El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 12 de septiembre de 2014

Dios nos espera


«Dejad que los niños vengan a mí,
no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios.
Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él»
Marcos 10:14
 

En el último mensaje canalizado, el Maestro nos decía: “El corazón de Dios es un mar de infinita bondad que espera por Vds. No es necesario que Le invoquen en oración, ni tan siquiera que digan su nombre. Él está con Vds. en todo momento y en todo lugar”.
¡Dios nos espera!, pero en las condiciones en que se encuentra la humanidad, ¿Cuánto tiempo tendrá que esperar? Los seres humanos ni tan siquiera somos conscientes de que Dios nos está esperando, porque no sabemos que Él es el final de nuestra carrera, Él es la meta, pero también es el inicio, de la misma manera que es el camino, o si lo sabemos no actuamos desde ese conocimiento.
Los seres humanos buscamos a Dios, sin aceptar que Dios ya está en nosotros, y disfrazamos esa búsqueda, que es la búsqueda autentica, la búsqueda definitiva, con pequeñas búsquedas, con jueguecitos, con pequeñeces.

 
Viajamos a lugares recónditos de la Tierra en busca de espacios fantásticos de energía. Energía que despilfarramos nada más llegar a casa, cuando no por el camino, juzgando situaciones, criticando personas, no aceptando nuestra vida o parte de ella, siendo deshonestos con nosotros mismos y los demás, manteniendo rincones de ira o de rencor en nuestro corazón, desaprovechando las oportunidades para ayudar y servir a los demás.
Podemos retirarnos del mundo durante unos días para mantenernos en silencio y meditar. Y al llegar a casa, volvemos a hablar por los codos, volvemos a dejar que la meditación se convierta en algo que hacemos el día que “tenemos tiempo”, o el día que estamos bajos anímicamente.
Podemos asistir a conferencias y cursos de crecimiento personal, para ser un poco más conscientes ya que proliferan como setas. Cursos que serán olvidados a los pocos días de su realización, sin haber puesto en práctica nada de lo aprendido en ellos.
Somos especialistas en frases bonitas, que ninguno pone en práctica, pero que quedan bien en el muro de nuestras redes sociales.
¿De qué sirve todo eso?, para hablar de ello, para sentirnos importantes, para hacer demostraciones de nuestra pseudo-espiritualidad, para que otros se queden con la boca abierta ante nuestra sabiduría espiritual. Pero realmente son pequeñeces, son jueguecitos, porque mientras tanto seguimos enojados con los hermanos, engañando a la pareja, criticando todo lo que se mueve, no dedicando el tiempo suficiente a los hijos, dudando de todo, no respetando a nada ni a nadie, teniéndole miedo no solo a la muerte, sino también a la misma vida. Y sobre todo se nos olvida lo más importante, nos olvidamos de Dios, nos olvidamos de quienes somos, nos olvidamos de dónde venimos, nos olvidamos adónde vamos, nos olvidamos para que estamos aquí, nos olvidamos de quienes son realmente los que nos rodean.
Hemos de ser conscientes de que lo que realmente hemos venido a hacer en la  vida es retornar a Dios, porque de Él venimos, y podemos hacerlo de frente, sin rodeos, a lo grande. ¿Cómo?, amando. Cualquier otra cosa no sería más que darle vueltas una y otra vez a la vida, a una vida que nos enmaraña en las redes de su ilusión una y otra vez, y así llevamos cientos o miles de vidas. ¿Cuántas más nos esperan?, ¿Cuánto tiempo tendremos a Dios esperando por nosotros? Tenemos suerte de que Su paciencia es infinita, y sobre todo tenemos suerte de que nos ama. Termino que no podemos utilizar nosotros, ¿o sí? Alguna vez te has hecho la pregunta: ¿Amas a Dios?
 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Alegría versus tristeza


            Los seres humanos somos capaces de recordar hasta la extenuación los momentos dolorosos de nuestras vidas. Los recordamos, los sufrimos y lloramos con su recuerdo, los contamos, unas veces nos corroe la rabia, otras la ira, hablamos de nuestro dolor sin venir a cuento, nos lamentamos, siendo incluso incapaces de sentir el dolor ajeno, porque “no es nada comparado con lo que me ha pasado a mí”.
Sin embargo, somos incapaces de recordar con parecida intensidad los momentos felices. Hasta diría que estos pasan por nuestra vida sin pena ni gloria. Después de unos momentos de euforia, caen en el olvido, hasta el extremo de que si nos piden que recordemos algún acontecimiento feliz de nuestra vida, podemos quedar dubitativos, tratando de descubrir alguno de esos momentos.
            De la misma manera nos comportamos ante la enfermedad, nos podemos pasar el día lamentándonos, sintiendo nuestro dolor, explicando a todo aquel que se cruza con nosotros lo mal que nos encontramos, lo infelices que nos sentimos, la mala suerte que parece haberse aliado con nosotros, y un sinfín de desgracias más. Pero cuando estamos sanos, no explicamos a todas las personas con las que nos encontramos, que estamos sanos, que nos sentimos bien, que vaya suerte la nuestra, que nos encontramos felices por la buena salud. ¿Por qué será?
 
