El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 11 de febrero de 2023

De visita

 


Capítulo XVII. Parte 2. Novela "Ocurrió en Lima"

No tuvimos tiempo de planificar mucho porque mi suegro hizo su entrada en el despacho, con cara de satisfacción, para interesarse por la nueva adquisición de Miami.

-    Antay, gracias, estás haciendo realidad mis sueños. Contarme todo, contarme como fue.

Pablo le puso al corriente de todos los pormenores, haciendo hincapié en la nueva capacidad operativa de la empresa. Mi suegro estaba más que satisfecho y, más cuando le dijimos que ya teníamos personal haciendo trabajo de campo en Santiago de Chile y en Buenos Aires, para ver si se podía realizar la misma operación que en Miami.

Antes de despedirse nos pidió que le permitiéramos hacer una visita por todos los departamentos para saludar a los conocidos y, nos pidió que le acompañáramos, con lo cual el plan que estábamos planificando con Pablo se podía llevar a cabo, sin levantar ninguna sospecha, ya que estábamos acompañando al dueño de la empresa.

Con la visita de mi suegro y nuestra tournée por las oficinas llegó la hora del almuerzo. Pablo se fue porque tenía una reunión con unos clientes y yo, aprovechando que me había quedado solo llamé a casa para decirle a Indhira que no iría a almorzar, que lo haría con Diana, porque me parecía un buen momento para hacerlo, sin perder más tiempo.

-    Me acerqué a la mesa de Diana- Te invito a almorzar.

-    Pero no podemos estar mucho tiempo fuera, por si llama alguien.

-    ¿No hay nadie que pueda ocupar tu lugar mientras almorzamos?, porque seguro que tardaremos más de una hora.

-    Si, le puedo decir a Roxana que venga a mi lugar mientras estamos fuera.

-    ¿Quién es?, ¿la conozco?, -no me sonaba su nombre, en absoluto, y en la visita guiada que hice con Pablo no recordaba a ninguna Roxana.

-    Supongo que no la conoces. Lleva un mes en la empresa. Entró en recursos humanos, pero nunca ha estado allí porque está apoyando al asistente de Pablo que ya sabes que lleva una temporada con problemas por la enfermedad de su mamá.

-    ¿Nos podemos fiar de ella?, -si era tan nueva en la empresa tenía mis dudas.

-    Nos podemos fiar por completo. Es muy buena en su trabajo. La llamo que suba y nos vamos.

A los 10 minutos apareció Roxana y Diana le informó de los aspectos más importantes a tener en cuenta.

-    Señor Llica, -preguntó Roxana cuando estábamos a punto de subir al ascensor- si hay alguna llamada importante ¿le llamo al celular?

-    Solo si es de vida o muerte Roxana. Lo dejo a tu elección, lo que hagas estará bien.

viernes, 10 de febrero de 2023

Meditación: Creando autoamor

 

La meditación "Creando Autoamor" en Kundalini Yoga es una práctica destinada a cultivar el amor propio y la autoaceptación. Esta meditación se enfoca en dirigir pensamientos y energía hacia uno mismo con el fin de fortalecer la relación interna y promover la autoestima positiva.

 Al practicar la meditación "Creando Autoamor", se pueden experimentar beneficios como:

1. Mayor autoestima: Al dirigir amor y energía hacia uno mismo, se fortalece la percepción positiva de uno mismo y se construye una mayor confianza en uno mismo.

2. Aceptación personal: Esta meditación ayuda a cultivar la aceptación de uno mismo tal como es, con todas sus virtudes y defectos, fomentando la compasión y el perdón hacia uno mismo.

3. Sanación emocional: Al dedicar tiempo para nutrir el amor propio, se pueden sanar heridas emocionales pasadas y liberar bloqueos emocionales que puedan estar interfiriendo con la capacidad de amarse a uno mismo.

4. Equilibrio emocional: La práctica regular de esta meditación puede ayudar a mantener un equilibrio emocional saludable, reduciendo la autocrítica y promoviendo la autoaceptación incondicional.

