El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 22 de junio de 2012

Las razones de la mente

            A veces parece que la mente fuera un contrincante de Dios, un contrincante del Amor, un contrincante de la propia paz y felicidad del ser humano, ya que todo, o casi todo lo que sale de ella es para separar, en lugar de unir; para separarnos de Dios, del Amor, de la serenidad y la dicha. Es decir, nos separa de su esencia y nos une al dolor y al sufrimiento, posiblemente por ser sus propias creaciones.

            Y, sin embargo, la mente también ha sido creada por Dios, como todo lo que existe. ¡Cuánta soberbia!, no sólo no reconocer su linaje, sino enfrentarse a su propio Creador. Su soberbia está siempre al acecho para salir a la luz a la mínima oportunidad, al menor resquicio que dejamos en su puerta.
            Después de años de meditación diaria e intenso trabajo para limpiar las “malas hierbas” de mi cuerpo, para eliminar o sustituir los malos hábitos, para fortalecer el carácter en contraposición con la mente y taponar así los resquicios por donde esta pudiera asomar su soberbia, y para desterrar, también, todo tipo de creencias y verdades, aun aparecen, en algunas ocasiones, dudas, miedos e intolerancias.
            Es cierto que cada vez son menos en cantidad, más espaciadas en el tiempo y de menor duración, pero están ahí, como escondidas, aparecen y se pasean por mi mente cuando menos lo espero.
            En el momento que toman posesión de mí, soy consciente, en todos los casos, de las razones que expone mi mente para su justificación: “Es la constatación de un hecho”, “Es alguien que está mintiendo a sabiendas”, “Es una injusticia”, “Es un ladrón”, bla, bla, bla. La mente, tan poderosa ella, trata de enredarme con argumentos que sabe que son mi debilidad. ¡Cómo no va a saberlo!, si entre todos los pensamientos que se pasean por mi cuerpo mental, estos tienen un ancho camino hasta el cerebro para poder expresarse a su antojo, casi una autopista.
            En la mayoría de los casos estoy siendo consciente de esos pensamientos que aparecen en mi mente, (ya es algo). Unas veces, las más, consigo que el pensamiento se quede en eso, sólo pensamiento, y en el momento siguiente, una vez disipado el pensamiento, busco el silencio, para contrarrestar ese desliz de la mente, contraponiendo pensamientos elevados para limpiar las energías de baja calidad generadas por los pensamientos anteriores.
            Existen otras ocasiones, es cierto que son las menos, (pero existen), en las que no soy capaz de detener el pensamiento y este viaja hasta la boca, saliendo de esta a borbotones, ensuciando todo lo que encuentra a su paso, en primer lugar a mi propio cuerpo. Es increíble, la mente trabaja en mi contra. Cuando soy consciente de esto, me dejaría caer de bruces para pedir perdón a todos a los que ha ensuciado mi palabra, generada por malignos pensamientos.
            Aunque todavía no me dejo caer de bruces, si que intento sentarme a meditar de inmediato para solicitar el perdón y bendecir la situación pasada una y mil veces.
            Me pregunto: Si yo que estoy bastante entrenado, la mente me busca las vueltas para dominar con sus razones, ¿Qué será de aquellos que ni tan siquiera distinguen entre ellos y su mente? Es entonces cuando entiendo la cantidad de vidas de sufrimiento por las que hemos de pasar una y otra vez, ya que las Leyes del Universo se cumplen de manera inexorable, se tenga conocimiento de ellas o no.
            ¡En fin!, supongo que este es el peaje que hemos de pagar por nuestra matriculación en nuestro curso de evolución y crecimiento. Voy a seguir meditando y trabajando para eliminar las “malas hierbas” que de manera constante van creciendo en nuestro campo.


           

           

lunes, 18 de junio de 2012

Papi ¿Cuanto me amas?


            Esta es una de tantas historias que circulan por la red. Pero para mí no ha sido una más, ya que he llorado como hacía tiempo no lo hacia, y me apetece compartir mis lagrimas con vosotros.


