Ninguno
de los que intervienen en la vida pública piensa en todos aquellos a los que ha
aventajado; piensa solo en los que le han aventajado a él.
Le
indigna más que uno solo le preceda de lo que le complace ver los muchos a los
que él ha dejado atrás.
El mal
de la ambición está en que nunca mira a la espalda.
LUCIO
ANNEO SÉNACA