre imaginando, siempre recordando, siempre comparando, siempre juzgando, siempre criticando; la mente no descansa, siempre hay pensamientos; y como no hay palabras sin pensamiento, ni hay acción sin pensamiento, está claro: toda la vida pasa antes por la mente, lo cual nos lleva a recordar las palabras del Buda: “Somos exactamente lo que pensamos”.
Por lo tanto, la conclusión parece fácil: “Si consigo organizar mi pensamiento, consigo organizar mi vida”, “Para vivir de una determinada manera, sólo he de pensar de esa determinada manera”, “Para ser feliz, sólo tengo que pensarlo primero”
La conclusión sí que es fácil, lo que no parece tan fácil es llevar esa conclusión a la práctica. No parece fácil, pero sí que lo es, sólo se requiere una cosa: “Atención”. Atención para comprobar cuales son los pensamientos que estás teniendo en cada momento, para no quedarte enganchad@ a ellos; con lo cual no les vas a dar energía, no les vas a dar poder; y así desaparecerán lo mismo que han aparecido.
Es decir: HAS DE VIVIR CONSCIENTEMENTE. Has de estar pendiente en todo momento de tu mente, manejarla, controlarla, quitar el piloto automático. Para estar pendiente de la mente, sólo has de ser consciente de la vida, hacerlo todo con atención, vivir la vida con atención.
Como soy consciente de la debilidad humana, te propongo un plan: Empieza a ser consciente de tus pensamientos y de tu vida un determinado tiempo cada día, no mucho, por ejemplo media hora cada día, siempre a la misma hora, con tu actividad habitual, sin cambiar absolutamente nada. El único cambio es que vas a estar alerta. No te enfades contigo si al principio parece difícil, sólo lo parece, ¡vas a poder con tu mente!, otr@s much@s lo hemos hecho, ¿por qué tú no? Y así irás observando tus progresos. No intentes más tiempo hasta que no domines tu media hora. Qué tardas un mes, ¡perfecto!; que tardas seis meses, ¡perfecto!; que tardas un año, ¡perfecto! Todo está bien.
Realmente solo te estoy proponiendo una meditación consciente, una meditación en movimiento, una vida en meditación.
Te aseguro que merece la pena.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Ser feliz

