El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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miércoles, 9 de marzo de 2011

Meditación para el fluir de la vida

            Para la mente no existe ninguna diferencia entre lo que está sucediendo en el momento presente y los pensamientos que se manifiestan en la mente, todo es presente para la mente.
            Esta es la base de nuestro sufrimiento y de nuestro dolor. Ante cualquier acontecimiento doloroso se manifiesta sufrimiento. Pero ese acontecimiento tiene lugar en un momento determinado. En el siguiente momento ya no existe razón para el sufrimiento, el suceso ya pasó y la persona se enfrenta a un nuevo momento, que ya no tiene por qué ser doloroso; sin embargo, la persona sigue con su dolor, con independencia de lo que esté sucediendo en su vida después de aquel acontecimiento doloroso. Y todo eso es porque mantiene el evento en su mente, y su mente no sabe distinguir la realidad de la ficción, por lo que las emociones siguen siendo las de dolor de aquel suceso pasado. Además del sufrimiento que eso produce, la persona está dejando de vivir todo lo que acontece en cada momento, ya que su mente no está pendiente del momento, está perdida en la ficción, está perdida en el recuerdo, no vive, sólo recuerda.
            ¿Cuánto dura ese recuerdo?, depende…….., depende de la intensidad con que la persona elija, de manera inconsciente……., claro, mantenerse en el dolor, mantenerse en el recuerdo. Pero por mucho que la persona elija mantenerse en ese dolor, llegará un momento en el que el pensamiento empezará a suavizarse, y lógicamente también empezará a suavizarse el dolor. Para unas personas ese tiempo puede ser una semana y para otras años, todo dependerá de su carácter. Un carácter débil podrá mantener el dolor casi una vida, y otra con un carácter no tan débil mantendrá el recuerdo un tiempo casi imperceptible, y por lo tanto el dolor será de corta duración.
            En cualquiera de los dos casos, pronto o tarde, llegará un día en que el pensamiento será muy liviano y el dolor imperceptible. Para eso este trabajo, que no meditación. Se trata de aprender a dominar la mente para que no vuelva una y otra vez al recuerdo del suceso doloroso.
Ahora bien, hay acontecimientos en la vida que se mantienen realmente en el tiempo. Aquí no es necesario que la mente rememore el recuerdo, porque siempre es realidad. El trabajo en este caso difiere del anterior. El trabajo personal es “aceptación” y llevar a la mente la pregunta: Con mi sufrimiento ¿consigo que cambie la situación? La respuesta es clara. El sufrimiento de una persona no varía ni un ápice ninguna situación, y mientras se mantiene ese dolor, la capacidad de hacer, de pensar y de toma de decisiones de la persona, merma de manera ostensible. 
Además se ha de tener en cuenta que todo es energía. El dolor y el sufrimiento también lo es, y esa energía, aunque de manera inconsciente, se percibe en su entorno y afecta de manera negativa, por lo que si el sufrimiento se debe a cualquier circunstancia de otra persona cercana, esta percibe ese dolor, y a su problema se añade el dolor que percibe.
Trabajo para el fluir de la vida
-          Siéntate en tu espacio de meditación.
-          Los ojos cerrados.
-          Las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Empieza a ser consciente de la respiración.
-          Respira por la nariz, y lleva la respiración abajo, al abdomen.
-          En las primeras respiraciones alarga de manera consciente la exhalación, y con cada exhalación, permite que se vaya relajando tu cuerpo, permite que vayan saliendo todas las tensiones.
-          Siente como la respiración cada vez es más lenta y el cuerpo está más relajado.
-          Pide ayuda: A Dios, a los Maestros, a tus guías, a los ángeles.
-          Trae a la mente el acontecimiento objeto de sufrimiento. (Tanto si ha sido un suceso aislado, como si es un suceso que se mantiene en el tiempo).
-          Obsérvalo desde el punto en el que te encuentras, sólo respirando y el cuerpo completamente relajado.
-          Mantén el suceso en la mente, sin permitir que esta se vaya y divague.
-          Y después, repite en silencio dentro de ti: Ha sido, (en el caso del evento aislado), o es, (en el caso de que ese suceso se mantenga en el tiempo), la voluntad de Dios. Todos los sucesos son eslabones del Plan Divino. Todos los sucesos son experiencias y aprendizaje para mi alma. Acepto la situación…….., (puedes mencionarla), Dios en su misericordia y con Su Poder y Sabiduría sabe que es lo mejor para mí en cada momento. Acepto la situación y ofrezco mi sufrimiento. Gracias Señor”.
-          Sigue hasta que sientas que tu emoción se dulcifica.
-           En el caso del acontecimiento aislado, proyéctate al futuro para ver tu vida después de un tiempo, un tiempo en el que sientas que tu vida sigue su ritmo a pesar del suceso.
-          Permanece el tiempo que te apetezca sintiendo como el fluir de la vida no se detiene, y que volver atrás y rememorar los acontecimientos solo es debido a la mente.
-          Cuando te apetezca sal de la meditación, pero antes da las gracias: A Dios, a los Maestros y a tus guías por la ayuda recibida
-          Y empieza a  respirar más profundamente alargando la inhalación.

