El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 25 de febrero de 2023

Un día tranquilo

 


Capítulo XVII. Parte 6. Novela "Ocurrió en Lima"

Cuando llegué al despacho Diana ya se encontraba en su puesto de trabajo. Lucia muy diferente de la Diana con la que había estado conversando en el almuerzo el día anterior. Sonriente se levantó, de inmediato, en cuanto aparecí por la puerta del ascensor.

-    ¿Podemos hablar?, -preguntó en cuanto llegué a su altura.

-    Por supuesto, pasa al despacho. -parecía por su aspecto que sería una conversación agradable.

-    Ayer seguí tus consejos y estuve hablando con Pablo. Gracias a ti hemos aclarado malentendidos, creencias erróneas y pensamientos inútiles. Nos dimos cuenta de cuanto nos amamos y de que queremos las mismas cosas. Solo nos faltaba que coincidieran nuestras fechas y lo hemos hecho. -concluyó Diana, satisfecha, sin que la sonrisa desapareciera de su rostro.

-    Me alegro infinito por vosotros. -y era verdad. Ahora mismo, con mi pírrica memoria, eran las dos personas a las que más amaba después de mi familia.

-    Gracias. ¿Has hablado con Indhira?, porque si mantienes la oferta de trabajar para la Fundación y ella ha aceptado, creo que quiero hacerlo ya.

-    Indhira está encantada con tu colaboración. Así que solo nos queda decirle al señor Ramírez que Roxana ocupará tu lugar. Le diré que lo haga efectivo ya y así puedes iniciar su instrucción. En cuanto esté preparada puedes empezar con Indhira que, por cierto, hoy pasará a buscarme para el almuerzo y podíais aprovechar para comenzar a concretar aspectos del nuevo trabajo. 

Fue un día tranquilo, sin sobresaltos. Tuve que pedir ayuda, en una ocasión, a Pablo porque recibí una llamada de Buenos Aires relacionada con la ampliación de la empresa y mi memoria no llegaba a tanto. Almorcé con Indhira que pasó a recogerme y tal como habíamos hablado con Diana, aprovecharon para intercambiar ideas de cómo sería su colaboración en la Fundación.

Habían pasado ya 5 días desde que desperté sin memoria y no notaba ningún indicio de que fuera a recuperarla. Ángel me dijo que era cuestión de días, pero sin concretar. Así que solo me quedaba ir aprendiendo todo aquello que mi mundo daba por sentado que sabía.   

Pensaba, a veces, que, si esto me hubiera pasado en mi antigua vida, en esa en la que cualquier cambio, ya fuera grande o pequeño, me hacía sentir un pánico que me impedía, incluso respirar, como el que tuve cuando mi suegro me ofreció el puesto de director del departamento de informática, estaría muerto de miedo acurrucado en un closet con la puerta bien cerrada. Sin embargo, ahora estaba tan feliz. ¿Cómo habría sido mi vida en estos últimos 7 años para sentir un cambio tan brutal como del que estaba siendo consciente?

El ritmo del silencio

 


Cada vez que hablamos dejamos salir una parte de nuestra energía, y producimos imágenes con aquello que pensamos antes de convertirlo en palabras. ¿Cuántas de nuestras palabras son positivas?, ¿Cuántas de nuestras palabras son necesarias?, ¿Cuántas de nuestras palabras son verdad? Si lo que queremos decir no es bueno, ni necesario, ni verdadero, es mejor quedarse callados y no decir nada. Así no ensuciaremos nuestro entorno con la energía negativa de nuestras proyecciones y no perderemos nuestra energía inútilmente.

Hemos de ser como un espejo que escucha y refleja la energía, sin más. Hemos de ser como el Universo que acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y todo lo que hace es enviarnos el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.

Si tus palabras se identifican con el éxito, tendrás éxito, si tus palabras son de rabia, tendrás más rabia; si tus palabras son de ira, esta te inundará completamente; si tus palabras son de miedo, sentirás terror; si hablas de fracasos, fracasarás.

