El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 16 de febrero de 2020

Diario íntimo de un Trabajador de la Luz (1)


Mi nombre es Antay y soy un Trabajador de la Luz.



Yo sé que todo es Dios, sé que vivimos en Dios y que Dios habita en nuestro interior. Esta para mí es una premisa fundamental porque toda mi vida emocional y mental gira en torno a ella.

Aunque es fácil de entender la literalidad de la información, puede que no lo sea tanto su aceptación y, mucho menos, en caso de entenderlo y aceptarlo, integrarlo en cada una de las células, para vivir y actuar desde ese conocimiento.

Los seres humanos vivimos en Dios, de la misma manera que el pez vive en el agua. Esto para mi está fuera de toda duda, cuando, curiosamente, dudo de casi todo.

Para que se hagan una idea de mi capacidad de dudar, a veces cuando veo mi imagen reflejada en un espejo me pregunto si la imagen reflejada será igual que la imagen real e, incluso, me pregunto si los demás me ven igual que la imagen que yo puedo ver reflejada en el espejo. Otras veces, por ejemplo, cuando estoy escribiendo con un bolígrafo rojo me pregunto, tontamente, si todos verán el rojo igual que yo lo veo. Hasta ese punto llega mi capacidad de dudar y de hacerme preguntas, parece que, con muy poco sentido.

Pues bien, la primera frase escrita sobre Dios para mi es una Verdad Absoluta.

Pero me costó trabajo entenderlo y, sobre todo, aceptarlo. Aun no sé si está integrado en mí.

Creo que somos un alma inmortal que viaja, de vez en cuando, a la materia revistiéndose de un cuerpo y cuando está fuera de un cuerpo, es decir, al otro lado de la vida, está en las mismas condiciones que cualquier otra alma. Por eso, para mí, es muy fácil imaginar a otros puntos de luz que en la actualidad no tienen cuerpo, pero que si lo han tenido, como bien pudieran ser Buda, Moisés, Jesús, Mahoma o Gurú Ram Das, solo por citar a alguno de los grandes maestros que han sido inspiración de religiones. 

Puedo cerrar los ojos y tratar de visualizar o imaginar puntos de luz, y así imagino a esos maestros de la misma forma que imagino a los seres conocidos, por mí, que se han ido con anterioridad. Pero imaginar a Dios me parecía más difícil porque no ha tenido cuerpo. Y así le fui dando vueltas durante mucho tiempo hasta que una reflexión hizo saltar la tapa de la duda en mil pedazos: “Si yo soy un punto de Luz. Dios es la Luz”. Por lo tanto, no lo podía imaginar como un puntito frente a mí. Él lo era todo, lo llenaba todo, yo estaba dentro de Él. Todos estamos dentro de Él. 

 Pero también sé que no somos Dios, que somos seres humanos, con nuestras limitaciones, con nuestras dudas y nuestros miedos, con nuestras creencias, nuestras contradicciones, nuestros errores, nuestras preocupaciones y nuestros deseos.

Quiero hacer un inciso antes de seguir. El día que los seres humanos dejemos de dudar, dejemos de tener miedo y amemos a todos como Dios nos ama, ese día no solo viviremos en Dios, sino que sentiremos el poder de Dios en nosotros mismos.

 He pasado una buena parte de mi vida asustado, tratando de esconderme, lleno de dudas y retando en muchas ocasiones a Dios.

Llevo tiempo viviendo en un tremendo error. Creo que trabajo para Dios porque me dedico a la sanación, a formar terapeutas, a guiar meditaciones y tratando de convencer a los pacientes y a los alumnos de que la auténtica sanación solo la van a encontrar ellos mismos, cuando aprendan a vivir desde el alma. Por eso creía que trabajaba para Dios. Por lo tanto, si estaba trabajando para Él, ¿por qué le encontraba tan lejano y tan esquivo?, a pesar de vivir en Él y que Él mismo anide en nuestro interior.

El problema es que tenemos un instrumento muy poderoso con nosotros: Nuestra mente.

La mente es nuestro auténtico enemigo. Tenemos que derrotar a la mente, pero, curiosamente, la batalla la tiene que liderar la misma mente. Curioso ¿no?, hemos de derrotar a la mente desde la mente.

Hoy algo ha cambiado…….. CONTINUARÁ

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