Los seres humanos tenemos la costumbre de querer ponerle nombre a todo, de querer entender todo, de querer saber, pero las cosas pasan con nombre o sin nombre, entendiéndolas o no.
Con la energía que se gasta tratando de ponerle nombre o buscando
una explicación, a todo lo que sucede en la vida, se pierde la vida y se
escapan los detalles porque la mente está ocupada eligiendo que nombre ponerle
a eso que se le está escapando a la persona de las manos.
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