El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 23 de agosto de 2014

Palos en la rueda de la vida


            La ignorancia no exime de cumplimientos. Alguien puede no conocer para qué sirve un semáforo en rojo, pero si cruza la calle con el semáforo en rojo, es muy posible que un coche se lo lleve por delante, y cuando el atropellado llegue al otro lado de la vida de nada le va a valer decir: “es que yo no sabía para que estaba esa lucecita”. Está muerto y punto.
Por lo tanto, de nada vale, en este lado de la materia, el desconocimiento de si hay vida antes de la vida y si hay vida después de la muerte. Como al otro lado de la vida si que todos tenemos conocimiento de lo que realmente sucede, todos firmamos antes de venir a la vida lo que podríamos denominar nuestro contrato de vida. En él se especifica prácticamente todo: la fecha y el lugar de nacimiento, quienes serán las personas que nos acompañen, padres, hermanos, parejas, hijos, se especifican todos los encuentros, trabajos, estudios, y las condiciones en que se van a dar cada una de las circunstancias, en fin, un manual completo, que se respeta al pie de la letra. En ese manual, ya se encargan los que confeccionan con nosotros el plan de que todo lo que aparece en el reflejado sea posible de cumplir, nadie va a pedir imposibles. Y nadie del otro lado de la vida se va a saltar ni una coma de nuestro contrato, para ayudarnos a avanzar o para recordarnos que hacer, a no ser, claro está, que dicha ayuda este recogida y pactada en el contrato.
            Pero ante eso, no hay que olvidar que se encuentra nuestro libre albedrío, podremos cumplir lo pactado o no. Al llegar a la vida, hay cosas que se van a cumplir si o si, como es la fecha y el lugar de nacimiento, la fecha de la muerte, así como los padres de los que nacemos, pero para el resto, vamos a ser totalmente libres de cumplirlo o no. Pero hay más, que no parece ayudar mucho: Somos totalmente ignorantes, de manera consciente, de todo lo que hemos firmado antes de llegar a la vida. Es claro que no se cumple, en casi ninguna persona, en la inmensa mayoría de las veces, porque sino, nuestras idas y venidas a la materia finalizarían pronto, y no parece que sea sí, ya que todos llevamos a nuestras espaldas una buena cantidad de vidas.
            ¿Por qué no cumplimos nuestro contrato? De entrada, es claro que al no tener un libro de vida, o un manual, o una agenda en la que tuviéramos anotado el plan de vida, no sabemos, ni poco ni mucho, cuales son las decisiones que hemos de ir tomando para llegar a conseguir realizar lo establecido en el contrato, y por supuesto tampoco somos conscientes de cuáles son los hitos a conseguir, cual es nuestra misión, lo que debemos pagar o lo que nos deben a nosotros.
           

          En fin, un desastre. Llegamos a la vida sin saber qué hacer, y los que se encargan de enseñarnos y educarnos, no solo no tienen ni idea de cuál es nuestra misión, sino que tampoco conocen la suya.
            Ante este panorama, ¿Qué hemos de hacer? La primera idea casi sería suicidarse, ¿Qué hacemos aquí, si no sabemos para que hemos venido? Pero si, siempre hay una manera de saber qué camino tomar.
            En todos los seres humanos existen, podríamos decir, dos voces: una es la voz de la conciencia, y la otra es la voz del corazón. La voz de la conciencia es una voz muy tenue, casi un susurro, que de entrada nos va diciendo lo que está bien y lo que está mal. Es importante prestarle atención las primeras veces que nos llega esa voz, porque si no la hacemos caso, corremos el riesgo de que se vaya apagando y al final no vamos a tener la guía de si lo que estamos haciendo es lo correcto o no. Por supuesto, a los que se les apaga esa voz, poco les importa si lo que hacen está bien o mal. 
            Si no escuchamos la voz de la conciencia que nos habla a “toro pasado”, difícilmente vamos a escuchar la voz del corazón, que aún es más tenue, tan tenue que es más un sentimiento o una emoción que una voz. Si no escuchamos la voz de la conciencia, el corazón, es posible, que se haya endurecido, de tal manera, que se haya formado un caparazón que no deje entrar ni salir ninguna emoción. Estos tienen muy pocas posibilidades de cumplir su plan de vida.
            Si se escucha la voz de la conciencia, es posible escuchar al corazón. El corazón, que es el instrumento del alma, tiene todo el conocimiento del alma, que no es otro que el conocimiento del plan de vida. Las palabras del corazón son la intuición. Sin embargo, seguir la intuición aun es más difícil que seguir los dictados de la voz de la conciencia, sobre todo si se pasa la intuición por el tamiz de la mente, tamiz muy tupido, que en muchas, muchísimas ocasiones le es imposible atravesar, porque la misma mente se encargará de rechazarlo: “Que locura si hago eso”, “Que pensará la gente”, “Y ¿De qué voy a vivir”, etc., etc. El resultado es que la intuición se va a quedar en el baúl de los recuerdos.
            Con cada intuición que se queda en el baúl de los recuerdos, hay una parte del plan de vida que no se cumple, y el alma se entristece, y la vida se convierte en dolor y en sufrimiento. Es ponerle palos a las ruedas de la vida, con lo cual esta se detiene y puede llegar a pudrirse, como el agua estancada.
            ¡Sacar los palos de la rueda!, ¡dejar que se mueva la vida!, ¡seguir las intuiciones que no son más que los gritos que da el alma para que se cumpla el plan de vida, su plan de vida!
 Seguir la intuición es como montarse en una alfombra voladora que va a volar directamente al próximo acontecimiento de la vida, seguir la intuición es vivir la vida de la mano con Dios, seguir la intuición es asegurarse una vida plena, alegre y feliz, seguir la intuición es empezar a contar de manera regresiva las reencarnaciones pendientes, seguir la intuición es vivir alineados con el alma.
            Alguien puede creer que seguir la intuición es de valientes, yo tengo mis dudas, aunque parezcan cobardes los que ponen palos a las ruedas, en realidad son unos valientes, porque se van a enfrentar a una vida de dolor, de sufrimiento, de tristeza, de desengaños, de enfermedad, y lo saben. Se van a enfrentar a una vida inútil que les habrá generado más Karma del que se han liberado.
            ¡Quita los palos de las ruedas!, ¡Deja que ruede tu vida!

