El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 14 de noviembre de 2022

Y dejó de cacarear

 



Capítulo XIV. Parte 5. Novela "Ocurrió en Lima"

El mundo pareció detenerse para Antay mientras su pensamiento hacia un escáner de la situación: “Sales corriendo como una gallina, que solo te faltó cacarear. Te la encuentras tres días después, te dice que la llames y no lo haces. Su papá te cuenta que, cuando la explicó que te había ofrecido el trabajo, hizo una publicidad impagable de ti y hoy, te llama, con el cuento de felicitarte, y te vuelve a insistir para ir a tomar un café. Está claro que no le eres indiferente. Di que sí, que ahora es buen momento”.

-    Indhira, ¿has cenado?, -ya está bien de esconderse, pensaba Antay esperando la respuesta.

-    No, ¿por qué?, -por primera vez la voz de Indhira parecía sonar con menos seguridad. Seguro que no esperaba la pregunta.

-    ¿Te apetece una pizza en la pizzería que está entre tu casa y la mía?

Indhira pareció pensárselo, porque la respuesta no fue inmediata. No sabía que podía pasar. Lo que no le apetecía, en absoluto, era que, después de tener una cena agradable, Antay saliera corriendo como la última vez. Pero por probar no pasaba nada.

-    Si, ¿no encontramos allí en media hora? –contestó Indhira.

-    Perfecto, allí nos vemos.

Antay tenía sensaciones contrapuestas. Se sentía contento por haber dado el paso para volver a encontrarse, nervioso por lo que podría pasar y asustado por lo de siempre.

Aunque seguro que le tocaría esperar, por algunos minutos, salió de casa y se dirigió a la pizzería. Solo estaba a 5 minutos de su casa.

Al entrar se encontró, cenando, en la primera mesa, cercana a la puerta, a todos sus compañeros que, no hacía mucho, habían estado en su casa. Hasta Diana estaba con ellos, lo cual le pareció fantástico porque era la única desconocida del equipo.

Nada más verle, le ofrecieron sentarse con ellos.

-    No sabíamos que ibas a bajar a comer algo. Siéntate con nosotros, -le invitó Belén.

-    Me vais a perdonar, pero no voy a cenar solo, espero a una amiga, -les explicó un poco tímidamente.

-    Diana, que conocía parte de la historia de Indhira por sus conversaciones, abrió unos ojos como platos e inició una pregunta que dejó en suspenso- ¿No me digas que vas a cenar con…?

-    Si, -le respondió Antay poniéndose rojo como un tomate.

-    ¡Por fin! Me alegro, ¡que te vaya muy bien!, -Diana parecía, ciertamente, contenta por el que ya consideraba su amigo.

-    Bueno, os dejo. Me voy a aquella mesa del fondo para no sentiros mucho, -y se fue sin esperar ningún comentario.

Antay sabía que iba a ser el centro de las conversaciones de sus compañeros y no se equivocó, porque, de vez en cuando, se volvían a mirarle y más cuando Indhira entró, en la pizzería, que se quedó casi delante de la mesa que ellos ocupaban, buscando con la mirada donde podía estar Antay.

-    Si estás buscando a Antay, está en la mesa del fondo –informó Pablo con una mirada pícara.

-    ¿Cómo sabes que busco a Antay? –se extrañó Indhira.

-    Es que es amigo nuestro y, al entrar, no ha querido sentarse con nosotros porque esperaba a una amiga, y supusimos que eras tú –ahora fue Ferrán quién daba las explicaciones.

-    Ya le veo. Gracias –y se dirigió hacia Antay con una sonrisa en la cara.

Amor de papá (y 2)

 


 

Viernes 4 de noviembre 2022

 

¿En qué momento nace el amor del papá por su hijo o el de los abuelos por su nieto? Porque tuvo que haber un momento, tuvo que haber un inicio. Está claro que ese amor no existía al no existir el hijo, y no es algo que pudiera estar guardado en una caja que se abriera y saliera a la luz con la llegada al mundo del bebé, por lo tanto, ¡insisto!, ¿cuándo fue ese momento? Y aún se me ocurre otra pregunta: Cuando nació el amor, ¿creció de manera paulatina o ya, de principio, fue como una explosión?