            ¿Quiere decir esto que hay muchos más momentos de dolor que momentos felices en las vidas de las personas? No es así. Normalmente pasamos más tiempos neutros, sin episodios excepcionales ni de felicidad, ni de dolor, de la misma manera que pasamos más tiempo de nuestra vida, sanos que enfermos. Y llamo momentos neutros a momentos que, en realidad, los deberíamos calificar como excepcionales, como son el amanecer de cada día, ver una salida o una puesta de sol, sentir el canto de los pájaros, el olor de la tierra después de la lluvia, escuchar la risa inocente de los niños, sentir el abrazo de los que nos quieren, tener hambre y poder comer, y un sinfín de cosas más.
            Podemos llorar años la desaparición de un ser querido, pero no festejamos años el nacimiento de otro ser querido. Podemos lamentarnos mucho tiempo por la pérdida de un trabajo, pero no nos alegramos el mismo tiempo cuando lo encontramos y nos contratan. Podría seguir poniendo infinidad de ejemplos, pero no merece la pena, seguro que cada uno de vosotros puede pensar en su ejemplo favorito.
            Sabemos, al menos todos los que nos asomamos a esta ventana, que energías iguales se atraen, sabemos que somos lo que pensamos, sabemos que el Universo nos regala aquello que permanece en nuestra mente con una cierta intensidad. Pero, es igual, somos incapaces de cambiar nuestro pensamiento, somos incapaces de mantener los sucesos buenos en nuestra mente durante más tiempo que los malos, somos incapaces de ser felices. ¿Será que nos gusta el sufrimiento?, ¿Será que no terminamos de creernos que somos energía?, ¿Será que a pesar de todo nuestro conocimiento, somos incapaces de dominar a la mente?, ¿Será que practicamos poco la mucha teoría que atesoramos?, ¿Será que no habremos integrado en nosotros nuestra divinidad?, ¿Será que nos falta voluntad?, ¿Será que no tenemos carácter?, ¿Qué será?
 

Son mas importantes tus obras que tus titulos


            Leía una canalización de un Maestro Ascendido, una de tantas de las que circulan por la red, pero con visos de realidad, que contrariamente a lo que creemos que nunca más volvían a encarnar los Maestros Ascendidos después de su ascensión, (al menos yo lo creía así), los Maestros Ascendidos pueden volver a la Tierra, si así lo deciden, para realizar determinados trabajos.
            Puede ser que en esa encarnación, lleguen al conocimiento de lo que son, o puede que no. Pero en ambos casos, normalmente, salvo excepciones, necesarias para la realización de su trabajo, su vida es idéntica a la del resto de mortales. Es decir, no solo nacen, crecen, envejecen y mueren, sino que lo hacen con dudas, con sufrimiento, con miedos. Tienen que descubrir, como todos, su camino desde el principio, tienen que aprender a amar, tienen que encontrar a Dios.
            La mayoría de los seres humanos, supongo que ellos también, tenemos verdadera pasión por conocer quiénes somos, y sobre todo por saber cuál es nuestra misión en la vida.
 