La meditación "Creando Autoamor" es una práctica valiosa para fortalecer la relación con uno mismo, promover la autoestima positiva y cultivar un profundo amor propio.


sábado, 4 de febrero de 2023

De vuelta al trabajo

 


Capitulo XVII. Parte 1. Novela "Ocurrió en Lima"

Ahora, sin memoria, cada día, para mí, era nuevo. Había pasado, con nota, el viaje y la reunión en Miami, así como el encuentro con Indhira y con los niños. Pero hoy me esperaba otra prueba de fuego. Mi primer día en la empresa. Y no era precisamente el último asistente que pudiera preguntar, a cualquiera que pasara por mi lado, como se hacía alguna cosa, donde estaba la fotocopiadora o como se llamaba la persona que ocupaba uno u otro despacho. Era el presidente.

Nada más llegar subí directo a mi despacho. No quería encontrarme con nadie a quien se supondría que tendría que saludar de determinada forma y no conocer nada de la persona. Quería encontrarme con Pablo, lo antes posible.

En una sala frente a mi despacho estaba Diana. La encontré desmejorada. Incluso más que el primer día que la conocí recién separada de su pareja.

-    Aunque, en la actualidad, no sabía cómo era nuestro trato, me acerqué a ella. La abracé dándole un beso, como saludo, a la vez que le preguntaba- ¿cómo estás?

-    Hola Antay, estoy bien, como siempre. ¿Qué tal vuestro viaje? -Me dio gusto saber que el trato parece ser el mismo que conocía.

-    Muy bien. Tu hiciste un gran trabajo porque el hotel no podía estar mejor y, además, muy cerca de las oficinas. ¿No te ha contado Pablo? -la pregunta ya la hice con toda intención porque era una manera de saber cómo iba su relación.

-    No me ha contado mucho. Ya sabes que habla poco y, últimamente, aun habla menos. -sus ojos brillaron hasta el punto que pensé que no podría aguantar las lágrimas. Pero si, pudo aguantarlas.

-    Creo que tenemos que hablar. -esperaba no haber metido la pata, porque, aunque pareciera que nuestra relación seguía por los derroteros de confianza de antaño, no sabía si esta relación había variado.

-    Si, me irá bien. -fantástico, pensé. La relación sigue como recordaba.

-    ¿Ha venido Pablo? -era muy importante para mí empezar el día con su presencia a mi lado.

-    Si, está esperándote en tu despacho. -fue un alivio escuchar su respuesta.

-    Gracias Diana.

En efecto, Pablo estaba en el despacho que ya conocía cuando estuve en las entrevistas con mi suegro. ¡Qué cosas tiene la vida!, ahora era mi despacho.

-    ¿Cómo te fue en casa? -Se interesó Pablo, en cuanto aparecí por la puerta, hablándome en voz baja para que Diana no se enterara de nuestro secreto.

-    Me fue bien. Le conté todo. Me pareció que tenía que saberlo. Será mi apoyo para las reuniones familiares. Entre ella y tú espero salir airoso de este momento tan delicado.

Estábamos planeando, Pablo y yo, hacer una visita por todos los departamentos de la empresa, haciendo como si pasáramos por allí, para ir viendo a todas las personas que trabajaban con nosotros. Así, contándome, antes de entrar, quien era cada uno podía conocerlos, ya que no era un buen plan que Pablo me acompañara de manera permanente hasta que retornara mi memoria.

viernes, 3 de febrero de 2023

La hoja en blanco 2

 


Jueves 2 de febrero 2023

 

La primera pasión, a la que le dedico una gran parte de mi día, es mi familia. Me gusta decir a mi esposa: “Yo solo estoy aquí para serviros a ti y al niño”. Pero yo sé que no es cierto. En realidad, yo soy el que se está sirviendo de ellos, porque es gracias a ellos que estoy consiguiendo, (creo yo), avanzar, un poco más rápido, por este camino que siempre ha tenido más espinas que pétalos de flores, y que llevo toda una vida transitando, a trompicones, para acercarme, como todos, a Dios.