Lo sé. Sé que pienso demasiadas bajanades, (bajanada es la acción o expresión típica de un babau), pero ¿no es mejor pensar estas tonterías que darle vueltas en el cerebro a alguna preocupación irracional?

Puedo poner un ejemplo claro de irracionalidad: Tengo una paciente que está atravesando una delicada situación económica y se pasa el día pensando en que no tiene, que no podrá comprar, que pasaría si enfermara algún miembro de la familia, etc., etc., con lo que la ansiedad está terminando con ella.

Mis pensamientos de babau, no solo no me hacen daño, sino que, creo me ayudan a crecer porque, en este caso, me voy colocando en el lugar de los papás o abuelos primerizos y, mientras me coloco en su lugar mi trato hacia ellos es mucho más humano. Y como siempre estoy pensando cosas parecidas me voy colocando en los zapatos de las personas objeto de mis preguntas. Es una fantástica manera de erradicar el juicio y la crítica que tanto daño hacen al crítico como al criticado.

Ya me he ido, otra vez. Vuelvo con el amor del papá primerizo.

Ahora me doy cuenta de que esto va a ser más largo de lo que yo, en un principio, había imaginado. Así que, trataré de ir ordenando mis pensamientos.

Para entender lo que quiero explicar tengo que insistir en dos aspectos que yo considero muy importantes:

1)    El amor es una energía.

No es un sentimiento como creemos los seres humanos. Pero es normal que creamos que es un sentimiento, porque así nos lo han enseñado. Incluso el diccionario define el amor al prójimo como “sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa, a la que se le desea todo lo bueno” y define el amor platónico como “sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona, con la que se desea compartir una vida en común”

2)    La única razón de la vida es aprender a amar.

Pensamos que cada uno de nosotros tiene una misión en la vida y, creemos, también, que estamos pagando Karma.

Son correctas las dos creencias, pero hay una razón, muy por encima de ellas: El amor. Aprender a amar a todos por igual, amar incondicionalmente, amar a todos como Dios nos ama.

Cuando lleguemos a ese punto de amor, nuestra misión se desvanece como el humo, y nuestro Karma desaparece de inmediato.

Y aun hay otro aspecto que es necesario tener en cuenta: Cada pensamiento es energía, y esa energía forma como una nube que se denomina forma de pensamiento. Cuando el mismo pensamiento se repite, esa energía que se crea con un pensamiento, va creciendo hasta formarse una forma de pensamiento mucho más grande, tanto, que la forma de pensamiento al crecer cambia de nombre, se pasa a llamar entidad de pensamiento.

Si el mismo pensamiento lo tienen varias personas se juntan las entidades de pensamiento de cada una de ellas formando como una gran nube. Si ese pensamiento es global, esa energía creada cubre un espacio inmenso. Imaginar como será en el caso de que todo el mundo piense lo mismo.

Es el caso que nos ocupa. Todas las personas, en todo el mundo, piensan que a los hijos se les ama, por el mero hecho de ser sus hijos.

Por lo tanto, cuando, un futuro papá o abuelos, reciben la noticia de que va a nacer un nuevo miembro en la familia, es normal que aparezca el pensamiento de amor hacia ese nuevo ser, (que posiblemente sea inconsciente, porque no es necesario que sea un pensamiento consciente), y, como energías iguales se atraen, se descarga en ellos la energía de ese pensamiento global. Así se inicia el amor.

Todo es un pensamiento.

Pero llegados a este punto se me ocurre pensar que, de la misma manera que somos capaces de amar al nuevo hijo o al nuevo nieto, podríamos llegar a amar a toda la humanidad que es, a fin de cuentas, la razón de la vida.

Si consiguiéramos crear una forma de pensamiento global de amar a nuestros vecinos, por ejemplo, nos lo pondríamos más fácil a nosotros mismos, cuando volviéramos en la próxima vida dentro de 50, 100 o 200 años, ya que entonces, sería tan fácil amar a nuestro vecino como a nuestra familia.

Y lo dejo aquí, porque aún se me ocurren más preguntas, pero las dejo para el libro de la pareja que ya está en marcha.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Equilibrado y armonización de chakras

 


Los seres humanos somos una energía densa que se puede ver, que es el cuerpo físico, y una energía algo más sutil, que no se ve, a no ser que se sea clarividente, que es el cuerpo energético. A ese cuerpo energético le denominamos aura.

Una parte muy importante del aura son los chakras o centros de energía.

