El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 6 de marzo de 2022

Novela: Rasgar el velo de la soledad

 



“Rasgar el velo de la soledad” es el diario de un peregrino en el Camino de Santiago. Es el diario de la transformación de Gonzalo, un hombre que tenía una vida normal o, mejor, más que normal, porque podía considerarse un hombre feliz, algo que pocas personas pueden pregonar, como él, en voz alta.

Casado desde hacía veinte años con Natalia, se amaban con más intensidad que el primer día. Habían aprendido a amarse, desde el enamoramiento inicial, a través del respeto mutuo.

Tenían una hija de dieciséis años a la que habían enseñado el valor de la familia y a la que habían contagiado su felicidad.

Eran una familia feliz. Una familia de cuento de hadas.

Pero todo se acabó, un día, en un abrir y cerrar de ojos.

Como cada día, Natalia fue a buscar en coche a su hija al instituto. Nunca más regresaron a casa. Un conductor borracho se las llevó por delante muriendo, al instante, en el brutal impacto.

La vida de Gonzalo terminó también en ese instante y si no lo fue de manera real, si lo fue emocionalmente. Él pensaba que no podía seguir viviendo con tanto dolor, con tanta tristeza, con tanta ira contenida, sin apego a la vida y renegando de Dios, porque si realmente existiera no podía permitir tantas injusticias.

Después de casi un año desde que ocurrió el accidente seguía manteniendo el mismo dolor. Se acercaba la Navidad. No le apetecía ni la compañía ni amargar las navidades a su familia, por lo que  decidió pasarlas solo y para que no le molestaran no se le ocurrió mejor idea que hacer el Camino de Santiago.

En realidad, la idea de hacer el Camino nació en él a raíz de un sueño muy vívido que tuvo con su esposa y su hija, el primero desde el accidente. En el sueño él estaba realizando el Camino de Santiago y se encontraron en León, que es una de las etapas del Camino. En la despedida de ese sueño su esposa dijo “Nos volveremos a encontrar. Te esperaremos en este mismo sitio”. Esa despedida fue interpretada por Gonzalo como que tenía que realizar el Camino de Santiago.  

Desde la primera etapa en Francia hasta su llegada a Santiago, casi un mes y medio desde la partida, dos encuentros en el Camino, con la Virgen María y con una madre que, como él, había perdido a su hijo, resultarán sanadores para Gonzalo efectuándose en él una transformación total.

Del hombre triste y apagado que renegaba de Dios, al hombre que llegó a Santiago terciaba un abismo. Porque a Santiago llegó un hombre renovado, un hombre diferente que comprendió en su peregrinaje cual era la razón de la vida.

Gonzalo en este diario cuenta su experiencia, convencido de que puede resultar también sanador para todos aquellos que se enfrentan a una vida de dolor, de insatisfacciones, de tristeza o infelicidad.

¡Buen camino, peregrinos de la vida!


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