El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 20 de marzo de 2023

Desamor y ruptura

 



Y así, un día, sin ser muy conscientes, dejan de revolotear las mariposas. Es el proceso normal, porque la fase del enamoramiento no dura eternamente. Puede durar un mes, 6 meses, un año o dos. Pero no suele ir más allá.

A partir de entonces y, de manera progresiva, las mariposas en el estómago tienen que dar paso a un amor sereno o, mejor, a un apego duradero, en el que debería de primar el respeto, la confianza, el diálogo, la tolerancia, la ayuda mutua, el trabajo conjunto para alcanzar las prioridades propuestas, la lucha por la igualdad entre los dos miembros de la pareja y, otros muchos aspectos necesarios, para que la pequeña sociedad, que han formado, funcione basándose en el lema de lo que se supone que les une: “el amor”. Si realmente aman ya saben, porque es un dictado de su corazón, que “su único objetivo es conseguir la felicidad del ser amado”.

Aunque parezca un objetivo muy ambicioso y, por lo tanto, difícil de alcanzar, hay muchas parejas que lo consiguen, pero, hay otras que no.

Las razones por las que existen parejas que no consiguen llevar a buen termino su relación, son tantas como personas involucradas en las desuniones. Las más visibles son: infidelidad, tener prioridades distintas, comprobar que no se cumplen sus expectativas, falta de comunicación, dificultades económicas, en fin, podría llegar al infinito.

Todas ellas solo tienen una causa común: La falta de amor.

Pero no nos quedemos en las causas del resquebrajamiento de la pareja. Vayamos un poco más allá, vayamos a la separación.

Existen separaciones modélicas que se realizan, bien sea por ellos mismos o por los hijos que tienen en común, con respeto, con cariño, ¿por qué no?, si han convivido una serie de años juntos e, incluso, con generosidad. Es más fácil, en estos casos, para ellos, aliviar el trauma que supone una separación.

Aunque no todas las separaciones son así. Hay separaciones muy complicadas, porque uno de los miembros de la pareja no la acepta. Y, ante los hechos consumados, sufre un día tras otro, un mes tras otro, un año tras otro. Sufre demasiado tiempo porque en su mente revive una y otra vez la angustiosa situación y eso es como estar separándose cada día.

Si nos salimos del cuerpo y, miramos en perspectiva desde los ojos del alma, puede ayudar el saber que venimos a la vida con un plan establecido en el que se contempla, (que nadie dude de esto), la ruptura que se acaba de vivir.

Si en la hoja de ruta, de la vida en la Tierra, aparece contemplada la separación, ¿para qué, entonces, la unión? Todos los encuentros, todas las uniones, todas las interacciones tienen como objetivo aprender, enseñar, pagar alguna deuda, recibir un pago o acompañar en un tramo del camino.

Si todo en la vida de la materia está en continuo cambio, ¿por qué va a permanecer inalterable, en el tiempo, una relación?

Dejando el alma y volviendo a mirar desde los ojos del cuerpo, se puede pensar: Si la otra parte se ha ido es porque no quería estar, ¿por qué obligarla?, mejor que se vaya. Si se ha enamorado de otra persona, es que no amaba con quien estaba, mejor que se vaya. Si sus intereses son distintos, mejor que se vaya. Si no hablaba, si no respetaba, si era intolerante o irritable, mejor que se vaya.