viernes, 22 de agosto de 2014

No importa nada, Dios está


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (20 de Agosto de 2014)        

 
No importa lo profundo del abismo, Dios tenderá un puente. No importa lo oscuro del panorama, Su Fuerza encenderá una luz. No importa lo complicado del problema, Su infinito Amor te mostrará la solución.

martes, 19 de agosto de 2014

Dios es


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (18 de Agosto de 2014)        


Dios es confianza plena, Dios es la paz absoluta, Dios es la certeza completa de que todo está bien, Dios es amor incondicional aquí y ahora y para todos los seres vivientes.

Reflexiones en el camino




De los miles de millones de personas que habitan el planeta hay un número, que no parece muy grande, aunque afortunadamente parece que va creciendo, que trata de encontrar la paz, la felicidad, la alegría y el amor por otros medios que no sean los conocidos, los materiales, los que nos ofrece la sociedad. Son los que se han encontrado con el yoga, con la meditación, con las diferentes técnicas de sanación y crecimiento, con los libros de autoayuda, y posiblemente con un sinfín de técnicas más, pero también con su trabajo como voluntarios, o dedicando sus vacaciones al servicio a los demás.
            Son estos, también, los que ya sea con su mochila a la espalda, o alojándose en hoteles de cinco estrellas, van transitando por los lugares considerados sagrados o más energéticos del planeta, para sentir esa energía y vivir experiencias más o menos místicas.
            Hablan de leyes, la Ley de la Atracción, la Ley del Karma, la Ley del Dharma, la Ley del Mentalismo, etc. Leen Metafísica, Física Cuántica o Teosofía, y son, en un porcentaje elevado, lectores y comentaristas, más que seguidores, de las enseñanzas budistas o hinduistas.
           

             Pero muy pocos hablan de Dios y, sin embargo, aunque lo desconozcan, lo que realmente están buscando es a Él. Hablan de encontrar la Iluminación, y no parecen recordar que Iluminarse es encontrarse con Dios; hablan del amor, y no parecen recordar que Dios es Amor; hablan de encontrar la paz y la felicidad, y no parecen recordar que Dios es Paz y Felicidad.
            Personalmente me ha pasado lo mismo durante muchos años. No podía, ni quería hablar de Dios, ya que en los primeros tiempos asociaba a Dios con las religiones, y no podía entender que Dios permitiera que le manipularan de esa manera tan, a veces, terrorífica. Tenemos como ejemplo a tantos dictadores que teniendo en el haber de su conciencia miles y millones de muertes, seguían los ritos y tradiciones de las religiones, y fueran recibidos a bombo y platillo por los jerarcas de las iglesias. Después empecé a entender que Dios lo permite todo, porque nos da absoluta libertad para hacer y deshacer en esta obra de teatro que es la vida.
            Pero seguía resistiéndome a hablar de Dios, supongo que por pudor. Me sentía demasiada poquita cosa para poner en mi boca la palabra Dios, era como si ensuciara Su Nombre. Hoy hablo de Él sin ambages, es decir, de manera clara y directa, sin insinuaciones o rodeos. No es que me sienta hoy más crecido, no, me siento la misma poquita cosa, pero he comprendido que todo mi trabajo en esta vida es acercarme cada día más a Dios, porque es mi origen y mi destino, he comprendido que todo mi aprendizaje en esta vida es aprender a amar, porque es el atajo que me va a llevar directamente a Él.
            Si a alguno de los que están inmersos en la búsqueda de sí mismos, les ocurre lo mismo, sacúdanse los prejuicios y griten a voz en grito ¡Soy un Hijo de Dios!,  y mi búsqueda solo es encontrar el camino de retorno a Él. 

domingo, 17 de agosto de 2014

Memoria de pez (Las preguntas del millón) y 2


Si, ya sé quién soy, ¡Soy un hijo de Dios!
Todos los seres humanos nos sentimos hijos de nuestros padres físicos, lo cual es normal, y actuamos como tal, honrándoles y respetándoles. Pero, si como ya sabemos tenemos a nuestras espaldas un bagaje de miles y miles de vidas, ¿Qué pasa con los padres de las vidas anteriores?, bueno, en realidad supongo que nada, como no nos acordamos de otras vidas, no hay problema de que se sientan ofendidos. Además es muy posible que ya estén acompañándonos en esta vida como hermanos, primos, parejas o hijos.
Por lo tanto, está claro que estos padres, que son nuestros padres en esta vida física, son nuestros padres en la vida de la materia, son nuestros padres en nuestro sueño, en nuestra fantasía. Pero sus cuerpos son tan caducos como el nuestro. Nosotros somos un alma, un alma eterna, y ese alma es la que es hija de Dios. Y Dios es nuestro Padre eterno, el mismo Padre una vida tras otra. Así que si honramos y respetamos a los padres de un ratito, porque un ratito es una vida comparada con la eternidad del alma, ¿Que no habremos de hacer con nuestro Padre eterno?
 


