El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 14 de enero de 2011

¡Y qué más da!

            ¿Dónde estará la raya que separa la vida física de la vida no física?, ¿hay vida antes de nacer?, ¿dónde estábamos, entonces, antes del nacimiento?, ¿hay vida después de la muerte?, ¿dónde iremos cuando dejemos el cuerpo?, si somos multidimensionales, ¿dónde están las otras partes de nuestro yo?, esas otras partes, ¿serán conscientes de algo?, ¿quiénes son y dónde descansan los gurús, los maestros?, ¿cómo puede ser que todos estemos interconectados?, ¿cómo se aguantará la Tierra y los demás planetas en la nada sin que nadie los sujete?, si cada noche salimos del cuerpo, ¿dónde vamos?, ¿por qué no lo recordamos?, ¿por qué hay algunas personas que ven la energía y otras no?, ¿por qué nacer?, ¿por qué seremos todos distintos?, ¿todos veremos igual la misma cosa física?, ¿quién es Dios, o qué es, o cómo es?, ¿cómo…………………?, ¿dónde…………………?, ¿por qué………………?
            ¡Qué más da!
            ¿Para qué necesitamos saber todo eso?, ¿por cultura?, ¿por orgullo?, ¿por placer?, ¿nos ayudará a ser mejores?, ¿nos ayudará a ser felices?, ¿nos ayudará a sentir el Amor?, ¿sentiremos así la conexión con Dios?
            ¡Qué más da!
            De lo que si somos todos conscientes es que estamos vivos, es que hay vida después del nacimiento, y hay vida antes de la muerte.
            Las preguntas correctas son: ¿sabemos vivir?, ¿tenemos una vida feliz, alegre sana, plena, placentera, serena, amorosa, tranquila?
            Puedes aparcar las preguntas de lo que hay alrededor de la vida y centrarte en la vida. En vez de gastar el tiempo en investigar cualquier aspecto del entorno de la vida, puedes diseñar tu propia vida. Pero diseñarla seriamente, escribiendo el diseño, casi te diría que levantando un acta. Ten en cuenta que no hay acuerdo que se precie que no se recoja por escrito, haz tú lo mismo, escribe el acuerdo contigo mism@, escribe el diseño de tu vida, ya que si lo dejas en tu mente, esta te va a cambiar el diseño, como mínimo, sesenta veces cada minuto.
            Y una vez que tengas el diseño claro, vete desarrollándolo. En cada aspecto vete escribiendo tus fortalezas y tus debilidades, vete programando las acciones a seguir y cuando ya lo tengas claro, y tu mente acepte el plan, adelante, ponte en marcha, con voluntad y con constancia, sin desfallecer.
            En el diseño puedes recoger cualquier aspecto, físico, mental, emocional o espiritual; cabe cualquier aspecto que quieras mejorar o conseguir. No trabajes todo de golpe, porque vas directamente al fracaso, vete trabajando aspecto por aspecto. ¡No hay prisa!, si ya llevas un buen número de años viviendo como vives en la actualidad, bien puedes estar alguno más trabajando para cambiar tu realidad, sin prisas.
Lo que si te puedo asegurar, es que según vayas cambiando tu manera de vivir, vas a ir obteniendo respuestas a las primeras preguntas. En realidad, las respuestas van a llegar cuando ya no te importen, porque tu vida ya no estará constreñida al corsé que la mantiene rígida en la actualidad, tu vida se habrá expandido hasta ocupar un espacio mucho mayor, se habrá expandido hasta donde están las respuestas.
Hasta entonces, ¡qué más da!