La persona abandonada, (porque así es como se siente), puede estar segura al 100% de que existe un ser en el mundo que la amará de manera incondicional, No, no es su hijo, ni sus padres, ni otra persona. Es ella misma. Cuando esa persona se ame a sí misma, se habrá terminado el conflicto y le dará igual permanecer sola o tener otra pareja, porque no va a tener ninguna expectativa en relación con la nueva persona, solo la amará, sin esperar recibir amor.

viernes, 17 de marzo de 2023

Sólo léelo

 


Vivimos en un mundo de fantasía, queremos dos o tres casas, nos gustaría amasar mucho dinero y tener un coche de lujo, o dos, o tres. La belleza física es un merito importante, ya que hemos limitado y reducido nuestra existencia al plano físico. Tiene más mérito darle patadas a una pelota que escribir un libro. Nos falta carácter, voluntad y compromiso. A menudo decimos cosas que no son ciertas, y las decimos sinceramente. Estamos destrozando el planeta. El hombre explota a la mujer, el empresario al obrero, la religión explota a sus seguidores, el político a los suyos y los bancos a todos. Matamos por poder, matamos por dinero, matamos en nombre de Dios.

¿Hasta cuándo?, ¿Cuándo seremos conscientes  de nuestra ceguera, que nos impide ver la presencia de Dios en nosotros, y en todas las cosas?, ¿Cuándo dejaremos de ser una parodia de nosotros mismos?, ¿Cuándo podremos experimentar el ser queridos, respetados y comprendidos, sólo por el hecho de ser seres humanos, con independencia de si se es joven o viejo, hombre o mujer, blanco o negro, cristiano o musulmán?, ¿Cuándo empezaremos a amarnos y a valorarnos a nosotros mismos?, ¿Cuándo dejaremos de pensar en nuestro futuro, para ser conscientes de que nuestro futuro es ahora?

Y ¿Si lo hiciéramos ahora? Ahora es un buen momento para empezar a tener control sobre nosotros mismos, sin dejarnos manipular por nuestra mente, o por los políticos, o por las religiones, o por la cultura del dinero. Ahora es buen momento para no idealizar a nadie más que a uno mismo. Ahora es buen momento para fortalecer nuestra voluntad y nuestro carácter. Ahora es buen momento para empezar a ver a todos como hermanos, y sentir su sufrimiento como propio.  

Si hacemos eso, terminaremos con las desgracias colectivas de la humanidad, como el hambre, la falta de vivienda, la violación, la guerra, el racismo, la discriminación y la contaminación ambiental. Porque nada será mío o tuyo, todo será de los dos, todo será de todos.

Y así será cuando alcances a entender que no eres un cuerpo independiente separado de todo, porque eres energía interconectada con todo y con todos, así será cuando entiendas que no tienes que preocuparte por el futuro, porque el futuro no existe, es ahora; así será cuando sepas que no tienes que buscar a Dios, porque somos Dios, porque cada átomo de nuestro cuerpo físico y energético es Dios. No vale que lo leas, no vale que no discutas, no vale que realices cursos, solo valdrá cuando lo integres completamente en ti, cuando sea una creencia mucho más clara que la creencia de que eres hombre o mujer.

¿Cuándo sabrás que está integrado? Cuando no te importe la crítica de los que todavía viven en la prehistoria. Cuando tu vida sea una vida de ayuda, de servicio, de compromiso. Cuando vivas en el corazón, para tocar con tu energía al corazón de los otros. Cuando sientas que tu vida es plena, es satisfacción, es alegría, es felicidad. Cuando no desees nada, porque sabes que lo tienes todo. Cuando sientas Amor por cada persona, por cada planta, por cada animal, cuando sientas Amor por todo. 

Puedes permanecer anclado/a en tu actualidad de miedos, de envidias, de rencores, de críticas; o dar un paso de gigante y vivir en la gracia, en el conocimiento y el Amor. Esta en tu mano.

En Casa

         


         Estaba soñando. Me vi caminando por un camino entre árboles. Era un lugar en el que la naturaleza parecía haber expresado toda su belleza. Flores de todos los colores daban al ambiente una fragancia, que si me preguntaban cual era el olor predominante, sólo podría decir: que era un aroma celestial. Aves de plumajes exóticos llenaban el ambiente con un canto, que más parecía un coro de ángeles. Árboles gigantescos filtraban el sol para que la temperatura fuera siempre primaveral. De haber existido el paraíso, hubiera sido esto, sin lugar a dudas. En cualquier momento podían haber aparecido Adán, Eva y la serpiente.