Tengo que dejar esto, me está llamando mi hijo, y ya saben, “lo mío es el servicio”. Hasta mañana.

 

Viernes 3 de febrero 2023

 

Pero no siempre ha sido así. Ha sido un largo camino, una evolución, un aprendizaje, tropezar, caer y volver a levantarme o, lo que es lo mismo, criticar, enfadarme, arrepentirme y pedir perdón. Me ha costado sangre, sudor y lágrimas, y me he dejado muchos jirones de piel, hasta llegar a entender que estoy aquí, en la vida, para servirles. siempre, en toda hora y ante cualquier circunstancia.

Y sigo trabajando. Todavía no lo he logrado al 100%, porque alguna vez se desliza algún pensamiento de crítica que he aprendido a mantener a raya sin que salga por la boca. Pero aún se escapa alguno, sin control por mi parte.

Soy consciente de que cada vez que eso ocurre y me comporto como un troglodita dejando que se deslice cualquier tipo de crítica o alguna palabra más alta de lo normal, el amor que tengo que entregarles se diluye como un azucarillo en agua caliente.

Tengo claro que cada vez que no les llega mi amor y por mi culpa se sienten molestos o heridos, estoy fallando en la misión que me comprometí a cumplir antes de llegar a la vida.

Me estoy acercando, pero todavía me falta.

Por cierto, vosotros que me leéis, ¿cómo lo lleváis?, o ¿soy el único en no conseguir que sean felices “siempre” por mis actuaciones cavernícolas? 

miércoles, 1 de febrero de 2023

La hoja en blanco 1

 


 

Miércoles 1 de febrero 2023

 

El 80% de lo que escribo comienza y, si la historia es corta o banal la idea, termina en una hoja de papel, de un cuaderno o, más bien, libreta, de tapas azules, con 200 hojas rayadas, para no torcerme cuando escribo, y con una banda de goma, para asegurar que queda bien cerrada y así no se caigan las palabras y acaben sus días en alguna vereda, pisoteadas por los transeúntes.

Aunque, también es cierto, que mucho antes de morir pisoteadas por los transeúntes, yo mismo me encargo de aniquilarlas, sin darles tiempo de pasar a la computadora y de permitir su exhibicionismo, siguiendo las malévolas instrucciones de una férrea censura literaria, que todo lo juzga como si estuviera leyendo las obras completas de cualquier premio Novel de literatura.

De las 120 hojas ocupadas de la libreta, 99 están tachadas, es decir censuradas y, las pobres ideas que contenían esas hojas se han quedado en el olvido para siempre.

Tengo que reconocer que las 21 hojas restantes que si han visto la luz lo han hecho de maneras furtiva, cuando el censor estaba como ausente, (a veces le pasa).

Lo que el censor no sabe es que yo no escribo para él, escribo para mí, para mi propia satisfacción personal, y si a alguna otra persona le gusta, le distrae o saca algún provecho, ¡bendito sea Dios!

Como a pesar de la edad, todavía tengo bastantes neuronas operativas, soy consciente, de manera total y absoluta, de que yo no he venido a este mundo a escribir. Lo hago porque es mi pasión, me encanta, me vuelve loco, me distrae, me fascina. Y eso que solo es mi tercera pasión.

¡Bien!, ya que yo solo me he metido en este berenjenal, quedaría muy mal si no dijera cuales son mis dos primeras pasiones. Pero será mañana. Estoy un poco cansado. Estoy de mudanza.

sábado, 28 de enero de 2023

Enamorados

 


Capítulo XVI. Parte 3. Novela "Ocurrió en Lima"

Sentí curiosidad por conocer nuestra historia, aunque no tuviera necesidad de recordarla.