Los chakras forman un elemento indispensable porque es, a través de ellos, por donde sale la energía gastada del cuerpo físico y por donde entra la energía vital a cada célula del cuerpo.

Cuando los chakras funcionan mal la energía no fluirá, correctamente, por nuestro interior y sufriremos algunas afecciones que pueden afectar tanto al nuestro plano físico como emocional.

Como este no es un manual sobre los chakras, permitirme que dé una ligera pincelada de las consecuencias, tanto físicas como emocionales, que se derivan por el mal funcionamiento de los chakras.

Chakra base.

Localizado en la zona del coxis, en la base de la columna vertebral.

Es la bomba que suministra de energía al cuerpo físico. De él dependen el sistema óseo y muscular, la columna y la producción de la sangre.

Es el chakra que regula la temperatura del cuerpo. Con un chakra base débil se siente frío y, se siente calor con un chakra base fuerte.

Por lo tanto, el mal funcionamiento de este chakra va a afectar a los huesos, (artritis, cáncer de huesos), a la sangre, (leucemia, alergias), a la vitalidad del cuerpo, (cansancio, apatía), y, entre otras, a la lenta recuperación de heridas y fracturas.

Por norma general, las personas mayores tienen el chakra base muy gastado, razón por la que sus cuerpos se debilitan, se encogen, se encorvan y pueden desarrollar artritis.

Chakra sexual

Localizado en la zona del pubis controla los órganos sexuales.

Si funciona mal, aparecen problemas o trastornos relacionados con el sexo.

Está conectado con los chakras ajna, base y de la garganta, por lo que el mal funcionamiento de cualquiera de estos puede afectar al chakra del sexo.

Chakra solar

Se encuentra ubicado cuatro dedos por encima del ombligo, en la zona denominada plexo solar.

Este chakra controla varias partes del cuerpo: diafragma, páncreas, hígado, estómago y, parcialmente interviene con los intestinos delgado y grueso, apéndice, pulmones y corazón.

El mal funcionamiento de este chakra se puede manifestar como diabetes, úlcera, hepatitis y problemas cardiacos.

Guarda relación con la ira, el poder personal, la voluntad, el autocontrol y la autoestima. Es muy sensible a las emociones, a la tensión y al estrés. Cuando está bloqueado puede producir un rechazo hacia uno mismo y una falta de seguridad en las propias capacidades. Esto puede traer como consecuencia que se bloquee la capacidad de sentir.

Chakra cardiaco

Situado en el centro del pecho. Controla el corazón, la glándula timo y el sistema circulatorio.

Este chakra es la sede del amor, la compasión, la ternura, la misericordia, la dulzura. Si tienes este chakra cerrado sentirás que todo el mundo está en tu contra. La incomprensión y el orgullo son los sentimientos más claros de esta situación y puede hacer que la gente que queremos se aparte de nosotros.

Chakra de la garganta

Localizado en el centro de la garganta, controla la garganta, las glándulas tiroides y paratiroides y el sistema linfático.

El dolor de garganta, los problemas de voz, el asma y la esterilidad, (está conectado con el chakra del sexo), son problemas causados por su mal funcionamiento

Chakra ajna

Está situado entre las cejas, gobierna las glándulas endocrinas y la pituitaria. Energiza el cerebro.

Se conoce como el chakra maestro ya que controla al resto de chakras.

Cuando no se tienen las ideas claras y cuando se tiene la sensación de estar confundido y perdido por la vida, hay un problema en el chakra ajna.

Chakra corona

Situado en la corona de la cabeza, controla la glándula pineal y el cerebro.

El mal funcionamiento de este chakra puede ocasionar enfermedades físicas o psicológicas.

Es el chakra que nos conecta con el poder superior.

sábado, 12 de noviembre de 2022

BHUDI MUDRA – MUDRA DEL LIQUIDO




Cómo se hace:

Con las dos manos, unir las puntas de los dedos meñique y pulgar, mientras los demás dedos permanecen relajados y extendidos.

Sirve para:

Recuperar el equilibrio de los líquidos del cuerpo, o mantenerlo.

Duración:

Practicar 3 veces al día durante 15 minutos, o según se necesite.

Emplearlo para:

Sequedad de la boca.

Ojos secos o escocidos.

Trastornos en la zona de los riñones o la vejiga.