            Pero si reflexionamos serenamente en esas dos cuestiones, seremos conscientes de que no parecen tan importantes.  ¿En qué cambiaría nuestra vida?, ¿Qué ganaríamos con saber, aparte de satisfacer la curiosidad, que somos la reencarnación de un Maestro, de un Santo o de un Arcángel?, ¿De qué nos serviría conocer cuál es nuestra misión más importante?, a fin de cuentas, a la misión vamos a llegar pasito a pasito, la conozcamos o no. Y conocer quiénes somos, si fuéramos alguien, es posible que durante una temporada nos distrajera de nuestro trabajo, e incluso de nuestra vida. Porque nos preguntaríamos, ¿Cómo puede ser que siendo quien soy, tenga una vida de tanta ignorancia y de tanto trabajo para conseguir pírricos resultados?, ¿Por qué, siendo quien soy encuentro tantos inconvenientes?
            Todo el que pisa el teatrillo de la vida, va a tener que recorrerlo, de punta a punta, con el sudor de su frente, cuando no con dolor. Todo el que pisa el teatrillo de la vida va a tener que aprender a amar. Todo el que pisa el teatrillo de la vida va a tener que buscar a Dios.
            No es importante saber quiénes somos, lo verdaderamente importante es saber qué hacer. ¿De qué le vale, por ejemplo, al presidente de un país, ser presidente y que le conozca el mundo entero, si pisotea los derechos de sus conciudadanos?, pues por la misma razón, ¿De qué nos valdría conocer quiénes somos, si no actuamos con bondad, con amor, con compasión?
            Lo importante es saber que hacemos, y como lo hacemos. Lo importante es hacer con amor. 
             Podemos encontrar miles de manuales de cómo acercarse a la espiritualidad, de cómo aprender a vivir desde el corazón, de cómo aprender a amar, y todos son buenos si se siguen al pie de la letra las instrucciones, ya que leer, por si solo no acerca a nada, solo entretiene, o como máximo da un ligero conocimiento. Recuerda: “Vale más un gramo de práctica que una tonelada de teoría.
           ORACION PARA APRENDER A AMAR
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida.
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua.
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo.
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro.
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos.
 Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien.
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión.
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender.
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos.
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo. 

Madre Teresa de Calcuta.

Corazón de Dios


Perlas para el alma        

 
El corazón de Dios es un mar de infinita bondad que espera por Vds. No es necesario que Le invoquen en oración, ni tan siquiera que digan su nombre. Él está con Vds. en todo momento y en todo lugar.

martes, 9 de septiembre de 2014

Cambia tu energía para cambiar tu vida (2 de 2)


Continuación…………..
Palabra: Después de las imágenes y después del pensamiento, llega la palabra. Es conveniente ser cuidadosos con las “malas palabras”, tienen una vibración muy baja. De la misma manera que tienen también muy baja la energía, la queja, el juicio o la crítica hacia otras personas.
Cuando nos quejamos de algo, sólo estamos afirmando más el problema: Evita el “no sé”, el “no puedo”, el “no tengo”, “estoy enfermo”, “me duele la cabeza”, “seguro que no va a funcionar”, etc., etc.
Evita participar en discusiones o en reuniones donde sólo se hable vanamente. Utiliza los tres filtros de Sócrates: En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por la práctica de su conocimiento, con alto respeto. Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
Espera un minuto, replicó Sócrates. Antes de decirme cualquier cosa querría que pasaras un pequeño examen. Es llamado el examen del triple filtro.
¿Triple filtro?
Correcto, continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.
El primer filtro es la verdad: ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
No, dijo el hombre, realmente sólo escuché sobre eso y...
... Muy bien, dijo Sócrates. ¡Entonces realmente no sabes si es cierto o no!
Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad: ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
No, por el contrario...
Entonces, continuó Sócrates, tú deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Tú puedes aún pasar el examen, porque queda un filtro; el filtro de la utilidad: ¿Será útil para mí lo que vas a decirme de mi amigo?
No, realmente no.
Bien, concluyó Sócrates. Si lo que deseas decirme no es cierto ni bueno e incluso no es útil, ¿por qué decírmelo?
 
