Del
libro: “Como mariposa tocando el alma”.
Para
conseguir llevar a buen puerto la nave de la propia vida, tengo que vivir sin
miedo.
Sin
miedo a la gente, porque todos están embarcados en el mismo barco, viviendo las
mismas miserias que yo he vivido hasta ahora; deseando imposibles como yo mismo
he deseado; tratando de aparentar lo que no son.
Sin
miedo a la vida, porque es hermosa, porque el timonel de la vida es uno mismo,
porque el miedo merma la propia confianza, y hace embarrancar a la vida, en los
lodos de la crítica, de la ira, del resentimiento.
Sin
miedo a la libertad, porque el miedo aprisiona con grilletes invisibles, sin
permitir el movimiento.
Sin
miedo a decir “no”, con cariño, cuando la circunstancia lo requiera, porque
cuando se retienen varios “noes”, el siguiente “no” ya está exento de cariño, y
es más un exabrupto que lleva implícita la tormenta.
Sin
miedo, porque con miedo no se ama.
Con
amor, porque quien ama no teme.
Yo
soy lo más importante.
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