Pero no, ellos no estaban, sólo estaba yo, disfrutando del momento, disfrutando del lugar. No sabía de dónde venía, no sabía adónde iba, ni que hacia en ese lugar, pero no me importaba en absoluto. Me veía vestido de blanco en un cuerpo que no sentía, en un cuerpo sin ningún tipo de molestia, ni calor, ni frío, ni hambre, ni sed. No tenía pensamientos, sólo disfrutaba de la belleza con cada poro de mi piel, y un solo pensamiento hubiera hecho que me perdiera en sus vericuetos, perdiéndome durante ese momento de la hermosura del lugar. ¡Nunca me había sentido tan bien!

Corría detrás de los pájaros, saltaba con las ranas, me sentaba en el suelo a disfrutar de la fragancia de las flores, o me tumbaba mirando como las ramas filtraban los rayos del sol.

Creo que me dormí en mi sueño, hasta que el ruido del roce de algo con las ramas hizo que abriera los ojos y prestara atención. Yo creía que estaba solo, pero no, allí, delante de mí apareció el caballo blanco más hermoso, más majestuoso y más impresionante que había visto nunca, con una crin y una cola largas, que se movían con la brisa, y además, tenía unas alas blancas, muy blancas, a los costados de su lomo, ¡era un caballo con alas!

Parecía disfrutar de mi cara de incredulidad, mientras doblaba sus patas delanteras e inclinaba la cabeza, invitándome a subir a su lomo. Por supuesto que el caballo no hablaba, ni yo relinchaba, pero  podía comunicarme con él. Su pelo era suave, me abracé a su cuello, sintiéndome aun mejor de lo que me encontraba en el paraíso que había encontrado. Sentía que me inundaba una paz, una alegría y un amor desconocidos hasta ahora.

Con suavidad, con dulzura, como si llevara sobre si una valiosa pieza de porcelana, empezó a elevarse, batiendo sus alas y moviendo sus patas como si estuviera trotando en una pradera. Se elevó y elevó, nuestra Tierra empezó a hacerse pequeñita, me hizo saber que daríamos un rodeo para ir al lugar a donde me llevaba, para que pudiera disfrutar del paseo. Dio varias vueltas a la Tierra para que pudiera admirar su belleza, pero ralentizaba su marcha, allá donde había guerras y los hermanos se mataban unos a otros, allá donde se estaba maltratando a la Tierra por su sobreexplotación, por la tala indiscriminada de bosques, por la polución generada por el bienestar del primer mundo, allá donde se hacinaba a la gente en campos de refugiados. El paseo era hermoso mientras no aparecía la mano del ser humano. Allá donde esta mano aparecía, comenzaba la destrucción, la guerra, la discriminación, el hambre, el maltrato, el dolor, la destrucción y la muerte.

No pude reprimir mis lágrimas por el dolor que la visión de la miseria humana producía en mí. La crin del caballo me envolvía acariciando mi cara para consolarme. Y por fin, cuando todavía no se habían secado mis lágrimas, el caballo alado empezó a descender sobre una especie de nube blanca y luminosa.

Una vez en tierra, o en nube, no sé muy bien, volvió a doblar sus patas delanteras y a inclinar la cabeza para que pudiera descender. Así lo hice y nada más apearme del caballo aparecieron ante mi unos seres, o no, porque sólo podía apreciar luminosidad, pero era tan intensa que me sentí envuelta en ella. En un instante, sentí mi unión con esos seres, era como si los conociera desde siempre.

-   Efectivamente, nos conocemos desde siempre, - dijeron -, pero en el tiempo que llevas en la Tierra, has perdido la memoria de quien eres, has perdido la memoria de tu grandeza, de tu poder, de tu divinidad, al igual que todos tus hermanos allá abajo.