Mejora el sentido del gusto.

Deshojando la margarita

 


Capítulo XIV. Parte 4. Novela "Ocurrió en Lima"

Desde que Indhira llegó a su casa mantuvo una lucha incruenta consigo misma. Todo su ser, excepto su mente, quería llamar a Antay. Sin embargo, su mente la estaba boicoteando presentándola las más escabrosas situaciones según se iba acercando a la decisión de llamarle:

-    Ten en cuenta que tiene terror a comenzar una relación. -era el argumento de su mente.

-    Y ella misma le iba rebatiendo las razones a su mente- Sí, pero hay que tener en cuenta que él lo pasó muy mal.

-    Y, ¿tú?, -seguía su mente- ¿no lo pasaste mal?

-    Pero es diferente, -se defendía Indhira- yo estaba más preparada.

-    Ante una ruptura pocas personas están preparadas. Lo importante es como se recupera y, este pobre chico aún no se ha recuperado. Y si no se ha recuperado, con el tiempo que ha pasado, no se va a recuperar nunca. No va a ser feliz porque siempre va a estar esperando que termines con él, –son terribles las mentes presagiando desgracias.

Pensaba que llevaba en la misma situación dos semanas porque, aunque habían ocurrido muchos acontecimientos, la realidad era que solo habían pasado quince días desde el maravilloso sábado que pasaron juntos Antay y ella. Estaba decidido, le iba a llamar, a pesar de lo que pronosticaba la agorera de su mente, e iba a ser ahora.

Eran casi las 8 de la noche. Antay acababa de despedir a Diana y a sus compañeros cuando sonó su celular. En la pantalla apareció el nombre de Indhira.

-    Sin pensarlo dos veces respondió a la llamada- Hola Indhira, ¿cómo estás?

-    Hola Antay, -escuchó la voz de Indhira que sonaba tranquila y tan alegre como la recordaba- estoy bien, creo que tengo que felicitarte, o ¿no?

-    Supongo que lo dices por el trabajo en la empresa de tu papá, -algo tenía que decir, porque no había otra razón de la que ella tuviera conocimiento. Y, tampoco podía saber de otra razón, porque no la había.

-    Sí, lo digo por eso, -y continuó Indhira- hoy, como cada domingo he comido con mis papás y mi papá nos ha contado los cambios en la empresa, en la que tú pareces ser la estrella.

-    Bueno, más que la estrella, yo diría que el nuevo, -contestó Antay.

-    Siempre tan modesto, ¿cómo te sientes?

-    Estoy muy contento. Si me hubieran dicho que eligiera un lugar para trabajar y un trabajo dentro de esa empresa habría elegido algo así, sin dudarlo. En realidad, más que contento estoy exultante.

>> Ahora mismo, acaban de salir de mi casa mis antiguos compañeros, a los que les he explicado como es el nuevo departamento, para ver si les interesaría acompañarme en una aventura tan apasionante y todos han aceptado.

-    Me alegro infinito. Mi papá está encantado y alucinando porque ya has trabajado tres días, incluido ayer que era feriado.

-    No tiene mérito. Ya sabes que no tengo mucho que hacer. Trabajar, para mí, es un buen entretenimiento, -ya estaba bien de hablar de mí, pensó Antay, y cambió el tema de conversación- y a ti, ¿cómo te va?

-    Cómo siempre. Haciendo terapias y masajes, -le contestó Indhira- Tenemos que vernos, un día, para tomar un café y me cuentas las impresiones de tu nuevo trabajo con más tranquilidad.

viernes, 11 de noviembre de 2022

Sobre la compasión

 


Una de tantas frases bonitas que circulan por la red de Mahatma Ghandi dice. “Las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos, en el mundo, terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”.

Compasión es la capacidad de percibir lo que otro ser humano pueda sentir. Compasión es la capacidad de sentir aprecio por los demás y desear la liberación de su sufrimiento. Compasión es un sentimiento de tristeza que se produce al ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar, remediar o evitar su dolor. Compasión es el deseo de que los demás estén libres de sufrimiento.

En la compasión la alegría de los otros es tu alegría, el sufrimiento de los otros es tu sufrimiento, el éxito de los otros es tu propio éxito y su fracaso el tuyo. En definitiva, la historia de los otros es tu historia. Esto es Unidad, con la compasión se acaba la separación y se vive la Unidad. Con la compasión vivimos, aceptamos y entendemos que todos somos hermanos, que todos somos la misma cosa, que todos somos Hijos de Dios.

