El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 2 de diciembre de 2012

Todo es elección.


            A cada paso que vamos dando en la vida, nos encontramos delante de nosotros con una encrucijada de caminos, de los que forzosamente hemos de elegir uno para seguir caminando; y justo después de elegir el nuevo rumbo y de dar algunos pasos, nos volvemos a encontrar con una nueva encrucijada, con una nueva elección, con un nuevo primer paso en el nuevo camino, que nos lleva a otra nueva encrucijada, y así una y otra vez, porque eso es la vida.
            Hay veces, que parece que vamos eligiendo rutas que vuelven sobre sí mismas, porque la sensación de las situaciones con que nos encontramos, es de repetición, es de haberlas vivido en un tiempo anterior, en un espacio distinto, con personas distintas, pero idéntica situación, idénticas sensaciones, idénticas emociones, siempre las mismas. Y estas rutas que vuelven sobre sí mismas, se repiten, y se repiten, y se vuelven a repetir.
Esto no es grave, sólo es producto de nuestra inconsistencia e inmadurez de carácter, ya que la primera vez que vivimos la experiencia, no obtuvimos el aprendizaje que la situación nos presentaba, y como el alma necesita todos los aprendizajes, se ha de repetir y repetir, de la misma manera que los estudiantes que no aprueban han de repetir los cursos.
            Otras veces, aunque está claro que no de manera consciente, parece que elegimos las peores rutas, las más difíciles de transitar, porque en cada encrucijada el camino se estrecha más y más.
Pero…. lo angosto del camino no es representativo de mala elección, sólo es otro aprendizaje, el alma necesitaba pasar por esos parajes, y la estrechez o la incomodidad, son calificativos que nuestra mente le adjudica al camino.
            A veces, nos vamos encontrando en caminos paralelos a los nuestros, a otras personas, que seguro que tienen más suerte que nosotros, o son mejores que nosotros, o que reciben algún tipo de ayuda, porque siempre se les ve transitar por caminos anchos, y casi siempre con la sonrisa en la cara.
Esta sensación es una de las más peligrosas: Por un lado no somos capaces de disfrutar nuestro propio recorrido, y por otro deseamos, posiblemente con envidia, lo que otros hacen o tienen. Cada persona está en el camino que ha elegido voluntariamente, porque sabe, aunque sea de manera inconsciente, que ese es el lugar que le corresponde en determinado momento. Vigilar lo que hacen otros en no mantener la atención en nuestra propia tarea, con lo que en una próxima encrucijada de caminos, volveremos sobre nuestros pasos para recuperar la enseñanza.  
            Todo en la vida es elección, y nuestra es la elección de los caminos repetidos, nuestra es la elección de los caminos angostos, así como la de los caminos anchos. Pero todos ellos es necesario que los recorramos, porque cada uno de ellos encierra determinada enseñanza, imprescindible para nuestra evolución. Es lo que hemos venido a hacer dentro del cuerpo, no podemos saltarnos ninguna lección. Hemos de vivirlas todas, hemos de experimentarlas y hemos de aceptarlas.
            Las decisiones que vamos tomando en cada momento, son las que determinan cual será nuestra vida en la continuación. Tenemos delante de nosotros un buen número de posibilidades, que harán que nuestra vida tome determinado rumbo, sin embargo, que el camino sea un paseo feliz o un tormentoso recorrido, es una apreciación de nuestra mente. El camino, sólo es camino. La vida es aprendizaje, y no hay nada que pueda condicionarnos para no ser felices. Bueno, nada no, si hay algo que nos condiciona, siempre estamos condicionados por nuestros pensamientos Por eso, ante cualquier situación y circunstancia de la vida, sólo hemos de detener ese pensamiento, y vivir la circunstancia desde el corazón, ya que por muy desagradable que parezca, sólo es una apreciación del pensamiento, ya que nada es ni bueno, ni malo, solo ES, como la misma vida.      

                       

1 comentario:

  1. Tengo muy claro que las cosas que nos ocurren amenudo,es porque no hemos aprendido de ello, ami personalmente son situaciones.Ahora entiendo y las acojo porque se aciencia cierta que son aprendizajes para mi alma.Un abrazo

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