Esta entrada
es producto de la reflexión del mensaje que el Maestro nos regalaba en la
mañana de hoy, en nuestro espacio de meditación y sanación.
Los seres humanos nos pasamos la vida
buscando, con más o menos ahínco, una estabilidad emocional, lo más duradera
posible, tratando de que nuestros altibajos emocionales sean, no solo suaves,
sino también tardíos en el tiempo.
Es posible
que no todas las personas sean conscientes de que es estabilidad emocional lo
que buscan, y lo disfrazan de diferentes maneras: Un mejor puesto de trabajo,
unas vacaciones en un lugar paradisiaco, una casa de segunda residencia en la
playa o en la montaña, tener un nietecito que de continuidad al apellido de la
familia, que la niña apruebe las oposiciones, etc.
Y todo eso,
¿Para qué? Las respuestas pueden ser variadas, pero si se sigue el hilo con
porqués hasta el inicio, pueden salir palabras como felicidad, tranquilidad,
seguridad, etc., etc.
Está claro
que se buscan sucedáneos de los estados emocionales importantes: de paz interior,
de felicidad, de alegría o de amor, y si no se buscan sucedáneos, es claro que
casi todo el mundo se conforma con pequeñas dosis.
Eso es así
porque nadie, o casi nadie, es capaz de explicar claramente que es posible
conseguir una paz interior total, un amor total, una alegría total y una
felicidad total. Se trataría de conseguir vivir en la Tierra, dentro de un
cuerpo, como cuando no tenemos cuerpo. Es claro y parece fuera de toda duda,
que al otro lado de la vida, la paz, el amor, la alegría y la felicidad, son el
estado habitual de los que viven ese estado de conciencia. ¿Por qué no vivirlo
aquí, en el cuerpo?
Sólo
necesitamos, como dice el mensaje que le precede a esta entrada, “Paz y
Felicidad”: Amar sin condiciones, ayudar sin condiciones y perdonar sin
condiciones. ¿Qué es difícil?, ¡claro!, nadie ha dicho que sea fácil, pero
también es difícil trabajar como locos, olvidándose de vivir, para conseguir
algunas de las cosas materiales con las que pensamos que vamos a conseguir la
felicidad.
Casi no es
necesario especificar cómo conseguirlo: Se aprende a amar amando, se aprende a
ayudar ayudando y se aprende a perdonar perdonando. Lo que si se puede hacer en
el camino es mantenerse alerta para impedir que otros pensamientos desvíen la
atención hacia el miedo, hacia la crítica, hacia la ira, hacia el rencor o
hacia el egoísmo.
Y medita.
Sea el que sea el lugar en el que te encuentres dentro del camino, medita. Te
ayudará a mantener la atención en el objetivo, que no es otro que “Amar, ayudar
y perdonar”.
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