Nuestra vida solamente es el reflejo de nuestro parloteo interno. Aprende a escuchar y a reflejar esa energía sin emociones ni prejuicios, y calla si no tienes algo bueno, necesario o verdadero que decir.

 Aprende el arte de la discreción, es una buena manera de evitar la opinión de los demás y así tu vida se volverá tranquila, volviéndote invisible, misterioso e indefinible. Mantener en el exterior el silencio interno ayuda a evaluar todo lo que se presenta y poder así tomar las decisiones de manera acertada.

Con la discreción y el silencio, evitas las críticas y los juicios sobre los otros, que además de una perdida inútil de energía, lo único que hacen es esconder tus propias debilidades, ya que todo lo que criticamos de los otros son proyecciones de nuestras debilidades, son manifestaciones de toda la negatividad no resuelta que aun anida en nuestro interior.

Permite que cada persona resuelva sus problemas, ¡bastante tenemos cada uno con los nuestros! Y, además, es bueno preservar nuestra energía para ir resolviéndolos poco a poco. Cuando atacas, muestras tus propias debilidades, cuando te defiendes estás entregando tu energía a quien no se la merece; así que no ataques, pero tampoco te defiendes, escucha las opiniones sobre ti, como si oyeras llover, acuérdate del espejo, deja que la energía envenenada que llegue a ti, rebote sobre el emisor. A fin de cuentas, sólo son palabras, solo son opiniones.

              Tu silencio interno te fortalece y te vivifica, tu silencio externo preserva tu energía. Calla si lo que tienes que decir no es ni bueno, ni necesario, ni verdadero; pero tampoco permitas que te cuenten mentiras, inutilidades o maldades. Eres tú, con tu propia energía, quien va a atraer a los chismosos, a los mentirosos o a los que hablan por hablar. Eres tú, con tu propia energía, quien decide si quieres rodearte de sabios o de mequetrefes.

              Tu energía eres tú, los que te rodean son el reflejo de tu energía. ¡Tú decides! 

miércoles, 22 de febrero de 2023

Familia

 


Capítulo XVII. Parte 5. Novela "Ocurrió en Lima"

La llegada a casa, en la noche, fue, como el día anterior, cuando llegué de viaje, una fiesta. El beso y el abrazo de mi esposa, con los niños revoloteando a nuestro alrededor, mientras se quitaban la palabra entre ellos para contarme los acontecimientos del día. Jugar los cuatro sentados en el piso de su sala de juegos. Dar de cenar a los niños, acostarles y leerles un cuento. Esto debía de ser lo más parecido a estar en el cielo. Todo era amor, felicidad y alegría.

Con los niños durmiendo, volvía otro momento mágico en el que Indhira y yo podíamos hablar de cómo había sido nuestro día.

-    ¿Cómo ha ido la visita de mi papá?, -se interesó Indhira.

-    Ha ido muy bien. Además, me ha venido de perlas porque ha querido pasar por todos los departamentos para saludar al personal. Le hemos acompañado Pablo y yo, y mientras él iba saludando Pablo me iba diciendo el nombre de todos y lo que hacían.

-    Y el almuerzo con Diana, ¿qué tal?, supongo que habrás aprovechado para hablar con ella.

-    Si. Hemos hablado y de la conversación ha salido una idea en la que tu intervienes.

>> A Diana le gustaría trabajar media jornada en algún lugar que no sea tan estresante como estar de asistente conmigo, y a mí se me ha ocurrido que podría ser tu asistente para liberarte un poco y puedas seguir teniendo tiempo para mí y los niños. ¿Qué te parece?

-    Es una idea magnífica, -Indhira parecía encantada con la idea- yo iba a proponerte algo parecido. Pues puede comenzar cuando quiera porque empezamos a funcionar ya.

-    Esperemos a ver cómo les va a ellos en la conversación que mantengan. En cuanto estén de acuerdo en que quieren hacer, una semana más para que forme a la persona que la sustituya y empieza contigo.

-    ¿Has pensado en quien la puede sustituir?