Podemos tratar con Dios de dos maneras: Una superficial colgándonos la etiqueta de socios de una determinada religión, y asistir a sus ritos, y respetar las costumbres y tradiciones, y otra interior, auténtica, verdadera, que requiere entrar a nuestro corazón para encontrarnos con Dios cara a cara, y así honrarle, amarle y respetarle. Es en nuestro interior donde tienen que producirse los auténticos cambios; de donde tiene que brotar hacia el exterior la verdadera transformación, la forma distinta de ser, el modo diferente de comportarse, la auténtica manera de entender el amor, la realidad de que todos somos hermanos. Y esa transformación nos va a llevar al servicio y a la ayuda al otro. “Es dando como se recibe”.
Termino con uno de los mensajes que el Maestro Ascendido nos regala cada día antes de la meditación: Saberse hijos de Dios implica entender que todos somos lo mismo, que todos necesitamos respeto y amor incondicional.
Saberse hijos de Dios implica también que aunque estemos en diferentes puntos del camino, todos venimos y vamos hacia Lo Mismo.
Y por último, saberse hijo de Dios es entender que si vamos a ayudar a alguien, no debemos juzgarlo ni criticarlo, tan solo debemos dejar que el apoyo salga desde el fondo de nuestro corazón.
Ya sé también de donde vengo y adónde voy: Vengo de Dios y retornaré a Dios. Está reflejado en el segundo párrafo del mensaje anterior: “Todos venimos y vamos hacia lo Mismo”.
            Si todos venimos y vamos hacia Dios, ¿Por qué la diferencia?, ¿Por qué cada ser se encuentra en un punto distinto del camino?, por su aprendizaje, por su capacidad para amar. Si amaramos lo suficiente nuestro acercamiento a Dios sería increíble, porque el Amor es el atajo que no va a llevar directamente a Dios. Si amas lo suficiente no puedes juzgar, ni criticar, ni mentir, ni robar, ni matar. Si amas lo suficiente no hay espacio para la ira, ni para la pereza, ni para la tristeza, ni para el dolor, ni para el sufrimiento. Si amas lo suficiente, todo es respeto, todo es ayuda, todo es desapego, todo es alegría, todo es paz.
            Solo hay que Amar, lo demás llegará por añadidura. Por lo tanto a la pregunta ¿Qué hago aquí?, la respuesta es obvia, estoy aprendiendo a Amar.
Quiero terminar con otros tres mensajes del Maestro, referentes al Amor: Hay que ser valientes para amar verdaderamente. Es necesario aprender de Dios que nos ama con inmensa bondad, con inmensa compasión y con inmensa paciencia.
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Amar sin condiciones, ayudar sin condiciones, y perdonar sin condiciones es todo lo que necesitamos para tener paz interior y felicidad completa.
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Para entrar en la Energía de Dios no es necesaria la preparación académica ni espiritual. Sólo es necesaria la voluntad, al amor a Dios, el amor incondicional hacia Dios y hacia todo lo que Él ha creado.
Las puertas siempre están abiertas.
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Tres hombres se encuentran en el campo y se preguntan: “¿Qué estás buscando?”.
El primer hombre dice: “Yo busco Sabiduría”, para tener acceso a los grandes mensajes de los Maestros.
El segundo hombre dice: “Yo busco la Verdad”, para que nadie obstaculice mi camino con mentiras o con trucos.
Y el tercer hombre dice: “Yo busco el Amor”.
Los dos hombres le miran y entre burlas le preguntan: ¿Por qué? Porque si encuentro el Amor solo las cosas sublimes vendrán a mi camino, por lo tanto mi camino será más corto, y al llegar, y al estar en frecuencia con el Amor, tendré acceso a las más grandes enseñanzas de los Maestros.
No importan donde vayamos, el camino siempre es el Amor. 

sábado, 16 de agosto de 2014

Servir para ser feliz


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (16 de Agosto de 2014)        

 
El que procura su propia felicidad no puede ser feliz. La felicidad completa está en el servicio hacia los demás.