            El día que mi hija nació, en verdad no sentí gran alegría, ya que la decepción que sentía, parecía ser más grande que el gran acontecimiento que representa tener una hija.
¡Yo quería un varón!
            A los dos días de haber nacido fui a buscar a mis dos mujeres, una lucía pálida y agotada, y la otra radiante y dormilona.
            En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisita de mi Carmencita, y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla con locura.
            Su carita, su sonrisita y su mirada, no se apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo se lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña, hacia planes sobre planes, todo sería para mi Carmencita.
            Este relato era contado a menudo por Rodolfo, el padre de Carmencita, y yo, también sentía gran afecto por la niña, que era la razón más grande para vivir de Rodolfo, según decía él mismo.
            Una tarde estaba mi familia y la de Rodolfo haciendo picnic a la orilla de un río, cerca de casa, y la niña entabló una conversación con su papá, todos escuchábamos:
-          Papi,….. cuando cumpla quince años, ¿Cuál será mi regalo?
-          Pero mi amor, si apenas tienes diez añitos, ¿No te parece que falta mucho para esa fecha?
-          Bueno papito,….. tú siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí.
La conversación se extendía y todos participábamos de ella. Al caer el sol regresamos a nuestras casas.
Una mañana me encontré con Rodolfo enfrente del colegio donde estudiaba Carmencita, quien ya tenía catorce años. Rodolfo se veía muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro. Con gran orgullo me mostraba las calificaciones de Carmencita. Eran notas impresionantes, ninguna bajaba de diez puntos, y las anotaciones que habían escrito sus profesores eran realmente conmovedoras. Felicité al dichoso papá.
Carmencita ocupaba toda la alegría de la casa, ocupaba la mente y el corazón de toda su familia, especialmente el de su papá.
Fue un domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a misa, que Carmencita tropezó con algo, eso creímos todos, y dio un traspiés. Su papá la agarró de inmediato para que no cayera. Ya instalados en la iglesia, vimos como Carmencita fue cayendo lentamente sobre el banco y casi perdió el conocimiento.
La tomamos en brazos mientras su papá buscaba un taxi para ir al hospital.
Allí permaneció durante por diez días y fue entonces cuando le informaron que su hija padecía una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón, pero no parecía ser algo definitivo, había que practicarla más pruebas para llegar a un diagnóstico firme.
Los días iban pasando, Rodolfo renunció a su trabajo para dedicarse al cuidado de Carmencita. Su madre quería hacerlo, pero decidieron que ella trabajara, ya que sus ingresos eran superiores a los de él.
Una mañana, Rodolfo se encontraba al lado de su hija, cuando ella le preguntó:
-          ¿Voy a morir, no es cierto?, ¿Te lo dijeron los doctores?
-          No mi amor,…. No vas a morir. Dios que es tan grande, no permitiría que pierda lo que más amo sobre este mundo. Respondió el padre.
-          ¿Van a algún lugar?, ¿Pueden ver desde lo alto a su familia?, ¿Sabes si pueden volver? Preguntaba su hija.
-          Bueno hija,…… en verdad nadie ha regresado de allá a contar algo sobre eso. Pero si yo muriera no te dejaría sola. Estando en el más allá buscaría la manera de comunicarme contigo. En última instancia utilizaría el viento para venir a verte.
-          ¿Al viento?, y ¿Cómo lo harías?
-          No tengo la menor idea hijita. Sólo sé que si algún día muero, sentirás que estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas.

Ese mismo día por la tarde, llamaron a Rodolfo. El asunto era grave. Su hija se estaba muriendo. Necesitaba un corazón, pues el de ella no resistiría sino unos quince o veinte días más.
-          ¡Un corazón!
-          ¿Dónde hallar un corazón?
-          ¡Un corazón!
-          ¿Dónde, Dios mío!
Ese mismo mes Carmencita cumpliría sus quince años. Y fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante. Una esperanza iluminó los ojos de todos, las cosas iban a cambiar.
El domingo por la tarde ya Carmencita estaba operada. Todo salió como los médicos lo habían planeado. ¡Éxito total!
Sin embargo, Rodolfo todavía no había vuelto por el hospital y Carmencita lo extrañaba muchísimo. Su mamá la decía que todo estaba muy bien, y que su papito será el que trabajaría para sostener a la familia.
Carmencita permaneció en el hospital por quince días más. Los médicos no habían querido dejarla ir, hasta que su corazón estuviera firme y fuerte, y así lo hicieron.
Al llegar a casa se sentaron en un enorme sofá, y su mamá con los ojos llenos de lágrimas la entregó una carta de su padre.
“Carmencita, hijita de mi corazón. Al momento de leer mi carta, ya debes de tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho. Esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron.
No puedes imaginarte ni remotamente cuanto lamento no estar a tu lado en este instante.
Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenías diez añitos, y a la cual no respondí.
Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás haría por su hija….
Te regalo mi vida entera, sin condición alguna, para que hagas con ella lo que quieras.
¡¡Vive hija mía!!, ¡¡Te amo con todo mi corazón!! 

Carmencita lloró todo el día y toda la noche, y al día siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papá. Lloró como nadie lo ha hecho jamás y susurró:
-          Papi,….. ahora puedo comprender cuanto me amabas. Yo también te amaba y nunca te lo dije. Ahora comprendo la importancia de decir “Te amo”, y te pido perdón por haber guardado silencio tantas veces.
En ese instante, las copas de los árboles se movieron suavemente, cayeron algunas hojas y florecillas, y una suave brisa rozó las mejillas de Carmencita. Alzó la mirada al cielo, intentó secar las lágrimas de su rostro, se levantó, y emprendió el regreso a su hogar.

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Nunca dejes de decir “Te amo”
No sabes si será la última vez
Cada día, a cada instante, expresa tu amor.