Cuida la energía de la palabra y resérvala para decretar aquello que sea importante para ti.
Placer físico: No hay nada que aumente más la energía personal que el placer físico. Practica actividades que te brinden ese placer: como los deportes, el baile, la gimnasia, el caminar por un parque o frente al mar. La visita a lugares naturales siempre ayuda a elevar la vibración personal.
La risa aumenta de manera  considerable el nivel energético personal, además de acelerar los procesos curativos del cuerpo. Rodéate de gente que te haga reír; mira programas cómicos, especialmente aquellos en que el humor no es personal; encuéntrale el lado cómico a todo lo que te sucede y verás cómo las soluciones aparecen más fácilmente. Si estás muy enojado y alguien te hace reír, notarás que no puedes volver a enojarte como antes. La risa y el enojo no son compatibles. Cuando más nos reímos, más rápido desaparece la ira.
A veces, es conveniente valerse del recuerdo de situaciones felices del pasado. La mayoría de la gente se pasa todo el tiempo recordando todo lo malo que le ha tocado vivir y lamentándose; eso sólo sirve para atraer más cosas malas al presente porque se está generando el mismo tipo de energías. Recuerda los momentos felices de tu vida.
Cuando una pareja está en problemas, siempre les recomiendo que intenten revivir sus primeras etapas de enamoramiento. La mente es muy poderosa, pero un poco tonta, cuando algo aparece en ella, no sabe si es del momento o de hace unos cuantos años.
Las personas que se sienten solas y se quejan de su soledad, sólo atraen más soledad o relaciones que fracasan rápidamente. Si éste es tu caso y no puedes recordar ningún momento romántico de tu pasado, tienes que crearlo en tu imaginación. Concéntrate en las imágenes, palabras y sensaciones que te ayuden a vibrar en la frecuencia del amor y, entonces, al amor aparecerá en tu vida. Recuerda que las energías iguales se atraen, ¡solo el Amor atrae al Amor!
Alimentación: Si lo que entra por la boca está sucio, ensucia el cuerpo, es decir genera energía negativa. Hay alimentos que tienen una vibración muy baja, como las carnes. Entre éstas, las rojas son las peores. El comer carne aumenta la parte primitiva del ser humano, con lo que la agresividad puede salir a flote con más facilidad.
Sería conveniente una alimentación basada en ensaladas, frutas, verduras, pasta y pescado.
Meditación: Incorpora a tu vida el hábito de la meditación.
Es seguro que aunque no sigas estas recomendaciones totalmente, algo va a cambiar en tu vida, porque habrás cambiado tu energía.

Misión de vida


Perlas para el alma        



Dios tiene una misión asignada para cada uno de nosotros. Si Vds. tienen el deseo y la voluntad, es seguro que también tienen la capacidad de hacerla realidad.

Cambia tu energía para cambiar tu vida (1 de 2)


            Decía en la entrada anterior que no solamente la composición del ser humano es energía, sino que energía es todo lo que este genera habitualmente con sus pensamientos, sus palabras, sus sentimientos y sus emociones. De tal manera, que el campo energético alrededor de la persona queda compuesto por la energía que normalmente esta genera.
            Por lo tanto, para cambiar la energía es necesario cambiar pensamientos, palabras, emociones y hábitos de vida. Con esto, al cambiar la energía cambiará la vida de la persona, ya que atraerá cosas distintas.
 
            Pensamiento: Comencemos hablando del pensamiento: El pensamiento es creador. La energía del pensamiento atrae justamente aquello en lo que se piensa, y además el pensamiento es la antesala de la acción, y es con las acciones de hoy como creamos la vida de mañana. Somos aquello que pensamos, quien piensa en sufrimiento, sufre y quien piensa en alegría, es feliz. Sabemos que la energía va siempre detrás del pensamiento, y que con cada pensamiento que se cruza en nuestra mente dejamos un retazo de vida, porque no somos conscientes de ese retazo de vida que perdemos, y lo peor, es que ese retazo de vida no vuelve a pasar delante de nosotros.
            La mente es como una ranita, siempre saltando de pensamiento en pensamiento, nunca se está quieta.
            Y a pesar de saber todo esto, seguimos dándole cuerda a nuestra mente, sin ponerla coto, ni atarla en corto. Pero, seguramente, no es porque no queramos, es, sencillamente, porque no podemos. La mente es demasiado poderosa para cualquiera, y siempre está presentando un pensamiento tras otro.
Existen varios tipos de pensamientos: Pensamientos negativos, que son aquellos que tienen su origen en los malos hábitos o en los vicios de las personas: Ira, avaricia, orgullo, apegos, envidia, críticas, etc. Cada uno de estos pensamientos impregna de energía negativa, de energía sucia, de energía enferma y de energía contaminada, el sistema energético de la persona, su aura y sus chakras.
Pensamientos inútiles, que son todos aquellos que nada tienen que ver con la realidad de la vida: Son los castillos en el aire, son las preocupaciones inútiles, son los pensamientos circulares, son los malos entendidos, etc. Estos pensamientos son los responsables del desgaste de energía, o de la formación de bloqueos energéticos debido a la repetición de los mismos pensamientos una y otra vez.
Pensamientos necesarios, que son los que están conectados con el fluir de la vida: Sobre familia, trabajo, resolución de problemas, programación de la vida, etc. Estos pensamientos ayudan a mantener la calidad de la energía de la persona, y pueden ayudar a incrementar la energía positiva en el campo energético de la persona, por el mero hecho de que la persona hace aquello que tiene que hacer.
Pensamientos positivos, que son los que centran en el beneficio o aprendizaje de todo lo que pasa por nuestra vida, como es la aceptación, el respeto, la valoración, el “todo está bien”. La energía de estos pensamientos impregna el sistema energético con energía positiva.
Pensamientos elevados, que son los relacionados con el alma, con la meditación, con el silencio, con el servicio. La energía generada por estos pensamientos llevan a la persona a la paz, al amor, a la serenidad, a la felicidad y a la alegría, ayudando a limpiar la energía negativa de los cuerpos energéticos de la persona.
La mejor fórmula para poder evitar el desenfreno de la mente es mantener en ella pensamientos elevados, no dejando espacio para cualquier otro pensamiento. Es la mejor forma para generar energía positiva, es la mejor forma de limpiar los bloqueos negativos del cuerpo energético, y además, es el camino más corto para acercarnos a Dios.
Es posible que no se te ocurra como mantener pensamientos elevados en la mente. Utiliza el “YO SOY”. Puedes decir en tu interior, de manera permanente:
Yo Soy el Alma
Yo Soy Paz
Yo Soy Amor
Yo Soy Alegría
Yo Soy Serenidad
Yo Soy Bondad
Yo Soy un Hijo de Dios
Yo Soy Salud
Yo Soy Prosperidad
Yo Soy…… añadiendo todo lo bueno que se te ocurra.
Imágenes: También es bueno trabajar con las imágenes, y concentrar tu atención en las imágenes que sean más positivas para tu evolución. Las buenas noticias no son noticia, por lo tanto cuando vemos las noticias por la televisión, todas son malas noticias: imágenes de guerra, crueldad, pobreza, enfermedad y catástrofes, son el pan nuestro de cada día. Si estas noticias las dejamos pasar, no afectará a nuestro campo energético, pero si nos detenemos en ellas, si las comentamos, si las sufrimos, de alguna manera, van a seguir añadiendo una energía poco favorecedora para nuestro cambio, para nuestra evolución, para nuestro crecimiento.
Continuará…………………
 