Repite el trabajo varios días, hasta que te sientas bien.

 

sábado, 19 de febrero de 2011

Paz interior

¿Cómo definir la paz interior?, podríamos decir que la paz interior es el bienestar emocional, o esa tranquilidad, tranquilidad profunda que llega cuando el ser humano logra desconectarse de la batalla que mantiene consigo mismo, la batalla que el ser humano mantiene con su mente. La paz interior llega cuando el ser humano se aparta mental, emocional y físicamente de lo que podríamos denominar “el pensamiento social”: el qué dirán, el afán de juicio y de crítica, culpar a todos de los errores propios, el deber de….., el miedo al futuro, lamentarse por el pasado, la envidia, etc., etc., etc. La paz interior llega con el conocimiento de que todo está bien, la paz interior llega con la comprensión  de que Dios lo tiene todo bajo control, aunque parezca que el mundo está a punto de explotar
Alcanzar la paz interior supera toda comprensión, de la misma manera que supera toda comprensión la felicidad y el Amor. Es imposible para el ser humano que vive bajo “el pensamiento social”, alcanzar la paz interior, la felicidad y el Amor, y ni tan siquiera comprender que pueda existir. Es necesario separarse de ese pensamiento social, dejar ir las preocupaciones, el miedo, el estrés, etc., para llegar a la paz interior y adquirir, entonces, conciencia de lo hermosa que es la vida, y de las incontables maravillas que nos ofrece.
¿Cuál es el camino para conseguir la paz interior?: Los caminos que te van a llevar a conseguir la paz interior: es vivir en el momento presente, es el silencio interior, es la meditación y es la oración. Recorrer cualquiera de estos caminos, ayudan a trasladar la atención al momento presente y ayudan al control de la mente. Te vuelven a traer a casa y te ayudan a soltar las preocupaciones y estar consciente de la presencia divina; son una manera excelente de desarrollar la conciencia y madurar el carácter, que son las puertas de la paz interior. No conocemos otro medio más eficaz para conseguir la paz interior. Destinar un rato cada día a esta actividad será el mejor de los remedios para todos los males que acechan al ser humano.
Al iniciar cualquiera de estos caminos vas a ser consciente de tus batallas internas, de tus debilidades, de cómo te culpabilizas por lo que crees que son tus errores, de cómo culpabilizas a los demás, del resentimiento por tus debilidades, de tu falta de voluntad para alcanzar la felicidad, de tus juicios y de tus críticas,
Sentir por primera vez el gozo que produce en el cuerpo, la mente y el alma, la paz interior, es una invitación a su continua búsqueda por encima de cualquier otra sensación terrenal que puede interponerse en esa búsqueda.
Pero, la mente y el cuerpo son débiles, y aunque puedas sentir ese principio de paz interior, puedes volver a las preocupaciones, al miedo, a las actitudes habituales de ataque y defensa; es normal, es el principio y todos los principios son duros, sólo hay que persistir en el camino elegido, y poco a poco irás consiguiendo que la paz sea duradera.
Mantener una vida bajo los parámetros del pensamiento social, genera un desgaste de energía enorme, ya que los conflictos internos agotan los recursos energéticos, hasta hacer, en muchos casos, enfermar al cuerpo físico. Es imprescindible declarar una tregua en esa batalla que se mantiene con uno mismo. El camino para conseguir la paz interior engendra energía. El incremento de energía es notorio, ya que no se derrochan recursos en preocupaciones, lamentaciones, culpabilidades o indecisiones.
Conseguir la paz interior es conseguir la paz del alma, es conseguir la paz que puede sanar a uno mismo y al mundo, y cuando esa energía se utiliza para realizar el bien, esa energía aumenta y aumenta, hasta conseguir un elevado nivel de espiritualidad en la persona. La paz interior te hace libre para ser feliz y ayudar a los demás en su búsqueda de la felicidad. El camino entonces a la realización, y a la finalización de este ciclo de nacimientos y muertes, está próximo para tí. 

