El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 22 de febrero de 2018

Homenaje a mi hijo


        Mi hijo acaba de caer rendido en su cama. Hoy ha sido su fiesta de cumpleaños. Ya tiene seis años.


Hasta hace seis años, mi vida era tranquila, ordenada, previsible, con un control absoluto sobre mis tiempos. Casi podría decir que hasta era un poco aburrida. Hoy, sin embargo, mi vida no tiene nada de tranquila, es totalmente imprevisible, desordenada en grado sumo, y tratando de aprovechar los tiempos cuando él está en el colegio, desarrollando sus múltiples actividades, (hoy los padres les dejamos poco espacio a nuestros hijos para que jueguen), o descansando como ahora mismo.

Pero hoy ha sido un día especial. Acabábamos de cantar el cumpleaños feliz, había soplado sus velas, y los animadores de la fiesta nos ofrecieron a su madre y a mí el micrófono para decir algo, y él, en medio de nosotros, pidió el micro. Se lo dimos con un poco de miedo, tengo que reconocerlo, por si soltaba alguna de las suyas. (Los niños son auténticos y dicen lo que piensan sin ningún problema, y él suele hacerlo con frecuencia). Lo cogió y lo sostuvo en su mano con una soltura que a veces no tiene para sostener sus golosinas, y comenzó a hablar, dejando a todos los que le escuchábamos con la boca abierta y el corazón henchido de emoción.

Fue un discurso serio, ordenado y coherente. Comenzó dando las gracias a todos por haber asistido a “su fiesta”, siguió explicándonos lo feliz que se sentía por estar con todos sus amigos en un día tan especial, y finalizó anunciando que después de la torta había preparado una sorpresa para sus amigos.

Después de él hablé yo. No se ni lo que dije, no era importante, ya que después de su discurso habría hecho falta ser un magnífico orador para desviar la atención que él había atraído hacia sí de manera magnética.

Hoy supe que su discurso solo era el primero de muchos, cientos o miles con los que va a deleitar a sus audiencias. Hoy supe que soy el padre de un Maestro.

Gracias por haberme elegido hijo mío. Te quiero. Estoy loco por ti.