Somos lo mismo


Perlas para el alma       


El gran obstáculo del hombre consiste en creer que todos somos diferentes, el no entender que somos parte de lo mismo, que vamos y venimos de lo mismo. Eso es lo que le impide ayudar a sus hermanos.

sábado, 6 de septiembre de 2014

No te quejes, solo tú eres responsable


Los iguales se atraen.
Limítate a ser quien eres: sereno, transparente y brillante.
Cuando irradiamos lo que somos, cuando sólo hacemos lo que deseamos hacer,
esto aparta automáticamente a quienes nada tienen que aprender de nosotros
y atrae a quienes sí tienen algo que aprender y también algo que enseñarnos.
Richard Bach

El ser humano es un conjunto de energías de distinta vibración, desde la más densa formadora del cuerpo físico, hasta las más sutiles que son las envolturas del cuerpo físico, lo que denominamos aura; siendo las menos sutiles las que se encuentran más cercanas al cuerpo físico, y las más sutiles, las más alejadas de este. Se han llegado a ver, por clarividentes, hasta nueve capas, que corresponden con los  campos de evolución: Doble etérico, cuerpo astral o emocional, cuerpo mental inferior, cuerpo causal o mental superior, cuerpo búdico o intuicional, cuerpo átmico o espiritual, y los correspondientes a los campos Adi y Anupadaka, que son los planos de manifestación del Logos, de la misma manera que el doble etérico y los cuerpos astral, mental y causal son los planos de evolución elemental para los reinos mineral, vegetal, animal y humano normal; y los cuerpos búdico y átmico son los planos de manifestación humana supernormal.
            Pero no solamente la composición del ser humano es energía, sino que energía es todo lo que este genera habitualmente con sus hábitos de vida, sus pensamientos, sus palabras, sus sentimientos y sus emociones. De tal manera, que el campo energético alrededor de la persona queda compuesto por la energía que normalmente esta genera.
 
            El Principio de Vibración nos enseña que las energías iguales se atraen, lo cual quiere decir que vas a atraer a tu vida personas y situaciones que vibren en la misma sintonía que tu cuerpo energético. Por lo tanto no te quejes de tu pareja, de tu trabajo o de las situaciones con las que te vas encontrando, solamente tú eres total y absolutamente responsable de tu vida y de las interacciones que se dan en ella.
            Cambiar la energía que envuelve al ser humano es un trabajo personal, es un trabajo de crecimiento, es un trabajo de evolución de la persona, es un trabajo de expansión de la conciencia.
            Si los hábitos de vida, los pensamientos, las palabras, las emociones y los sentimientos son generadores de energía, está claro que si se quiere cambiar el campo energético, se han de cambiar todo aquello que afecta y condiciona como es la energía.
            Seguiré en la próxima entrada con algunas pautas para ir cambiando la energía que nos envuelve.
 