-    ¿Tú crees que mi memoria da para eso? Ella misma ha propuesto a una persona que entró hace un mes, se llama Roxana.

-    La conozco. Es amiga de mi hermana. De hecho, postuló a la empresa porque Nahiara le habló de la vacante. -y siguió Indhira poniéndome al corriente de lo que conocía de la vida de Roxana- Al contrario que a Diana, a Roxana le irá bien estar ocupada y si el trabajo la absorbe, mejor, porque hace casi seis meses que perdió a su esposo, de la noche a la mañana, de un infarto fulminante y necesita distraer la mente. 

Seguimos nuestra conversación mientras preparábamos la cena. Como mi memoria anterior se mantenía intacta seguía siendo el excelente cocinero que era, por lo que yo llevaba la iniciativa en la cena.

Hablamos de los niños, contándome ella anécdotas desde su nacimiento hasta ahora. No me importaba no recordar las historias que Indhira me contaba porque escuchar su relato, con el amor que lo hacía, me parecía tan apasionante como haberlas vivido en primera persona. Cuando recupere mi memoria será una doble satisfacción. Una por recordar la anécdota y otra por saber cómo la había vivido Indhira.

Organizamos los primeros pasos a dar para el inicio de la Fundación, y siguió con anécdotas, ahora de su familia, teniendo en cuenta que en dos días me iba a encontrar con todos ellos en la comida familiar de los domingos.

Tener de lazarillo a Indhira me hacía sentir seguro y no me causaba ansiedad el encuentro con la familia que, de hecho, era la única experiencia que me faltaba en mi nueva vida sin memoria.

Y después de todo eso, el placer de acostarme con Indhira, amarnos en la distancia corta, sentir sus besos, disfrutar las caricias, gozar su cuerpo, percibir la mutua protección en los abrazos, mientras nos decimos quedamente al oído, “te amo”.

martes, 21 de febrero de 2023

Una manera de desperdiciar la vida

 


          ¿Quién ha dicho a nadie que su misión en esta vida sea ejercer de juez, ejercer de crítico, o ejercer de comentarista de la vida del resto del mundo?  Posiblemente, nadie y, sin embargo, existen muy pocas conversaciones en las que no se juzgue a alguien, o no se le critique, o no se opine sobre lo que sería mejor para la vida de esa persona.

          Cualquier juicio, cualquier opinión, cualquier crítica, no es más que un reflejo de la propia persona, no es más que un reflejo de sus pensamientos, no es más que un reflejo de sus creencias.

          Pero, los pensamientos y las creencias de cada uno, ¿por qué han de ser aplicables al resto del mundo? Los pensamientos y las creencias de las personas no son más que una manifestación de su nivel de evolución, no son más que una manifestación de su carácter, y en ningún caso sirven para ninguna otra persona, porque cada persona está en un nivel de evolución determinado, cada persona vive una circunstancia específica en su vida, distinta a cualquier otra.

          Para que se termine el juicio, la opinión y la crítica, sólo hay que aplicar una regla: el respeto. Cuando se respeta se acepta, y ante la aceptación todo está bien. Cualquier cosa que haga cualquier persona, ha de ser aceptado y respetado, porque es algo que pertenece a su vida, a su aprendizaje y su evolución.

          Te propongo un ejercicio sencillo, dedica un día a vivir sin juzgar, sin criticar y sin opinar lo que hagan los demás, a mirar con otros ojos, a respetar y aceptar cualquier cosa que hagan las personas de tu entorno, a colocarte en su lugar.

Ni tan siquiera tienes que comprender, solo respeta y acepta.

          El respeto y la aceptación es entrenamiento y práctica. Si cuando estés inmerso en ese trabajo de aceptación surge la crítica, no te enfades contigo.

      Si la crítica ha sido mental, pide perdón, mentalmente, y comienza de nuevo, observando lo mejor de la persona, focalizando tu atención en sus cualidades. Con la práctica, te acostumbrarás a observar las acciones de los demás como observas un día de sol, o las flores, o el vuelo de los pájaros, sin que te afecte lo más mínimo.