miércoles, 12 de enero de 2011

Visión humana versus visión divina

Imagínate lo que vería un miope sin gafas…….., poco ¿verdad?, imagínate, ahora, la sensación de claridad y de iluminación que tiene en el momento de ponerse sus gafas……. ¡increíble! Bien, acuérdate de esto que nos vale para llevar la comparación al ser humano.
Podríamos decir que el ser humano tiene dos visiones, (hablamos de la visión de la vida, no de la visión del ojo), una visión humana y otra visión divina; aunque casi nadie es consciente de que es miope, (visión humana), y que puede ver más allá, (visiónn divina), solamente colocándose las gafas adecuadas.
La visión humana es la que las personas están acostumbradas a tener, tanto  hacia su interior como hacia su exterior: Hacia dentro la persona se ve, básicamente, como un ser con deseos: quiero que me mantengan el puesto de trabajo, quiero tener una casa en la playa con piscina, quiero que mis hijos tengan una vida feliz, quiero que mi pareja viva pendiente de mí, quiero tener hijos, quiero que siempre tengamos salud, quiero que nunca nos falte el dinero, quiero ser el/la mejor, quiero que me escuchen, quiero que me quieran, quiero que nunca faltan mis padres, quiero…….. quiero…….. quiero…….., un sinfín de deseos que llenarían una lista casi interminable.
Pero si la persona sigue mirando hacia dentro, también se ve con miedos, con ansiedad, con estrés, con incertidumbre, con dudas; aunque todo esto, sólo es una consecuencia del deseo. Un solo deseo puede generar todo lo demás, por ejemplo: El deseo “Quiero que me mantengan el puesto de trabajo”, genera: miedo a perder el trabajo, miedo a no poder llegar a final de mes, miedo a que dirá la gente, miedo a no encontrar otro trabajo, miedo a un millón de cosas más; pero no acaba todo con el miedo, el miedo le genera ansiedad: ¿Qué pasará si me echan del trabajo?, ¿cómo pagaremos la hipoteca?, todo esto pone a la persona los nervios a flor de piel, y el estrés no la deja vivir, y duda de si seguir con este colegio o cambiar a los niños, duda de las reacciones de su jefe y piensa: “me va a echar seguro”, y ¿buscaré trabajo o esperaré en el paro?………… ¡Que locura!, sólo de pensarlo da estrés. ¿Cómo podrán vivir así?
Y si la persona mira hacia afuera, aun es peor, aunque sean cosas menos importantes, pero con la diferencia de que del exterior sí es consciente, porque es materia. Afuera ve el exterior de las personas, y  las compara, y las juzga, y critica lo que ve. Afuera se ve sus arrugas, ve sus kilos, si pudiera cambiarse por……. lo haría, etc., etc.
Esta es la vida de muchísima gente, quizás también la tuya. Un solo deseo, que no es más que un pensamiento, genera una reacción en cadena de tal magnitud y envuelve a la persona con una energía tan densa, que a veces les cuesta moverse físicamente, con el resultado ya anunciado y deseado por ellos, “le echarán del puesto de trabajo”, “no llegará a final de mes”, “enfermará”, “no encontrará otro trabajo”.
Aunque parezca una exageración, no lo es. Cambia el ejemplo del miedo a perder el trabajo, por tu “deseo” personal, y verás el tiempo que te ocupa ese único pensamiento, y analiza las consecuencias, y lo que te estás perdiendo si no tuvieras ese pensamiento.
Pero de la misma manera que el miope cuando no ve se pone las gafas,  el ser humano que está viendo esa noria que tiene por vida, puede salir de su círculo vicioso sólo colocándose las gafas de la divinidad.
Con la visión divina, hacia fuera se ven otros seres divinos, que como tú, están tratando de hacer mejor las cosas cada día, seres a los que ayudo en su evolución diaria, seres a los que amo porque son mis hermanos, seres que se alegran de los éxitos de los que están a su lado, seres atemporales, seres eternos.
Y si miras hacia dentro, sólo hay un deseo, un deseo que no genera miedo, ni ansiedad, ni estrés, ni dudas; sólo hay el deseo de ser mejor cada día, sólo hay el deseo de ayudar y de servir, sólo hay deseo de Amar.
Como no todo el mundo va a tener puestas las gafas de la divinidad, es posible que pienses que si vas así por la vida, con un lirio en la mano, te van a  abofetear en los dos carrillos, es posible, pero como decía Teresa de Calcuta, “hazlo de todos modos”.
Lee una de sus reflexiones:
Las personas son a menudo, irrazonables, ilógicas y egocéntricas...… ámalas de todos modos.
Si haces el bien, la gente te acusará de egoísmo y de motivos escondidos...…
haz el bien de todos modos.
Si tienes éxito, tendrás falsos amigos y verdaderos enemigos……
ten éxito de todos modos.
El bien que hoy haces, será olvidado mañana……
haz bien de todos modos.
