Es la atención la que nos va a
permitir
ser
conscientes de donde estamos,
de
hacia dónde queremos ir
y
de cuáles son los obstáculos
con
los que nos podemos encontrar en el camino.
Me
rebelo contra mí mismo cada vez que un pensamiento de crítica ronda por mi
mente, me rebelo cuando entro con otras personas en el perverso juego de
regodearnos en esa crítica hecha palabra, me rebelo cuando la impaciencia se
asienta en cada célula de mi ser, me rebelo cuando me siento intolerante ante
otros procederes, me rebelo cuando me irrito ante la falta de respeto, me
rebelo cuando piso de puntillas encogido por el miedo, me rebelo ante mi propia
incomprensión, me rebelo cuando soy consciente de que no me he puesto en el
lugar del otro, y así, un día sí y otro también, me rebelo, me rebelo y me
rebelo, mientras me flagelo emocionalmente por haber dejado al pensamiento, una
vez más, campar a sus anchas por el carrusel de la sinrazón sin haberle puesto
coto.
Y todavía rojo por mi propia cólera me
pregunto, ¿Conseguiré realmente algún día mantener la guardia alta y poder así
dominar completamente estos pensamientos?, ¿Conseguiré realmente algún día que
no me afecte la falta de respeto, la incomprensión, la mentira, los políticos,
las religiones, la intolerancia o la injusticia?, ¿Conseguiré colocarme de inmediato
en el lugar del otro y no a toro pasado cuando las emociones ya me han
desbordado?
No
creo que en mi caso sea cuestión de meditar más. Mi trabajo es intervenir en la
sanación de otros meditando. Es cuestión de atención, de más atención, es
cuestión de observar mis pensamientos, observar mis emociones,
observar las distintas reacciones de mi cuerpo, sin juzgar, sin calificar, sin ponerle nombre. Solo atención, solo presencia, solo estar.
A veces mi
dispositivo de vida pasa a “piloto automático” sin que yo sea consciente, y ahí
se acabó todo, y solo soy consciente cuando me encuentro en medio
de la crítica mental, o en medio del miedo, o en medio de la impaciencia, o ...... Entonces me siento mal y me rebelo, con lo cual cometo,
al menos, tres equivocaciones, una, dejar que el pensamiento se ponga el piloto
automático, dos, verme envuelto en mi propia critica mental, y tres, mi
rebelión.
En fin,
seguiré trabajando. Y vosotros ¿Cómo lo lleváis?
Todo lo que aparece momentáneamente en el cuerpo mente no tiene ninguna importancia , sea lo que fuere no tiene ninguna realidad ¿Por qué implicarse con ello y después apegarse? ¿Por qué emitir juicios sobre eso y sobre nosotros? es mucho mejor que todo el juego ocurra por si mismo , surgiendo y replegandose como las olas ,sin alterar ni manipular nada , observar como todo se desvanece y reaparece mágicamente . En el instante en el que te abres y relajas ese apretado puño del aferramiento ahi esta el espacio infinito abierto seductor y confortable . Nada que hacer o desacer . Nada que forzar . Nada falta !Emaho Marabilloso todo sucede por si mismo Cuendum Rimpoche .
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