          Cuando consigas incorporar a tu vida el respeto y la aceptación, vas a sentirte libre, ya que el ejercer de juez, permanentemente, es agotador.

Dedica la vida a vivirla, no a vivir la vida de los demás. La vida es plenitud, y cada segundo que intentas vivir la vida de los demás dejas de vivir la tuya, dejas de vivir un segundo de tu tiempo que no volverá a repetirse. Conviertes tu vida en una vida incompleta y la vida es demasiado hermosa y, sobre todo, demasiado corta, para desperdiciarla, aunque sólo sea un segundo. Desperdiciar la vida juzgando, opinando o criticando a otros es, además, un trabajo insulso, ya que ese otro al que estás juzgando, es seguro que va a seguir viviendo su vida tan feliz, sin enterarse de tus críticas o pasando de ellas, porque sencillamente no las necesita; estás desperdiciando tu vida para nada.

Empieza ahora a mirar con otros ojos, empieza ahora a aceptar y a respetar, no esperes a mañana, no desperdicies más tu vida.

lunes, 20 de febrero de 2023

Una pareja es cosa de dos



Capítulo XVII. Parte 4. Novela "Ocurrió en Lima" 

La tarde pasó rápida y cuando me di cuenta había anochecido y solo quedábamos en el edificio Pablo y yo.

-    Me pareció un buen momento para hablar con Pablo, ahora que tenía mucha más información que en nuestra conversación en Miami- Pablo hoy he almorzado con Diana y hemos estado hablando.

-    ¿Qué te ha dicho?, -quiso saber mi amigo.

-    Bueno, eso mejor te lo cuenta ella, porque me parece que no habéis tenido mucha conversación sobre el tema.

>> Te digo algo que la dije a ella, que el matrimonio es cosa de dos, que hay que cuidarlo cada día y que sería dramático que el amor que os profesáis se perdiera por falta de dialogo o, lo que es peor, que se convierta en odio o en ira.

>> Ponte en sus zapatos. Piensa en cómo te sentirías tú, no solo física sino emocionalmente, si hubieras perdido al hijo que llevabas en tu interior. Y, aunque no te pusieras en sus zapatos, si practicaras eso de que la amas, ya no habría razón para estar mal. Porque alguien que ama lo único que desea es la felicidad del ser amado.

>> Tienes que ver siempre lo mejor de ella, buscar que fue lo que hizo que te enamoraras de ella y recordar esos primeros momentos. Enfócate en lo que amas y no en lo que te molesta.

>> En las discrepancias, como ahora, tenéis que hablar, para que no se enfríe el amor. Así no habrá nada que te moleste, pero si aun así lo hubiera, tienes que aceptarlo, pero no recriminarle por ello.

>> No solo ella ha cambiado en algo. Tú, también lo has hecho. Acepta sus cambios como has aceptado los tuyos.

>> Solo tú eres responsable de tus emociones. Diana no es responsable de ellas y su trabajo, por si no lo sabes, ya te lo digo yo ahora, no es hacerte feliz. Tú debes ser feliz por tu mismo y, cuando lo consigas, llevarás esa felicidad a la pareja.

>> Tu frustración y tu enojo son emociones tuyas. Busca la razón en tu interior, pero no culpes a Diana. Comparte con ella tus miedos, tus deseos, tus sentimientos.

>> Tu trabajo es abrazarla, es apoyarla, es comprenderla, es escucharla. Que seas el pilar sobre el que ella pueda apoyarse.

>> Hablar, con humildad, con respeto, con paciencia, con tolerancia, con confianza. Así será fácil para los dos llegar a un acuerdo. Nadie es perfecto.

-    Cuando terminé mi discurso permanecimos en silencio durante un momento, silencio que rompió Pablo- Ahora sé por qué te quiero desde hace ya tanto tiempo, -Y eso lo decía levantándose y dándome un abrazo- Gracias.

Salud (El poder de la mente subconsciente)

 



                                Del Libro “El poder de tu mente subconsciente”

Del Dr. Joseph Murphy

 

Toda enfermedad se origina en la mente.