miércoles, 16 de febrero de 2011

Un camino para recorrer

            ¿Cuántas veces te has preguntado si estás recorriendo el camino adecuado, y si estás  realizando en tu vida aquello que estaba programado por tu Ser Superior?
Pero, una vez hecha la pregunta, ¿te permites obtener la respuesta?, ¿te mantienes en silencio para escuchar?, ¿te permites dejar espacio en tu mente para que lleguen las respuestas? Hay momentos en que te preguntas y no te permites obtener ninguna respuesta porque tu mente está llena de preguntas y más preguntas que no vacías, está llena de miedos, llena de preocupaciones, llena de prejuicios. 
En la vida diaria son muchas las personas que preguntan sin dejar espacio para las respuestas, es como los niños que preguntan pero no quieren ni escuchar las respuestas porque para ellos todo es como un juego. Y si, la vida es un juego……….., pero no un juego de niños………., sino un gran juego, donde cada uno debe ocupar su lugar y estar atento no solo al paso que debe dar en ese juego, sino del paso de todos y cada uno de los integrantes de esa gran partida, de ese gran juego que es la vida y que en consecuencia nos atañe a todos, a toda la humanidad.
Es posible que ya estés haciendo lo que corresponde, eso sucede cuando te olvidas de tu cuerpo físico y sus apetitos, cuando te olvidas también de todo lo material, a partir de aquí, entras en un estado de conciencia que te permite bucear hacia el centro de tu corazón donde está tu parte más divina, la parte amorosa que representa a tu SER SUPERIOR.
Y ¿cómo sabes que estás en el camino correcto?, estás en el camino correcto  cuando la vida no representa ningún esfuerzo, si todo se desarrolla tal como estaba previsto, la vida es fácil, alegre, feliz.
Sin embargo, no se desarrolla todo tal como estaba previsto en el Plan Divino  si la vida supone un esfuerzo, si genera sufrimiento,  si dependes de cualquier persona o cosa para tu estabilidad o felicidad. En este caso, lo aconsejable es parar, sentarse en silencio con uno mismo, entrar en tu interior, y preguntar qué es lo que te  distrae, que es lo correcto en tu camino; a partir de entonces, quédate en silencio, siempre llegan las respuestas. Y a partir de esa respuesta que tu Ser te da de forma amorosa, actúa sin perder ni un segundo en esa dirección.
Todos los caminos están entrelazados con el camino de nuestros hermanos, de tal manera que un solo pensamiento, una sola palabra, una sola acción, influye en la totalidad de nuestro mundo y en todo el Universo. Mantén este concepto, e intégralo en tu corazón. ¡Cualquier movimiento en tu energía repercute en todo el Universo!
Ama, respeta y se consciente de todos tus actos, responsabilízate de tu propia vida, sin importarte lo que hagan los demás.
El camino de la LUZ  es el Amor y la rectitud de conciencia, no importa si practicas o no alguna religión, sólo tienes que Ser.
Date permiso para Ser quien Eres y sigue tu camino sin dudas, olvídate de cómo, el corazón ya sabe, simplemente mantén la atención en el deseo de llegar hasta tu  corazón, permite que tu Ser te guie y confía en el resultado final que no puede ser otro que el camino elegido por tu Ser Superior.
Ya muchos de vosotros habéis cruzado al otro lado de las emociones, de las dudas y del miedo, habéis cruzado el umbral del penúltimo portal, permitiros ahora SER realmente vosotros mismos unidos a vuestros Seres Superiores, ya es tiempo  de emprender la ascensión a las esferas superiores con plena conciencia.

martes, 18 de enero de 2011

Triple salto hacia la Luz

Saber quién eres:
Es imprescindible, es importantísimo, es vital, el reconocimiento de que eres Luz, o un alma, o una Chispa Divina, lo que quieras, pero que ese reconocimiento sea total y absoluto. En un principio es suficiente con que ese reconocimiento sea racional, es normal no integrarlo en la conciencia al comienzo del camino y actuar desde ahí. Ya que vivir desde la conciencia de la Luz es algo que se dará al final del trabajo.
El reconocimiento de que eres Luz va a desligarte de tu cuerpo: “Yo no soy el cuerpo”………., pero vives en él. Empieza a reconocer a tu cuerpo como el templo del alma, como el santuario del espíritu. Eso hará que empieces a valorarlo, a respetarlo, a amarlo. Y cuando lo valores, lo respetes y lo ames, empezarás a cuidarlo con mimo, empezarás a cuidarlo con devoción, dándole al cuerpo todo lo que sea correcto para su buen funcionamiento, evitándole sustancias tóxicas y corrosivas. Todo el trabajo que has venido a hacer aquí, lo vas a hacer desde ese cuerpo, por lo que es tu obligación mantenerlo, sano, joven y fuerte, el mayor tiempo posible.
Este reconocimiento de que eres Luz, lleva implícita la sensación de libertad; la Luz, el alma, es libre, no se siente ligada a nada ni a nadie. No debe nada a nadie, no tiene que inclinar la cabeza ante nadie. ¡Eres libre!
Vivir como si ya fueras Luz:
            Vivir como si ya fueras Luz, es vivir la divinidad.  Y ¿cómo se vive la divinidad?, se vive la divinidad amando:
            Alejar pensamientos negativos: Recuerda: “somos lo que pensamos”. No puedes permitirte el mantener pensamientos negativos en tu mente. Para eso has de permanecer consciente la mayor parte del tiempo posible. En el momento que seas consciente de un pensamiento negativo contrarresta esa energía con el pensamiento positivo contrario, o con la virtud contraria, o pidiendo perdón.
            Utiliza palabras correctas: Que ninguna de las palabras que salgan de tu boca sean para herir, o lastimar, o molestar a nadie. Utiliza siempre palabras de alabanza, y destaca siempre los méritos de los demás, sus cualidades positivas, sus virtudes. Si se consigue mantener los pensamientos negativos bajo control, es mucho más fácil no herir con la palabra.
            Realizar buenas acciones: Ayuda a los demás, son Luz como tú. Ayudar no es dar un plato de lentejas o unas monedas, ayudar es sonreír, es apoyar, es abrazar, es escuchar, es besar, es no molestar, es respetar, ayudar es colaborar con el otro, siempre que el otro lo permita
Perdonar: El objetivo final, es que nada debe ser motivo de tu ofensa. Pero hasta que llegue ese momento, perdona de inmediato cada ofensa, no esperes al día siguiente, porque si tardas un día en perdonar, será un día tomando veneno por tu parte. Recupera la “meditación del perdón” que está en este blog y realízala si crees que la necesitas.
            Aceptación: Sólo una frase: “Todo está bien”.
Eliminar obstáculos:
Los obstáculos en esta carrera no hay que saltarlos, no hay que ignorarlos, hay que eliminarlos. Los obstáculos en esta carrera son los bloqueos emocionales, son los hábitos negativos, es la debilidad de carácter.
            Conocer los bloqueos: Para poder eliminar algo, es imprescindible saber que existe, por lo tanto, de la misma manera que decíamos al principio que tienes que saber quién eres, es importante saber cómo eres. Relee la entrada “Pedir ayuda”.
Amar:
 Veinte entradas en este blog están dedicadas al amor. Si tienes alguna duda de lo que es amar, elige la que quieras. Pero las veinte entradas actuales o las doscientas que haya dentro de un año, permitirme resumirlas en dos frases, una en positivo: “Trata a los demás como tú quieres ser tratad@”; y otra en negativo: “No quieras para los demás lo que no quieres para ti”

miércoles, 12 de enero de 2011

Visión humana versus visión divina

Imagínate lo que vería un miope sin gafas…….., poco ¿verdad?, imagínate, ahora, la sensación de claridad y de iluminación que tiene en el momento de ponerse sus gafas……. ¡increíble! Bien, acuérdate de esto que nos vale para llevar la comparación al ser humano.
Podríamos decir que el ser humano tiene dos visiones, (hablamos de la visión de la vida, no de la visión del ojo), una visión humana y otra visión divina; aunque casi nadie es consciente de que es miope, (visión humana), y que puede ver más allá, (visiónn divina), solamente colocándose las gafas adecuadas.
La visión humana es la que las personas están acostumbradas a tener, tanto  hacia su interior como hacia su exterior: Hacia dentro la persona se ve, básicamente, como un ser con deseos: quiero que me mantengan el puesto de trabajo, quiero tener una casa en la playa con piscina, quiero que mis hijos tengan una vida feliz, quiero que mi pareja viva pendiente de mí, quiero tener hijos, quiero que siempre tengamos salud, quiero que nunca nos falte el dinero, quiero ser el/la mejor, quiero que me escuchen, quiero que me quieran, quiero que nunca faltan mis padres, quiero…….. quiero…….. quiero…….., un sinfín de deseos que llenarían una lista casi interminable.
Pero si la persona sigue mirando hacia dentro, también se ve con miedos, con ansiedad, con estrés, con incertidumbre, con dudas; aunque todo esto, sólo es una consecuencia del deseo. Un solo deseo puede generar todo lo demás, por ejemplo: El deseo “Quiero que me mantengan el puesto de trabajo”, genera: miedo a perder el trabajo, miedo a no poder llegar a final de mes, miedo a que dirá la gente, miedo a no encontrar otro trabajo, miedo a un millón de cosas más; pero no acaba todo con el miedo, el miedo le genera ansiedad: ¿Qué pasará si me echan del trabajo?, ¿cómo pagaremos la hipoteca?, todo esto pone a la persona los nervios a flor de piel, y el estrés no la deja vivir, y duda de si seguir con este colegio o cambiar a los niños, duda de las reacciones de su jefe y piensa: “me va a echar seguro”, y ¿buscaré trabajo o esperaré en el paro?………… ¡Que locura!, sólo de pensarlo da estrés. ¿Cómo podrán vivir así?
Y si la persona mira hacia afuera, aun es peor, aunque sean cosas menos importantes, pero con la diferencia de que del exterior sí es consciente, porque es materia. Afuera ve el exterior de las personas, y  las compara, y las juzga, y critica lo que ve. Afuera se ve sus arrugas, ve sus kilos, si pudiera cambiarse por……. lo haría, etc., etc.