         ¿Has pensado alguna vez que pasaría si en lugar de lamentarte por lo que tú crees que te falta, agradecieras lo que realmente tienes? La respuesta es fácil, serías feliz. 
         Cada persona nace con unos dones, con unas cualidades, que son las que necesita la persona para el trabajo que ha venido a realizar, para la misión específica que la persona ha de cumplir. Y esos dones, y esas cualidades no las tiene porque si, las tiene porque en sus encarnaciones anteriores ha ido trabajándolas e incrementándolas, ha ido especializándose en ellas,  y están ahí, guardadas en su armario de cualidades, para elegir las necesarias en cada vida para los trabajos específicos a realizar. No se te ocurriría nunca para arreglar tu jardín llevarte una regla y un compas; llevarías un pico, una pala, unas tijeras de podar, una segadora de césped, una manguera, etc. La vida es igual, tienes un trabajo que realizar y necesitas unas herramientas específicas, no otras.
         Pero como no tienes un manual de vida escrito debajo del brazo, y no sabes de manera consciente, por no tener un papel firmado ante notario, de cuál es tu trabajo, observas tus fortalezas, y comparas con lo que ves a tu alrededor; y entonces te encuentras con que hay una persona que es más inteligente que tú, otra  más guapa, otra más alegre, otra más chistosa, otra más paciente, otra más voluntariosa, otra con más fortaleza, otra clarividente, otra con gran poder de comunicación, etc., etc.; porque cada vez que levantes la vista vas a encontrar siempre a alguien que tiene algo que tú no tienes. Pero lo malo de todo eso, es que tú lo quieres todo, igual que los niños, ¿Qué les pasa a los niños?, que quieren todos los juguetes.
         Tienes que madurar y sacar a tus juguetes el máximo provecho. Observa los deportistas. Sólo uno gana las olimpiadas en su especialidad, pero para poder ganar, el ganador y todos los demás que practican esa especialidad se entrenan cada día, sabiendo de antemano que con su carrera no van a conseguir medalla, pero que si van a superarse a sí mismos, que si van a batir su marca; y eso es lo importante. Si te quedas sentad@ lamentándote, sin entrenarte, no sólo no vas a superar tu marca, sino que cada vez tu marca será peor porque tus músculos se van a quedar fofos.
         Trabajar tus cualidades y sacar de ellas el máximo provecho, es respetarte, es amarte, es valorarte. Empieza ahora. Siéntate con un papel y un lápiz, y apunta en una lista todo lo que tú crees que te falta, todo eso por lo que te pasas la vida lamentándote; y haz otra lista con tus fortalezas, tus cualidades, de todo tipo, físicas, mentales, emocionales, espirituales; no se te olvide apuntar lo, más importante en la lista de cualidades, y es que tienes vida, ya que eso es lo primero que tendrás que agradecer; porque si no tuvieras vida, ya no estarías leyendo esto, no tendrías carencias. Acuérdate también de apuntar cosas que parecen obvias, que vives bajo techo, que tienes hambre y abres la nevera, que tienes sed y abres el grifo, que tienes frio y enciendes la calefacción. ¿Sabes cuantos millones de personas no tienen esto?
         Realizar esa lista puede llevarte semanas, no importa, que son tres o cuatro semanas, comparado con el tiempo que llevas lamentándote; lo importante es que la lista esté completa. Mientras trabajas la lista, ya vas a trabajar una cualidad importantísima, yo diría que vital: la honestidad. Si fuera necesario pregunta a los que te conocen, nadie como ellos para conocer tus debilidades y tus fortalezas, ten en cuenta que tú no te ves, que sólo ves tú sombra.
         Y cuando tengas la lista empieza a trabajar: Cada día agradece y potencia, (con práctica diaria), alguna de tus fortalezas; y después reflexiona, serena, seria y honestamente, para que necesitas lo que tú crees que son tus carencias. Verás cómo cada vez te sientes más segur@ con tus habilidades y como empiezan a desvanecerse lo que tú crees que son carencias. Este trabajo te va a llevar meses, o quizás algún año, no importa, ¿qué es un año o dos comparado con todo el tiempo que llevas lamentándote.
         Suerte en tu trabajo, y si necesitas algún tipo de ayuda, por algún sitio de este blog aparece mi correo, úsalo.
                 

martes, 9 de noviembre de 2010

Abrir el corazón

Camina………. camina………. sigue caminando, no te detengas, la vida es un continuo, sin paradas, es como si fueras subid@ en una cinta sinfín que te va llevando adelante, siempre adelante.
Es posible que a veces te dé la sensación de un parón en tu vida. No es tal, la vida sigue, sólo eres tú viviendo en tus pensamientos, desconectad@ de tu divinidad, aislad@, como un niño perdido. Sólo estás pres@ de tu mente, atad@ a tu cuerpo, entre las rejas de tus pensamientos.
Suéltate………. hazlo………. y sigue adelante con el fluir de la vida, sólo tú puedes hacerlo, nadie puede liberarte salvo tú.
Puedes hacerlo………. Siéntate, cierra los ojos y empieza a sentir tu respiración, inhala, retén el aire un instante y exhala, y otra vez, y otra, sigue sintiendo tu respiración y vuelve a ella cuando te vuelvas a sentir atad@ a tu pensamiento; y pronto vas a sentir como la cinta sinfín de la vida empieza a moverse para ti, y sientes que te estás alejando de ese pensamiento que te mantenía prisioner@ sin dejarte avanzar.
Respira y sigue adelante ………. no te canses ………. no te aburras ……….  Respira y siente tu respiración, sigue adelante.
Y ahora que ya eres un/a expert@ respirando, lleva la atención al centro de tu pecho, ahí está tu corazón, siéntelo, empieza a sentir su bombeo, siente la vida circulando por tu corazón, sigue, no te canses, respira por tu corazón; empieza a sentir que algo se expande en tu pecho, respira, siente la expansión en tu pecho.
¿No sientes nada?, No te preocupes, es normal, es la primera vez que lo haces, para eso estamos aquí, para ponerle remedio. La práctica te ayudará a sentirlo. Imagina que lo sientes, imagina que se expande. Esa expansión es la energía del amor. ¡Estás abriendo tu corazón a la energía del amor!, y en el centro de tu pecho aparece un punto de luz dorada, míralo radiante y luminoso, y con cada bombeo de tu corazón empiezan a salir rayos hacia fuera, alcanzando a todas partes.
Visualízate delante y mira como te llegan esos rayos, y con cada bombeo de tu corazón vete repitiendo que te quieres. (Si te llamas María, vete diciéndote: María te quiero). Y sigue sintiendo ese amor por ti. Hasta que te quieras lo suficiente.
 Es el momento de sentir al amor verdadero, el amor divino, el amor universal. Es el momento de sentir que formamos parte de todo y que siempre vamos a tener la ayuda que necesitemos. Es el momento de confiar en la vida, de enviar amor a las personas que amamos, de eliminar envidias, rencores, odios, y transmutarlos en comprensión y misericordia.
Es el momento de sentir a Dios.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Perdonar

