Perdemos demasiado tiempo y limitamos nuestra conciencia en menudencias tales como satisfacer los caprichos de nuestra forma física. No es nuestro objetivo primordial el cuerpo, aunque si es importante. No se trata de complacer todos los deseos de la mente, pero si hemos de respetar y cuidar con mimo nuestro cuerpo, para mantenerlo fuerte, sano y joven el mayor tiempo posible; ya que es a través de él como tenemos que desarrollar las tareas que hemos venido a realizar en la materia, y que si son primordiales.
Nuestra principal tarea es cultivar la sensibilidad superior, es llegar a ser tan puros y altruistas que nuestras mentes permanezcan imperturbables ante cualquier acontecimiento, ya sea físico, ya sea emocional, ya sea mental o espiritual.
Se trata de expandir nuestra conciencia más allá de nosotros mismos, para alcanzar un nivel de conciencia tal, que sintamos a todos, en cualquier forma posible:
- Como lo que son en realidad, es decir, como nuestros hermanos.
- Tal como se encuentran: física, mental o emocionalmente.
Este es el instrumento de la sanación: “La conciencia expandida”.
Es posible que ya seas un magnífico sanador, o seas muy intuitivo, o sientas con bastante claridad el estado de personas en tu entorno; y eso te haga pensar que estás más cerca del final de tu recorrido en el cuerpo. Puede ser que no sea así, hay otros parámetros que también hay que valorar:
· No utilices ese mini-poder para manipular a la vida, ni a tus hermanos.
· Utilízalo para ayudar a todos, de dos maneras: Públicamente cuando te lo soliciten, y privadamente en la soledad de tu meditación cuando no lo hagan.
· Ayuda de manera altruista, no sólo con lo que te sobra, sino con lo que te falta.
· No juzgues a nadie si no quieres que te juzguen a ti.
· No critiques nunca y no serás criticado.
· Respeta siempre las decisiones de los otros.
· Ante cualquier desaire, perdona, bendice y vete.
· Deja que la vida pase a través de ti.
· Acepta todo y a todos.
· Vive siempre desde el alma dejando hablar a tu corazón.
· Práctica el silencio, y cuando hables que siempre sea con verdad.
· Medita cada día, busca la paz y la serenidad.
· Vive el amor.
· Recuerda que no eres ese cuerpo.
· Eres un alma, eres un Ser Divino, eres un Hijo de Dios, ¡vive como tal!
Cuando cumplas todas esas condiciones, sí que estarás más cerca de abandonar definitivamente el cuerpo, porque estarás viviendo desde el alma aun estando en el cuerpo.
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