Memoria de pez (Las preguntas del millón)


            Tengo una memoria muy selectiva, o casi mejor llamarla memoria de pez, todo lo que no es importante para algo en mi vida lo olvido en tres segundos. No recuerdo títulos de películas, ni de canciones, ni de libros, no recuerdo caras ni nombres, me pierdo en cualquier ciudad y en cualquier carretera. En fin, me parece que no podré contar batallitas, ni muchas ni pocas, cuando sea un poco más abuelo. Supongo que alguien pensará que soy un desastre.
            Pero sí recuerdo, como si fuera hoy, cuando comencé a hacerme las preguntas del millón: ¿Quién seré realmente?, ¿Vendré de algún lugar?, ¿Qué hago aquí?, ¿Para qué habré venido?, ¿Iré a algún sitio cuando me muera?
Estaba realizando un curso de capacitación para comenzar a trabajar en una empresa en la que había aprobado las oposiciones. Aun no había cumplido los dieciocho años.
            Cada día subía en el ascensor, grande, en aquella época me parecía enorme, con un buen número de personas, trabajadores de la empresa, y estudiantes como yo. Siempre he sido tímido y callado, y creo que mejor escuchador que hablador. Es increíble lo que se puede aprender únicamente escuchando. Sin embargo, en ese ascensor no aprendía mucho porque siempre escuchaba las mismas conversaciones: Los lunes, que vaya rollo tener que trabajar después del fin de semana, y los resultados de la jornada futbolística del domingo, el mejor gol, la mejor jugada, el resultado más sorprendente, en fin, un resumen completo de casi todos los partidos. Pensaba entonces, y sigo pensando, a pesar de que yo también tengo cierta simpatía por algún equipo, que me parecía una tontería comentar con tanto entusiasmo, las patadas que veintidós niños, forrados de dinero, le daban a una pelotita. Los martes, miércoles y jueves se comentaban los programas, muchos de ellos basura, de la televisión, y los viernes, el día grande, todo el mundo contento porque llegaban dos días de fiesta.
           
             Pensaba entonces que vaya tontería de vida la de los comentaristas del ascensor, y la de tanta y tanta gente que hacia lo mismo. Así se pasaban hasta los sesenta y cinco años, para después jubilarse, enfermar, y más tarde o más temprano morir.  ¿Y?, ¿De qué les había servido la vida?, ¿Para qué les había servido tanta ciencia futbolística o tanto saber de moda o de dietas de adelgazamiento?
            Ante tanto despropósito, me parece totalmente normal, y me alegro infinito de que mi memoria se especializara en olvidar tanta simpleza. Sin embargo, tener esta memoria selectiva, o casi memoria de pez, tiene grandes ventajas. La más importante es que nadie puede ofenderme. Las ofensas las olvido con la misma facilidad que se me olvida el día en el que vivo. Vivir de esta manera, sin tener en cuenta lo que los demás opinen, lo que los demás juzguen o critiquen, tiene grandes ventajas, ¡Soy feliz!, y lo soy, a pesar de que a la mayoría de las personas parece que la felicidad de los demás les incomoda, y se encargan de meter en el cerebro de todo el mundo la mayor cantidad de basura que pueden. ¡Pobres de los que no tienen memoria de pez y recuerdan cada palabra, cada ofensa, y cada carga de culpabilidad que los demás esparcen generosamente encima de ellos!
La memoria de pez es otra ventaja para vivir en el presente. No se puede ir al pasado porque no se recuerda y no se pueden hacer muchos planes de futuro porque no sirven de nada, se me olvidan enseguida. En fin, que lo que muchas personas pueden calificar como desastre, para mi es una bendición de Dios.
            No sé si los comentaristas del ascensor se habrán hecho alguna vez las tontas preguntas del millón. Yo además de hacérmelas, he intentado encontrar las respuestas, y creo que lo he conseguido, conozco las respuestas, y ahora estoy inmerso en el difícil trabajo de integrar en mí ser las respuestas.
Continuará………………………

Abre la puerta a Dios


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (15 de Agosto de 2014)     
   

 
Dios siempre está dispuesto a mostrarnos los caminos. Somos nosotros y nuestros prejuicios los que cerramos la puerta a Su Eterna Sabiduría.

viernes, 15 de agosto de 2014

Paz espiritual


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (13 de Agosto de 2014)        


La paz espiritual es el correlato de una buena acción hecha con el corazón.
La tarea de Dios es grande, pero cada quien ayuda un poco haciendo el bien.

jueves, 14 de agosto de 2014

Educar con el ejemplo


El amor es para el niño lo que el sol para las flores.
No le basta pan:
Necesita caricias para ser bueno y para ser fuerte.
Concepción Arenal

El medio mejor para hacer buenos a los niños,
es hacerles felices.
Oscar Wilde
Señor, dame un corazón de niño
 y un gran coraje para vivir como adulto.
Santa Catalina de Siena
Quien levanta la mano a un niño,
está golpeando su alma,
está golpeando a Dios.
Hari Krishan Singh
            Recuerdo la llegada a la terapia de una pareja con su niño de dos años y medio como si fuera ahora, porque la mirada triste, la mirada de miedo, la mirada ansiosa de ese niño, como pidiendo ayuda, no se me va a olvidar en mucho tiempo.
            La razón de su visita era que con dos años y medio, el niño no hablaba, y lo traían para ver si podía hacer algo.
            Toqué al niño para ver que sentía, y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Estaba aterrorizado, era como si hubiera construido dentro de sí mismo una especie de burbuja en la que se refugiaba, aunque para nada se sentía seguro, porque era sujetado en brazos por los responsables de su miedo. Sus papas.
            Era normal que no hablara, lo extraño era que respirara. Cuando pregunté a los papas que pasaba, la mama, mirando al padre dijo: Bueno…… mi esposo le habla un poco fuerte.
            Era paralizante el miedo que sentía el niño, y les dije a los papas que sí, que le haría terapia, pero que el trabajo importante era el suyo, tenían que cambiar su actitud hacia el niño y darle amor.
          