jueves, 7 de junio de 2012

Basta de busqueda


Siempre nos han enseñado a ser alguien, y si puede ser más que los demás, ¡mejor! Nos han enseñado a ser un macho, a ser femenina, a ser ingeniero, a ser….., a ser…., a ser…. Desde siempre, desde pequeñitos.
Siempre nos han enseñado a compararnos con algún modelo, en los estudios, en el trabajo, en la vida, en la relación. Por lo tanto, si tenemos que compararnos con alguien, es claro que siempre hay alguien mejor que nosotros, siempre hay alguien a quien imitar, siempre hay alguien a quien admirar, siempre hay alguien a quien idolatrar, SIEMPRE QUEREMOS SER COMO ALGUIEN, PORQUE ESO ES LO QUE NOS HAN ENSEÑADO. Y cuando no somos como ese alguien somos infelices, tristes, reprimidos.
Nadie nos ha enseñado lo que es el amor, ese amor que no se extingue y como conseguirlo, nadie nos ha enseñado lo que es la paz mental y como conseguirla, nadie nos ha enseñado lo que es felicidad duradera y como conseguirla. Nadie nos ha hablado nunca de la mente, de su poder, de su capacidad magnética, de su capacidad de atracción. Nadie nos ha dicho que podemos conseguirlo todo y, claro, como no estamos entrenados nunca conseguimos nada. Y como no estamos entrenados para conseguir las cosas de manera fácil, nos pasamos la vida persiguiendo, persiguiendo ideales, persiguiendo imposibles, persiguiendo deseos. Nos pasamos la vida imitando a los modelos de vida, sin saber que esos modelos de vida también persiguen a otros modelos, porque tampoco nadie les ha dicho que ya son perfectos, que no necesitan “maestros”, ni “guías”, ni “gurús”.
Nadie nos ha dicho que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, y si nos lo han dicho, no lo hemos entendido porque lo han hecho con la boca pequeña. Estar hechos a imagen y semejanza de Dios quiere decir que no necesitamos crear nuestra propia imagen, que no necesitamos máscaras, que no necesitamos engañar ni fingir, porque ya tenemos una imagen, nuestra imagen, la de siempre, la imagen de la divinidad porque somos seres divinos. Estar hechos a imagen y semejanza de Dios quiere decir que no tenemos que agradar a nadie, que sólo tenemos que amarlos. Estar hechos a imagen y semejanza de Dios quiere decir que no tenemos que juzgar a nadie, que sólo tenemos que ayudarlos. Estar hechos a imagen y semejanza de Dios quiere decir que todos somos hermanos porque todos somos sus hijos.
Está claro que nos han enseñado mal. Pero nunca es tarde para darse cuenta y después rectificar. Ahora tenemos que desaprender lo aprendido. Es momento de dejar de perseguir maestros, es momento de dejar de imitar, es momento de convertirnos en nuestro propio maestro, es momento de convertirnos en nuestro propio Dios.
Es momento de apreciar y disfrutar de esa soledad de la que huimos como la peste. Necesitamos gente a nuestro alrededor, necesitamos a nuestros aduladores y a nuestros adulados, necesitamos ruido. Sin embargo, lo importante, lo realmente importante, lo hacemos solos. Nacemos solos, morimos solos, y nuestros sufrimientos y alegrías las sentimos en la soledad de nuestro cuerpo, aunque podamos explicarlo y compartirlo, nunca podrán sentirlo. No nos han enseñado que la soledad es uno de nuestros mayores poderes, de nuestros dones, porque es el camino de acceso a nuestra paz interior, a nuestra fortaleza interior, es el camino de acceso a nuestra alma.
¿Cómo desaprender lo aprendido?, ¿Cómo encontrar en ti a tu maestro?, ¿Cómo vivir a Dios en tu interior? Solamente hay una manera: Meditando

lunes, 4 de junio de 2012

Acercarse a Dios


            En la Tierra se dan las condiciones necesarias para que todos sus habitantes sean felices y vivan en la abundancia. Y, entonces, ¿Por qué los seres humanos no son felices?, ¿Por qué existe la miseria?
El que los seres humanos no sean felices, sólo es causa de su ignorancia, ignorancia que es como un velo que le impide conocer su verdadera identidad, su auténtica naturaleza y sus propias capacidades. La ignorancia limita al ser humano a lo finito, a la materia, a su cuerpo, y todo lo que desea: el amor, la salud, la riqueza, etc., lo hace a través de lo que conoce, su finitud.
La razón de la miseria, no es más que el egoísmo humano, que también es fruto de la misma ignorancia. La Tierra proporciona los suficientes productos para el sustento de todos los que la habitan, e incluso con el montaje social, en el que para todo es necesario el dinero, también se dispone del necesario para proporcionar vivienda, vestido, salud, enseñanza y alimento a toda la población humana; pero esos recursos monetarios en vez de ser utilizados para la preservación de una vida digna, se utilizan para la destrucción de la misma vida.
¿Cuál sería la solución? Es fácil, el abandono de la ignorancia y la recuperación del conocimiento de lo que el ser humano es, la recuperación de la divinidad, la recuperación de la comunión con Dios. Quien se acerca a Dios, ya no siente que los que le rodean sean diferentes a él.
El ser humano común es como una marioneta, movido por los hilos de sus deseos, de sus creencias, de sus hábitos, de sus emociones, de sus pasiones; y todos esos hilos le hacen moverse al capricho de esas tendencias. ¡Pobre ser humano! que vive en la ignorancia, manteniendo prisionera a su alma, inmóvil por tantas ataduras, amordazada por la coraza de la que se ha provisto el corazón para no ver el sufrimiento ajeno. Este hombre común limita sus intereses a sí mismo y a las cosas materiales que le rodean.
Se han de romper las ataduras para acercarse y encontrar a Dios, ya que el ser humano que encuentra a Dios se identifica con el mundo entero. Dios ha conferido a todos los seres el poder para romper esas ataduras. Pero para usar ese poder se ha de utilizar la voluntad, (otro bien escaso en la generalidad humana), para trabajar en la expansión de la conciencia, y pasar así de la finitud de la materia a la infinidad del Universo, a la infinidad de Dios.
Meditación, oración y/o silencio, son las herramientas que permiten al ser humano la expansión de su conciencia y acceder a la llave que abra la coraza de su corazón, para penetrar en él y en el de todas las criaturas.
El ser humano es infinito, no tiene limitaciones. Las limitaciones que cree tener sólo son ilusiones, como su misma vida, un sueño. Sólo ha de despertar y a partir de ahí, el ser humano se torna libre, es ser humano es feliz.   