-    Cariño, ¿cómo comenzamos a salir?, ¿qué pasó después de la cena que hicimos el domingo donde yo me disculpé por haber salido corriendo como una gallina la semana anterior?

-    No volviste a cacarear. -dijo Indhira sonriendo- ¿Recuerdas que al despedirnos el domingo quedamos para llamarnos el sábado?

-    Si que lo recuerdo. Es lo último que recuerdo. Nuestra despedida, llegar a casa y acostarme. Hasta ahí llega mi memoria.

-    Pues el lunes a las 7 de la noche, cuando saliste de trabajar me llamaste. Me sorprendió porque habíamos quedado para el sábado. Fuiste muy escueto, me dijiste si podíamos vernos, de nuevo, en la pizzería. Te dije que sí y, en media hora, nos encontramos para cenar.

>> Te encontré diferente, más serio, más seguro de tu mismo, más calmado, sabiendo que es lo que querías y cómo hacer para conseguirlo y, sobre todo, sin un ápice de miedo. Esto no te lo dije entonces. Te lo estoy diciendo ahora por primera vez. ¡Es curioso!, ahora que pienso en ese día, me pareciste como eres ahora.

>> Recuerdo que te dije, como si estuviera pasando en este instante, “¿Qué pasó para que me llamaras?” y contestaste: “Con un día ha sido suficiente para saber lo que quiero. No necesito una semana para pensarlo y tampoco quiero perder tiempo en pensamientos inútiles. Quiero estar contigo. Pienso en ti de manera permanente”.

>> A mí, que me pasaba lo mismo, se me caía la baba. Comimos nuestra pizza y cuando llegamos a mi casa te invité a subir con la disculpa de tomar un té. Aceptaste y nada más cerrar la puerta del departamento, no sé si fuiste tú, si fui yo, o fuimos los dos al unísono, el caso es que nos besamos. Una vez, dos, tres, cientos de veces. Salías de mi departamento a las 7 de la mañana para ir a trabajar.

>> Desde entonces nos vimos cada día. Cenábamos en tu casa o en la mía, incluso, los días en que no viajabas y no salías de la oficina, pasaba a buscarte para ir a almorzar. Y mi papá encantado cada vez que nos veía juntos.

>> El primer día que pasé a buscarte mi papá ya supo que salíamos y le pareció muy bien. Eso me lo decía los domingos en el almuerzo familiar y, además, tenía a toda la familia ya un poco cansada de ti, porque solo hacía que hablar de tus cualidades humanas y laborales.

>> A mediados de octubre, cuando llevábamos saliendo un mes, comenzamos a pasar los fines de semana juntos. Pero era muy duro, para los dos, no estar más tiempo juntos de lunes a viernes y, un mes después, decidimos ir a vivir juntos. Nos fuimos a mi departamento que era más grande que el tuyo.

>> El primer domingo de vivir juntos viniste al almuerzo familiar a casa de mis padres y te presenté oficialmente a toda la familia. Todos quedaron encantados.

>> Y en mayo del siguiente año, decidimos casarnos. Esta casa es el regalo de boda de mis padres, y nos venimos a vivir en ella después de un viaje de novios, maravilloso, por media Europa. Llegaron los niños que nos unieron aún más y hasta hoy, que estoy más enamorada de ti que el primer día.

-    A pasar de no acordarme de nada, te puedo asegurar que, también, estoy loco por ti.

>> ¿Por qué tu hermano o tu cuñado no se han hecho cargo de la empresa?

-    Bueno, Hernán, ya sabes que…, ¡ay! no, que no sabes nada. Hernán es como un sabio despistado. Es químico y trabaja en un laboratorio farmacéutico. Y si le sientas detrás de una mesa a manejar personas y le sacas de sus pócimas, se muere. Y Giuliano es economista y le encantan los números. El es feliz con su trabajo en el banco.

>> Así que solo quedabas tú. Y te lo has ganado a pulso porque has entrado en el negocio de la inmobiliaria como si hubieras nacido en ella y, en materia laboral mi papá se enamoró de ti desde el primer día.