La honestidad y la franqueza te hacen vulnerable……
se honesto y franco de todos modos.
Los más grandes con las más grandes ideas pueden ser abatidos por gente inferior mezquina, sin ideas…… piensa en grande de todos modos.
La gente favorece a los desvalidos, pero sigue a los poderosos……
lucha por los desvalidos de todos modos.
Lo que se toma años edificar, puede ser destruido en un momento……
edifica de todos modos.
La gente necesita ayuda, pero te ataca si les ayudas……
ayuda a la gente de todos modos.
Da al mundo lo mejor de ti y te golpeará en la boca…… da al mundo lo mejor de ti de todos modos, porque en el análisis final, te darás cuenta que el asunto es solo entre tú y Dios, ya que en todo caso, jamás fue un asunto entre tú y ellos……

¿Cómo ponerse las gafas de la visión divina?: SIENDO CONSCIENTE. Se consciente de cada pensamiento. Como ser consciente de todos los pensamientos es imposible, lleva el pensamiento donde tu quieres llevarlo y PLANTEATE UN OBJETIVO CADA DÍA, o cada semana o cada mes, según sea de difícil el reto. Y vete repitiendo ese objetivo hasta que lo conviertas en un hábito. Te propongo algunos:
Durante todo el día no voy a criticar nada ni a nadie.
Durante todo el día solo voy a hablar de cosas positivas.
Durante todo el día voy a hacer una sola cosa, sin pensar en la siguiente
Durante todo el día no voy a decir: No puedo, no sé, no tengo.
Durante todo el día voy a alabar lo bueno de los demás.
Durante todo el día no voy a levantar la voz a los niños.
Hoy voy a decir a mi pareja: “te quiero”, y mañana, y al otro, y al otro y…….
Durante todo el día no voy a quejarme ni una sola vez.
Durante todo el día voy a tener paciencia con la vecina que habla mucho.
Durante todo el día no voy a fumar.
Durante todo el día no me voy a enfadar.

martes, 11 de enero de 2011

Yo no soy el cuerpo

            Todos los que estamos viviendo en la Tierra, tenemos trabajos pendientes que hacer, no hay nadie, o si hay alguno, son muy pocos, los que lo tengan todo hecho y estén aquí sólo para servir y para ayudarnos en nuestro trabajo.
            Sólo tienes que fijarte en cualquier aspecto de tu vida que su realización te cause la más leve molestia, la más leve dificultad o la más leve incomodidad, ya que eso es síntoma de que en ese aspecto concreto hay algún aprendizaje por realizar o alguna experiencia por completar.
            Tengo un amigo, que como yo, está a punto de embarcarse en una aventura apasionante, sólo que él se va al lado opuesto y sólo por dos años, se va a China, y hace pocos días me comentaba, que era feliz, pero que había algo que le causaba una cierta incomodidad, y era el hecho de tener que despedirse, y que meditando sobre eso, no encontraba cuál podría ser la causa de dicha incomodidad.
            Yo traté de ayudarle a buscar la posible causa, y le decía si podría ser la tristeza, ya que deja aquí su casa y parte de su familia, y decía que no, que no sentía ningún tipo de apego; le hablaba de la incertidumbre por lo que se podría encontrar, y seguía diciendo que no, que entre él y su pareja habían completado una lista con las posibles causas y todas fueron descartadas una a una.
Dejamos el tema, ya que no nos conducía a nada, hasta esta mañana, que en mitad de mi meditación, apareció como un flash:”Tu amigo no tiene asumido al cien por cien que es un ser divino, y de la misma manera que no existe la muerte, tampoco existen las despedidas”. Ese fue el mensaje.
Cuando se lo expliqué a mi amigo, abrió unos ojos como platos, que parecía que se iban a salir de sus órbitas y dijo; “Es cierto”, “Ya está, eso es”.
La incomodidad de una simple despedida, en su caso, era la punta del iceberg de esa falta de confianza en su divinidad.
Por eso es imprescindible estar siempre alerta a nuestras sensaciones, siempre nos están indicando algo, y no hay que echar tierra encima para esconder la sensación, hay que analizarlas, ya que de ahí vamos a sacar un aprendizaje seguro. Si la tapas con la tierra, o te acostumbras a vivir con esa sensación, no estarás aprendiendo la lección.
Esto complementa a todo lo que vamos diciendo un día tras otro, hacer listas con los defectos, aplicar la virtud contraria, meditar, respirar, etc.
El único objetivo de todo es despertar y recordar que:
Yo no soy el cuerpo
Yo no soy las emociones
Yo no soy el pensamiento
Yo no soy la mente
Yo Soy el Alma
Yo Soy un ser espiritual de inteligencia divina
De amor divino
De poder divino
Yo Soy un@ con Dios
Yo Soy un@ con el Todo
Yo Soy un hij@ de Dios
Y hasta que no recuerdes esto y actúes desde esa divinidad seguirás siendo un humano infeliz o como mucho un humano medio infeliz.