domingo, 3 de junio de 2012

El poder de la palabra


El poder de la palabra es uno de los grandes dones que Dios le dio al ser humano. Mediante el sonido y la palabra expresamos el estado de nuestra conciencia, y dejamos salir a la luz aquello que hasta el momento permanece oculto en nuestro pensamiento.
El propósito del lenguaje es revestir el pensamiento, es darle forma y ponerlo a disposición de los demás, ya que cuando hablamos, evocamos un pensamiento y le damos vida, haciendo audible lo que está oculto dentro de nosotros. La palabra es reveladora, y esa palabra puede ser correcta, y crear así una forma que encierre un propósito benéfico, o incorrecta y crear una forma que tenga un objetivo maligno.
Sin darnos cuenta, hablamos incesante e irresponsablemente día tras día, hora tras hora, empleamos palabras y más palabras, multiplicamos sonidos, y nos rodea­mos de mundos de formas sonoras creadas por nosotros mismos. ¡Qué bueno sería aplicar el dicho!: “Antes de hablar hay que pensar”. Así, después de pensar, podremos seleccionar las correc­tas palabras que expresen el correcto pensamiento. De ese modo nuestras palabras no llevarán la discordia, sino que serán razón para la unión, ya que la palabra incorrecta separa.
Hablar, hablar, hablar, hablar porque si, hablar sin ton ni son, en vez de hablar para emplear la palabra con fines constructivos, o para expresar la fuerza del amor al mundo. Hay que aprender a callar, hay que aprender a permanecer silencioso y a no perder tiempo en quejas inútiles, aunque para callar, es imprescindible ver lo divino en todo, así, no se piensa mal, y por lo tanto no se critica.
Hay que vivir en silencio y no intervenir en los asuntos de los demás, hay que vivir en silencio y no revelar lo que no concierne. Hay que entender al prójimo como si de uno mismo se tratara, de esa manera la vida, el pensamiento y, si es necesaria, la palabra, estarán llenas de comprensión y amor.
Es posible que se conozcan las debilidades del hermano, y rápidamente se critique, pero sólo es señal de imperfección, de inmadurez y de falta de amor. Se critica solamente si no se ama. Hay que aprender a amar y ese amor arrojará una nueva luz sobre lo que se percibe, es la manera de aprender a sentir, de aprender a comprender, de aprender a respetar, de aprender a valorar el silencio.
La palabra que critica es como un veneno virulento. Se critican los defectos que arrastra uno mismo. No vale decir que es el reconocimiento de un hecho, porque tal reconocimiento, si sirve para corregir, ha de ser realizado con amor, no con lengua viperina. Incluso en el mismo caso del reconocimiento de un hecho, no se está en posesión de toda la verdad, no se conocen los problemas como realmente son, se desconocen las causas de los otros que les hacen reaccionar de una u otra manera.
Mantener el silencio es acercarse a Dios.

domingo, 27 de mayo de 2012

Ayuda y servicio


Desde la Fundación Elial necesitamos tu ayuda.
Desde el pasado mes de Marzo está funcionando el proyecto “Shikoba, Centro gratuito de sanación y crecimiento interior”.
Desde entonces hemos realizado 214 terapias de sanación, 25 charlas y conferencias sobre crecimiento interior, dos intensivos de meditación en fin de semana, y meditaciones dos veces por semana. Todo de forma totalmente gratuita, para ayudar a las personas en su despertar y su camino de evolución interior, colaborando en la sanación de su cuerpo y de su alma.
El Centro ya cuenta con tres terapeutas que ofrecen sus terapias de manera altruista, como un servicio en su propio crecimiento. Y hay más a la espera de poder colaborar, pero ya no tenemos espacio, ya que todas las actividades se están realizando en  nuestro domicilio: Utilizamos el salón para realizar el yoga, las conferencias y las meditaciones; y dos dormitorios para realizar las terapias.
El Centro se está financiando con nuestros ahorros, con clases de yoga, (que es lo único que se cobra, aunque mucho más económico que los Centro de yoga al uso), con las pequeñas donaciones que recibe de algunas de las personas que reciben las terapias, y con otras pequeñas cantidades, que son recibidas como el maná del cielo, de algunas donaciones recibidas desde España y doce socios, también de España.
La demanda de terapias es muy grande, la lista de espera está sobre los diez días, y la asistencia a las charlas, conferencias y meditaciones, ha sobrepasado nuestra capacidad de espacio, ya que en las últimas meditaciones está asistiendo una media de 30 personas, y creciendo.
Por todo esto, hemos decidido dejar el salón de casa y buscar un lugar más acorde para realizar todas las actividades. Estamos visitando locales, y estamos en negociación con los propietarios de uno de ellos, pero son necesarias la realización de algunas obras de adecuación, y nosotros solos no llegamos. Necesitamos ayuda, para cubrir un presupuesto de 40.000 soles, que al cambio suponen unos 11.500 euros o 16.000 dólares.
¡Es mucha la necesidad de ayuda!, y nos involucramos en todo lo que podemos, ya que además de las actividades del Centro, estamos realizando voluntariado activo en un hogar de niños abandonados, y colaborando en necesidades puntuales que se presentan en familias que no pueden hacer frente a necesidades de sus hijos, necesidades que para ellos son extraordinarias, como puede ser la atención hospitalaria, compra de gafas para niños con problemas de visión y un sinfín de cosas más, que hay que vivir en primera persona en este país, para poder llegar a entenderlas. Aquí el problema no son los recortes sociales, no se puede recortar nada, porque nada tienen.
Solo quiero recordaros “que es dando que se recibe”. Y aunque parece una frase hecha, no lo es, es real. La tercera Ley del Alma, que rige toda la actividad del alma, es la Ley del Servicio.
La Ley del Servicio no puede ser evadida. Eludirla trae el consiguiente castigo, si se hace conscientemente. La capacidad de servir marca una definida etapa de progreso en la evolución y, hasta no llegar a esa etapa, no puede prestarse un servicio espontáneo brindado con amor y guiado por la sabiduría. Hasta ese momento lo único que habrá serán buenas intenciones, buenas palabras y apoyo moral.
Hoy el mundo está llegando firmemente a comprender que “ningún ser humano vive para sí mismo” y que sólo cuando el amor, sobre el cual se ha escrito y hablado tanto, se exterioriza como servicio, el ser humano puede estar a la altura de su capacidad innata.
No es fácil servir. El servicio generalmente se interpreta como algo muy deseable, pero raras veces se comprende cuán difícil es servir. Implica sacrificar tiempo, todo aquello que nos interesa y las propias ideas; requiere un trabajo excesivamen­te arduo, porque necesita un esfuerzo deliberado, sabiduría consciente y habilidad para trabajar sin apego. Estas cualidades no las logra fácilmente el ser humano común, las logra aquel que ha conseguido despertar y sube con paso firme los peldaños de su evolución.
Si sientes la necesidad de servir, te estamos esperando. Puedes hacerlo colaborando de manera puntual o haciéndote socio aportando una cantidad mensual.
Para hacerte socio clica en el siguiente enlace:


