El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




miércoles, 25 de abril de 2018

La Creación






Veía hace días uno de esos videos que corren y van dando vueltas por la red. (En YouTube: Ese pequeño punto azul pálido). Es el video que encabeza esta entrada, gravado por la sonda espacial Voyager 1, que a punto de abandonar el Sistema Solar fotografió la Tierra desde 6.000 millones de kilómetros. Desde esa distancia, la Tierra, nuestra Tierra, se veía como un pálido punto de luz azul. Y sobre las imágenes del vídeo Carl Sagan que fue astrónomo, astrofísico, cosmólogo, escritor y divulgador científico estadounidense, explicaba que justamente ese punto, que es un pequeño grano de la vasta arena cósmica, es nuestra casa. Ahí nacemos y vivimos, ahí somos felices y sufrimos, ahí es donde queremos conseguir poder, donde luchamos, donde nos matamos, sin ser conscientes del espacio tan insignificante que ocupamos dentro de nuestro Sistema Solar, que es, aún más insignificante dentro del Universo, o de los cientos, miles, millones, o tal vez infinitos Universos.

            A mí personalmente estas cosas me enganchan desde siempre, porque siempre me ha parecido increíble que podamos vivir en una bola, en la que tres cuartas partes de su superficie es agua, sin caernos de cabeza, (si, conozco la ley de la gravedad), teniendo en cuenta que la bola está girando sobre sí misma, y a su vez gira alrededor de una bola de fuego, acompañada en perfecto orden por otras bolas, algunas muchísimo más grandes que nuestro planeta. Y todo ese conjunto girando a su vez, suspendido sin ningún tipo de soporte en la nada, o en la inmensidad de un espacio que parece ser que es infinito, y que si que lo es porque tampoco sé cómo se podría delimitar.

                Ante tanta grandeza, a mí no me cabe ninguna duda de que tiene que haber un Orden Superior que mantenga cada cosa en si sitio, ya que de no existir se generaría un caos, o mejor, no se generaría nada, porque nada existiría, ya que ese Orden Superior que mantiene todo en perfecto orden ha tenido que ser el Creador de todo lo que existe.

No sé si alguna vez han pensado en esto, o si se han planteado que somos nosotros, los seres humanos, y que hacemos subidos en esa bola viajando alrededor de esa bola de fuego.

Para mí, que no soy científico, todo esto es una prueba evidente de la existencia de Dios.

Pero en mi reflexión, aun voy un poco más atrás: ¿Qué había antes del Universo?, antes del famoso Big Bang.

Nada. Antes del Universo había Nada. Pensando en el “antes de”, se me ocurre pensar en ¿cuánto antes? y ¿Cuándo sería el principio de ese Nada? Y resulta que no hay principio, que ese Nada existe desde siempre. Algo inconcebible para la pobre limitación de la mente humana, porque podemos entender intelectualmente que algo exista desde siempre, que no tenga principio ni fin, es decir, que sea eterno, Pero a pesar de ese entendimiento intelectual, casi nos surge la pregunta: “Ya, pero ¿Cuándo comienza ese infinito?”.

Después de entender, aunque solo sea de manera intelectual, el “antes”, aun queda otro concepto de reflexión. Ese concepto es “Nada”. ¿Qué es “Nada”’, y sobre todo ¿cómo a partir de esa Nada se crean los Universos?, con todo lo que albergan?”.

            La “Nada” es la Energía origen de todo lo creado. Se podría seguir llamando Energía, pero alguien, no sabemos ni quien, ni cuando, la denominó Dios.

            Por lo tanto, podemos decir, sin temor a equivocarnos que todo es Dios, y no es que Él creara el mundo, es que el mundo es Él mismo. El mundo es Dios. El Universo es Dios y todo lo que en él existe es Dios.

            Dios Es. Dios es la vida que cada uno de los hombres somos, es la tierra que pisamos, es el aire que respiramos, es el color de la piel y la suavidad del tacto.

Dios es el viento sobre el agua, es el cambio de hojas, es la simplicidad y la belleza de la flor.

TODO LO QUE EXISTE ES DIOS.

            Aún nos queda por aclarar otro concepto y ese concepto es la calidad de la Energía que existía antes de cualquier manifestación de la Creación. Preguntar por la calidad de la Energía, es lo mismo que preguntar por la calidad de Dios, y la calidad de Dios no es otra que Amor.

            El Amor es la energía más poderosa que existe. El Amor es la energía que hemos venido a manifestar los seres humanos.  

Si todo esto nos parece creíble, es suficiente para desmontarnos todo el conocimiento que hasta el momento teníamos sobre Dios: Que es un Ser Superior, que quiere que nos portemos bien. Que si lo hacemos nos habremos ganado el cielo, y si no iremos de cabeza al infierno. Por supuesto, con los matices de las diferentes religiones.

El conocimiento que imparten las diferentes religiones no es que sea un conocimiento simplista, es un desconocimiento total o, mejor aún, una manipulación inculcada por grupos que han hecho de Dios su “modus vivendi”, pero que es muy posible que, a estas alturas, después de años y años manejando estas enseñanzas, ellos mismos las crean como verdaderas. Por lo que no se puede hablar de mala fe por su parte. La inmensa mayoría cree lo que predica.

Este concepto de Dios es el primero que tenemos que tener claro en el inicio de nuestro viaje, en el inicio del “viaje del alma”.

Nos han enseñado que Dios es un personaje sombrío, atemorizante, enfadado y sentencioso. Pero Dios no es ninguna de esas cosas. El dios que sermonea, que juzga, que persigue, nunca ha existido salvo en las mentes de los hombres. Fue el hombre el que creó a ese dios que juzga a unos y exalta a otros.

Dios es Amor. Saint Germain, en el “El libro de oro” dice: “Dios jamás critica ni condena, sino que en cada tropiezo dice dulce y amorosamente: Levántate hijo y comienza de nuevo, continúa ensayando hasta que logres la verdadera victoria y la libertad de tu dominio divino”.

Dios Ama a todos sin importar lo que hagan.



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