PERLAS PARA EL ALMA
Cuando
el ser humano descubre e integra en sí que es un alma, que es un ser divino,
que es una parte de Dios, comienza a utilizar su corazón.
Mientras
eso no ocurre sigue dormido soñando la ilusión de ser un cuerpo, soñando que es
un ser independiente de los otros que conviven con él en su encarnación, soñando
que vive separado de Dios. El ser dormido necesita vivir los sueños y estos
solo se los puede proporcionar la mente, llenando al soñador de dolor, de
preocupaciones, de sufrimientos.
Cuando
el ser comienza a despertar no necesita sueños, deja de ser dominado por la
mente y comienza su andadura desde el corazón. Deja de soñar, deja de pensar
como un humano para pensar como Dios.
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