Para realizar una aportación, estos son los números de cuenta:

Cuenta en España:

"LA CAIXA"
Nº de cuenta: 2100-2868-93-0110132202

IBAN: ES4921002868930110132202

Código SWIFT: CAIXESBBXXX

Titular: J. Alfonso Vallejo (Presidente de la Asociación)


Cuenta en Perú:

"INTERBANK"
Nº de cuenta: 420-3043851663

Código SWIFT: BINPPEPLXXX

Titular: Asociación Elial



Gracias. Bendiciones para todos.

viernes, 18 de mayo de 2012

De terapeutas, sanadores, maestros y gurús (2).


            La humanidad actual necesita de mucha ayuda para despertar y cambiar su vibración, y poder así despegarse del cuerpo y acercarse al alma, para aprender a Amar, para servir a sus hermanos, para acercarse a Dios.
Para ofrecer esa ayuda son necesarias cuantas más personas mejor, y colaborar así, siguiendo el Plan Divino, en la sanación de los cuerpos y el despertar de los egos, que es la llave que abrirá la coraza de los corazones, corazones que son los instrumentos y mensajeros del alma, y vehículo de transporte hacia la divinidad; divinidad que es la misma en todos los habitantes del planeta.
            Terapeutas o no, todos somos importantes en esta tarea, todos somos a la vez alumnos y enseñantes, terapeutas y pacientes, ya que cada persona necesita algo diferente a las demás, algo consustancial con su momento y su nivel de crecimiento y evolución.
             Pero todos, sobre todo los que están un poco en contacto con su corazón, han de realizar esta sagrada tarea con amor, con compasión, con misericordia, con dulzura. No puede alguien que se hace llamar terapeuta, sanar y arreglar con una mano, y enfermar y desarreglar con la otra. No es lícito que un terapeuta que se dedica a colaborar en la sanación de otros, provoque con su comportamiento desarreglos emocionales en otras personas, que curiosamente suelen ser los que se encuentran más próximos.
            Eso sólo es un signo de inmadurez, y no son conscientes de que el Karma liberado por la sanación, queda disminuido o minimizado ante el Karma generado por su comportamiento.
            Es necesario que un terapeuta de la Era de Acuario sea ejemplo de vida para sus pacientes, para sus amigos, para su familia, para todos los que le rodean, en su caminar por la vida. La meditación y el trabajo interior, han de ser las primeras actividades que cada terapeuta debe realizar en su día. Antes de intentar colaborar en cualquier sanación, ha de trabajar en la suya propia.
            Tampoco es lícito para un terapeuta “pasar por lo que no se es”, y hacer creer a los demás en títulos que no se ostentan o en cualidades que no se tienen. Vivo en un país hermoso, con gentes maravillosas, pero con problema de “titulitis”, aquí es más importante el titulo que la persona, hasta el extremo de llamar a las personas por su titulo antes que por su nombre. Esto puede llamar a engaño, sobre todo si el terapeuta no deshace el malentendido y explica que sólo es un terapeuta. No puede, ni debe un terapeuta arrogarse un título indebido, como por ejemplo hacerse llamar “doctor” cuando su especialidad son los masajes.
            También nos encontramos, en todo el mundo, con la costumbre de llamar “maestro” a alguien que sólo dirige una meditación, o da una charla sobre cualquier tema “espiritual”. Un Maestro es alguien que ha alcanzado la realización. No hay muchos encarnados, y casi nadie de los que transitamos por la vida podemos calificarnos con el título de maestro, y no sólo eso, sino que ni tan siquiera debemos permitir que nos nombren como tal, ya que “quien calla otorga”.
            Ser terapeuta o sanador comporta mucha más responsabilidad de la que muchos puedan creer. La actitud de un terapeuta ha de ser recta, clara y honesta en todas las facetas de la vida. Ha de ser ejemplo de vida, ha de ser amoroso y respetuoso con todos.

