A la inmensa mayoría de los seres
humanos ya les va bien seguir adelante, vivir la vida sin objetivo alguno, sin
tener la menor idea de cuál es el motivo de su vida, sin ser conscientes de
cuál es el camino por el que transitan.
Bueno, realmente ellos sí que creen
tener un objetivo, o varios, los materiales, ganar más, ascender en su trabajo,
cambiar de coche o pasar las vacaciones en un lugar paradisiaco, es decir,
aquellos objetivos, o mejor llamarles deseos que les va preparando su mente.
Pero llega un día, al menos para
algunas personas de esa inmensa mayoría, que encuentran su vida vacía. Cuando
creen poseerlo casi todo, nada de eso les satisface, nada les motiva, y es
cuando son conscientes de la falta absoluta de un objetivo real, y de que están
trabajando con grandes y constantes esfuerzos, están trabajando en vacío, sin
ninguna idea del lugar, de la meta o del ideal al que se dirigen.
Se dan cuenta, entonces, de que se
encuentran perdidos, y ellos creen que sin esperanza. Nada les ilusiona, todo les
aburre, todo es tristeza, depresión o rabia contenida. Y puede que lleguen a
preguntarse: ¿Si me muero mañana, para que tanto esfuerzo, para que tanto
trabajo, para que tanto sufrimiento?
Ya es
bueno llegar ha hacerse, por lo menos, la pregunta. Pregunta hija del dolor,
del aburrimiento, de la depresión o la tristeza, aunque lo que realmente desean
saber es como cambiar el dolor por el placer.
Pero, ¿Se puede esto descubrir con el
esfuerzo del pensamiento?, la respuesta es sí. De la misma manera que el
pensamiento de dolor nos lleva al dolor y el pensamiento de pobreza nos lleva a
la miseria, el pensamiento de placer nos
va a llevar directamente al placer. Si la mente de la persona permanece fija en
algún asunto determinado con la concentración suficiente, obtiene la
iluminación con respecto al mismo, más pronto o más tarde.
A esa
persona en quien la iluminación aparece, puede ser llamada genio o inventor.
Pero, podríamos decir que no es tal, sólo es la síntesis de la mente de otras
personas. Todos los seres estamos unidos, y es imposible separar a una persona
de cualquier especie de sus congéneres.
Por lo tanto, si en lugar de hacernos
cruces ante lo desconocido, dirigiéramos nuestro pensamiento hacia eso
desconocido, nos encontraríamos con el legado de otras muchas mentes que harían
mella en nosotros.
Cualquier conocimiento está a
alcance de todos, la Iluminación también. Sólo hay que desearlo, desearlo
realmente, y focalizar el pensamiento. Todo llegará por añadidura.
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