               Un niño no es un adulto bajito, y no se le puede exigir al niño como si fuera un adulto. El niño tiene que jugar, porque ese es su aprendizaje. En cuanto a la enseñanza de los adultos hacia el niño, no hay que olvidar que el mejor aprendizaje es el ejemplo.
            Al niño se le ha de tratar con amor, con paciencia y perseverancia. Nada de gritos, nada de desesperarse, nada de represión física. Eso no quiere decir que no se le corrija y se le llame la atención.
            Hay que educar con tolerancia. Cuando los niños hacen algo que disgusta a los adultos, éstos suelen molestarse y actuar de manera impulsiva. Los adultos, por lo general, no sabemos expresar adecuadamente nuestros sentimientos. Es normal tener molestia o enojo, sobre todo si alguien ha hecho algo que pensamos es incorrecto o que ha violado alguna de las normas establecidas en el hogar o fuera de él; sin embargo, hay que saber expresar tales sentimientos. Primero debemos aprender a ser más tolerantes, la gente puede equivocarse y los niños también. Además, los adultos no tienen por qué tener siempre la verdad o la razón de las cosas. Educar con tolerancia significa adentrarse al mundo de los niños y respetarlo.
            Amor, ejemplo, tolerancia, perseverancia y paciencia, son las claves para educar y hacer felices a nuestros niños.
            

Regreso a Dios (Una vida de servicio)


El que no sirve para servir, no sirve para vivir.
Madre Teresa de Calcuta 

Esta entrada es una continuación de la anterior: Regreso a Dios (Una vida de virtud).
Vivir desde el alma para regresar a Dios requiere que a la vida de virtud se le añada una vida de servicio. ¿Qué es una vida de servicio? Los valores más importantes de la esencia humana son el esfuerzo desinteresado, el servicio y la lucha a favor de una sociedad mucho mejor y unos seres humanos superiores.
El servicio es el ejercicio de la caridad. Una actitud de servicio es reconocer en cada ser humano a una persona valiosa, a una persona de quien se puede aprender y a quien se puede ayudar, una actitud de servicio es mostrar interés por lo que le sucede a la otra persona, es la capacidad de entender que sienten las personas, es incluir en nuestra vida el hábito de ayudar antes de ser ayudados, al hábito de comprender antes de ser comprendidos, el arte de amar antes de ser amados.
Bien podemos recordar aquí la hermosa oración de San Francisco de Asís:
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, Maestro, que yo no busque tanto ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque es dando como se recibe,
es olvidando como se encuentra,
es perdonando como se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.
Cuando se desarrolla una actitud de servicio a los demás, se está intercambiando servicio por poder. El poder que se recibe es una influencia sobre las personas a las que has ayudado, que hace que te conviertas para ellas en un líder, quieren estar contigo, te vuelves importante para ellas, eres como un imán para esas personas, te necesitan, te consultan, te respetan.
 
La actitud de servicio va siempre unida a una actitud positiva, es por eso que las personas con actitud de servicio a los demás, son personas alegres, optimistas, que esperan siempre lo mejor de la vida.
Las personas con actitud de servicio son responsables de sus propias vidas, tienen el control de sus vidas a pesar de las circunstancias. No viven echándole la culpa a los demás de lo que les sucede.
Se puede reaccionar en forma positiva o negativa; las personas responsables de su propia vida eligen reaccionar en forma constructiva, no se dejan influenciar negativamente del ambiente. Son aquellas personas que deciden hacer lo que hay que hacer, a pesar de las circunstancias, y punto.
El servicio a los demás también es un signo de madurez. Las personas con actitud de servicio comprenden todos los beneficios que obtienen al comportarse de esta manera con las demás personas y descubren que es una filosofía de vida, un estilo de vida, el cual es un privilegio alcanzar. Servir a los demás solo se le es dado a los seres grandes.
De todo lo anterior podemos concluir que la actitud de servicio es una marca indeleble de la gente superior, del líder, de la gente iluminada, de las personas con personalidad magnética, del padre y la madre amorosos, del maestro comprometido con su profesión, del estudiante responsable, del empresario triunfador, del empleado  eficaz, es decir todo lo que cualquier persona puede desear: ¡una bendición divina! ¡un privilegio! Reservado solo para los seres superiores.
En 1888 Mahatma Gandhi fue a Inglaterra, donde estudió Derecho. Una vez iba caminando por una calle de Londres y fue sorprendido por un chaparrón de agua. Gandhi empezó a correr para huir de la lluvia y logró refugiarse debajo del alero de un lujoso hotel, ahí se quedó parado mientras pasaba el vendaval. A los pocos minutos apareció una lujosa limosina y de ella salió un magnate inglés, le bajaron las maletas y el coche fue conducido hasta el estacionamiento.
¡Oye tú!, cógeme las maletas, gritó el británico a Gandhi. Gandhi miró hacia los lados y hacia atrás para ver a quién se dirigía el magnate, ¡eh tú, hindú!, repitió el inglés con fuerza, ¡He dicho que me cojas las maletas!
Gandhi se dio cuenta de que era con él a quien hablaba el potentado, y entonces se acercó a cargarlas. El inglés le ordenó que lo siguiera hasta el cuarto piso; él subió por el ascensor y el hindú por las escaleras, porque en esa época los hindúes  eran considerados menos que los demás.
Una vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio indicado, se dispuso a retirarse.
¡Mira tú, indio!, ¿Cuánto te debo?, dijo el magnate. Señor, usted no me debe nada, contestó Gandhi cortésmente.
¿Cuánto me vas a cobrar por subirme las maletas?,  insistió el hombre. Señor, repitió Gandhi, yo no voy a cobrarle nada.
¿Tú trabajas aquí?, ¿no? No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puerta esperando que dejara de llover para continuar mi camino.
Si tú no trabajas aquí, ¿por qué subiste las maletas? Porque usted me pidió que lo hiciera, y lo hice, dijo Gandhi.
¿Quién eres tú? Yo soy Mohandas Karamchand Gandhi, estudiante de Derecho de la India. Bien, bien... entonces, ¿Cuánto me vas a cobrar? Señor ya le dije, no le voy a cobrar nada y nunca pensé en cobrarle, dijo Gandhi.
Si tú no pensabas cobrarme nada por subirme las maletas, dijo nuevamente el inglés, entonces ¿por qué me la subiste? Señor, expresó el futuro Mahatma, yo le subí las maletas a usted por el inmenso placer que me causa el colaborar con los demás, por eso lo hice, porque para mí servir es un placer.