domingo, 13 de mayo de 2012

De terapeutas, sanadores, maestros y gurús (1)


            Esta entrada es una especie de actualización pública de mis creencias. Aunque queda mejor decir, de parte de mis creencias espirituales, y sobre todo las relacionadas con la sanación.
            Recuerdo cuando realicé el curso de terapeuta y maestro Reiki, que aprendí que las dos reglas principales del Reiki son:
-          La terapia deber ser solicitada por el paciente.
-          Siempre debe existir una contraprestación.
Y así lo enseñé yo a lo largo de los años, ya que la razón de esas dos reglas, me parecían, en cierta manera, lógicas.
La primera basaba su razón en que si el paciente no solicitaba la terapia, es que, posiblemente no la necesitara, y debía seguir con la enfermedad por alguna razón, que ni él, conscientemente, conocía.
La razón de la segunda, es que existía un trabajo, una entrega de energía, un curso que avalaba la terapia, el cual había tenido un coste, y posiblemente alguna razón más, que ahora no recuerdo. Todo ello daba como resultado que se debía abonar algo por la terapia, aunque fuera poco, y por los cursos que se realizaban, porque debía existir un intercambio de energía, por un lado la monetaria, y por el otro la sanadora.
Además del Reiki, he realizado cursos de otras técnicas de sanación, y en algunas otras, no sólo avalaban dichas teorías, sino que llegaban más lejos, hacían firmar un documento de confidencialidad, para que no se comentara nada de lo aprendido, si no era dentro de un curso de formación, con precios ya establecidos y enormemente costosos. (Confidencialidad que sigo respetando por creencias kármicas).
Pero yo ya no lo enseño así, y tampoco lo práctico. Prueba de ello, es que hemos puesto en marcha un Centro de Sanación y Crecimiento Interior, completamente gratuito; y si en la realización de la sanación, se comprueba la capacidad del paciente para ser sanador, le ofrecemos la posibilidad de realizar un curso de iniciación de Reiki, también completamente gratis.
En el caso de la solicitud de la terapia por el paciente, tampoco lo tenemos en cuenta. Si encontramos a una persona con un problema, aunque no lo solicite, en nuestras meditaciones le hacemos sanación a distancia. Es muy posible que nunca sepamos si esa o esas terapias le han servido para sanar su enfermedad, o para aliviar su estrés o su dolor, o para sanar cualquier aspecto de su vida, pero no nos importa, nos sentimos felices tratando de ayudar, porque si.
Una buena manera de liberarse del Karma es la sanación, pero la sanación desinteresada, ayuda a liberar mayor cantidad de Karma. Recuerda que se deja de generar Karma cuando todo lo que se hace es porque si, es por amor, sin ningún deseo, salvo el de que la persona sea feliz. Al Centro de Sanación, están llegando terapeutas a ofrecer sus servicios, lógicamente de manera gratuita, durante un día a la semana, o una mañana, o una tarde, según sus disponibilidades. Eso nos hace felices.
En nuestra evolución, vamos a llegar, porque esa es la meta, a conocer y a sentir el Amor. Sentir y Amar a todos como hermanos, lleva al servicio, y el servicio incrementa la energía del Amor. Entonces el ser humano da y recibe, porque el Universo le responde y las riquezas materiales y espirituales llegan a él hasta la saciedad, cuando ya no pide nada para sí.
Servir es una manifestación de la vida, es un anhelo y un impulso evolutivo del alma. Mientras el “deseo” es la característica sobresaliente de la naturaleza inferior, el “servicio” es la característica sobresaliente del alma.
Por eso, a pesar de lo que digan las teorías de distintas filosofías, hay que ayudar a todos, sin distinción, porque son Luz, porque son un alma, como tú. 

viernes, 4 de mayo de 2012

¡Quiero gritar!