lunes, 10 de enero de 2011

Etología humana

            Supongo que todos habéis visto esa imagen tan tierna de los polluelos caminado en fila india detrás de la madre desde el mismo instante de su nacimiento. Eso se denomina impronta o troquelado, en la que el animal recién nacido reconoce como madre al primer ser vivo con el que tiene contacto.  
            La impronta fue estudiada, por el etólogo Korand Lorenz en el año 1935, quien descubrió que los polluelos que dejan un nido, después de la incubación, tratan a cualquier otro ser que tenga movilidad, como si fuera su madre. Él hizo experimentos y podemos ver filmaciones en las que los polluelos le siguen por tierra, agua y aire como si fuera su madre, creo que incluso se realizó alguna película.
            No, esto no es una clase de Etología, sólo es una introducción, para  comparar al bebé del ser humano con los polluelos que dejan el nido. Siempre salvando las distancias, SOLO ES UNA ANALOGÍA, en la que queremos resaltar que el bebé, que es un ser divino, sigue a su madre y a su padre humanos, (que también son divinos, pero no lo saben), ya que es con los primeros seres con los que tiene contacto, puesto que ese contacto no parece existir con su Padre y Madre Divinos.
            ¿Y cuál es el resultado de esa impronta humana? Pues que el bebé crece y se desarrolla únicamente como un ser humano, ignorando completamente su divinidad.
            Las enseñanzas de ese bebé son patentes desde el primer día de nacimiento. La primera enseñanza es la división, es la separación. Esta separación comienza con el sexo: Si del bebé es varón, le visten de azul, si es hembra, la visten de rosa. Y esa división que comienza el primer día de su nacimiento, se va haciendo patente desde los primeros compases de su existencia hasta el final de sus días: Al varón le regalan armas de guerra y coches, y a la hembra la regalan vestiditos y muñecas. Al varón le enseñan a reprimirse, a no llorar, a ser fuerte, a defender su espacio con la fuerza si fuera necesario, la hembra puede llorar y sufrir públicamente, la enseñan que ha de ser defendida por el varón, y en justa compensación, ella será su esclava, cocinará para él, lavará para él, estará a su disposición.
            La segunda división es territorial: La zona donde nace el bebé es una nación. Un día alguien trazó una línea y dijo “esto es una nación”. Y los que están al otro lado de la línea son el enemigo, con unos tópicos que se han encargado de airear los que han trazado la línea: o menos trabajadores que nosotros, o más pobres, o más incultos, siempre peor que los que están dentro de la línea. Aun hoy día, las mayores matanzas se realizan por defender esas líneas, es patético, es terrible, es espantoso. Y si los que están al otro lado de la línea tienen un color distinto, la separación es brutal, tan brutal que llegan a pensar que si se aparean y salen los nuevos bebés de distinto color eso puede ser terrible, una hecatombe. Y si tienen una religión distinta, hay que preservarse de ellos, porque sólo el dios que está dentro de nuestra línea es el verdadero, los otros dioses son perversos.
            La tercera división es económica: Aquí ya no se respeta si estás dentro de la línea o no. Si tienes dinero serás Don o Doña, y saldrás en la tele, enseñando a los que no tienen dinero como vives derrochando metros cuadrados, derrochando recursos, derrochando incultura.
            ¡Que mala suerte tienen muchos bebés humanos!, que sus ejemplos no saben que todos somos seres divinos, y que como seres divinos todos somos iguales, que no hay diferencia de sexo, ni de raza, ni de color, ni de religión.
            ¡Que mala suerte tienen muchos bebés humanos!, que sus ejemplos no saben que no hay líneas en la Tierra, que la Tierra es de todos, que los recursos son de todos.
¡Que mala suerte tienen muchos bebés humanos!, que sus ejemplos no saben que también son seres divinos y no pueden enseñarles a ellos a vivir su divinidad.
¡Alguien tiene que parar esto!, ¡súbete al carro de los que lo intentamos!, ¡defiende la divinidad y la igualdad en cualquier foro, sin rubor, sin vergüenza!, ¡tú también eres un ser divino!

