El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 26 de agosto de 2024

La mano de Dios

 


Con que facilidad sentimos la mano de Dios cuando las circunstancias que se van concatenando en nuestra vida, están alineadas con nuestros deseos. Sin embargo, no están sencillo sentirla cuando los acontecimientos que van llegando a nuestra vida son contrarios a nuestras expectativas, pudiendo parecer que estamos siendo castigados por la vida y abandonados de la mano de Dios.

¿Quiere eso decir que Dios aparece y desaparece como el Guadiana? El Guadiana es un río bastante único debido a su característica de “río perdido”, donde parte de su curso fluye subterráneamente y luego reaparece en la superficie. O, ¿quiere decir que Dios nos va premiando, ignorando o castigando?

Esta percepción de la presencia divina puede ser influenciada por nuestras propias expectativas y emociones. Cuando todo va bien, es fácil atribuirlo a una intervención divina favorable. Pero cuando enfrentamos dificultades, podemos sentirnos abandonados o castigados. Sin embargo, la presencia de Dios es constante, independientemente de nuestras circunstancias. La metáfora del Guadiana puede ilustrar cómo, a veces, la presencia divina puede no ser evidente en ciertos momentos de nuestra vida, pero eso no significa que no esté ahí. En lugar de ver los desafíos como castigos, podríamos interpretarlos como oportunidades para crecer y fortalecer nuestra fe.

Tengamos en cuenta que Dios Es y siempre Está.