martes, 12 de agosto de 2014

No deben temer


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (12 de Agosto de 2014)        

 
No importa el daño que les puedan hacer, no importan los propósitos que la gente pueda tener tras sus intenciones, no importa la mala energía que pueda haber tras esas intenciones.
Dios es vuestra fortaleza, no deben temer.

Regreso a Dios (Una vida de virtud)


Recuerde esto.
Cuando las personas escogen el retirarse del fuego,
el fuego continua dando calor, pero ellos se enfrían.
Cuando las personas escogen alejarse de la luz,
la luz continua siendo brillante, pero ellos están en la oscuridad.
Esto es lo mismo que pasa cuando la gente se aleja de Dios.
                                                          San Agustín          

La humanidad, o mejor, para no ser catastrofista, una parte importante de ella, se encuentra separada de Dios, se encuentra sumergida en un sueño, se encuentra sumergida en el sueño de la vida, viviendo una ilusión, viviendo una fantasía, sin ser conscientes de su origen, sin ser conscientes del camino por el que han de transitar, sin ser conscientes de quienes son sus compañeros de viaje, sin ser conscientes de su equipaje, sin ser conscientes de su destino. Esa parte importante de la humanidad se encuentra dentro de una burbuja tratando de defender su espacio, a capa y espada, contra todo aquel o todo aquello que pueda suponer un peligro para la estabilidad de su burbuja.
            Al vivir separados de Dios los seres humanos buscan unirse a algo, y en su sueño calibran cual puede ser la unión más fructífera para ellos, cual la más cómoda, cual la menos dolorosa, cual la que les va a proporcionar una vida plena y feliz. Pero está claro que no lo consiguen, ya que si lo consiguieran su vida sería una vida sin dolor, una vida sin sufrimiento, y son muy pocas las personas que ante la pregunta de ¿Eres feliz? Contestan “si”, con una sonrisa que hace que sus ojos bailen al son de la música de esa felicidad que sienten. Del resto, unos contestan que “si, a ratos”, otros te responden con una perorata para demostrar que la felicidad no existe, otros te miran de manera extraña como no entendiendo la pregunta, o preguntándote a su vez ¿Cómo puedes preguntar semejante tontería?
¿Será entonces que no consiguen vivir esa vida que desean porque en su maquinación eligen una opción de unión equivocada? La respuesta es “si”. Los seres humanos buscan uniones desde una perspectiva errónea. El error consiste en que buscan las uniones, de cualquier tipo, para satisfacer algo que les atrae de manera inconsciente, el anhelo de paz, el anhelo de amor, el anhelo de felicidad y el anhelo de unión con Dios, que nace del alma. Buscan satisfacer ese anhelo en el exterior, lo buscan en el poder, en el dinero, en los estándares de belleza y moda. Y algo debe de fallar, porque nadie lo encuentra. Algunos parece que lo consiguen, pero no es definitivo, puede durar una temporada más o menos larga, pero al final se acaba y vuelve el sufrimiento.
El anhelo del alma no busca una satisfacción de un día,  de un mes, de un año y ni tan siquiera de una vida. El alma busca una satisfacción que tenga una duración igual a la suya, es decir que dure una eternidad.
No parece que nada caduco pueda durar una eternidad. Por lo tanto hay que buscar en otro lugar, hay que buscar otra opción que sea duradera, más que duradera, que sea eterna. Y  lo podemos encontrar en Alguien tan eterno como el alma, lo podemos encontrar en Su Propio Creador, lo podemos encontrar en Dios.
Nada puede apartar de Dios al espíritu humano. Por lo tanto, el primer trabajo para regresar a Dios es entendernos a nosotros mismos, y convertirnos en seres espirituales. Un ser espiritual es aquel que estando en el mundo, entiende que hay una razón de su estancia aquí, que esa razón es la unión con Dios y que para esa unión necesita vivir desde su alma.
Vivir desde el alma para regresar a Dios requiere cierta dosis de consciencia, de trabajo, de voluntad y de paciencia.
 
Hemos de vivir una vida de virtud. Pero ¿Qué es la virtud?, Para Platón, la virtud es “la perfección del alma”, y para Aristóteles la virtud es una "excelencia añadida a algo como perfección".
La virtud es un hábito, es un hábito mediante el cual potenciamos las cualidades del alma, (inclusividad, amor, alegría y felicidad, participación, soledad, indiferencia espiritual, impersonalidad, desapego, libertad, serenidad, calma interior, responsabilidad, sabiduría e intuición), y como todo hábito requiere un aprendizaje y una repetición; es decir, se requiere voluntad, por lo que bien podríamos decir que la virtud es una cualidad de la voluntad que, además, supone un bien para uno mismo y para los demás.
Los buenos hábitos, es decir, las virtudes, consiguen que se vaya estableciendo el dominio de la inteligencia en la vida del espíritu, es decir, es utilizar la inteligencia. Los vicios dispersan las fuerzas de la persona, mientras que las virtudes las concentran y las ponen al servicio del alma.
Una persona que es perezosa, que tiene el vicio de la pereza, puede fijarse,  propósitos estupendos, pero es incapaz de cumplirlos: su propósito resulta derrotado por la pereza, por la resistencia del cuerpo a moverse. ¡Es imprescindible la voluntad! Voluntad para meditar, voluntad para no juzgar, voluntad para vivir y ser feliz, voluntad para ser cada día mejor, voluntad para amar, voluntad para servir a los demás, voluntad……….., voluntad………., voluntad.
Una persona que tiene virtudes, es decir que tiene voluntad, es libre, es mucho más libre que la persona que no tiene ninguna virtud que es como una hoja movida por el viento. La persona con voluntad es capaz de hacer lo que quiere, cualquier cosa que decida, mientras que la otra es incapaz. La persona que no tiene virtudes, que no tiene voluntad, no decide por sí misma, sino que algo decide por ella.

sábado, 9 de agosto de 2014

La misión del ser humano


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (8 de Agosto de 2014)        

 
La misión principal del hombre es servir a los demás. El propósito más noble de su existencia es, en verdad, servir al prójimo.

El futuro son los niños


            Sabemos que cada pensamiento es energía, cada pensamiento es una forma de energía. Cuando un pensamiento es repetitivo, es tanta la energía que se va generando que esa forma de energía crece tanto que se genera lo que se denomina una entidad de pensamiento. La entidad de pensamiento llega a tener conciencia propia, es decir, que quiere vivir, descargándose en el cerebro de la persona para expresarse, casi de manera permanente. Cuando dos, tres, cien, mil, un millón o mil millones de personas tienen los mismos pensamientos, se genera lo que podríamos denominar el pensamiento social. Es decir, un pensamiento que es común a casi la totalidad de los miembros que componen dicha sociedad, porque no hemos de olvidar que cada sociedad esta formada por los miembros que conviven en dicha sociedad, que puede ser una comunidad, un pueblo, una ciudad, un país o, incluso un continente.
            De tal manera que cada sociedad, tiene sus “tics” determinados, sus costumbres, sus comportamientos y su idiosincrasia. Sin embargo, aunque cada sociedad tiene unas particularidades que la definen, hay algo que caracteriza, hoy día, a todas las sociedades, sean del norte o del sur, sean de oriente u occidente, sean ricas o pobres, sean del primer o del tercer mundo; y es su carencia de valores  y su materialismo. No hay ninguna sociedad en la que prime la igualdad, el amor, la ayuda o el servicio.
            Pues esa es la sociedad que dejamos cada vez que nos vamos de la vida. Pero, desgraciadamente, es también la sociedad que nos encontramos en nuestro retorno a la Tierra.
           

          No ayuda para nada la sociedad al ser humano en cada retorno de este a la materia, Antes bien, es un hándicap, ya que el ser humano que se separa del pensamiento social, y obviando los valores de la sociedad se dedica a buscar en su interior y se dedica al servicio, o está loco, o ha sido engañado, o le han hecho un lavado de cerebro.
            Con este panorama, hay que estar un poco loco para querer encarnar de nuevo, ya que el trabajo a realizar en la materia parece que se vuelve cada vez más difícil.
            Las personas que olvidándose de la sociedad, comienzan un camino distinto, a pesar del qué dirán, no parecen suficientes para que se realice el cambio de pensamiento social. La salvación serían los niños.
            Si todos los que buscamos algo distinto, los que buscamos el amor en nuestro interior, y la alegría, y la paz, y la felicidad, no permitiéramos que contaminaran a nuestros niños, o al menos a los niños con lo que tuviéramos un cierto ascendente, como hijos, sobrinos, nietos, alumnos, estos crecerían con un pensamiento distinto, con unas creencias distintas, con unos valores diferentes. Así, poco a poco, iría cambiando el pensamiento social, y es posible que al cabo de unas cuantas generaciones, en la venida a la Tierra, ya no sería considerado una locura buscar en nuestro interior, la propia sociedad lo propiciaría, y el trabajo de nuestro crecimiento, para alcanzar la tan deseada Iluminación, ya no sería un camino de espinas, sino que sería un camino sembrado de pétalos de flores.
 

