El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 23 de septiembre de 2017

Desmitificando la meditación



Me he encontrado con muchísimas personas que me han dicho: “Es que no se meditar”. Y mi respuesta siempre es la misma: “Todo el mundo sabe meditar”. Decir que no se sabe meditar es como decir que no se sabe dormir, y que le enseñen a dormir. Nadie le enseña a dormir, dormir es una necesidad del cuerpo. Meditar es una necesidad del alma.

Meditar es la cesación del pensamiento, y el pensamiento puede cesar estando sentado, de pie, acostado, apoyando la espalda en la pared o manteniéndola recta. Puede cesar tocándose las yemas de unos dedos, de otros, o de ninguno. Puede cesar vestidos de blanco y de negro, en la madrugada y en la noche, con la cabeza erguida o inclinada. Lo importante es que cese el pensamiento, cualquier pensamiento, hasta los pensamientos inducidos de repetición de palabras, por cánticos más o menos espirituales, o por la repetición de “un cuento” que va contando un guía de meditación.

La meditación lo que busca es el silencio, es el vacío, es la nada, y eso es imposible de enseñar.


Todo lo que enseñamos quienes nos dedicamos a estos menesteres, está bien, puede ayudar en un principio, pero no estamos enseñando meditación, porque la meditación no se enseña, llega por sí sola. Enseñamos técnicas de concentración, de imaginación, de contemplación, de visualización, de respiración, y algún “ción” más.  


miércoles, 6 de septiembre de 2017

Tú y Dios



Nunca estoy solo. Dios está conmigo. Él cuida de mí. Él sana mi cuerpo. Él administra mis finanzas. Él ocupa mi pensamiento. Él dirige mis emociones. Él me llena con su Amor.

            Todo lo que sucede en mi vida lo he planificado conjuntamente con Él. Todo es perfecto, absolutamente todo. Por lo tanto, no hay miedo, no hay preocupación, no hay sufrimiento, no hay dolor. Todo es perfecto, todo está bien.


            Por cierto, Dios también está contigo. Aunque no quieras, está contigo. Aunque no lo creas, está contigo. Pero si quieres sentirlo sólo tienes que mantenerle en tu pensamiento. Deja salir a los demonios que ocupan habitualmente tu mente. Deja salir el miedo, la carencia, la culpa, la ira, los celos, la rabia, la envidia, la preocupación, la impotencia, y ocupa ese espacio que dejas vacío con Dios.