Lo que entra por la boca afecta al
cuerpo. Lo que sale por la boca afecta al cuerpo y al alma.
La opinión “razonada”
que alguien se forma sobre una persona o una cosa, es un juicio. Mientras que
el conjunto de opiniones o juicios que responden a un análisis y que pueden
resultar positivos o negativos, es una crítica.
Y entre esas normas
básicas deberían encontrarse las que se acercan a la definición de juicio y de
crítica. Es decir, que sea una opinión razonada y que responda a un análisis.
Pero no, no ocurre nada de esto. El caso es hablar por hablar, y cuanto más
dura será la crítica, mucho mejor. Si se encuentra en ella tintes de calumnia,
difamación, humillación, menosprecio, insulto o desprecio, ¡seguro que es una
buena crítica!
Cabría pensar que los
beneficios conseguidos por estas actividades deben de ser extraordinarios, casi
comparables a los beneficios de los buscadores de oro en el antiguo Oeste.
Pero no. De entrada,
no parece que exista una compensación material, ni emocional, ni espiritual,
por el desarrollo de estas actividades. A no ser…, el placer del propio ego de sentirse
el centro del mundo durante el espacio de tiempo en el que el crítico se dedica
a denigrar a otro sin ningún conocimiento.
En Mateo 15:11,
podemos leer: “Lo que entra por la boca
daña al cuerpo, pero lo que sale por la boca daña al cuerpo y al alma”.
Y ¿saben por qué lo
daña?, ¿alguien puede pensar que juzgar y criticar son actos de amor? Juzgar y
criticar no son acciones guiadas por el amor. Son guiadas por lo opuesto al
amor, y opuesto al amor es el odio, la ira, la venganza, la envidia, la
deslealtad, el miedo o el rechazo.
“Todo es energía”. Cada
pensamiento que se pasea por la mente y cada palabra que sale de la boca, son
energía que se van a depositar en el cuerpo energético de la persona. Pero
hemos de tener en cuenta una segunda ley: “Energías iguales se atraen”, por lo que
cualquier energía que se encuentre alojada en el cuerpo energético va a atraer
hacia sí mas de lo mismo. Si la energía acumulada es positiva atraerá cosas
positivas, si no lo es atraerá más negatividad.
Hay que tener,
también, en cuenta, que, si la persona objeto de la crítica no tiene un nivel
de madurez suficiente, si tiene conocimiento de que está siendo criticada, va a
sufrir. De ese sufrimiento también es responsable el crítico y tendrá que pagas
por ello. Es la “Ley de la causa y el efecto”.
No levantes falsos
testimonios. No divulgues secretos, no difames, no te entrometas en la vida de
otros. Vive tu vida, en lugar de vivir la vida de los demás. Ya tienes
suficiente trabajo con vivir tu vida.