-   Pero tú, -prosiguieron-, con tus dudas, con tus preguntas, con tus experimentos, con tus luchas, con tu cabezonería, con tu voluntad, con tu paciencia, con tu valentía, con tus desafíos, y sobre todo con ese amor con el que has aprendido a conectar, has tenido destellos de quien eres, y en esos destellos has entendido que tienes un cuerpo, para a través de él, conectar con tu alma, justo con eso que ahora está aquí con nosotros. Todos somos alma, nosotros, tú, y tus hermanos en la Tierra.

-   En los últimos tiempos te has preguntado, nos has preguntado, casi suplicado, que era eso que tenias que hacer tan lejos de casa. Pero ¿Cuál es tu casa?, hijo mío, esta es tu casa, y la Tierra, toda la Tierra, sólo es el lugar donde tienes que llegar a recordar de dónde vienes y adónde vas, sólo es el lugar en el que tienes que aprender a amar, y después ayudar a recordar a tus hermanos, para que también despierten al amor.

-   Lo estás haciendo bien, pero aun tienes que amar más para confiar totalmente. Has dejado atrás casi todos los apegos, pero aun tienes apego a la duda de que has de hacer y al miedo de no hacerlo bien. Recuerda que todo siempre está bien. Recuerda que no estás sólo, ninguno en la Tierra estáis solos. Permanece atento a las señales y ama. Es todo lo que tienes que saber. Y ahora vuelve a tu cuerpo. Vuelve con el amor de todos nosotros.

-   No, – dije yo –, no quiero volver, quiero quedarme aquí por siempre.

-   Has de volver, cada vez estás más cerca de quedarte aquí para siempre, pero ahora, vuelve, mucha gente te está esperando. Te amamos.

En un instante me quedé solo y empecé a sentir que caía a una velocidad increíble, veía como iba acercándome a mi cuerpo, que un instante después despertaba con una fuerte sacudida.

 

jueves, 16 de marzo de 2023

Ideas que se van

 


 

Jueves 16 de marzo 2023

 

Hace unos días estábamos mi hijo y yo solos en casa. Mientras yo cocinaba, unas alubias blancas con almejas que, por cierto, salieron exquisitas, él estaba leyendo en su cuarto. Siempre va con un reproductor de música en el que va escuchando música que antes ha grabado en un USB. Es fácil saber por donde para porque solo hay que seguir la estela de la música.

La música, que siempre suele estar algún decibelio más alto de lo normal, ese día sonaba un poco más suave, y por encima de la música comencé a escuchar una conversación.

Detuve el extractor de la campana para escuchar con más atención, por si se estaba dirigiendo a mí, desde su cuarto. Me extrañaba porque sabe que no me gusta que nos comuniquemos a gritos de una parte a otra de la casa.

No, no me hablaba a mí. Me dirigí a su cuarto a ver con quien mantenía la conversación y, claro, no había nadie más en la habitación.

-    ¿Con quién hablas? –le pregunté. Hace algunos años, ya lo hacía y me contaba que hablaba con los angelitos que habían venido a visitarle.

-    Hablo conmigo mismo, -¡vaya!, parece que los ángeles dejaron de visitarle.

-    Y, ¿Qué te dices?

-    Cosas mías

-    ¿No puedes solo pensarlas?, ¿por qué lo dices en voz alta, si es a ti mismo?

-    Es que si solo las pienso, se meten en medio otros pensamientos y no me dejan terminar la conversación y, así, hablando conmigo los otros pensamientos están callados.

Era una buena explicación. Y, entonces fui consciente de que a mí me ocurre algo parecido. A veces, aparece el hilo de una idea, en forma de pregunta, o como respuesta a algo que llevaba días dando vueltas por mi cabeza. Si quiero desarrollar la idea, esperar la respuesta a la pregunta o procesar la respuesta, tengo que sentarme y comenzar a escribir o comenzar a grabar, porque si no, aparecen otros pensamientos y, al cabo de 10 minutos, me encuentro pensando en el sexo de los ángeles y preguntándome, ¿qué fue de la idea?, ¿qué respuesta apareció en mi mente?, ¿a qué pregunta? Se me había ido, como se van los sueños en el momento en que abres los ojos.