            Quiero gritar y que mi voz traspase el mundo, rasgando el velo de la ignorancia, rasgando el velo de la incomprensión, rasgando el velo del miedo, y se aposente en el espacio sagrado de los corazones, que es el lugar donde están grabados los recuerdos de todas las vidas que nos hemos permitido vivir, el lugar donde se encuentra el verdadero propósito del viaje a la materia, el lugar donde se guarda el archivo de nuestra verdadera filiación, el lugar donde se encuentra todo aquello que en nuestro desatino buscamos desaforadamente en el exterior, allí donde no se encuentra; lugar que de manera inconsciente, y con la inestimable ayuda de nuestros padres y educadores, hemos cerrado a cal a canto, para hacer oídos sordos al sufrimiento ajeno, y satisfacer así, sin remordimiento, los caprichos del ego.
            Quiero gritar y que mi voz traspase el mundo, rasgando el velo de la ambición, rasgando el velo de los deseos, rasgando el velo de las preocupaciones, y se aposente en las mentes de los hombres, que es cuna del dolor, de la tristeza y del sufrimiento, para que se adormezcan los pensamientos que separan al ser humano de su propia esencia,  que es Amor, que es Paz, que es Alegría.
            Quiero gritar y que mi voz traspase el mundo, rasgando el velo del poder, rasgando el velo de la ambición, y se deposite en los despachos de aquellos que rigen los destinos de la humanidad, para que comprendan de una vez y para siempre, que su misión es el servicio y el reparto equitativo de la riqueza entre todos los habitantes del planeta, no solamente entre sus amigos o entre los que más tienen, y que su trabajo, por el cual rendirá cuentas al otro lado de la vida, no estará completado mientras una sola persona viva en la pobreza.
            Quiero gritar y que mi voz traspase el mundo, rasgando el velo de pobreza, rasgando el velo de la humillación, rasgando el velo de la discriminación, y se deposite en el alma de aquellos que malviven la miseria y sienten en ellos la injusticia, para que se empapen de la energía del Amor y reciban la fortaleza necesaria para sobrellevar con dignidad una vida injusta a todas luces.
            Quiero gritar y que mi voz traspase el mundo, llegando a ti que paseas tu mirada por estas líneas, y que mi grito se deposite en tu corazón, y ablande la dureza que pueda habitar en él, para que trates a todos como a tus hermanos del alma, para que sientas tu conexión con ellos, para que sientas tu conexión con todo, para que sientas que eres una parte fundamental, una parte única del Universo. Para que cambies hacia la justicia y el reparto equitativo, y empiece así a cambiar tu mundo con tu cambio.
            Y después del grito el silencio, y con el silencio el sueño. He soñado que un mundo mejor es posible. Un mundo más equitativo, un mundo en el que no importe ni el lugar de nacimiento, ni la raza, ni las creencias, ni el sexo. Un mundo en el que todos sus habitantes tengan las mismas oportunidades de acceso a las riquezas del planeta, a la educación, a la sanidad. Un mundo en el que todos sintamos alegría por ver la felicidad de otro ser humano, un mundo en el que sintamos a nuestro prójimo como nuestro hermano. He soñado con un mundo lleno de Amor.
He soñado contigo, que no sólo sientes la humedad en tus ojos ante el sufrimiento de un niño o la soledad de un anciano, sino que te rebelas ante la injusticia, ante la discriminación del tipo que sea, ante la pobreza. He soñado contigo, y he visto como trasmutabas tu rabia en compasión, y tu compasión en ayuda, porque sabes que la compasión por sí sola no resuelve problemas, que es tu entrega la que alivia el sufrimiento.
Ha sido un gran sueño. Gracias.

Un mensaje para toda la humanidad

jueves, 3 de mayo de 2012

Cambiar para ser feliz


Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo

Albert Einstein.

Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.

Mahatma Gandhi


            ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con personas, si no tú mismo/a, tristes, llorosas, compungidas, que cargan sobre sus espaldas, como una losa pesada, una relación que les hace la vida infeliz?, y a pesar de todo, esas personas siguen paseando su pesada losa, día tras día, sin ser conscientes de que con un ligero cambio, pueden aligerar su peso y cambiar el ritmo de su vida de manera radical, dejando a un lado su perenne infelicidad, su sensación de vacío, de tristeza y de impotencia, y acercarse a una vida digna, mucho más serena, alegre y feliz.
            No importa el tipo de relación que sea, pareja, padres, hijos, hermanos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, no importa. Como decía Gandhi, cambia tú para cambiar tu entorno. Como decía Einstein, para conseguir resultados distintos hay que cambiar algo.
            Pero no se trata de cambiar sin más, ya que ese cambio sin rumbo podría conducir a situaciones aun más desagradable, el cambio ha de tener un objetivo, y ese objetivo no puede ser otro que el Amor. Ya que si existen situaciones desagradables, es seguro que el Amor brilla por su ausencia, ya que ante el Amor no puede existir ninguna situación desagradable. El fin del Amor es la felicidad del otro, por lo que ante el Amor no puede existir ninguna losa que aplaste a uno en detrimento del otro.
            Alguien, alguno de esos/as maltratadores/as emocionales anónimos/as, que, además, casi siempre actúan en privado, pueden alegar que por supuesto que aman a su pareja, a su padre, a su hija, etc., y que todo lo hacen por su bien, para que aprenda, para que no haga el ridículo, para que conozca el valor del dinero, para que sea alguien el día de mañana, para que…… etc., etc., etc. Eso no es Amor, y ni tan siquiera un sucedáneo, eso sólo es una prueba de inmadurez total, de inferioridad, de orgullo, de envidia, eso es cualquier cosa menos Amor.
            El cambio del maltratado ha de ser hacia el Amor, y actuar bajo esa perspectiva, procurando la felicidad del otro, no juzgando sus palabras ni sus acciones, de la misma manera que no se juzga ni se critica a un bebé, sólo se le atiende lo mejor posible, es decir, se actúa para su felicidad haga lo que haga. Responder al ataque, guardar rencor o ira, desear lo peor, es ponerse a su altura, es ser otro bebé.
            Todo esto, sin jugarse la vida, hay bebés enfermos y muy peligrosos. Ante estos también es imprescindible un cambio, pero además de Amar, es posible que sea necesario un alejamiento.
            Pero esos casos son los menos, son escasísimos. Son más los casos en los que la moneda de cambio es el reproche, el silencio, el desprecio. Pero no hay ningún reproche, ningún silencio, ningún desprecio, que no pueda ser curado con un poco de Amor. Es muy posible que lo que estén pidiendo a gritos con su maltrato sea un poco de Amor.
            Si cargas con una pesada losa, ¡cambia!, y observa que sucede.

miércoles, 25 de abril de 2012

Salvar el alma


Nadie quiere salvar su alma,
todo lo que queremos es cuidar la cara.
Yogui Bhajan