Porque lo importante es amar


Perlas para el alma        


Lo importante no está en lo que han acumulado, no se lo van a llevar. Lo importante no está en lo que han logrado, nadie se lo va a reconocer al otro lado. Lo importante está en aprender a amar, en eso está la cercanía a Dios y el mérito de la existencia.

viernes, 5 de septiembre de 2014

El momento de amar es ahora


Perlas para el alma        


No esperen al final del camino para amar, para hacer el bien, para perdonar. El momento presente es el oportuno.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Pues si, tu también vas a morir


            Ningún alma viene a la vida con un contrato en el que haya firmado que va a convertirse en un asesino o en un dictador, nadie ha firmado que vaya a maltratar, a engañar, a estafar o a robar. Todas estas actividades las va forjando y fortaleciendo la mente, ansiosa de poder, ignorando que su verdadero poder radica en el silencio.
            Es curioso que la mente nos haga vivir de manera frenética, como si fuéramos a vivir dentro del cuerpo eternamente, cuando lo único que tenemos seguro los seres humanos al nacer en un cuerpo, es que ese cuerpo, desde el mismo momento del nacimiento tiene fecha de caducidad, va a morir. Y, sin embargo, tratamos de acumular cuanto más mejor, de manera desmedida, en algunos casos, robando, matando, engañando, pisoteando los derechos fundamentales de otros seres humanos.
 
            Todos los que estáis leyendo esto vais a morir, de la misma manera que voy a morir yo que lo estoy escribiendo. Nos puede parecer increíble que algún día nos toque dejar esta vida, nos puede parecer increíble pensar que la muerte, nuestra muerte, va a llamar a nuestra puerta. Siempre nos creemos que eso solo les va a pasar a los demás, no a nosotros. No esperamos para nosotros ni dolor, ni accidentes, ni enfermedad, ni muerte. Para nosotros solo esperamos cosas buenas: que nos toque la lotería, que nos asciendan en el trabajo, que los niños se casen con alguien de buena familia.
            Sin embargo, nuestra programación mental, (y no hace falta que os recuerde que somos lo que pensamos), no es la adecuada para que nos sucedan cosas buenas. Nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras emociones se encuentran, normalmente, dando vueltas al miedo, a la carencia, al sufrimiento, a la enfermedad o al qué dirán.
            Estamos, por lo tanto, más cerca de las desgracias que de las cosas buenas, aunque nos creamos que nunca nos va a suceder nada malo, lo más probable es que así sea. Poca confianza debemos tener en nosotros mismos, y pocas deben de ser las cosas buenas que nos ocurren cuando tenemos que recurrir, para que esto suceda, para que la abundancia y la prosperidad llamen a nuestra puerta, o para gozar de buena salud, a la realización de todo tipo de cursos, o lecturas: cursos de crecimiento, lecturas del tipo de “el secreto”, visionar películas como “Y tú ¿Qué sabes?”. En fin, que esperamos acontecimientos buenos y espectaculares y sin embargo nuestra vida creada y dirigida por nuestros pensamientos nos aboca a la desgracia.
            Pero leamos o no, pensemos en positivo o no, una cosa es segura, ¡vamos a morir!, y puesto que vamos a morir, mucho antes de lo que os imagináis, permitirme que os recuerde para que estamos en la vida, ya que es posible, no, posible no, es seguro, que la inmensa mayoría de vosotros lo hayáis olvidado. SOLO ESTAMOS AQUÍ PARA VOLVER A DIOS, que es de donde procedemos.
            ¿Qué estáis haciendo para volver a Dios? Es posible que penséis que como no hacéis mal a nadie, que como no robáis ni matáis, ya está hecho el camino de vuelta a Dios. Parece un poco simplista el razonamiento de que somos buenos. Esa bondad implica más cosas: ¿Juzgas a los demás?, ¿Les criticas?, ¿Aceptas las cosas como son?, ¿Aceptas la manera de hacer y de pensar de todas las personas que asoman por tu vida?, ¿Ayudas en todo lo que puedes, y en una parte de lo que no puedes?, ¿Guardas alguna ira, rencor, odio?, ¿Tratas a los que te rodean con respeto, con amor, con comprensión, con tolerancia?, ¿Amas a los demás como a ti mismo?, ¿Necesitas perdonar porque te has sentido ofendido?, ¿Perdonas?, ¿Sientes algún tipo de apego por alguien o por algo?.
            Reflexiona sobre lo que se espera de un hijo de Dios, y actúa en consecuencia.
 

