El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 6 de mayo de 2011

No tiempo

            Queremos antes de empezar dejar claro que esta entrada no es una apología sobre la no existencia del tiempo. El tiempo, de alguna manera, existe, o al menos, nosotros si percibimos “el paso del tiempo”, que es lo único de lo que podemos ser conscientes, aunque no todos lo percibamos de la misma manera.
            Así que podemos decir que también el paso del tiempo es un estado de conciencia. Y si no, analiza estos ejemplos: Seguro que te ha sucedido alguna vez estar haciendo una faena farragosa, un algo que no te atrae en absoluto, estar con personas de trato difícil, por reiterativas o por cansinas, o encontrarte en una situación desagradable. En cualquiera de estos casos, seguro que has sido consciente del lento transcurrir del tiempo. Puedes mirar el reloj un sinfín de veces, y comprobar cómo los minutos no terminan de pasar, perece que se arrastren pesadamente.
            Sin embargo, cuando te has encontrado en la situación contraria, tratando con personas agradables, realizando un trabajo con agrado, o en alguna situación placentera; el tiempo parece volar.
            En los dos casos el correr del tiempo ha sido exactamente igual, sin embargo, la apreciación ha sido completamente diferente. Por lo tanto, podemos decir sin temor a equivocarnos, que el paso del tiempo para la persona, depende total y absolutamente de su estado de conciencia.
            A esto le queremos dedicar unas líneas, a la apreciación del tiempo, o a la conciencia del “no tiempo”.
            Llamamos “no tiempo”, al estado de conciencia en el que los sucesos ocurridos hace diez minutos, se encuentran a la misma distancia que los ocurridos la semana pasada, o el mes pasado, o el año pasado.
            Todos los acontecimientos pasados son eso, “pasados”, y clasificarlos por orden cronológico suponen: un desgaste inútil y la retención del libre fluir de la vida. ¿Cuál es el beneficio que se obtiene al ordenar el pasado, en cualquier nivel, ya sea físico, mental, emocional o espiritual?
            Llegar al estado de conciencia de “no tiempo”, es uno de nuestros activos en esta o en futuras encarnaciones. La manera más rápida de llegar a este estado es mantener la conciencia en el momento presente. Cuando se mantiene siempre la conciencia en el presente, ¿dónde queda el pasado?, no existe, ¿dónde la organización de ese pasado?, en ningún lugar, ya que al no existir pasado, no hay nada que organizar; y cuando la mente, en algún momento vuelve a cualquier evento pasado, encuentra todos los acontecimientos a la misma distancia, con independencia del tiempo transcurrido.
            El estado de conciencia del “no tiempo” es un garante de la felicidad absoluta. No hay sufrimiento pasado, no hay deseo incumplido, no hay rechazos, no hay ofensas; todo está equidistante con momentos de dicha, con deseos satisfechos, con aceptación y amor.

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