Esta es la vida de muchísima gente, quizás también la tuya. Un solo deseo, que no es más que un pensamiento, genera una reacción en cadena de tal magnitud y envuelve a la persona con una energía tan densa, que a veces les cuesta moverse físicamente, con el resultado ya anunciado y deseado por ellos, “le echarán del puesto de trabajo”, “no llegará a final de mes”, “enfermará”, “no encontrará otro trabajo”.
Aunque parezca una exageración, no lo es. Cambia el ejemplo del miedo a perder el trabajo, por tu “deseo” personal, y verás el tiempo que te ocupa ese único pensamiento, y analiza las consecuencias, y lo que te estás perdiendo si no tuvieras ese pensamiento.
Pero de la misma manera que el miope cuando no ve se pone las gafas,  el ser humano que está viendo esa noria que tiene por vida, puede salir de su círculo vicioso sólo colocándose las gafas de la divinidad.
Con la visión divina, hacia fuera se ven otros seres divinos, que como tú, están tratando de hacer mejor las cosas cada día, seres a los que ayudo en su evolución diaria, seres a los que amo porque son mis hermanos, seres que se alegran de los éxitos de los que están a su lado, seres atemporales, seres eternos.
Y si miras hacia dentro, sólo hay un deseo, un deseo que no genera miedo, ni ansiedad, ni estrés, ni dudas; sólo hay el deseo de ser mejor cada día, sólo hay el deseo de ayudar y de servir, sólo hay deseo de Amar.
Como no todo el mundo va a tener puestas las gafas de la divinidad, es posible que pienses que si vas así por la vida, con un lirio en la mano, te van a  abofetear en los dos carrillos, es posible, pero como decía Teresa de Calcuta, “hazlo de todos modos”.
Lee una de sus reflexiones:
Las personas son a menudo, irrazonables, ilógicas y egocéntricas...… ámalas de todos modos.
Si haces el bien, la gente te acusará de egoísmo y de motivos escondidos...…
haz el bien de todos modos.
Si tienes éxito, tendrás falsos amigos y verdaderos enemigos……
ten éxito de todos modos.
El bien que hoy haces, será olvidado mañana……
haz bien de todos modos.
La honestidad y la franqueza te hacen vulnerable……
se honesto y franco de todos modos.
Los más grandes con las más grandes ideas pueden ser abatidos por gente inferior mezquina, sin ideas…… piensa en grande de todos modos.
La gente favorece a los desvalidos, pero sigue a los poderosos……
lucha por los desvalidos de todos modos.
Lo que se toma años edificar, puede ser destruido en un momento……
edifica de todos modos.
La gente necesita ayuda, pero te ataca si les ayudas……
ayuda a la gente de todos modos.
Da al mundo lo mejor de ti y te golpeará en la boca…… da al mundo lo mejor de ti de todos modos, porque en el análisis final, te darás cuenta que el asunto es solo entre tú y Dios, ya que en todo caso, jamás fue un asunto entre tú y ellos……

