El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 4 de febrero de 2023

De vuelta al trabajo

 


Capitulo XVII. Parte 1. Novela "Ocurrió en Lima"

Ahora, sin memoria, cada día, para mí, era nuevo. Había pasado, con nota, el viaje y la reunión en Miami, así como el encuentro con Indhira y con los niños. Pero hoy me esperaba otra prueba de fuego. Mi primer día en la empresa. Y no era precisamente el último asistente que pudiera preguntar, a cualquiera que pasara por mi lado, como se hacía alguna cosa, donde estaba la fotocopiadora o como se llamaba la persona que ocupaba uno u otro despacho. Era el presidente.

Nada más llegar subí directo a mi despacho. No quería encontrarme con nadie a quien se supondría que tendría que saludar de determinada forma y no conocer nada de la persona. Quería encontrarme con Pablo, lo antes posible.

En una sala frente a mi despacho estaba Diana. La encontré desmejorada. Incluso más que el primer día que la conocí recién separada de su pareja.

-    Aunque, en la actualidad, no sabía cómo era nuestro trato, me acerqué a ella. La abracé dándole un beso, como saludo, a la vez que le preguntaba- ¿cómo estás?

-    Hola Antay, estoy bien, como siempre. ¿Qué tal vuestro viaje? -Me dio gusto saber que el trato parece ser el mismo que conocía.

-    Muy bien. Tu hiciste un gran trabajo porque el hotel no podía estar mejor y, además, muy cerca de las oficinas. ¿No te ha contado Pablo? -la pregunta ya la hice con toda intención porque era una manera de saber cómo iba su relación.

-    No me ha contado mucho. Ya sabes que habla poco y, últimamente, aun habla menos. -sus ojos brillaron hasta el punto que pensé que no podría aguantar las lágrimas. Pero si, pudo aguantarlas.

-    Creo que tenemos que hablar. -esperaba no haber metido la pata, porque, aunque pareciera que nuestra relación seguía por los derroteros de confianza de antaño, no sabía si esta relación había variado.

-    Si, me irá bien. -fantástico, pensé. La relación sigue como recordaba.

-    ¿Ha venido Pablo? -era muy importante para mí empezar el día con su presencia a mi lado.

-    Si, está esperándote en tu despacho. -fue un alivio escuchar su respuesta.

-    Gracias Diana.

En efecto, Pablo estaba en el despacho que ya conocía cuando estuve en las entrevistas con mi suegro. ¡Qué cosas tiene la vida!, ahora era mi despacho.

-    ¿Cómo te fue en casa? -Se interesó Pablo, en cuanto aparecí por la puerta, hablándome en voz baja para que Diana no se enterara de nuestro secreto.

-    Me fue bien. Le conté todo. Me pareció que tenía que saberlo. Será mi apoyo para las reuniones familiares. Entre ella y tú espero salir airoso de este momento tan delicado.

Estábamos planeando, Pablo y yo, hacer una visita por todos los departamentos de la empresa, haciendo como si pasáramos por allí, para ir viendo a todas las personas que trabajaban con nosotros. Así, contándome, antes de entrar, quien era cada uno podía conocerlos, ya que no era un buen plan que Pablo me acompañara de manera permanente hasta que retornara mi memoria.

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