Vivir el presente



Perlas para el alma        

Deben dejar de vivir para el futuro. El presente es un regalo que no saben apreciar. Dios, Nuestro Padre, en su infinita bondad, no dejará que nuestro futuro esté lleno de peligro, o exista en él daño para nosotros.


 

domingo, 31 de agosto de 2014

Todo es según el color del cristal con que se mira


Y es que en el mundo traidor
nada es verdad ni es mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.
Ramón de Campoamor
Si la Verdad solo es una y está en poder de la Divinidad, los miles o millones de verdades que nos venden es claro que no llegan a ser ni una minúscula parte de la verdad.
Y si esto pasa con la Verdad Absoluta, ¿Qué no pasará con las relativas verdades de los hombres? Cada ser humano está en posesión de “su verdad”, y para él esa verdad es única, es real, es auténtica, y podría llegar a matar para defenderla.
Ante esto, es obvio que no todos vemos la misma realidad, y si a esa realidad la recubrimos con las verdades personales, pasándola por el filtro de nuestros valores, nuestras creencias, nuestros intereses, nuestros recuerdos, etc., lo que nos queda es una visión bastante sesgada de la realidad de los otros. Quedarse anclado en la propia perspectiva contribuye a limitar, todavía más, “la verdad del otro”, ya que ni se ve, ni se entiende esa verdad, puesto que lo que se ve es la interpretación de la verdad.
Esto da lugar a malentendidos, discusiones, enfados, desencuentros, errores de interpretación, equivocaciones, disgustos, indignación, etc., etc.
Las cosas no siempre son lo que parecen. En la vida hay situaciones que simplemente suceden, sin que nosotros tengamos absolutamente ningún control sobre ellas, y la única opción que existe cuando esto ocurre es aceptarlas.
Muchas de las situaciones a las que nos enfrentamos, por lo general, no las podemos elegir, pero lo que si podemos escoger en todo momento es cómo respondemos ante ellas, y esta respuesta va a estar condicionada en gran medida por la perspectiva desde la que observamos las mismas. Ya que la situación no la podemos cambiar, lo que nos queda es modificar la perspectiva hacia la misma por otras que nos permitan enfrentarla de manera más efectiva y menos traumática.
 
Cuando ampliamos nuestras perspectivas, automáticamente ampliamos nuestra capacidad de acción, ya que esto nos hace poder elegir alternativas que antes, a pesar de estar disponibles, no éramos capaces de observar.
Para una misma situación pueden existir multitud de perspectivas, las cuales por si mismas no son correctas o incorrectas, de hecho, no es adecuado clasificarlas de este modo, la distinción verdaderamente importante que hay que realizar es si el punto de vista actual que tenemos sobre una situación trabaja a nuestro favor o en nuestra contra. Cualquier perspectiva que ayude a crecer, a desarrollarse, a superar retos y alcanzar metas será una buena perspectiva y cualquiera que incapacite o limite será una mala perspectiva que debe de ser cambiada.
Por lo tanto podemos cambiar el color del cristal, aunque si lo hacemos corremos el riesgo de escorarnos hacia otro lado. Mejor sería ponernos unas gafas multicolores, unas gafas con los suficientes colores que nos permitan:
-          Ponerse en el lado del otro.
-          No dar importancia a las cosas que carecen de ella.
-          Aceptar todas las situaciones.
-          Tolerar todo lo que se presente.
-          Sentir como propio el hacer ajeno.
-          No opinar, no juzgar, no criticar.
-          Aceptar razones que no conocemos.
-          Sentir que todo es relativo.
-          Mirar con los ojos del alma.
-       Escuchar antes de hablar.
-          Saber que todo está bien.
 
 

Bendiciones


Perlas para el alma        

 
Que Dios bendiga todos vuestros actos, de manera que siempre estén en cumplimiento de su Santa Voluntad y que se parezcan lo más posible a su Infinito Amor.

sábado, 30 de agosto de 2014

Habla el alma


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (27 de Agosto de 2014)        

 
El dolor físico es una manifestación del alma. Es un esfuerzo continuo del alma por hacerse escuchar.