-    Háblame de la Fundación.

-    Ya está todo en regla. Podemos comenzar cuando queramos.

-    Pues no esperemos, ¿qué necesitamos?

-    Contratar al personal. El edificio está listo.

-    Además del trasvase de fondos que hagamos desde la inmobiliaria ya estamos contactando con empresas y particulares para recaudar más fondos. Los contactos de mi papá están siendo determinantes. Creo que ya tenemos el presupuesto cubierto para el primer año.  

viernes, 27 de enero de 2023

¿Una o dos vidas?

 


Capítulo XVI. Parte 2. Novela "Ocurrió en Lima"

Por primera vez estaba a solas con Indhira, sin prisas. Era ese momento, cuando los niños duermen, en el que las parejas consolidan su amor, explicándose, no solo lo obvio de su jornada, sino, también, sus emociones, sus sentimientos, sus dudas, sus expectativas y sus miedos.

-    Iba a explicarle a Indhira mi pérdida de memoria. Lo tenía claro- ¿Sabes para qué hizo su aparición Ángel en Miami?

-    Ya me dijiste, -contestó Indhira- para recordarte lo importante que es vivir con atención.

-    No sé muy bien si esa era la verdadera razón. La verdad es que cuando apareció yo estaba buscando la consulta de algún neurólogo.

-    ¿Un neurólogo?, ¿para qué?, -preguntó Indhira con cara de preocupación.

-    Estoy sin memoria. No me acuerdo de la última parte de mi vida y lo que me dijo Ángel es que estaba bien y lo que me estaba ocurriendo era algo pasajero, parece ser, que programado por “ellos”.

-    ¿Qué te estaba ocurriendo?, ¡no me asustes!, -Indhira seguía preocupada.

-    Escucha cariño y no te asustes.

>> El lunes cuando me levanté lo hice en una cama desconocida, en una habitación que no era la mía, en una casa extraña, durmiendo contigo, yo que creía estar soltero y, con dos hijos, a los que veía por primera vez, siendo, además, el presidente de la empresa de tu papá.

>> El último recuerdo que tengo fue nuestra cena en la pizzería, cuando nos encontramos con Pablo, Diana y el resto de compañeros, que luego comenzaron a trabajar en la empresa en el nuevo departamento de informática.

>> Lo primero que me dijo Ángel fue que no hacía falta que fuera a un neurólogo porque no tenía ningún problema físico.

>> Debe de ser una cuestión espiritual.

-    Y ahora, ¿has recuperado la memoria o sigues igual?, -se interesó Indhira con la misma cara de preocupación.

-    Sigo igual.

-    ¿Cómo lo has hecho en la reunión?, y ¿el regalo de los niños, que ha sido justo lo que querían?, y, ¿estar aquí?, si no llegas a decirme, no había notado nada raro. Estás como siempre.

-    Pablo me ha puesto al corriente, primero de lo más importante para la reunión y, después, para la empresa. Incluso, me explicó como había sido mi vida contigo, de lo que él conocía, en estos años.

>> Los regalos ha sido cosa de Ángel que estuvo conmigo, toda la mañana, y me dijo que querían los niños y estar aquí ha sido fácil, porque te amo con locura y he sentido que a los niños también. Esto es lo que siempre había soñado: Tener una familia como la que tenemos.

>> Me temo que hasta que me vuelva la memoria, que será cosa de días, según me comentó Ángel, vas a tener que hacer uso de toda tu paciencia y no dejarme solo, porque habrá personas que han aparecido en este tiempo que se supone que conozco y no sabré ni su nombre. Por ejemplo, tu familia. Solo conozco a tu papá de dos reuniones, pero a nadie más y me tendrás que ayudar en el trato con ellos.

>> A no ser, que les contemos lo que te estoy contando a ti. ¿Qué te parece todo?

-    Y, desde que te levantaste el lunes, ¿te acuerdas de todo?, -Indhira seguía preocupada.

