Querido hijo:
No hace falta que
viajes al pasado, hijo mío. Todo lo que has vivido, tanto lo que tú consideras bueno
como lo que consideras malo, forma parte de lo que eres hoy. Tus errores no te
definen, pero te enseñan. Cada paso en falso, cada decisión que desearías
cambiar, ha sido una oportunidad para aprender, para crecer y para volverte más
sabio. En lugar de querer borrar esas experiencias, te invito a aceptarlas, a
aprender de ellas y a usarlas como guía para que no se repitan en el futuro.
Recuerda que incluso
en los momentos en que sientes que fallaste, yo estaba contigo. Vi tus intenciones,
tu humanidad, y sé que muchas veces actuaste de la mejor forma que sabías en
ese momento. El perdón es un regalo que te ofrezco, y también es un regalo que
puedes darte a ti mismo. Perdonarte por tus errores es una forma de liberarte
del peso del pasado y de avanzar con un corazón más ligero.
Ahora, respecto al
futuro, quiero que sepas que no necesitas verlo para confiar en él. Lo que está
por venir no está grabado en piedra; está siendo moldeado por cada una de tus
acciones y decisiones en el presente. Tus palabras, tus actos, tus pensamientos
de hoy son las semillas que plantan el jardín de tu mañana. Confía en que, al
vivir con amor, integridad y fe, estás construyendo un futuro lleno de
bendiciones.
Si tuvieras acceso al
futuro, perderías el regalo del presente. Vivirías adelantándote a los días,
perdiendo la belleza de los momentos que están sucediendo ahora. La vida no se
trata de saber lo que viene, sino de caminar con fe, enfrentando cada día con
valentía y gratitud. Al confiar en mí, en el plan que tú mismo has planificado,
puedes estar seguro de que siempre estaré guiándote, incluso en los momentos de
incertidumbre.
Entiendo que el futuro
puede parecer incierto y a veces aterrador, pero quiero que sepas que no hay
nada en él que tú y yo no podamos enfrentar juntos. Estoy contigo en cada paso,
y mi amor por ti es eterno e incondicional. Incluso en los desafíos,
encontrarás oportunidades para crecer y para descubrir la fortaleza y el amor
que he puesto dentro de ti.
Hijo, te animo a mirar
tu vida no como una serie de errores o incógnitas, sino como una historia que
estás escribiendo cada día. Tienes el poder de elegir cómo reaccionar, cómo
aprender y cómo amar. No te preocupes por corregir el pasado ni por predecir el
futuro; enfócate en vivir el presente con propósito y corazón abierto.
Cada día es una nueva
oportunidad para empezar de nuevo, para ser mejor, para amar más. Vive con
gratitud por lo que tienes ahora, y confía en que el futuro será el reflejo de
tu esfuerzo, tu fe y tu amor. Recuerda que no estás solo en este camino;
siempre estoy contigo, guiándote, amándote y apoyándote en cada paso.
Confía en mí, hijo
mío. No necesitas una máquina del tiempo, porque ya tienes todo lo que
necesitas dentro de ti: el poder de aprender, de cambiar y de construir un
futuro lleno de luz.
Con todo mi amor.
CARTAS A DIOS –
Alfonso Vallejo
No hay comentarios:
Publicar un comentario