Hay un proceso de sanación que es la fe.

Si le imprimes la correcta dirección a tu mente subconsciente, esta sanará tu mente y tu cuerpo.

Al cambiar tu mente llenándola con afirmaciones incesantes, también cambias tu cuerpo.

 

SALUD

 Repite durante 10 minutos, 4 veces al día:

Mi cuerpo y todos mis órganos fueron creados por la Inteligencia Infinita de mi mente subconsciente. Él sabe cómo curarme. Su sabiduría dio forma a mis órganos, tejidos, músculos y huesos. Esta presencia curativa infinita de mi interior está ahora transformando cada célula de mi ser, haciéndome sano y perfecto. Doy gracias por la curación que sé que se está produciendo en este momento. Maravillosas son las obras de la Inteligencia Creativa en mi interior.

 

Y, después, durante el resto del día, vete repitiendo, tantas veces como puedas:

Dios está devolviendo la salud y la armonía a mi cuerpo.

 Otra jaculatoria

La perfección de Dios está siendo expresada a través de mí. La idea de la salud perfecta está llenando mi mente subconsciente. La imagen que Dios tiene de mí es una imagen perfecta, y mi mente subconsciente vuelve a crear mi cuerpo en perfecta coincidencia con la imagen perfecta de mí que Dios tiene en su mente.

 Y otra más

Cada célula, nervio, tejido y órgano está recobrando su integridad, pureza y perfección. Se está devolviendo la salud y la armonía a todo mi cuerpo.

Amistad

 


Capítulo XVII. Parte 3. Novela "Ocurrió en Lima"

Le dije a Diana que prefería ir a algún restaurante donde no fuera personal de la empresa, para que no nos molestaran, y estuvimos caminando durante casi media hora hasta que encontramos un restaurante con muy buen aspecto y, lo suficientemente, alejado de la empresa.

-    Creo que hace tiempo que no hablamos, -inicie la conversación.

-    No hablamos desde que comenzamos a trabajar en la inmobiliaria. Parece que hace un siglo. -contestó Diana, con una cierta nostalgia.

-    ¿Te acuerdas de las conversaciones que teníamos cuando nos conocimos?

-    Ya lo creo que me acuerdo. ¡Me ayudaste tanto! Si no hubiera sido por ti, es posible que todavía estaría lamentando mi ruptura.

-    Que exagerada y dramática que eres Diana.

-    No exagero ni un ápice, tu ayuda fue milagrosa.

-    Pues, ahora, no sé si necesitarás un milagro, pero no te veo muy bien, -decidí lanzarme a fondo- y Pablo, tampoco parece que esté en su mejor momento. En Miami me dijo que quería quedarse de gerente allí. ¿Qué pasa?, ¿no estáis bien? Os quiero a los dos y me gustaría que estuvierais felices y contentos.

-    No estamos muy bien, -contestó Diana con tristeza- ya llevamos tiempo mal. Desde el aborto no levantamos cabeza. Todo son discusiones o silencios. Y ya hace un año. Es agotador vivir así.

-    ¿Por qué?, ¿puedo saberlo?, ¿puedo ayudarte? Te quiero como a una hermana y quiero que estés bien.

-    Los dos queremos tener un hijo, pero parece que los tiempos de cada uno son diferentes. -Las lágrimas empezaron a salir, mansamente, de los ojos de Diana mientras seguía- A él le gustaría que fuéramos a buscarlo ya y yo, sin embargo, quiero esperar un poco más. No estoy del todo repuesta de la decepción de la perdida que tuve. Y eso él no lo entiende y como no lo entiende no lo admite. Cree que no me quiero quedar embarazada porque el doctor nos dijo que tenía que llevar una vida de menos estrés y Pablo considera que no hago nada.

>> Es cierto que no hago nada, ¿para qué lo voy a hacer, si no quiero quedarme embarazada?

-    Pero ¿lo habéis hablado?, -pensaba que era lo mínimo que tenían que hacer.

-    No. Tal como estamos desde el aborto, es imposible hablar.