-    Me acuerdo de todo. Igual que de mi vida anterior. Se ha borrado mi memoria desde la noche en que estuvimos cenando en la pizzería hasta que me desperté el lunes. Eso está en blanco, para mí no existe. Pero, ¿qué hacemos?

-    No lo sé. Pensemos. -Indhira estaba tan confundida, además de preocupada, como lo estaba yo el lunes cuando desperté sin memoria- Al resto de la familia los veremos el domingo en el almuerzo, pero papá seguro que mañana te visita en la oficina. Está como loco con esta ampliación y querrá conocer los detalles.

-    Solo dime como le trato y como le llamo, porque del tema de la ampliación creo que no tendré problemas para ponerle al día. Además, Pablo estará pegado a mí toda la mañana. Ya hemos quedado en eso.

Para no preocupar a la familia decidimos no contarles nada. Si todo iba a ser como había pronosticado Ángel, de que en unos días volvería a recuperar la memoria, no merecía la pena hacerles partícipes de algo que, según Indhira, iba a ser motivo de preocupación.

En las siguientes horas mi esposa me fue poniendo al día de todo lo que, se supone, tenía que saber. Me habló de todos y cada uno de los miembros de la familia. De sus nombres, de su aspecto, de sus gustos, de sus aficiones, del grado de afinidad y complicidad que cada uno de ellos tenía conmigo. Parece ser que la afición de Giuliano, mi cuñado, por la informática había hecho que fuera el más cercano a mí de toda la familia. Con los demás me llevaba muy bien, según Indhira.  Tenía fama de escuchador silencioso, por lo que si hablaba poco y escuchaba mucho estaría en mi papel.

Mientras Indhira hablaba contándome los pormenores de todo lo que, se supone, debía de saber, me daba la sensación de viajar de una persona a otra instalado en la melodía de su voz. Me sentía enamorado. La amaba como no recuerdo haber amado, ni tan siquiera a mis padres, porque el amor que sentía por ella era un amor completo, un amor total. 

domingo, 22 de enero de 2023

Viva el Perú

  


Lunes 26 de diciembre 2022

 

Ya está. Ya pasó Navidad, pero tranquilos todos aquellos amantes de estas fiestas, porque el tiempo pasa tan rápido que vamos a tener la próxima Navidad en un abrir y cerrar de ojos. Me estoy planteando no desmontar el árbol.

 

Domingo 22 de enero 2023

 

Y no solo pasó Navidad, pasó fin de año y, ahora, sin ser muy conscientes nos acercamos a velocidad de crucero al segundo mes del año.

Nosotros, además, estamos en modo mudanza, por lo que aún se nos va a pasar más rápido. Aunque las mudanzas son muy estresantes, este cambio, en el que estamos inmersos, parece que va a ser el más cómodo de todos los realizados, (y yo llevo 27). Nos quedamos en el mismo edificio. Solo pasamos del piso 3 al 15.

Alguien podría pensar que parece una tontería más de un babau. Pero no, no es una tontería, es la avaricia de la arrendataria actual que no quiere arreglar la mensualidad, cuando todas están a la baja desde la pandemia.

De hecho, tenemos que dar las gracias, ya que su avaricia nos va a ahorrar 200 dólares mensuales y, además, teniendo en cuenta que estamos comenzando a plantearnos marchar de Perú, estamos vendiendo muebles y electrodomésticos porque el nuevo departamento está, totalmente, amueblado, (amoblado en Perú), y equipado. Y muy bien amueblado. Tengo que reconocer que es una ganga.  

El irnos de Perú no es porque estemos cansados de estar aquí. Estamos bien, porque a pesar de estar muy solos por no contar con ningún familiar, tenemos pocos, pero grandes amigos.

La idea de irnos es por la coyuntura del país. El Perú está convulsionado, polarizado, dividido, enfrentado y, no parece que haya nadie que pueda arreglarlo, entre otras razones, porque a nadie interesa.