La existencia de Dios


            Recuerdo cuando me enseñaban el catecismo que para hablar de la existencia de Dios, en él aparecía, más o menos, algo así: “¿Quién hizo el reloj?, el reloj lo hizo el relojero”, y “¿Quién hizo el mundo?, el mundo lo hizo Dios.
            Efectivamente, es evidente la existencia de Dios. Solo hay que asomarse a la ventana del Universo y ver a nuestro planeta, que es una enorme bola azul, girando en perfecto orden, junto con otras enormes bolas, la mayoría mucho más grandes que la Tierra, alrededor de una bola de fuego, que es el Sol. Y todo ese conjunto girando alrededor de otro Sol. Parece increíble.
            Y si no queremos mirar tan lejos, solo tenemos que ver la perfección del ser humano, de los animales, de la Naturaleza. Dice Master Choa Kok Sui, en su libro: “La existencia de Dios es autoevidente”, en el apartado 7: “Una hermosa rosa está hecha solamente de cuatro ingredientes físicos: agua, minerales en trazas, aire y luz solar. Solo Dios pudo hacer algo tan complejo, tan bello, con tan solo cuatro ingredientes físicos. Los científicos, incluso dándoles trillones de dólares, no serían capaces de producir una rosa tan sólo con estos cuatro elementos físicos”.
 
            A pesar de la evidencia, algunos, muy pocos, niegan la existencia de Dios. Negar la existencia de Dios, es negarse a uno mismo. Negar a Dios es negar toda la Creación. Y es claro que uno mismo existe, y la Creación también.
            Otros, los más, si parece que creen en Él, pero lo suponen tan lejano, viviendo en algún confín del Universo, que no creen que pueda solucionarles ningún problema, aunque en las ocasiones en que la vida les presenta las pruebas más duras, levantan los ojos al cielo, pidiendo ayuda, renegando o culpabilizando a Dios de su desdicha. Es decir, que creen en Algo, que no saben muy bien para qué sirve y que además, si no se portan bien, según les han enseñado, les va a castigar y a condenar al fuego eterno, que es un lugar donde, al parecer, te quemas sin consumirte eternamente. ¡Hay que ser malvados para aterrorizar de esta manera!
            Recordar la alegoría del “paraíso terrenal”.  No es más que un reflejo de lo que fueron los primeros compases de la humanidad. La humanidad permanecía unida a Dios, y Dios proveía. No había dolor, no había enfermedad, no había que trabajar para subsistir, no había sufrimiento. Sin embargo, los seres humanos comenzaron a pensar que pasaría si un día Dios dejaba de proveer, y comenzaron a tratar de solucionarse la vida al margen del Dios. Así hasta que la humanidad se separó completamente de Dios, hecho que aun mantenemos hoy día. ¡Así nos va!, hambre, guerras, violaciones, robos, asesinatos, mentiras, violencia, maltratos, enfermedades, caos.
            No vamos a pensar en el principio de la humanidad, nos queda demasiado lejos, aunque es muy posible que alguno de nosotros participáramos en aquel desaguisado. Pensemos en nuestra vida actual, en los seres humanos que nos rodean. ¿Cuántos conoces que vivan una vida plena, sin dolor, sin sufrimiento? No son muchos ¿Verdad?
            Pues aunque a todos esos que viven una vida de sufrimiento, alejada de la felicidad, les hables de Dios, de las bondades de sentir a Dios, de que Dios es Amor, es Alegría, es Felicidad, y de que Dios provee lo que el hombre necesita, seguirán sin acercarse a Dios.
            ¿Son masoquistas?, no, pero son incapaces de dominar a su mente. A Dios no se le va a encontrar exclusivamente en las iglesias. La primera morada de Dios es el corazón del ser humano. No es necesario salir de casa y acercarse a algún lugar de culto. Tenemos a Dios en nosotros. Solo hemos de realizar un trayecto muy corto, el trayecto que va desde la mente al corazón, para darnos de bruces con Dios.
            El viaje de la mente al corazón, solo requiere vivir ahora, vivir aquí, vivir el instante, no dejar que la mente nos lleve al pasado, no dejarla que se pierda con los cantos de sirena del futuro.
            Cuando se consigue llegar al corazón ya no es necesario leer sobre la existencia de Dios. Dios se manifiesta.
         

viernes, 29 de agosto de 2014

Dedicado a jueces y críticos (Es decir, a toda la humanidad)


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (27 de Agosto de 2014)        

 
Toda la Luz de Dios está en las criaturas de Nuestro Señor. Dios no juzga su Creación, y por lo tanto tampoco tenemos ese derecho.

martes, 26 de agosto de 2014

Conciencia de Dios


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (25 de Agosto de 2014)        


Tener conciencia de Dios no es solamente reconocer su existencia. Es saber que Él lo es todo y que está aquí, ahora y por siempre.