¿Cómo ponerse las gafas de la visión divina?: SIENDO CONSCIENTE. Se consciente de cada pensamiento. Como ser consciente de todos los pensamientos es imposible, lleva el pensamiento donde tu quieres llevarlo y PLANTEATE UN OBJETIVO CADA DÍA, o cada semana o cada mes, según sea de difícil el reto. Y vete repitiendo ese objetivo hasta que lo conviertas en un hábito. Te propongo algunos:
Durante todo el día no voy a criticar nada ni a nadie.
Durante todo el día solo voy a hablar de cosas positivas.
Durante todo el día voy a hacer una sola cosa, sin pensar en la siguiente
Durante todo el día no voy a decir: No puedo, no sé, no tengo.
Durante todo el día voy a alabar lo bueno de los demás.
Durante todo el día no voy a levantar la voz a los niños.
Hoy voy a decir a mi pareja: “te quiero”, y mañana, y al otro, y al otro y…….
Durante todo el día no voy a quejarme ni una sola vez.
Durante todo el día voy a tener paciencia con la vecina que habla mucho.
Durante todo el día no voy a fumar.
Durante todo el día no me voy a enfadar.

martes, 11 de enero de 2011

Yo no soy el cuerpo

            Todos los que estamos viviendo en la Tierra, tenemos trabajos pendientes que hacer, no hay nadie, o si hay alguno, son muy pocos, los que lo tengan todo hecho y estén aquí sólo para servir y para ayudarnos en nuestro trabajo.
            Sólo tienes que fijarte en cualquier aspecto de tu vida que su realización te cause la más leve molestia, la más leve dificultad o la más leve incomodidad, ya que eso es síntoma de que en ese aspecto concreto hay algún aprendizaje por realizar o alguna experiencia por completar.
            Tengo un amigo, que como yo, está a punto de embarcarse en una aventura apasionante, sólo que él se va al lado opuesto y sólo por dos años, se va a China, y hace pocos días me comentaba, que era feliz, pero que había algo que le causaba una cierta incomodidad, y era el hecho de tener que despedirse, y que meditando sobre eso, no encontraba cuál podría ser la causa de dicha incomodidad.
            Yo traté de ayudarle a buscar la posible causa, y le decía si podría ser la tristeza, ya que deja aquí su casa y parte de su familia, y decía que no, que no sentía ningún tipo de apego; le hablaba de la incertidumbre por lo que se podría encontrar, y seguía diciendo que no, que entre él y su pareja habían completado una lista con las posibles causas y todas fueron descartadas una a una.
Dejamos el tema, ya que no nos conducía a nada, hasta esta mañana, que en mitad de mi meditación, apareció como un flash:”Tu amigo no tiene asumido al cien por cien que es un ser divino, y de la misma manera que no existe la muerte, tampoco existen las despedidas”. Ese fue el mensaje.
Cuando se lo expliqué a mi amigo, abrió unos ojos como platos, que parecía que se iban a salir de sus órbitas y dijo; “Es cierto”, “Ya está, eso es”.
La incomodidad de una simple despedida, en su caso, era la punta del iceberg de esa falta de confianza en su divinidad.
Por eso es imprescindible estar siempre alerta a nuestras sensaciones, siempre nos están indicando algo, y no hay que echar tierra encima para esconder la sensación, hay que analizarlas, ya que de ahí vamos a sacar un aprendizaje seguro. Si la tapas con la tierra, o te acostumbras a vivir con esa sensación, no estarás aprendiendo la lección.
Esto complementa a todo lo que vamos diciendo un día tras otro, hacer listas con los defectos, aplicar la virtud contraria, meditar, respirar, etc.
El único objetivo de todo es despertar y recordar que:
Yo no soy el cuerpo
Yo no soy las emociones
Yo no soy el pensamiento
Yo no soy la mente
Yo Soy el Alma
Yo Soy un ser espiritual de inteligencia divina
De amor divino
De poder divino
Yo Soy un@ con Dios
Yo Soy un@ con el Todo
Yo Soy un hij@ de Dios
Y hasta que no recuerdes esto y actúes desde esa divinidad seguirás siendo un humano infeliz o como mucho un humano medio infeliz.

jueves, 21 de octubre de 2010

¿Por qué el trabajo interior?

¿Por qué trabajar para el crecimiento interior, si es algo que no se ve? , ¿Por qué hacer trabajos que parecen tan etéreos como el desarrollo de la conciencia o la construcción del carácter?
En la parte 2 del trabajo para el crecimiento interior decía que el ser se compone de una parte que se ve, que es el cuerpo físico y otra parte que no se ve, que es el cuerpo energético, eso que llamamos aura.
Vamos a cuantificar esas partes: Imagina, por ejemplo, que el ser completo está compuesto en total de 100.000 partes. Pues bien, la parte que se ve, el cuerpo, es una parte, y la parte que no se ve, el cuerpo etéreo, son las 99.999 partes restantes.
Nuestros cuidados  y  nuestras atenciones son para esa minúscula parte que es el cuerpo físico; y es por la relación del cuerpo con el ambiente que tenemos sufrimiento o alegría, serenidad o estrés; todo en función de acontecimientos externos. Estamos condicionados por una infinitésima parte de lo que es la vida y de lo que somos nosotros.
Para eso el trabajo interior, para llegar a conocer las 100.000 partes al completo. Para que un acontecimiento de la materia, del exterior, del cuerpo, no nos afecte más que lo justo, es decir 1 parte de100.000.