-    Diana, el matrimonio es una cosa de dos.

>> No sé si esto te lo tengo que decir a ti, a él o a los dos juntos, pero, en fin, te lo digo a ti, ahora, y siempre puedes utilizarlo para cuando converses con él. Porque es imprescindible que tengáis una conversación. Si no lo hacéis, el amor, que decís que os tenéis, aunque, perdona lo que te voy a decir, no lo demostráis, se va a terminar del todo.

>> Tienes que ser, totalmente, transparente. Decirle, de una manera clara, lo que me acabas de decir, que quieres tener un hijo pero que quieres esperar un poco más y que cuando consideres que es el momento reducirás tu ritmo de trabajo. Comparte con él como te sientes. Y así, abriendo tus emociones, podrás experimentar el amor en una dimensión mayor.

>> Creo que los dos habéis llegado a un punto es el que os es difícil poneros en el lugar del otro. Y tenéis que hacerlo. Él no puede frustrarse por las circunstancias, no debe enojarse contigo y mucho menos culparte, y tú, tampoco puedes hacerlo. No tenéis culpa ninguno de los dos. Sois dos seres con un mismo deseo, (tener un hijo), pero visualizando un periodo de tiempo diferente para la satisfacción del deseo, lo cual hace que las emociones diferentes choquen como dos trenes que circulan en dirección contraria por la misma vía.

>> ¿Qué opinas?

-    Que tienes razón. Esta noche voy a hablar con él. Pero…, no sé si sabré vivir sin trabajar. Supongo que trabajando media jornada en un puesto que no fuera tan estresante, como ser tu asistente, estaría bien, pero, es una lástima, porque no existe ese puesto en la empresa. -Por fin salió a la luz la otra preocupación de Diana.

-    Es cierto que en la empresa no tenemos un puesto parecido, aunque podríamos crearlo. Pero creo que no hace falta. Se me está ocurriendo algo, que tendría que hablar con Indhira. ¿Qué te parece ser su asistente en la Fundación? Necesita ayuda y con media jornada, podría ser suficiente y, de ser necesario, podrías trabajar desde casa.

-    ¡Oh!, sería ideal, -los ojos de Diana se iluminaron- y tú, ¿Quién estaría contigo?

-    No sé, -lo que Diana no sabía es que ahora no conocía a nadie de la empresa, con lo que, difícilmente, podría dar un nombre.

-    Ya lo tengo, -se la veía satisfecha- Roxana.

-    Pues no se hable más. Tenemos trabajo. Esta noche tú hablas con Pablo y yo hablo con Indhira.

Diana aparecía mucho más tranquila cuando volvimos a la oficina después del almuerzo. 

domingo, 19 de febrero de 2023

El poder del subconsciente

 


 “Somos lo que pensamos.

Todo el mundo surge de nuestros pensamientos.

Con nuestros pensamientos hacemos el mundo”

Buddha

 

Siempre me ha encantado la imagen de iceberg que encabeza este texto, para ilustrar la diferencia entre la mente consciente y la mente subconsciente, teniendo en cuenta que la mente es parte esencial del ser humano.

Aunque hablemos de la mente consciente y de la mente subconsciente, no tenemos dos mentes. Tenemos una sola mente en la que se desarrollan dos actividades diferentes.

La actividad de la parte de la mente que denominamos consciente, la cual trabaja con imágenes, es discernir que información desea, cual acepta y cual desecha. Puede elegir crear un pensamiento y dejarle que se magnifique o, sencillamente, quitarle la energía para que desaparezca, como el humo. Es la parte del razonamiento. Utiliza los cinco sentidos para su observación y experimentación. No creo exagerar si digo que, para nosotros, es el “director” de la obra de la vida, ya que todas las decisiones se toman desde ella. Y tampoco es exageración cuando vemos en la imagen que todo lo que procesamos conscientemente corresponde al 5% de todo el potencial que abarca la mente.