domingo, 9 de enero de 2011

Revisión de la vida

            En algún momento cuando dejamos el cuerpo, pasan delante de nosotros, como si de una película se tratase, todas las escenas de nuestra vida.
            En esa revisión no se buscan cuales han sido nuestros logros materiales, se analiza si se han aprovechado todas las oportunidades que habíamos programado antes de entrar en el cuerpo, para lograr el objetivo de los compromisos adquiridos.
            Si en nuestra revisión comprobamos que se han cumplido todos los objetivos, ¡fantástico!, misión cumplida, a preparar la próxima vida. Pero si comprobamos que no se han cumplido los objetivos, o que incluso hemos dado un paso atrás añadiendo débitos a nuestra cuenta kármica, no pasa nada, solamente que repetiremos objetivos en la próxima vida.
            Pero…….. ¿Cuándo podrá ser la próxima vida?, y ¿dónde? Si se cumplen los objetivos previstos para la Tierra, (todos tenemos objetivos), que parece ser que sí se están cumpliendo, en poco tiempo, la Tierra habrá dejado de vibrar en la frecuencia actual que la mantiene en la tercera dimensión y, vibrará en las frecuencias más sutiles de la cuarta dimensión, lo que supone que los habitantes de la Tierra tendrán que vibrar también en la misma frecuencia para poder habitar el planeta.
            Cumplir nuestros objetivos marcados para la vida terrenal significa acercarse a las sutiles vibraciones de la cuarta y quinta dimensión, y eso sucede porque nos vamos desprendiendo de las energías pesadas y lentas del miedo, de la envidia, de los celos, de la arrogancia, de las dudas, del orgullo, de la rabia, etc., y nos invaden las energías  sutiles del amor, de la bondad, de la humildad, de la compasión. Eso es signo inequívoco de que vibraremos como la Tierra y nos garantiza que habrá próxima vida y será en la Tierra, para seguir la evolución sin retrasos según el plan establecido.
            ¿Qué pasará con los que se mantengan en tercera dimensión? Los que se mantengan en la tercera dimensión no van a poder encarnar en la Tierra ya que no estarán preparados para resistir la energía de cuarta dimensión del planeta y sus habitantes; pero tampoco van a tener un planeta donde encarnar, ya que ningún planeta de nuestro Universo estará vibrando en su frecuencia para que puedan seguir su lenta evolución desde el punto donde se encuentren, por lo que tendrán que esperar a tener preparado un planeta para sus necesidades, lo cual podría tardar del orden de dos mil quinientos millones de años.
            Y mientras ellos esperan, una parte de sus camaradas de promoción seguirán avanzando. Ellos, los que esperen, también seguirán el curso, ya que todos terminaremos la carrera, pero la repetición de su curso será dentro de muchísimo tiempo, cuando el resto estamos ya disfrutando del hogar divino.
            Pero creo que podríamos hacer algo para tratar de recuperar el terreno perdido, o al menos, si en tu caso: ¿Por qué no haces ahora el mismo ejercicio que tendrás que hacer el día que dejes el cuerpo? Si, mira la película de tu vida: Siéntate en tu espacio de meditación y deja que pase la película de tu vida delante de ti, con serenidad, con honestidad, con sinceridad, y observa, como un observador imparcial, sin ningún tipo de juicio ni de crítica, cada aspecto de tu vida.
            La película de tu vida que has de rebobinar delante de ti, no son los objetivos físicos, esos no tienen ningún valor, son los objetivos morales, los objetivos del corazón los que has programado antes de aparecer en la Tierra: Piensa si existe alguna persona que te cae mal, ahí hay trabajo a realizar; piensa en tus engaños de palabra o pensamiento, ahí hay trabajo que realizar; piensa en cada vez que sientes rabia, cada vez que gritas, cada vez que te enfadas, cada vez que te preocupas, cada vez que juzgas, cada vez que comparas, cada vez que desprecias, cada vez que criticas, cada vez que sientes celos, cada vez que piensas “te fastidias”, cada vez que ocultas la verdad, cada vez que discriminas, cada vez que tratas a los otros como diferentes a ti, cada vez que no respetas la libertad de los otros, cada vez que manipulas; ahí hay trabajo que realizar. ¡Haz el trabajo!, no lo dejes para mañana, empieza ahora.
            La Tierra ya lleva años cambiando su frecuencia, en la actualidad ya hay muchos de sus habitantes vibrando en esa misma frecuencia. No te quedes atrás, porque cuando dejes el cuerpo y te des realmente cuenta de todo lo que hay al otro lado de la materia ya será tarde para ti. Lo tienes que hacer ahora. Si los demás hemos podido, ¿Por qué tú no?, todos somos iguales, no hay nadie que sea superior a nadie. Si uno puede, todos pueden; si uno llega, todos llegan, ¿por qué tú no?

