Agradecer
a Dios de manera permanente, por amanecer cada día, por el desayuno, por el
trabajo, por el sol, por la familia, por tener donde vivir, por abrir un grifo
y tener agua, por tener comida en la nevera, en fin, por todo.
El
sufrimiento de los hombres, en un porcentaje importante, es debido a las
carencias que ellos creen tener, sin embargo, no ocupan su mente ni un segundo
en ser conscientes de lo que ya tienen y, por supuesto, no se les ocurre agradecer
por todo eso que están disfrutando. Piensan que lo que tienen es porque ellos
lo han conseguido, no caen en la cuenta que todo, absolutamente todo, procede
de Dios, lo que consideran bueno y lo que consideran malo.
Por
lo tanto, sean conscientes de donde procede todo lo que disfrutan en su vida, y
agradezcan a Dios por tenerlo. Concéntrense en la abundancia que hay ahora en
su vida, no en las carencias.
El
agradecimiento abre las puertas del Universo y les pone en situación para
seguir recibiendo. Pero recuerden: Dios les va a dar aquello que necesitan,
aquello que ya está programado en su Plan de Vida, y no va a llegar aquello que
“creen necesitar”, que es justamente por lo que sufren.
Y
si eso que “creen necesitar” no está contemplado en su Plan de Vida, no lo van
a recibir, por mucho que pidan, recen o practiquen alguna técnica de atracción.
Tengan por seguro que si reciben algo es que está contemplado, desde antes de
la toma de posesión de su cuerpo, en la planificación de su vida. Sin embargo,
aunque esté recogido en su Plan de Vida, pueden no recibirlo, sencillamente
porque se están ocupando en pedir imposibles, que no solo no van a recibir,
sino que cierran las puertas a lo posible.
Les
puede ocurrir que, (a muchas personas les sucede), de manera totalmente
inconsciente, por el mero hecho de agradecer y acabar con la ansiedad por la no
satisfacción de sus caprichos, guarden en su interior un rayo de esperanza de
que, sí van a recibir eso que “creen necesitar”, y al cabo de un cierto tiempo,
más bien corto, vuelva la ansiedad porque no se recibe.
No
sufran, no han hecho nada mal. Es humano. En ese caso sigan con su trabajo de
agradecimiento, hasta que la ansiedad por conseguir “algo”, desaparezca
definitivamente.
Tengan
en cuenta, que agradecer, ponerse en las manos de Dios y aceptar Su voluntad,
es conectar de manera inmediata con el Plan de Vida, lo que equivale a dar un
salto cualitativo y cuantitativo en la carrera de la vida para acercarse a
Dios.
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