Terminaba la entrada “Prefiero amarte en lugar de sufrir por ti”, diciendo que todos podemos decidir cuál es la forma de vida que queremos, sólo hemos de tener claro cómo queremos vivir y trabajar para ello.
Ese es el problema, ¿Tienes claro cómo quieres vivir? No me refiero, de entrada, a tu vida material, ya sé que quieres vivir en la opulencia, me refiero a tu vida emocional. ¿Cómo quieres vivir?, ¿Quieres sentir paz en tu interior?, ¿Quieres saber que se siente cuando lo que te envuelve es una alegría serena?, ¿Quieres ver siempre felices a los tuyos?, ¿Quieres disfrutar de cada segundo de tu vida?, ¿Quieres que te amen sin que pidas nada?, ¿Quieres disfrutar de una vida sin agobios, sin estrés?, ¿Quieres ser feliz?
¿La respuesta es sí?, ¿Y?,………., ¿Qué haces para conseguirlo?
¿Ya sabes que es lo que haces para conseguir esa vida que deseas?, supongo que tienes claro que no lo vas a conseguir acaparando cosas materiales ¿no?, ¿Entonces qué haces?, ¿Quieres algunas ideas?
Acepta: Acepta todo lo que llegue a ti, siempre es por alguna razón. Ten en cuenta que nada ocurre porque sí. Es posible que incluso llegue a ti para que acabes con tu miedo y te rebeles, pero incluso la rebeldía ha de ser pacífica, ha de ser practicada con amor. La aceptación descoloca al contrario, el amor le desarma.
Acepta lo bueno sin excitación, acepta lo malo sin sufrimiento. Porque lo bueno o lo malo, solo es la valoración que le otorga tu mente. Para las mentes que están a tu alrededor, no hay valoración, porque sólo son observadores. Sé tú, también, un observador de tu vida.
Pero si llegara algo a tu vida difícil de aceptar, entrégaselo a Dios, si, así como suena, entrégaselo a Dios y espera. El sabe mejor que tú lo que necesitas, entrégaselo y confía.
Confía: En la planificación de la vida, están contemplados todos los encuentros y todas las situaciones. Confía por lo tanto en que todas las situaciones que se presentan en tu vida no aparecen por casualidad, tú las habías programado con antelación, es una nueva experiencia que te presenta tu alma para su propio aprendizaje, para su propia experiencia. Es bueno aprender aquello que la situación trae a tí, ya que sino se repetirá una y otra vez, en esta y en las siguientes vidas, hasta que se haya adquirido el aprendizaje. El alma necesita vivir todas las situaciones y todas las experiencias. Situaciones y experiencias que convergen en un punto: Amor.
Ama: Empieza por amarte a ti mismo/a. Nadie más puede hacerlo por ti, ya que es una función de cada alma en particular. Así será más fácil que ames tu vida, amala completamente, ama lo que tienes y valóralo, no desees nada, el deseo es el pistoletazo de salida al sufrimiento.
La realidad interior determina lo que ocurre en el exterior. Si dentro de ti hay amor, eso es lo que va a circundar tus experiencias y a hacerte vivir esa vida que has programado para ti.
Por lo tanto, en primer lugar, has de saber qué vida quieres vivir, y a continuación, poner los medios necesarios para hacerla realidad. No es una quimera: Ama, acepta y confía.
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