La compasión nos libera de la ilusión que nos aprisiona en nuestra propia experiencia individual, ya que se enfoca en descubrir las necesidades y padecimientos de las personas, con una actitud de servicio. La compasión nos lleva a escuchar y a comprender a las personas, nos lleva a ponernos en los zapatos del otro, con lo cual entendemos cada razón, cada causa, y eso hará que se dejen atrás los juicios, ya que juzgar y criticar son procesos de la mente, mientras que la comprensión que deriva de la compasión es un proceso del corazón.

La compasión hace aflorar otras virtudes en las personas: Generosidad y servicio, ya que se ayuda sin esperar nada a cambio, y se pone a disposición de la persona que sufre tiempo y recursos personales. Sencillez, porque no se hace distinción entre las personas por su condición social. Solidaridad, al sentir que los problemas del otro son problemas propios. Comprensión, por entender las razones de los demás.

Sin embargo, la compasión no debe crear dependencia hacia la persona que sufre, ni debe generar sufrimiento por el sufrimiento del otro. La compasión nos debe de llevar a ayudar, a acompañar, a servir, pero desde un sentimiento de paz, desde un sentimiento de serenidad. Sólo así podremos ser útil al que sufre, de otra forma nos convertiríamos nosotros mismos en objeto de compasión.

jueves, 10 de noviembre de 2022

Llamada

 


Capítulo XIV. Parte 3. Novela "Ocurrió en Lima"

Desde que Indhira llegó a su casa mantuvo una lucha incruenta consigo misma. Todo su ser, excepto su mente, quería llamar a Antay. Sin embargo, su mente la estaba boicoteando presentándola las más escabrosas situaciones según se iba acercando a la decisión de llamarle:

-    Ten en cuenta que tiene terror a comenzar una relación. -era el argumento de su mente.

-    Y ella misma le iba rebatiendo las razones a su mente- Sí, pero hay que tener en cuenta que él lo pasó muy mal.

-    Y, ¿tú?, -seguía su mente- ¿no lo pasaste mal?

-    Pero es diferente, -se defendía Indhira- yo estaba más preparada.

-    Ante una ruptura pocas personas están preparadas. Lo importante es como se recupera y, este pobre chico aún no se ha recuperado. Y si no se ha recuperado, con el tiempo que ha pasado, no se va a recuperar nunca. No va a ser feliz porque siempre va a estar esperando que termines con él, –son terribles las mentes presagiando desgracias.

Pensaba que llevaba en la misma situación dos semanas porque, aunque habían ocurrido muchos acontecimientos, la realidad era que solo habían pasado quince días desde el maravilloso sábado que pasaron juntos Antay y ella. Estaba decidido, le iba a llamar, a pesar de lo que pronosticaba la agorera de su mente, e iba a ser ahora.

Eran casi las 8 de la noche. Antay acababa de despedir a Diana y a sus compañeros cuando sonó su celular. En la pantalla apareció el nombre de Indhira.

-    Sin pensarlo dos veces respondió a la llamada- Hola Indhira, ¿cómo estás?

-    Hola Antay, -escuchó la voz de Indhira que sonaba tranquila y tan alegre como la recordaba- estoy bien, creo que tengo que felicitarte, o ¿no?

-    Supongo que lo dices por el trabajo en la empresa de tu papá, -algo tenía que decir, porque no había otra razón de la que ella tuviera conocimiento. Y, tampoco podía saber de otra razón, porque no la había.

-    Sí, lo digo por eso, -y continuó Indhira- hoy, como cada domingo he comido con mis papás y mi papá nos ha contado los cambios en la empresa, en la que tú pareces ser la estrella.

-    Bueno, más que la estrella, yo diría que el nuevo, -contestó Antay.

-    Siempre tan modesto, ¿cómo te sientes?

-    Estoy muy contento. Si me hubieran dicho que eligiera un lugar para trabajar y un trabajo dentro de esa empresa habría elegido algo así, sin dudarlo. En realidad, más que contento estoy exultante.

>> Ahora mismo, acaban de salir de mi casa mis antiguos compañeros, a los que les he explicado como es el nuevo departamento, para ver si les interesaría acompañarme en una aventura tan apasionante y todos han aceptado.