sábado, 8 de enero de 2011

Pedir ayuda

Casi siempre están las mismas personas haciendo las mismas cosas, y aunque avanzan, que ya es bueno, a excepción de unos pocos, lo hacen lentamente, demasiado lentamente para el tiempo que nos queda. Aunque es normal que avancen lentamente porque el lastre que arrastran parece demasiado pesado.
Arrastran miedo “qué pensará la gente”, arrastran dudas “y si esto me sale mal”, arrastran  orgullo “si doy esto a conocer podría perder este pedestal”, arrastran falta de amor hacia ellos mismos “es que yo no sé”, arrastran pereza “cuanto trabajo”, arrastran falta de fe “mejor no tocarlo podría salir mal”, arrastran falta de confianza “a mí no me pasa lo mismo”, arrastran dolor “que vida tan dura”, arrastran apego “yo por los míos doy la vida” ………………………..
Y todo esto a pesar de que existen miles de libros, miles de artículos, miles de webs, miles de blogs, maestros, guías, gurús; todos diciendo lo mismo, todos hablando del ser celestial que es el ser humano, todos hablando del alma, todos hablando de lo que se ha de hacer para vivir la dimensión de la divinidad. Parece que hablan para sordos.
La realidad es que, viendo lo que hay, cabe pensar que casi cada persona necesitaría un guía para ella sola, ya que cada persona se encuentra en un camino y en un punto distinto de ese camino.
Pero si cada uno en el punto donde se encuentra pudiera elevarse para ver su propio camino desde lo alto, se llevaría una sorpresa, porque podría ver que hay cientos, miles de caminos paralelos al suyo agrupándose más adelante, formando cada vez menos caminos y más cómodos de transitar, hasta llegar a un único tramo que más parece una autopista, en el que los que la transitan lo hacen a una velocidad mucho mayor que los que transitan por los primeros tramos. Es como las fuentes, los arroyos, los riachuelos, los ríos, todos desembocando en uno mayor para llegar finalmente al mar.
¿Por qué tantos caminos? Por el lastre de cada persona. Y además cada persona necesita un estímulo para empezar a caminar. Y el estímulo tiene que llegar, ya que sino la persona no se mueve del sitio, y ese estímulo puede ser una depresión desconocida, una perdida, el aburrimiento, una ruptura, una lectura, una película, una canción, etc., etc.
Hay una dificultad añadida: Cada persona ha de ser consciente del lugar en el que está y de cuál es su lastre, ya que sino no se mueve. Por ejemplo, si una persona está en el camino del orgullo, no le puedes presentar el camino de la humildad porque no lo entiende, lo primero que tiene que tener claro es que su camino es curar su orgullo, tiene que reconocerlo, y eso es difícil. La dificultad para llegar a buen puerto no es que esa persona no trabaje, puede meditar cada día, el problema es que está trabajando en una dirección incorrecta, está trabajando en vacío.
Podríamos pensar que meditando sería suficiente para conseguir el crecimiento interior que se persigue, ya que al inundarnos en la meditación con otra energía de vibración más sutil, cercana a la energía divina, podría ir sanando todos los aspectos del cuerpo, tanto físico como energético. Es un error. La meditación es un abono, e incrementa todos los aspectos que existen en el ser, tanto buenos como malos. Podría ser contraproducente, podría incluso incrementarse su orgullo y pasar a ser un orgullo espiritual, lo cual sería mucho peor.
Para saber realmente lo que hay que trabajar se ha de ser consciente de lo que realmente está impidiendo el desarrollo interior. Sólo conozco una manera, hay que pedir ayuda, ya lo hemos dicho un montón de veces, ya es hora de hacerlo: Pide a las personas cercanas a ti que te hagan una lista, con tus virtudes y tus defectos. Las guardas, les das las gracias, y después en la soledad de tu meditación  ordenas tus defectos. Si eres de los que piensan que tú no necesitas hacer esto, que ya sabes de qué pie cojeas, este es tu primer defecto, cojeas de los dos pies.
Después solo tienes que elegir un defecto para empezar a trabajar. Acuérdate, has de aplicar la virtud contraria, al principio conscientemente, hasta que veas que realmente la visión de la vida empieza a cambiar. Sólo por el hecho de asumir que tienes ese defecto, has realizado casi el ochenta por ciento del trabajo. Pronto llegarás al siguiente camino. Y a partir de aquí la meditación será otra cosa.

viernes, 7 de enero de 2011

Dudo.... luego existo, pero...... no vivo

            Hay una cita de Mario Vargas Llosa que dice: “La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”.
            Es demasiado el tiempo que muchas personas, en vez de vivir, le dedican a la duda. Dudan de si se ha de subir o se ha de bajar, dudan de si se ha de comprar o se ha de vender, dudan  de lo que dicen, dudan de lo que hacen, dudan de lo que piensan, dudan de lo que sienten, dudan…… dudan……. dudan……..
            Dudar es como retorcer la vida por todos los lados, en lugar de vivirla y disfrutarla, en lugar de tomar un camino y seguirlo, para lo cual es mucho más fácil dejar el plano de la vida liso, sin arrugarlo, sin entrujarlo. Sobre un plano liso es mucho más cómodo el camino.
Dudar es volver incesantemente sobre todos los entresijos conocidos, ¿para qué?, ¿para que vuelves siempre a los mismos escondites de tu mente si ya los conoces todos? Tu mente no quiere que resuelvas la duda, porque si lo haces  es una partida ganada a la mente, y la mente no te va a dejar que ganes ninguna partida, por eso te va a mantener de un sitio a otro, dudando, negándote la vida, porque la mente no quiere que encuentres la solución.
Dudar es recorrer de arriba abajo todos los senderos una y otra vez. ¡No!, ¡Párate! Y busca el norte, tú norte y síguelo sin dudar. Es posible que no sepas cual es el norte, pero de lo que si estás segur@ es de que no quieres ir al sur, es decir, que lo que tienes no te causa felicidad, ni te da amor, ni te da serenidad, solo te genera dudas. Si no tienes claro cuál es el norte, coge cualquier otro camino que no sea el sur, el sur ya es conocido, ya es vivido, ya es experimentado, ya es caduco, ya se acabó.
Dudas y no sabes que camino elegir porque crees que en una de las bifurcaciones está tu felicidad, está tu amor, está tu alegría, y no sabes cuál es. Pero no es cierto. Lo único que vas a encontrar en cada bifurcación son las experiencias que necesitas vivir para tu crecimiento, para tu evolución, para tu aprendizaje. Y nunca hay bifurcación equivocada, porque en la otra hay otra experiencia distinta que también tienes que vivir.
Dudar es mirar una y mil veces el mismo aspecto, como si quisieras que alguien decidiera por ti. Pero no puede ser, tu trabajo es decidir la experiencia que vas a aprender, tu trabajo es decidir la experiencia que vas a vivir, tu trabajo es decidir si sigues viviendo en el sur con sufrimiento y aburrimiento, o no.
En la casa de la duda, el mayordomo es la ignorancia, porque no se sabe, porque no se decide, porque no se tiene la certeza, en definitiva, porque no se vive, porque no "se Es". La verdadera tragedia de la duda es “no Ser”.
Y  “no Ser” supone que toda tu vida queda condicionada a los demás, que todo tú poder se lo entregas a la sociedad, a esta sociedad capitalista, caduca y perversa, porque tú eres incapaz de dirigir tu vida, por “el qué dirán”, por “qué pasará si…”, por “si yo supiera”. El “no Ser”, es la negación de tu divinidad, negación que te lleva a una falta de amor y de respeto hacia ti mism@ tan grande que pones tu vida, tu crecimiento, tu amor y tu felicidad en manos de cualquiera. ¡Eres tu quien tiene que decidir tu vida!  Porque ¡TU ERES!