Disfrutar la vida


Mensaje canalizado de un Maestro Ascendido (6 de Agosto de 2014)        

 
La vida es un regalo divino, es un conjunto de experiencias y aprendizajes invaluables.
            Disfruten cada momento de su regalo porque ese momento no va a repetirse nunca.

martes, 5 de agosto de 2014

Luz y oscuridad en el Planeta


            No es esta una entrada para hablar del día y de la noche, sino para hablar de las Fuerzas de la Luz y de las fuerzas de la oscuridad.
            Las Fuerzas de la Luz son Grandes Seres Cósmicos, que residen en los planos más altos de la existencia. Su trabajo con la humanidad es ayudar al esclarecimiento de sus mentes, influyendo en las mentes de los servidores alineados con el Plan de Dios. Trabajan por intermedio de todos aquellos que realmente aman a sus semejantes. Ni tan siquiera ellos pueden llegar a las mentes de las personas egocéntricas y cerradas, ni tampoco a todos aquellos que por pertenecer a una determinada religión han cerrado sus mentes a otras creencias que no sean las de su fe determinada.
            Las fuerzas de la oscuridad existen. Los malignos existen y tienen tanto poder como el que puedan tener las Fuerzas de la Luz. Su meta es la destrucción de la humanidad, o al menos, mantener a esta bajo control para poder reinar abiertamente. Conseguir que los seres humanos vuelvan una y otra vez a la vida, sin haber avanzado ni un milímetro en su acercamiento a Dios, es también uno de sus objetivos. Y parece que lo hacen bastante bien.
            Las dos fuerzas conviven en la Tierra, con preponderancia de una u otra en lugares determinados del planeta, pero aunque la mayoría en un lugar determinado sea de uno u otro tipo, existen infiltrados de la fuerza contraria, de la misma manera que el Yin coexiste dentro del Yang y viceversa, así, hay Fuerzas de la Luz en la oscuridad y fuerzas oscuras en la Luz.
           
           La preponderancia de Luz u oscuridad la dan las personas con su evolución, con su desarrollo, con su cercanía o lejanía del Amor, con su materialismo, con su egoísmo, con su respeto, su espiritualidad, en resumen según sea su crecimiento. Son países de preponderancia de Luz todos los del primer mundo y algunas zonas aisladas del resto. Están muy mezcladas la Luz y la oscuridad en el segundo mundo. Y son países con preponderancia de oscuridad los del tercer mundo.
            Sin embargo, existen países en los que teniendo mayoría de habitantes de Luz, pueden estar regidos por dirigentes manipulados por la oscuridad. Como ejemplo nos valen algunos países en el primer mundo, que afectados por la crisis económica, propiciada por gentes manipuladas por la oscuridad, tienen dirigentes que con el pretexto de solucionar la crisis del país, han abocado a sus habitantes a la pobreza y a la pérdida de derechos. Esos habitantes ocupados en sus preocupaciones abandonan cualquier actividad que les acerque a Dios, llegando incluso a renegar de Él. Buen trabajo para la oscuridad, aunque disimulado por los grandes números del país.
            Vale, ya sabemos esto, y ahora ¿Qué? Es posible que alguien piense que no es para tanto, que además en la Era de Acuario esto va a terminar. No es así. Por el mero hecho de haber entrado en la Era de Acuario, no quiere decir que todo el mundo vaya a crecer y a evolucionar, no quiere decir que todo el mundo vaya a cambiar su vibración a la energía del Amor, no quiere decir nada, porque somos la humanidad la que ha de hacer el trabajo. Si, puede ser que la inclinación de la Tierra favorezca ciertas energías, pero el trabajo lo ha de realizar, de manera individual, cada ser humano.
            La humanidad se encuentra anclada en falsos valores y en un materialismo feroz, ya se han encargado las fuerzas de la oscuridad de que así sea. Para que estas fuerzas pierdan poder, para que surja un nuevo renacer, han de cambiar los valores al Amor, a la Unidad, a la Hermandad, al Servicio.
            Mientras tanto, los cantos de sirena, de más dinero, de más poder, de más sexo, de más fiesta y de más alcohol van a seguir arrastrando a la humanidad a su propia destrucción como seres divinos.
            Es momento de abrir definitivamente los ojos, es momento de abrir definitivamente el corazón, es momento de entender que eres un alma, es momento de vivir para la Divinidad. Es momento de ofrecer tu vida a Dios. Ofrecer la vida a Dios no es hacerse cura o monja, no. Ofrecer la vida a Dios es dejar que la vida fluya a través de ti, sin componendas mentales; es dejar que la vida transcurra según el Plan Divino, sin forzar acontecimientos para que la vida sea lo que a ti te gustaría que fuera. Cuando consigues eso, te cambia la vida, porque Dios, al que has ofrecido tu vida, con tus problemas, con tus dudas, con tus miedos, se encarga de que comiences a vivir la vida que necesitas vivir, no la que tu crees querer vivir, no la que las fuerzas de la oscuridad quieren que vivas.