-    Me alegro infinito. Mi papá está encantado y alucinando porque ya has trabajado tres días, incluido ayer que era feriado.

-    No tiene mérito. Ya sabes que no tengo mucho que hacer. Trabajar, para mí, es un buen entretenimiento, -ya estaba bien de hablar de mí, pensó Antay, y cambió el tema de conversación- y a ti, ¿cómo te va?

-    Cómo siempre. Haciendo terapias y masajes, -le contestó Indhira- Tenemos que vernos, un día, para tomar un café y me cuentas las impresiones de tu nuevo trabajo con más tranquilidad.

martes, 8 de noviembre de 2022

Vivimos a pesar de nosotros mismos

              


             Desde antes de nacer, el corazón del ser humano empieza a latir en el útero materno, y no lo deja de hacer hasta que el alma decide abandonar el mundo de la materia; de la misma manera que la respiración, que comienza en el mismo instante en que nos asomamos a la vida, y no termina hasta el momento del regreso a la Energía Divina.

              El corazón latiendo, siempre latiendo, y la respiración siempre con su vaivén, nos atan a la vida, de manera autónoma, de manera automática, sin que seamos conscientes de que son esa respiración y ese latir, los que nos mantienen con vida.

Vivimos a pesar de nosotros mismos, a pesar de lo mal que tratamos a nuestro cuerpo y, de rebote, a nuestro corazón, a pesar de olvidarnos de como se respira, utilizando músculos que nada tienen que ver con la respiración.

              Y a pesar de la importancia vital de nuestra respiración y del latir de nuestro corazón, pocas son las personas que dedican un momento en su día para comprobar cómo es esa respiración, o como late su corazón.

              Al igual que los seres humanos, los animales también respiran y también tienen un corazón que bombea de manera permanente, y como muchos seres humanos, ninguno de ellos es consciente de la maravilla que está ocurriendo en su cuerpo. Sin embargo, los animales, en su nivel dentro de la evolución, no saben que ellos, también, son más que ese cuerpo que sólo se puede dirigir por los instintos. No tienen una mente que razona, una mente que les puede llevar a preguntarse qué hacen en la vida, o qué diferencia hay entre la vida y la no vida.

              Los seres humanos, casi todos, en algún rincón de su mente, tienen la conciencia de que son algo más que el cuerpo, muchos creen que tienen, o que son, algo que se denomina alma, aunque como no se ve, no saben ubicarla, y no se identifican, en absoluto, con ella.

              Todo eso, en cuestiones de vida, hace que esos seres humanos se diferencien en poco de los animales, ya que rigen el cuerpo por los mismos instintos con los que se rigen los animales, comen cuando tienen hambre, aunque muchos, al contrario que los animales, siguen comiendo después de saciada la necesidad de comer, beben incluso cuando no tienen sed y, en ocasiones, bebidas dañinas para el cuerpo y, satisfacen como los animales, sus necesidades fisiológicas de manera instintiva.

              En casi todas las cuestiones referentes al cuerpo, la diferencia entre el animal que se rige por los instintos, y el ser humano que tiene una mente racional, es mínima.

              ¿Cómo ser más humanos racionales y menos animales instintivos? Aunque resulte paradójico, lo podemos conseguir siendo conscientes del cuerpo. Y se es consciente del cuerpo sintiéndole, sintiendo sus sensaciones, sintiendo su respiración, sintiendo sus latidos. Es en esos momentos en que estamos sintiendo el cuerpo, cuando podemos despegarnos de él, cuando podemos, aunque sea por un instante, conectarnos con eso otro que realmente somos, con el alma. Es a partir de ahí, cuando no sólo nos despegamos del animal, sino que también nos despegamos del ser humano normal, para atisbar nuestra propia divinidad, convirtiéndonos, aquí en la Tierra en superhumanos, con todos nuestros poderes divinos desarrollados.

              No somos el cuerpo. El cuerpo sólo es, aunque de vital importancia, el vehículo del alma, el instrumento desde el cual tenemos que realizar nuestro trabajo de acercamiento a nuestra Divinidad, el instrumento para nuestro aprendizaje, el instrumento desde el que hemos de vivir todas las experiencias humanas, sin apegarnos a ellas. ¡Siéntelo!

domingo, 6 de noviembre de 2022

Un domingo diferente para Antay

 


Capítulo XIV. Parte 2. Novela "Ocurrió en Lima"

Mientras sucedía esto en la casa de la familia Moretti, al departamento de Antay fueron llegando sus antiguos compañeros.