El 95% restante corresponde a la parte de mente, denominada, subconsciente. También trabaja con imágenes, pero a diferencia de la parte consciente no puede elegir pensamientos. Ella crea pensamientos de manera automática a partir de la información que recibe, información que ella asimila sin ningún tipo de discernimiento. Todo lo que recibe es bueno para ella, tanto lo que le llega del entorno, como aquello que procede de la parte consciente.

El Dr. Joseph Murphy Trust en su libro “El poder de tu mente subconsciente” escribe: “Tu mente subconsciente no tiene la capacidad de argumentar o discutir lo que se le dice. Si le das información errónea, la aceptará como verdadera. Entonces trabajará para hacer que esa información sea correcta. Todo lo que te ha acaecido, ha ocurrido a causa de los pensamientos impresos en la mente subconsciente mediante la fe. Si has comunicado conceptos equivocados o distorsionados a tu mente subconsciente, es de la máxima urgencia e importancia que los corrijas. La forma segura de hacerlo es dando repetidamente pensamientos armoniosos y constructivos a tu mente subconsciente. Al repetirlos frecuentemente, tu mente subconsciente los aceptará. De ese modo, puedes formular nuevos hábitos de pensamiento y vida más sanos, puesto que en tu mente subconsciente es donde radican los hábitos”.

Todos los seres humanos vivimos en una encarnizada lucha para eliminar enfermedades físicas, problemas emocionales y distorsiones mentales, con las que convivimos durante una buena parte de nuestra vida. Miedos, preocupaciones, dolencias físicas, carencias, deseos incumplidos y un largo etcétera, ocupan nuestra mente todas las horas del día.  

Pero mientras, por un lado, deseamos, por ejemplo, tener más dinero, por otro lado, nos pasamos el día encogidos por la angustia que nos genera la llegada del próximo recibo al que no podremos hacer frente. Es decir, la mente consciente piensa durante 10 minutos que sería fantástico recibir una gran cantidad de dinero y durante el resto del día lo mal que lo está pasando por no tener dinero.

Ante eso, la mente subconsciente, que es la que pone, todos los mecanismos, en marcha para que se cumplan, a rajatabla, los deseos de la mente consciente, no tiene duda de que lo que la parte consciente le está pidiendo es carencia, ya que la persona ha dedicado 23 horas y 50 minutos a dar órdenes sobre la falta de dinero ya que solo ha dedicado 10 minutos a la prosperidad.

He puesto el ejemplo del dinero, pero podemos decir lo mismo sobre el miedo a las arañas, la preocupación por el trabajo, la sensación de soledad, el hábito de comer chocolate, y mil ejemplos más. Cada persona conoce sus problemas y sus deseos.   

Se atribuye a Albert Einstein una cita que dice: “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.

Si con todo lo que llevas de vida no has conseguido cambiar ciertas cosas, podría ser un buen momento para intentar el cambio. Tampoco pierdes nada, puedes ganar mucho. De entrada, mientras estás repitiendo tus jaculatorias, te estás ahorrando los pensamientos habituales que están llenando tu cuerpo energético de energía negativa.

Si le imprimes la correcta dirección a tu mente subconsciente, esta sanará tu mente y tu cuerpo.

Al cambiar tu mente llenándola con afirmaciones incesantes, también cambias tu cuerpo.

 

SALUD

 Repite durante 10 minutos, 4 veces al día:

Mi cuerpo y todos mis órganos fueron creados por la Inteligencia Infinita de mi mente subconsciente. Él sabe cómo curarme. Su sabiduría dio forma a mis órganos, tejidos, músculos y huesos. Esta presencia curativa infinita de mi interior está ahora transformando cada célula de mi ser, haciéndome sano y perfecto. Doy gracias por la curación que sé que se está produciendo en este momento. Maravillosas son las obras de la Inteligencia Creativa en mi interior.

Del Libro “El poder de tu mente subconsciente”

Del Dr. Joseph Murphy


Y, después, durante el resto del día, vete repitiendo, tantas veces como puedas:

Dios está devolviendo la salud y la armonía a mi cuerpo.