Voy a justificar lo que creo que me pasa. No es que me cueste trabajo dominar el pensamiento. Lo hago bastante bien, tengo mucha práctica, lo que pasa es que “ese pensamiento” que llega, yo creo que lo hace desde una vibración diferente y, al chocar con la realidad de la energía normal de mi cuerpo se distorsiona un poquito.

Por eso siempre llevo conmigo una libreta y un bolígrafo. Y no es raro ver que en mitad de un paseo me siente diez minutos en un banco a escribir “eso” que comienza a dar vueltas por mi cabeza, o me ponga a hablarle al celular, como un poseso, para grabar la idea.

Algunas de esas ideas las voy desarrollando y se convierten en una entrada que cuelgo en el blog o, si son cortitas, las escribo en el face. Pero hay otras muchas que duermen el sueño de los justos. Voy a tratar de recuperar algunas. 

miércoles, 8 de marzo de 2023

¿Quién soy?



Miércoles 8 de marzo 2023

 

No sé muy bien quien soy, y eso, a pesar de llevar conmigo un increíble número de años, según consta en el documento que habla de mi identidad. Se que soy un ser humano, por mi capacidad de razonamiento, por tener conciencia de la muerte, por ser social, (aunque, a veces, la sociedad me canse), por comunicarme mediante el lenguaje, (poco, pero menos es nada), y por alguna otra característica que me diferencia de los animales irracionales.

Soy del género masculino. A pesar de que, ahora, parece que ser de un género determinado, de los antiguos, masculino o femenino, está mal visto, pero si, solo soy del género masculino.

Estoy algo pasado de peso. Lo sé porque cuando me observo desde mi atalaya, desde arriba, mi barriga aparece voluminosa como una pelota de esas que usan, en los centros de yoga y deportivos, para hacer pilates, por ejemplo.

Recuerdo que, hace un tiempo, me molestaba tener esa especie de flotador rodeando mi cintura. Ahora no. Me da igual, porque me siento estupendo. Además, cuando no trato de buscarme los pies, no soy consciente de esa masa que me acompaña a donde quiera que vaya. Incluso cuando estoy parado o sentado, también está conmigo.

Tengo ciertas dudas, también, de quien soy, porque cuando me asomo a un espejo, supongo que la imagen reflejada que aparece ante mis ojos, debe ser la mía. Digo supongo, porque me sorprende la imagen. No concuerda con la imagen que, de mí, se pasea por mi conciencia. Yo, pobre iluso, en mi conciencia, en mi pensamiento o en mi interior, manejo la figura de un ser sin edad. Creo que soy atemporal.

Pero aún tengo otras ideas sobre mí. A veces, cada vez con más frecuencia, siento que soy una especie de apátrida, como un alienígena paseando por un mundo al que no pertenece. El mundo me cansa, me aburre, me irrita, me entristece, me asombra de cómo nos dejamos manipular.

Antes era, más o menos, hincha de un equipo de futbol, siempre votaba, en las elecciones, a un mismo partido político, no me cuestionaba la religión a la que me asociaron por nacimiento y me identificaba con un país y sus símbolos.

Ahora, me parece humillante que se muevan millones de dólares, entre pillos que contratan a niños, para dar patadas a una pelota, cuando millones de personas malviven, muy por debajo del umbral de la pobreza. Entiendo que es necesario este circo para atontar a las masas.

He dejado de votar. Me da igual quien gane, ya sea a la derecha o a la izquierda, porque la política que es una actividad para “servir”, se ha convertido en una guarida de hienas carroñeras peleando a ver quién se lleva el trozo más voluminoso de carnaza.