A las 4 de la tarde ya habían llegado todos, incluidos Ferrán, el esposo de Karla que vino a acompañarla y, también, Diana que había pasado, justo después del almuerzo, para tomar café con el que sería, además de vecino, su nuevo jefe.

El departamento no estaba acostumbrado a tantas visitas y, por supuesto, no estaba preparado. Antay pensó, en algún momento, que hasta las paredes estarían asombradas ante tantas personas. Nunca habían sido más de tres en la casa. Para poder sentarse todos, Diana tuvo que pasar a su departamento por cuatro sillas.

Cuando todos estuvieron instalados, con un café o un té ante ellos y, después de darse las novedades acaecidas desde que no se veían, Antay explicó, con todo lujo de detalles, del nuevo departamento que se estaba implementando en la inmobiliaria. Refirió a sus compañeros como había sido todo el proceso, desde que le avisaron para solucionar los problemas que tenían con la aplicación de la empresa, hasta sus tres primeros días de trabajo.

-    En el nuevo departamento seremos 8 personas. Diana será mi asistente y mi segunda en todos los temas que no sean técnicos. Pablo y Belén seréis los técnicos para solucionar los problemas informáticos de todas las oficinas, y son 60, repartidas por todo el país, más la oficina central y las oficinas de Colombia, por lo que, con frecuencia, tendréis que desplazaros, tanto en Perú como a Colombia.

>> Como somos muy buenos y tendremos pocos problemas técnicos, mientras estéis en la oficina, vuestro trabajo será el mismo que los administrativos informáticos, Patricia, Esteban, Raúl y Karla, introducir propiedades y darlas de baja.

>> La semana que viene, dos de vosotros ya tendríais que comenzar a trabajar, porque el miércoles comenzamos nuestra andadura y me gustaría que, en un mes, como máximo, estemos a pleno rendimiento.

>> ¿Qué os parece?

-    Háblanos de las condiciones, -dijo Patricia.

-    El horario es de 8am a 5pm, de lunes a viernes, con una hora para almorzar. Si alguien quiere llevar el almuerzo de casa tenemos una sala de descanso con microondas, cafetera y máquina expendedora de agua. El horario del sábado es de 8am a 2pm, sin pausa para el almuerzo. Pero si alguno quiere hacer fiesta el sábado puede hacerlo, siempre que no tengamos una excesiva carga de trabajo, recuperando las horas de lunes a viernes.

-    ¿Dónde están las oficinas donde trabajaremos?, -ahora era Karla la que preguntaba.

-    En San Isidro en la calle Los Libertadores. Caminando está a 20 minutos de aquí.

-    Y ¿qué sabes del sueldo?, -Pablo, como siempre, tan práctico.

-    El sueldo de los administrativos informáticos es el doble de lo que ganábamos en nuestro antiguo trabajo y el de los técnicos el triple.

-    ¡Wau!, me apunto, -dijo Pablo.

Se apuntaron todos.

-    ¿Quién puede comenzar esta semana que entra?, tendríais que ser dos. Dos más la siguiente semana y los dos restantes la siguiente.

Quedaron de acuerdo en que Pablo y Patricia podrían comenzar de inmediato. A continuación, lo harían Diana, Belén y Esteban, quedando para incorporarse la última semana Karla y Raúl.

-    Preparar el curriculum de inmediato. Tener en cuenta que la última palabra la tiene el director de recursos humanos. Yo solo os acompaño.

>> Las entrevistas del lunes no sé a qué hora las realizareis, porque tenemos una reunión a las 10am y el director de recursos humanos asiste. Yo os espero a las 8am en la puerta de la oficina

>> ¿Alguna duda? ,-concluyó Antay.

-    Ninguna -dijo Belén- No sé si hablo en nombre de todos, pero gracias por acordarte de nosotros. Siempre fuiste un gran compañero, un gran amigo y un gran encargado. Y, parece que lo sigues siendo. Esperamos que seas un gran director. Vamos a dar la vida por ti.

-    Gracias Belén, gracias a todos. Ya contaba con eso. Y, ahora, a trabajar.