Y ten paciencia. Tu cuerpo necesitó de 9 meses para formarse. Tienes que darle tiempo para repararse.

sábado, 18 de febrero de 2023

La hoja en blanco 3

 

 


Sábado 18 de febrero 2023

 

¡Oh!, llevaba 15 días sin pasar por aquí. En realidad, ni por aquí ni por ningún lado, porque he estado un poco justo de tiempo.

No debería de decir que “no he tenido tiempo”, porque la mente subconsciente que es, en definitiva, la que hace que se cumpla lo que organiza la mente consciente, va a mantenerme ocupado aun más. Al decir que no tengo tiempo, el subconsciente, que es muy serio y no entiende de bromas, ironías o frases hechas, se encarga de hacer que se cumpla, "al pie de la letra”, eso que nosotros hemos dicho como una gracia.

En fin, cuando deje de escribir haré un trabajo para revertir el desaguisado.

Me había quedado a mitad de camino explicando cuales eran las dos pasiones que se situaban en el ranking anteriores al placer de escribir.

Ya he comentado que mi primera pasión es mi familia, pues la segunda pasión es, ni más ni menos, que una comida: “Huevos fritos con papas fritas”.

Cuando hablo o pienso en los huevos fritos con patatas, me acuerdo de la señora Paula. La señora Paula era mi casera cuando yo realicé el servicio militar.

En España, cuando yo tenía 20 años era obligatorio dedicar 15 meses de tu vida a servir a la patria.

Yo tenía un amigo. Digo tenía porque dejó de hablarme cuando me divorcié, que siempre decía que la mili es un sitio donde no se hace nada, pero siempre a la carrera. Y era cierto: “Dos minutos para formar” gritaba el sargento y, luego, estábamos una hora en formación sin hacer nada.

Residía, entonces, en Girona y en el sorteo me tocó hacer el campamento, hasta la jura de bandera, en Cáceres. Pasados los 3 meses de recluta, que es como se llama a los mozos que todavía no han jurado la bandera, me tocó servir en un “batallón de caballería motorizada”, que se encontraba en Getafe, (Madrid).

Por aquel entonces ya trabajaba en Telefónica y nada más llegar a Getafe solicité dos permisos: Uno al cuartel, para que me concedieran el pase pernocta, ya que si eso sucedía me iba del cuartel al mediodía y no volvía hasta el día siguiente. Era como un trabajo a media jornada, de 7:30 a 13 horas, con toda la tarde libre. El pase pernocta te lo daban sin ningún problema si asegurabas tener un familiar en la población.

La señora Paula alquilaba una habitación con dos camas en su casa y, por aquel entonces, tenía una cama libre. A mi me venía de miedo, porque solo estaba a media cuadra del cuartel. A la señora Paula no le importaba decir que era mi tía, si alguien pasaba por allí a preguntar, cosa que nunca sucedió.

El segundo permiso fue a Telefónica, para que me dejaran trabajar por las tardes mientras estaba en Madrid. Me lo concedieron y durante un año trabajé en la central de Moratalaz.

Tuve una buena “mili”. No hacia guardias porque me hice cabo primero. Me tocaba hacer semanas, en la rueda de los sargentos, pero no hice ni una, porque las vendí todas. Prefería ir a trabajar que estar una semana sin salir del cuartel.

Volviendo a la señora Paula y los huevos fritos. Me preguntó que comidas me gustaban, y cuando le dije que los huevos fritos con patatas y que, si me lo hacía para cenar cada día, a mí me hacia el hombre más feliz de la tierra, se le iluminaron los ojos. Supongo que no era una cena cara, ni difícil de elaborar y, además, no tenía que pensar cada día que hacer de cena.

Pero cuando llevaba dos meses haciendo huevos fritos con patatas, cada noche, me preguntaba: “¿seguro que no te apetece cambiar algún día?”, “no”, le contestaba. Me siguió preguntando hasta que me licenciaron 10 meses después. Seguro que aborreció para siempre los huevos fritos con patatas.

Y la tercera pasión es escribir “bajanades”, que es lo que estoy haciendo ahora. No tengo pasiones caras.