jueves, 6 de enero de 2011

Yo Soy el Alma (2)

Terminábamos la entrada de “Yo Soy el Alma” diciendo que “Para vivir desde tu alma y hacer que florezca y se convierta en una llama dorada, has de llevar una vida de virtud, haciendo servicio, teniendo apropiadas relaciones con otras personas y con la Naturaleza y mediante la práctica regular de la meditación, de la oración y del silencio”.
¿Lo desarrollamos un poco?, ¿qué es una vida de virtud?: La palabra virtud, del latín “virtus”, igual que su equivalente griego, “areté”, significa "cualidad excelente", "disposición habitual a obrar bien en sentido moral".
Para Platón, la virtud es “la perfección del alma”, y para Aristóteles la virtud es una "excelencia añadida a algo como perfección".
La virtud es un hábito, es un hábito mediante el cual potenciamos las cualidades del alma, (inclusividad, amor, alegría, felicidad, participación, soledad, indiferencia espiritual, impersonalidad, desapego, libertad, serenidad, calma interior, responsabilidad, sabiduría e intuición), y como todo hábito requiere un aprendizaje y una repetición; es decir, se requiere voluntad, por lo que bien podríamos decir que la virtud es una cualidad de la voluntad que, además, supone un bien para un@ mism@ y para los demás.
Desde siempre nos han enseñado que las virtudes son: Teologales y morales. Las virtudes teologales son tres:
-          Fe: Creer lo que no vemos. Por ejemplo el alma, por ejemplo Dios.
-          Esperanza: Confiar en que vamos a alcanzar la Iluminación y vamos a disponer de los medios necesarios.
-       Caridad: Amar a Dios, amarnos a nosotros mismos, y a los otros, como a nosotros mismos.
Las virtudes morales son cuatro:
-          Prudencia: Saber cuál es el verdadero bien, y elegir los medios justos para realizarlo.
-       Justicia: Consiste en la constante y firme voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde.
-          Fortaleza: Asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien.
-          Templanza: Modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos.
Los buenos hábitos, es decir, las virtudes, consiguen que se vaya estableciendo el dominio de la inteligencia en la vida del espíritu, es decir, es utilizar la inteligencia. Los vicios dispersan las fuerzas de la persona, mientras que las virtudes las concentran y las ponen al servicio del alma.
Una persona que es perezosa, que tiene el vicio de la pereza, puede fijarse,  propósitos estupendos, pero es incapaz de cumplirlos: su propósito resulta derrotado por la pereza, por la resistencia del cuerpo a moverse. ¡Es imprescindible la voluntad! Voluntad para meditar, voluntad para no juzgar, voluntad para dejar de fumar, voluntad para no comer carne, voluntad para vivir y ser feliz, voluntad para ser cada día mejor, voluntad para amar, voluntad para servir a los demás, voluntad……….., voluntad………., voluntad.
Una persona que tiene virtudes, es decir que tiene voluntad, es libre, es mucho más libre que la persona que no tiene ninguna virtud, que es como una hoja movida por el viento. La persona con voluntad es capaz de hacer lo que quiere, cualquier cosa que decida, mientras que la otra es incapaz. La persona que no tiene virtudes, que no tiene voluntad, no decide por sí misma, sino que algo decide por ella.
¿Qué es una vida de servicio? Los valores más importantes de la esencia humana son el esfuerzo desinteresado, el servicio y la lucha a favor de una sociedad mucho mejor y unos seres humanos superiores.
El servicio es el ejercicio de la caridad. Una actitud de servicio es reconocer en cada ser humano una persona valiosa, una persona de quien se puede aprender y a quien se puede ayudar, una actitud de servicio es mostrar interés por lo que le sucede a la otra persona, es la capacidad de entender que sienten las personas, es incluir en nuestra vida el hábito de ayudar antes de ser ayudados, al hábito de comprender antes de ser comprendidos, el arte de amar antes de ser amados.
Cuando desarrollas una actitud de servicio a los demás, estas intercambiando servicio por poder. El poder que se recibe es una influencia sobre las personas a las que has ayudado, que hace que te conviertas para ellas en un líder, quieren estar contigo, te vuelves importante para ellas, eres como un imán para esas personas, te necesitan, te consultan, te respetan.
La actitud de servicio va siempre unida a una actitud positiva, es por eso que las personas con actitud de servicio a los demás, son personas alegres, optimistas, que esperan siempre lo mejor de la vida
Las personas con actitud de servicio son responsables de sus propias vidas, tienen el control de sus vidas a pesar de las circunstancias. No viven echándole la culpa a los demás de lo que les sucede.
Se puede reaccionar en forma positiva o negativa; las personas responsables de su propia vida eligen reaccionar en forma constructiva, no se dejan influenciar negativamente del ambiente. Son aquellas personas que deciden hacer lo que hay que hacer, a pesar de las circunstancias, y punto.
El servicio a los demás también es un signo de madurez. Las personas con actitud de servicio comprenden todos los beneficios que obtienen al comportarse de esta manera con las demás personas y descubren que es una filosofía de vida, un estilo de vida, el cual es un privilegio alcanzar. Servir a los demás solo se le es dado a los seres grandes.
De todo lo anterior podemos concluir que la actitud de servicio es una marca indeleble de la gente superior, del líder, de la gente iluminada, de las personas con personalidad magnética, del padre y la madre amorosos, del maestro comprometido con su profesión, del estudiante responsable, del empresario triunfador, del empleado  eficaz, es decir todo lo que cualquier persona puede desear: ¡una bendición divina! ¡un privilegio! Reservado solo para los seres superiores.
En 1888 Mahatma Gandhi fue a Inglaterra, donde estudió Derecho. Una vez iba caminando por una calle de Londres y fue sorprendido por un chaparrón de agua. Gandhi empezó a correr para huir de la lluvia y logró refugiarse debajo del alero de un lujoso hotel, ahí se quedó parado mientras pasaba el vendaval. A los pocos minutos apareció una lujosa limosina y de ella salió un magnate inglés, le bajaron las maletas y el coche fue conducido hasta el estacionamiento.
¡Oye tú!, cógeme las maletas, gritó el británico a Gandhi. Gandhi miró hacia los lados y hacia atrás para ver a quién se dirigía el magnate, ¡eh tú, hindú!, repitió el inglés con fuerza, ¡He dicho que me cojas las maletas!
Gandhi se dio cuenta de que era con él a quien hablaba el potentado, y entonces se acercó a cargarlas. El inglés le ordenó que lo siguiera hasta el cuarto piso; él subió por el ascensor y el hindú por las escaleras, porque en esa época los hindúes  eran considerados menos que los demás.
Una vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio indicado, se dispuso a retirarse.
¡Mira tú, indio!, ¿Cuánto te debo?, dijo el magnate. Señor, usted no me debe nada, contestó Gandhi cortésmente.
¿Cuánto me vas a cobrar por subirme las maletas?,  insistió el hombre. Señor, repitió Gandhi, yo no voy a cobrarle nada.
¿Tú trabajas aquí?, ¿no? No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puerta esperando que dejara de llover para continuar mi camino.
Si tú no trabajas aquí, ¿por qué subiste las maletas? Porque usted me pidió que lo hiciera, y lo hice, dijo Gandhi.
¿Quién eres tú? Yo soy Mohandas Karamchand Gandhi, estudiante de Derecho de la India. Bien, bien... entonces, ¿cuánto me vas a cobrar? Señor ya le dije, no le voy a cobrar nada y nunca pensé en cobrarle, dijo Gandhi.
Si tú no pensabas cobrarme nada por subirme las maletas, dijo nuevamente el inglés, entonces ¿por qué me la subiste? Señor, expresó el futuro Mahatma, yo le subí las maletas a usted por el inmenso placer que me causa el colaborar con los demás, por eso lo hice, porque para mí servir es un placer.
Sin comentarios.
De las relaciones apropiadas con otras personas no nos vamos a extender: Trata a los demás como tú quieres ser tratado,
¿Por qué relaciones apropiadas con la Naturaleza?: La Tierra es nuestra casa, la Tierra nos da la vida, todos los seres que la habitamos estamos unidos a ella y entre nosotros. Inspiramos aire y expiramos dióxido de carbono que necesitan los vegetales. Bebemos agua. Comemos plantas que han crecido en la tierra fértil, absorbiendo lluvia, luz y calor del Sol. Utilizamos los recursos naturales de la Tierra como fuentes de energía.
Sin embargo, nuestro planeta está enfermo. Está afectado por la contaminación, por los residuos, por la lluvia ácida....... En definitiva, por causas generadas por las acciones humanas. Así, la Tierra es un lugar especial, pero frágil, muy frágil. ¡Estamos destruyendo la Tierra!, ¡estamos destruyendo nuestra casa y nuestra despensa!, ¡estamos preparando para nuestros hijos y nietos parajes desérticos, sin agua, sin aire, sin sol! ¡Cuida la Tierra como tu casa, recicla, ahorra energía, cuida del agua, respeta los animales y las plantas! Respetar la Tierra es respetarte tú.
De la meditación, de la oración y del silencio, no es necesario decir nada.
Pasemos en silencio a nuestro espacio de meditación.

