El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




martes, 8 de octubre de 2013

Como amarse a uno mismo (3 y final)


“Nadie puede tener una opinión buena de una persona
que tiene una opinión mala de sí misma.”
Anthony Trollope
“De todas las trampas en la vida la falta de autoestima es la peor y la más difícil de superar, debido a que está diseñada por tus propias manos y se centra en la idea: No vale la pena, no lo puedo hacer.”
Maxwell Maltz
“El respeto comienza con uno mismo.”
Nathaniel Branden 

Hacia una buena autoestima
            Promulgamos el amor al prójimo a los cuatro vientos, repudiamos la agresión y el mal trato a los otros, pero se nos permite, y hasta está bien visto, que regateemos, economicemos y midamos las autoexpresiones de afecto. ¿Por qué debemos ser miserables con nosotros mismos?, ¿Cuántas veces nos auto-elogiamos, nos damos gustos y nos contemplamos? No suele haber tiempo para eso.
            Debemos disponer de tiempo para los hijos, la pareja, los padres, pero no se nos ocurre utilizar algunas horas en beneficio propio. Pensamos que el tiempo mejor aprovechado es el destinado a producir bienes materiales o dinero. No nos interesa la salud mental. Se considera que pensar, soñar, fantasear, dormir, meditar o mirar, no es actuar. Así, dedicarse a uno mismo es sinónimo de vagancia o “buena vida”. Si pensamos de este modo, jamás disfrutaremos de amarnos, ya que siempre podríamos estar haciendo algo más productivo. Es un acto de irresponsabilidad no dedicar tiempo a ti mismo.
Acercarse a un estilo de vida hedonista:
            Hedonismo significa placer, satisfacción, regocijo, goce y bienestar. Una filosofía hedonista significa un estilo de vida orientado a buscar el disfrute y a “sacarle el provecho” a las cosas que nos rodean. La filosofía hedonista encierra la aceptación implícita del derecho a disfrutar.
1.- Saca tiempo para el disfrute:
-          La vida no se ha hecho sólo para trabajar. Se trabaja para vivir, no lo contrario.
-          Tu momento de descanso, de recreación y tus vacaciones no son un “desperdicio de tiempo”, sino una inversión para tu salud mental.
-          No lo postergues todo, esperando el día idóneo.
-          No hay un tiempo para el amor como no hay un tiempo para quererte a ti mismo. Siempre es tiempo.
2.- Decide vivir disfrutando:
-          Acepta que la búsqueda del placer es una condición del ser humano. Forma parte de ti como algo natural.
-          Vive intensamente y ejerce el derecho a sentirte bien.
-          ¿Cuántos momentos de felicidad has perdido por creer que no los merecías?
-          Busca en tu interior y encontrarás un vacío: la pasión.
-          Tienes la obligación de generar alternativas de vida para mantenerte feliz.
-          Tienes un talento innato para vivir “bien”, no lo desaproveches.
3.- Explora, busca, indaga:
-          Una vez que decidas darle importancia al principio del placer, debes comenzar a trabajar para sentirte bien.
-          Tu principal arma es la exploración. No esperes a estar “totalmente seguro” para ensayar cosas nuevas. ¡Arriésgate!
-          No te resistas a probar lo nuevo.
-          No tengas opiniones a priori cuando de conocer se trata.
4.- No racionalices tanto las emociones agradables:
-          La idea no es negar la importancia del pensamiento. El problema es que si intentas explicarte y comprender permanentemente los sentimientos, los obstruyes irremediablemente.
Autoelogio
            Permanentemente estamos hablando en silencio con nosotros mismos y rumiando sobre esto o aquello, a veces de manera automática, inconsciente, y otras de manera controlada o consciente.
            El dialogo interno puede afectarte positiva o negativamente, de manera similar a como las palabras de otros también pueden ejercer un determinado efecto sobre tu estado de ánimo.
            Cuando tengas tus diálogos internos, en lo posible que sean positivos, pero con una dosis de realismo.
            El autoelogio es una manera de hablarte positivamente. Es una forma de reconocer tus actuaciones adecuadas. No es necesario, ni hace falta que lo hagas en voz alta y en público.
            Las razones a las que se apela para negar el auto elogio son varias:
-          No soy merecedor o no fue gran cosa.
-          Era mi deber o era mi obligación.
-          Auto-elogiarse es de mal gusto.
Auto recompensa:
            Es otra manera de auto-expresarte el afecto. La auto-recompensa es el proceso por el cual nos auto-administramos estímulos positivos.
            Tú necesitas la auto-recompensa, de la misma manera que necesitas el autoelogio. Fortalece tu autoestima y no permite el autocastigo y la insatisfacción.
Hacia una buena autoeficacia:
1.- Elimina el “no soy capaz”
-          Si te tratas mal y eres irrespetuoso contigo mismo, tu dialogo obrará como un freno.
-          Elimina de tu repertorio el “no soy capaz”. Cada vez que te lo repites confirmas tu inseguridad.
-          Esta calificación negativa, automáticamente, te inmovilizará.
2.- No seas pesimista:
-          Las personas con baja autoestima anticipan el futuro negativamente.
3.- No seas fatalista:
-          Eres el arquitecto de tu futuro. Construyes tu destino. Por lo tanto tienes el poder de modificar muchas cosas.
-          El pasado no te condena.
-          Tu presente es el pasado de mañana.
4.- Trata de ser realista:
-          Acepta tus éxitos, sería injusto contigo desconocer tus logros.
-          Acepta tu cuota de responsabilidad en tus fracasos.
-          Toma papel y lápiz, y escribe tu contribución real a lo bueno y a lo malo.
5.- No recuerdes sólo lo malo:
-          La visión negativa de uno mismo se alimenta principalmente de los recuerdos.
-          Durante algunos minutos al día intenta activar tu memoria positiva.
6.- Revisa tus metas:
 

            Hacerte cargo de ti mismo es la mayor de las responsabilidades. Tomar conciencia de que existes, eres importante y tienes el derecho a pensar en ti por sobre todas las cosas, te coloca en un lugar de privilegio, pero al mismo tiempo te provoca nuevas angustias. La lucidez tiene un precio: “Se lo que debo hacer, pero no siempre sé cómo hacerlo”.
            No existe una solución, solo tendencias. Como un péndulo que nunca se detiene, solo podemos apaciguar o acelerar su ritmo, pero jamás seremos capaces de que se detenga en un punto exacto. Las orientaciones para quererte a ti mismo no siempre son claras, definidas y fijas. Tienes que arriesgarte.

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