¿Por qué estás molest@ con tus suegros?,  ¿por qué no te hablas con tu amigo?, ¿por qué estas ofendid@ con tu hermano?,  ¿por qué le guardas rencor a tu cuñada?, ¿por qué odias a tu vecino?
¿Es posible que te sientas ofendid@ por algo que han dicho, o por algo que han hecho, o por alguna omisión? ………………. No han sido ellos, no ha sido a ti.
Y no han sido ellos, porque no son conscientes de sus pensamientos, y si no son conscientes de sus pensamientos, muchos menos de sus actos. Son como bebés, dominados por la inconsciencia. Y no ha sido a ti, si ha ocurrido, ha sido a tu cuerpo, y tu, recuerda, no eres el cuerpo.
Puede que incluso haya sido que no se han cumplido tus expectativas. Y las expectativas las creas tú con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias. Por lo tanto, en este caso, no te han ofendido, has sido tú quien se ha sentido herid@.
Pero incluso en los casos en los que pudiera haber razón para el odio, por haberte despojado de tus bienes o por haber sentido el ultraje de la violencia, no puedes guardar dentro de ti esa energía de odio, de ira, de deseo de venganza, de rencor; porque es esa energía la causante de un gran porcentaje de enfermedades físicas y emocionales. Mantener esas energías en ti, es como ir tomando un veneno gota a gota, y además la otra persona, a la que odias, no se entera de tu odio, ella sigue con su vida. Tu sol@ estás recibiendo el daño, cada día, es como si la ofensa te la estuvieran haciendo un día tras otro.
Solo hay una manera de eliminar esa energía destructiva: Perdonar. Cuando eliges perdonar: Sanas física y psíquicamente, liberas tu memoria y te permite vivir el presente, creces interiormente, se desarrolla tu conciencia, madura tu carácter.
Perdonar no borra el mal hecho, no quita la responsabilidad al ofensor por el daño hecho, ni niega el derecho a hacer justicia a la persona que ha sido herida. No necesitas para perdonar abrazarte a quién te ha ofendido. Es un proceso interior, en el que la energía de odio va desapareciendo dejando paso al Amor.
Perdonar es olvidar. Por eso quien dice que perdona pero no olvida, no está perdonando.
Recuerda a Jesús en la cruz: “Perdónales Señor, que no saben lo que hacen”. Y le estaban matando.
¿Cómo hacerlo?: Después de tu meditación. Y si no haces meditación, (que deberías hacer), en cualquier momento del día.
Sube las manos a la altura de los hombros, con los brazos al lado del cuerpo, cómodamente relajados, las palmas al frente.        
Lleva la atención al corazón.
Visualiza a la persona que vas a perdonar delante de ti.
           Lleva la atención a tu corazón sintiendo que sale un rayo de luz, igual que de las palmas de tus manos, y repite en tu interior: Yo te perdono, cualquier cosa mala que me has hecho, voluntaria o involuntariamente, con pensamientos, palabras, hechos y omisiones, incluso aunque ya no te acuerdes de lo que es.
Y después dile: Y tú, perdóname por todo el daño que te he hecho, voluntaria o involuntariamente, con pensamientos, palabras, hechos y omisiones, incluso aunque ya no me acuerde de lo que es.
Al principio, va a ser un trabajo de la voluntad, porque es posible que se revuelvan tus entrañas, pero hazlo cada día, por la mañana y por la tarde, hasta que sientas que el rencor ha desaparecido y que incluso ya no te acuerdas de la ofensa.