miércoles, 5 de enero de 2011

Un cuento para la noche de Reyes

Cuando vuestros niños os pregunten si existen los Reyes Magos, les podéis contar este cuento.
Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escuchar como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye, quiero... que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo, respondió el padre un poco sorprendido
- Es que... titubeó Cristina
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?
El padre de Cristina se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Cristina le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no sé, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos, pero...
- ¿Entonces es verdad? cortó la niña con los ojos humedecidos. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Cristina.
- Entonces no lo entiendo papá.
- Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla, dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Cristina se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! exclamó Gaspar. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo. Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó: Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor! dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.
- No os preocupéis por eso, dijo Dios. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental, asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje, respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen.
También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Cristina hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

Yo Soy el Alma

            Desde pequeños tenemos un ligero conocimiento de que tenemos un alma, o de que somos un alma, o algo parecido, ya que creo que no lo tenemos lo suficientemente claro, y no lo tenemos muy claro porque no parece que nos lo expliquen muy bien.
            En el catecismo de la Iglesia Católica, iglesia mayoritaria de los catalanes y los españoles, dice refiriéndose al alma: “A menudo, el término alma designa en la Sagrada Escritura la vida humana, o toda la persona humana. Pero también, lo que hay de más íntimo en el hombre y de más valor en él, aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: “alma” significa principio espiritual del hombre”.
            Y sigue diciendo: “La unidad del alma y el cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la “forma” del cuerpo, es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza”.
            Y aun dice más: “La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios, no es "producida" por los padres, y que es inmortal: no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final”.
Y sigue: “La tradición espiritual de la Iglesia también presenta el corazón en su sentido bíblico de "lo más profundo del ser", donde la persona se decide o no por Dios”.
Parece normal que no lo tengamos muy claro leyendo estas enseñanzas. No aclara muy bien si el alma es la persona, si es la vida o es la imagen de Dios. Si aclara que no la producen los padres, y que es inmortal, y que se unirá al cuerpo, cuando este resucite, aunque tampoco tenemos muy claro cómo será esa resurrección, ni que hará el alma desde que se separa del cuerpo hasta que se vuelva a unir a él.
Pero no solamente es de difícil explicación para la Iglesia Católica, sino que para casi todo el mundo, ya que la mente humana no está lo suficientemente desarrollada para entender conceptos como divinidad, Dios, alma, eternidad, etc.
Lo único que sabemos; algunos, muy pocos, por experiencia propia, y otros por las enseñanzas de libros, maestros y gurús, es que hay otra manera de vivir distinta a la que nos enseñan, en la que se puede conseguir una paz, una felicidad y una alegría que no disfrutan casi ninguno de nuestros contemporáneos, y que no han conseguido casi ninguno de nuestros antepasados, y que parece ser que ello es debido a la unión con el alma.
Pero si ya somos el alma, ¿cómo podemos unirnos a algo que ya somos? Seguramente, aquí está el quid de la cuestión, en saber que es el alma, en saber cuál es su ubicación en nosotros, en saber porque no la sentimos, en saber que hay que hacer para identificarse con ella, y seguramente en saber mil cosas más que se le pueden ocurrir a cualquier persona que se pare un momento a meditar en este tema.
¿Qué es el alma?: En algún momento de la Creación se originan las Mónadas o unidades de conciencia. Las Mónadas son como chispas de Fuego Supremo, como fragmentos divinos, como fragmentos de vida divina separada como entidad individual.
Las Mónadas, en el momento de la Creación son omniscientes, (capacidad de saberlo todo), y omnipresentes, (capacidad de estar en todas partes simultáneamente), pero únicamente lo son en el plano en el que fueron creadas, ya que en todos los demás planos son inconscientes e insensibles, incluido el plano físico, por lo que no son capaces de responder a todas las vibraciones divinas del universo.
Para poder ser sensibles en todos los planos, en todos omniscientes, en todos omnipresentes, las Mónadas han de manifestarse en esos planos, de ahí que todo el proceso de la evolución del “Yo” individual es una actividad escogida por las Mónadas mismas. Estamos en los mundos de la materia, porque hemos querido vivir.
Este impulso divino, buscando siempre la más amplia manifestación de vida, es perceptible en toda la naturaleza y se le denomina la voluntad de vivir. Aparece en la semilla al asomar su brote hacia la luz y en el capullo rompiendo su prisión y expandiéndose a la claridad del sol.
Las Mónadas comienzan su descenso a la materia, irradiando sus rayos de vida, ya que las Mónadas siempre permanecen en el plano donde fueron creadas, “en el seno del Padre”, siendo sus rayos de vida los que llegan al océano de la materia, apropiándose allí  de los materiales necesarios para su evolución en los planos inferiores.
A ese conjunto se le llama Triada Superior,  Alma Superior, Yo Superior y Hombre Celestial, entre otras; y es de naturaleza idéntica a la de la Mónada aunque con una fuerza menor por los velos de materia que la envuelven. Este Alma Superior reside en un plano que es conocido como el plano causal, y no se mueve de ahí mientras duran todas las encarnaciones del ser. Y es desde aquí que el Alma Superior lanza también sus rayos de vida hasta la materia para formar lo que se denomina alma encarnada.
En el séptimo mes, el alma encarnada se localiza en el feto, y su localización está en el duodécimo chakra, es decir, treinta centímetros por encima de la cabeza.
El duodécimo chakra parece una estrella dorada. Se le llama, en algunas tradiciones, “Estrella del alma”. Cuando una persona madura espiritualmente, la estrella dorada evoluciona a una perla dorada, a una bola dorada, a un brote dorado o a una llama dorada. En la terminología cristiana, esto es lo que se llama el “Fuego de Pentecostés”. Si el practicante aún evoluciona más, el brote dorado literalmente florece y se abre hacia arriba como una pequeña flor de loto dorada.
Desde el duodécimo chakra, el alma encarnada, irradia hacia fuera, formando “el aura del alma”, o “energía del alma”.
Así como el cuerpo etérico penetra el cuerpo físico, y está dentro y fuera del cuerpo físico, así mismo, la esencia del alma penetra el cuerpo físico, yendo más allá de este. Por eso, el cuerpo físico está realmente dentro del alma y no el alma dentro del cuerpo físico.
Los cuerpos físico, energético, astral y mental inferior se hallan todos dentro del alma encarnada. Por lo tanto, podemos definir a la persona como un alma con un cuerpo físico y otros cuerpos sutiles.
Resumiendo: La Chispa Divina, que es Creación de Dios proyecta una porción de sí misma y se manifiesta en el plano causal, como el Alma Superior. El Alma Superior extiende y proyecta una porción de sí misma manifestándose como el alma encarnada.
¿Por qué no somos conscientes de esto?: Porque nuestra mente es muy poderosa y está entrenada para las cuestiones materiales, pero no para las espirituales, entender espiritual como las cosas del alma, no de la iglesia. Si cuando somos pequeños en vez de enseñarnos que hemos de estudiar para ser ingenieros y tener mucho dinero, nos enseñaran a amar para unirnos a Dios, toda nuestra vida sería completamente distinta, porque distintas serian nuestras creencias, nuestras convicciones y nuestra manera de pensar y actuar.
Al no ser conscientes de nuestra divinidad, no tenemos contacto con nuestra alma, por lo que el duodécimo chakra, el chakra del alma está completamente cerrado, y no lo va a abrir ningún chaman, sólo se va a abrir cuando tomes contacto con él, será entonces cuando comience el auténtico y verdadero trabajo para el que has decidido venir a la materia. No estás aquí para ser ingeniero, no estás aquí para tener una suculenta cuenta corriente, no estás aquí para casarte y tener hijos, no. Estás aquí para unirte a tu alma, estás aqui para unirte a Dios, nada más.
Nada puede apartar de Dios al espíritu humano. Por lo tanto, tu primer trabajo es conocerte a ti mism@, y convertirte en un ser espiritual, que es lo que eres. Un ser espiritual es aquel que estando en el mundo, entiende que hay una razón de su estancia aquí, que esa razón es la unión con Dios y que para esa unión necesita vivir desde su alma.
Para vivir desde tu alma y hacer que florezca y se convierta en una llama dorada, has de llevar una vida de virtud, haciendo servicio, teniendo apropiadas relaciones con otras personas y con la Naturaleza y mediante la práctica regular de la meditación, de la oración y el silencio.
Créeme, merece la pena intentarlo.