 Y no quiero hablar de religión. ¿Por qué tiene que ser una la única, la auténtica, la verdadera, cuando existen en la actualidad 4.500 religiones? Mas vividores, más pillos.

Bueno, creo que mejor me vuelvo al espejo a ver si con el reflejo de mi imagen salgo de la conciencia y me paseo por el mundo, al menos, hasta que me hagan vomitar los telediarios. 

sábado, 4 de marzo de 2023

Reflexiones



 Sábado 4 de marzo 2023

 

Es tan hábil y rápido el pensamiento que, cuando le damos un poco de espacio se desboca y nos presenta ideas de lo más variopintas, casi siempre referidas a lo que podrían ser nuestros más íntimos intereses.

Esto es lo que ha pasado por mi mente, esta mañana, bajo el agua de la ducha.

Cuando el ser humano encarna, lo hace sin memoria. Sin memoria de donde viene, si es que viene de algún lugar; sin memoria de lo que viene a hacer en la Tierra, si es que ha venido a hacer alguna cosa; sin memoria de cuál es su trabajo, si es que tiene que desempeñar algún trabajo determinado.

Entonces, cabría preguntarse: ¿será que el ser humano viene sin memoria, por algún tipo de acuerdo tácito, o que, realmente, viene sin memoria porque no tiene nada que recordar?

No se sabe, o ¿si se sabe? Es igual, porque como el ser humano no quiere dejar de existir, se han ido inventando fórmulas, desde el principio de los tiempos, en las que siempre existe un lugar, (distinto en función de cada una de las fórmulas), al que la persona, parece ser que se desplaza, de alguna manera, después de la muerte.

Pero esos lugares siempre son de destino, nunca aparece ninguno que sea origen o punto de partida. Por lo tanto, cabría pensar que permanece, de alguna manera, en el lugar al que va después de la muerte, esperando el momento de volver a nacer. Así que, se podría aventurar que el lugar de origen y el lugar de destino es el mismo.

Pero, ¿es importante saber, una vez en la vida, donde hemos estado antes de nacer? No estoy muy seguro de su importancia, teniendo en cuenta que hemos de librar la batalla de la vida ahora y no antes de nacer ni después de morir.

jueves, 2 de marzo de 2023

Quiero que seas feliz

      


         ¿Te imaginas un mundo en el que lo más importante para cada persona fuera hacer felices a los que le rodean, en todo momento, en cualquier lugar, sea cual sea la situación?

En ese mundo no habría hambre, no habría guerras, no habría sufrimiento, no habría soledad ni tristeza ni pobreza, no habría odio ni rencores, no habría discriminación; sería un mundo lleno de respeto hacia el otro, hacia sus ideas y sus creencias, sería un mundo sin mentiras, sin juicios y sin críticas, lleno de paz, de alegría, de felicidad y de amor.

          Imagina que todos los que te rodean y todos los que se acerquen a ti, sólo tengan un deseo: Tu felicidad. Respetándote completamente, respetando tus ideas, respetando tu manera de ser, procurándote bienestar por encima de todo, satisfaciendo tus deseos.

          Seguramente crees que no puede ser, que es imposible, que es de ilusos pensar que pueda ser llevado a la práctica, porque siempre habrá alguien que se salga o no quiera entrar en esa historia y abuse de los demás. Bueno, qué más da, siempre le podemos ignorar, sin hacerle daño, con amor. No se puede hacer feliz a quien disfruta con el sufrimiento.

          Para hacer feliz a una persona no es, normalmente necesario, invitarla a comer o regalarle una caja de bombones. Son muchas las personas que sólo necesitan que alguien las escuche, o les dé la mano, o un abrazo.

          Por cada gramo de felicidad que demos, recibiremos kilos de ella.

         No esperemos a mañana para hacer felices a los demás, para convertir cada desierto de tristeza con los que nos encontramos en “pequeños” oasis de alegría permanente.