La desigualdad es aterradora. En el siglo XXI todavía hay cientos de poblaciones o poblados, o asentamientos humanos, que no cuentan con los servicios mínimos imprescindibles. No tienen agua, ni luz, ni una posta médica, ni servicio telefónico, ni colegios decentes, ni medios de comunicación. Mientras otra parte, pequeña, de la población, vive en la opulencia.

Y llevan así 200 años, desde que se independizaron de España.

En algún momento tendrá que explotar y, ahora está cerca. Si ahora no explota, lo hará más adelante, pero explotará.

De momento el martes 24 tenemos otra gran manifestación. Pidamos a Dios que no haya más muertos, aunque los que dirigen las manifestaciones, tanto los peruanos como los extranjeros de los países vecinos, manipulando a esa pobre gente que la única propiedad que tienen es la ropa que llevan puesta, es lo que están buscando.

sábado, 21 de enero de 2023

Eres Luz

 


¿Sabes dónde queda el miedo cuando eres feliz?

No existe. Haz, camina, cae, levántate y confía. No estás nunca solo. Jamás, porque estas contigo. Y en ti lo tienes todo. La capacidad de amar, de sentir, de vibrar con la energía del Universo. Porque eso eres, un “ínfimo” fragmento del Universo, que dejó un día de tener esa conciencia y se encarnó. Pero no perdió nada. La llevas contigo. Tú eres luz, tú eres vida. Tú eres esa pieza imprescindible, aunque esté en una esquina lejana, de ese puzle Universal que no puede construirse sin ti.  Seria incompleto.

Siéntete tú, siéntete yo. Un yo no mental, un yo en los demás y con todo. Tú eres Buda, tú eres Dios, tú eres Luz, tú eres camino, tú eres Maestro.

Y por encima de todo tú eres ¡libre! Libre para elegir y para cambiar tu vida, como otros, a los que lees, envidias y, posiblemente, idolatres, han hecho.

Haz tu camino sin miedo y los demás se colocarán en el lugar correcto para dejarte caminar. Da igual, no pienses en “mi mamá, mi papá, que dirán, que pensarán, mis hijos, mi pareja, mis hermanos”. Da igual. Si tú estás bien ellos estarán bien, seguro.

Quizá tarden un tiempo en darse cuenta y aceptarlo. Y, ¿qué? Es su tiempo, no el tuyo. Es su elección, no la tuya. Tú eliges amarlos desde ese tú que eres, y ellos, poco a poco, sentirán esa energía que les llegará sin palabras, sin discusiones, sin luchas, sin tener que convencerles de nada. Llegará así, tal cual.

Qué fácil parece, ¿verdad? Pues lo es. Lo verdaderamente difícil, y muy cansado, es que sea al revés. Es decir que sea una lucha entre tu sentir y tu “deber”. No hay deberes. Solo hay Amor.

Obsérvate como el Ser Divino que eres y camina desde ahí. Nadie es más que tú. Ni Jesús, ni Buda, ni nadie. Todos somos elegidos.

Recuerda: el puzle está incompleto sin ti.

 

Bajar al corazón

            


          Siempre es un buen momento pasa subir a ese ascensor que permanece estacionado en la mente y accionar los mandos para bajar al piso del corazón.

Una vez que el ascensor se ha detenido, puedes quedarte a vivir en él, con todas las consecuencias, que no son otras que entregarse a los demás, completamente, y recibirlos como son, como ángeles, como hermanos, sin querer cambiarles porque son perfectos.

Están ahí, tal como ellos han elegido ser, para realizar su trabajo y ayudar a los que se encuentran en su camino a realizar el suyo. No hay que tratar de cambiarlos porque se estaría actuando en contra del Plan Divino.

Es cierto que, a veces, más que ángeles y más que hermanos pueden parecer demonios y enemigos. No hay que cambiar la estrategia. Lo que procede, en esos casos, es bendecirles y no frecuentarles.