El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 16 de marzo de 2023

Ideas que se van

 


 

Jueves 16 de marzo 2023

 

Hace unos días estábamos mi hijo y yo solos en casa. Mientras yo cocinaba, unas alubias blancas con almejas que, por cierto, salieron exquisitas, él estaba leyendo en su cuarto. Siempre va con un reproductor de música en el que va escuchando música que antes ha grabado en un USB. Es fácil saber por donde para porque solo hay que seguir la estela de la música.

La música, que siempre suele estar algún decibelio más alto de lo normal, ese día sonaba un poco más suave, y por encima de la música comencé a escuchar una conversación.

Detuve el extractor de la campana para escuchar con más atención, por si se estaba dirigiendo a mí, desde su cuarto. Me extrañaba porque sabe que no me gusta que nos comuniquemos a gritos de una parte a otra de la casa.

No, no me hablaba a mí. Me dirigí a su cuarto a ver con quien mantenía la conversación y, claro, no había nadie más en la habitación.

-    ¿Con quién hablas? –le pregunté. Hace algunos años, ya lo hacía y me contaba que hablaba con los angelitos que habían venido a visitarle.

-    Hablo conmigo mismo, -¡vaya!, parece que los ángeles dejaron de visitarle.

-    Y, ¿Qué te dices?

-    Cosas mías

-    ¿No puedes solo pensarlas?, ¿por qué lo dices en voz alta, si es a ti mismo?

-    Es que si solo las pienso, se meten en medio otros pensamientos y no me dejan terminar la conversación y, así, hablando conmigo los otros pensamientos están callados.

Era una buena explicación. Y, entonces fui consciente de que a mí me ocurre algo parecido. A veces, aparece el hilo de una idea, en forma de pregunta, o como respuesta a algo que llevaba días dando vueltas por mi cabeza. Si quiero desarrollar la idea, esperar la respuesta a la pregunta o procesar la respuesta, tengo que sentarme y comenzar a escribir o comenzar a grabar, porque si no, aparecen otros pensamientos y, al cabo de 10 minutos, me encuentro pensando en el sexo de los ángeles y preguntándome, ¿qué fue de la idea?, ¿qué respuesta apareció en mi mente?, ¿a qué pregunta? Se me había ido, como se van los sueños en el momento en que abres los ojos.

Voy a justificar lo que creo que me pasa. No es que me cueste trabajo dominar el pensamiento. Lo hago bastante bien, tengo mucha práctica, lo que pasa es que “ese pensamiento” que llega, yo creo que lo hace desde una vibración diferente y, al chocar con la realidad de la energía normal de mi cuerpo se distorsiona un poquito.

Por eso siempre llevo conmigo una libreta y un bolígrafo. Y no es raro ver que en mitad de un paseo me siente diez minutos en un banco a escribir “eso” que comienza a dar vueltas por mi cabeza, o me ponga a hablarle al celular, como un poseso, para grabar la idea.

Algunas de esas ideas las voy desarrollando y se convierten en una entrada que cuelgo en el blog o, si son cortitas, las escribo en el face. Pero hay otras muchas que duermen el sueño de los justos. Voy a tratar de recuperar algunas. 

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