            Este es el quid de la cuestión. En el tiempo que llevo dedicándome a la práctica del yoga, de la meditación y de la sanación, y a poner mi experiencia a disposición de todos aquellos que crean y sientan que les puede ayudar a despertar, a sanar, a acercarse a su alma, a ser feliz; me he encontrado, y me sigo encontrando, con que las personas que se quejan de lo infelices que son, de la mala suerte que tienen, de su soledad, de su ansiedad o de su enfermedad, cuando les insinúas que todo eso puede cambiar, con un mínimo de trabajo diario por su parte, buscan un millón de excusas, siendo la falta de tiempo la estrella de esas excusas, o desaparecen, o sencillamente realizan ese trabajo de una manera tan superficial, que no les sirve nada más que para demostrarse a sí mismos, y demostrar a los demás, de que eso ya sabían que no iba a funcionar. Por supuesto, siempre hay algunas maravillosas excepciones.
Las personas quieren ser felices, ¡sí!, pero tomando una pastilla cada ocho horas, y que no les hablan de dejar sus actividades diarias, (paseo, cama, televisión, cerveza con los amigos, etc.), o incrementar estas, aunque sea media hora, para dedicarse a crecer y evolucionar. Prefieren seguir siendo bebés, prefieren seguir dormidos, a fin de cuentas, en su sueño, no son conscientes ni de la talla de su conciencia, ni de su sueño.  
            Son muy pocos los que realmente quieren salvar su alma, o más fácil todavía, son muy pocos los que realmente quieren experimentar la felicidad de manera permanente. No creen que pueda existir la felicidad permanente, y mucho menos que se pueda encontrar en el interior de la persona, sin depender para nada de la consecución de los deseos. Es posible que lo expliquemos mal y no consigamos hacernos entender, por eso, no es que no lo crean, es que ni tan siquiera lo entienden.
En mi ignorancia, creo que piensan, al menos muchos de ellos, que si sanan de cualquiera de sus múltiples enfermedades, ya sean físicas o emocionales, no podrían quejarse y entonces, es posible que sientan que no pueden captar la atención de los demás, con lo que su soledad aun sería mayor.
            ¿Puede ser que antes de tener acceso a la felicidad y al amor necesiten vivir otras experiencias? El alma necesita vivir todas las experiencias, entre ellas las del dolor, la soledad y el sufrimiento, en todas sus múltiples facetas, de abandono, de soledad, de muerte, de enfermedad, de engaño, etc. Sin embargo, para asimilar la experiencia, no es necesario pasar una vida entera llena de sufrimiento, puede asimilarse en poco tiempo, el necesario para que la persona sea consciente de ese dolor, el necesario para que la persona sea consciente que lo puede erradicar sólo con su voluntad y con su pensamiento.
            Si eres de los que crees que es más importante la cara que el alma, te dejo una reflexión: La cara es caduca, se la comerán los gusanos dentro de unos días. El alma, sin embargo, eres tú, y es eterna.

domingo, 22 de abril de 2012

Sueños rotos


            ¿Tienes un sueño?, ¿Cuál es tu sueño? , pero……….. ¿Quién sueña?, ¿No sueña sino quien está dormido? Bien podemos decir entonces, que soñar, al igual que desear, o esperar que sucedan ciertos acontecimientos, no es más que un sinónimo del dormir.

            Permanecer dormidos no es más que mantener un nivel bajo de conciencia, no es más que vivir en un permanente murmullo que nos aleja de las palabras del maestro que habita en nuestro interior, no es más que caminar a oscuras, cuando disponemos en nuestro corazón de la Luz más brillante que jamás hayamos conocido, la Luz del Amor; no es más que vivir separados del alma, no es más que sentirse un ser solitario e independiente, que pasa su vida de sueño defendiendo su parcela, su integridad, su honorabilidad frente a todo el mundo, ya que no reconoce a los demás como sus hermanos, ni sabe de su conexión con ellos.

            ¿Sientes insatisfacción, ansiedad, estrés, incomodidad? Es posible que estas emociones, y muchas más, sean la manifestación de tus sueños, la manifestación de tus sueños incumplidos, la manifestación de tus sueños rotos. Es posible que sean la prueba irrefutable de que vives dormido, y tu alma, que conoce tu programación de vida, intenta llamar tu atención, como si de un despertador se tratara, para que abras tus ojos, para que abras tus ojos a la Luz, y te preguntes, ¿Dónde estoy?, ¿Quién soy?, ¿Qué hago aquí?. ¿De dónde vengo?, ¿A dónde voy?

            Pero si consigues entreabrir tus ojos, no es suficiente con que te hagas las preguntes, es indispensable que trates de encontrar las respuestas. Y esas respuestas, no las busques en los libros, ni en ningún curso, ni tan siquiera preguntándoselas a alguien que consideres un maestro. Las auténticas respuestas, las que llevan junto a la respuesta la vivencia, el crecimiento y un nivel superior de conciencia, están en ti, las tiene ese maestro interior que comparte tu vida, en silencio mientras dormías, pero hablando con verdadera verborrea cuando despierto, llamas a su puerta haciéndole tus preguntas.

            Tu maestro interior te está esperando a las puertas de tu corazón. Desplázate desde la mente, viaja a tu corazón, medita desde él, vive desde él, siente desde él. Déjate llevar por él de la mano, y descubrirás que vivir despierto te lleva directamente por anchos caminos a la Felicidad, a la Paz y al Amor.