Teniendo en cuenta que
el cuerpo ha sido elegido por cada alma, como la mejor opción, para el trabajo
a realizar, rechazar el propio cuerpo, o alguna de sus partes significa
renunciar a aquello que el alma ha preparado con esmero.
Por lo tanto, si cree
que ha venido para realizar una misión, y que, para ello, el instrumento que se
ha dado es el cuerpo, tiene que aceptar, valorar, respetar, cuidar y amar su
cuerpo.
Si no cree que ha de
realizar un trabajo determinado, es igual, tiene que pasar la vida, con su
cuerpo, con cualquiera que sea su creencia. Por lo tanto, acéptelo también, ya
que sufrirá inútilmente, si no lo hace.
Así que, tanto si cree
que ha elegido su cuerpo, como si cree que usted es el resultado del azar,
tiene el cuerpo que tiene. Acéptelo, no lo puede cambiar, salvo los pequeños, o
grandes matices de la cirugía.
Aliméntelo de manera
sana, ejercítelo, que no se atrofie antes de tiempo, dele el descanso que le
corresponde. Potencie sus fortalezas y trabaje para mejorar sus debilidades.
Recuerde que energías
iguales se atraen, por lo tanto, si usted no está satisfecho de su cuerpo, esa
energía le rodeará como un anuncio de neón, y todos aquellos que se crucen en
su camino, serán atraídos por su “luz de neón”, y opinarán, (deporte mundial el
de opinar de cuestiones ajenas), que no les gusta el cuerpo que usted tiene, (es
lo que dice su anuncio), con lo cual añade sufrimiento al suyo propio.
Tenga en cuenta,
además, que usted es un ser único. No existe otro igual en todo el Universo. Y
las piezas únicas siempre han sido muy bien valoradas.
No
se lamente de su cuerpo, no lo critique. Con los lamentos y con la crítica no
va a conseguir cambiarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario