Llega un
momento en la vida de todos los mortales, o casi mejor, me atrevería a decir en
la muerte, en el que se acaba su ciclo en la materia. Será la última muerte del
cuerpo habitado por el alma inmortal. Alma que ya ha conocido muchas vidas y
muchas muertes. Y será así, porque habrá terminado definitivamente de limpiar
todo su Karma, no la deberán nada, ni nada deberá, no tendrá asignaturas
pendientes porque estará en poder de todo el Conocimiento, Conocimiento por el
que el Ser sabrá que no es un ente independiente, sino que es una parte de un
Todo, y de que ese Todo es una parte de él, una parte imprescindible, ya que
sin él, el Todo no sería tal, sería incompleto.
A partir de
entonces, el alma inmortal proseguirá su camino, su trabajo, su crecimiento, su
acercamiento a Dios. ¿De qué manera? No lo sabemos, o yo al menos, no lo sé y
tampoco nadie me lo ha dicho, pero no creo que sea muy importante saberlo,
bastante tenemos con intentar saber cuál es el trabajo a realizar en la Tierra,
para llegar a ese estado.
No es muy
normal ni habitual, que las almas que han llegado a ese estado de conciencia en
el que ya no necesitan volver a la vida física, decidan encarnar de nuevo. Pero
si es cierto que alguna vuelve, en contadas ocasiones, como un servicio, posiblemente
uno de los mayores que un alma pueda realizar para con sus hermanos, retrasar
su propia evolución y su camino más allá de la materia para ayudar a otros en
su crecimiento.
Acabo de
conocer a dos de esos seres, que no necesitando volver a la Tierra han decidido
hacerlo, para según sus palabras: “De corazón, enseñar de nuevo como se hacen
las cosas”. Son seres normales, con sus problemas, con sus emociones, con sus
familias, con sus trabajos, con sus miedos, con sus preocupaciones, con sus dudas,
sobre todo con sus dudas, llevando la carga de su humanidad y preguntándose
quedamente, ¿Qué estamos haciendo aquí?, ¿Porqué no volvemos a casa?, aunque
sin tener nada claro como es esa casa a la que tanto añoran. En el tiempo, (no
mucho), que hace que les conozco, ya les
he oído decir en más de una ocasión, “Soy feliz, pero no me importaría morir
ya”.
Lo primero
que se me ocurrió preguntarles es que como habiendo consumido totalmente su
Karma, pueden tener alguno en esta vida, y como habiendo alcanzado la
Iluminación, pueden tener miedos, vicios, dudas, etc., como cualquiera de los
mortales. La respuesta fue que todo lo tienen prestado. Al planificar su vuelta
a la Tierra necesitaban volver en las mismas condiciones de los hermanos a los
que iban a ayudar, ya que si volvían en plan de santidad, (podían hacerlo), las
personas a las que se acercaran para enseñar cómo se hacen las cosas,
pensarían: “Así cualquiera, lo difícil es hacerlo desde nuestra posición de
humanos con defectos y no de santos”. Ellos definieron ese préstamo como si
alguien tuviera que asistir a un evento y no tuviera terno, (traje), y
solicitara uno prestado, para devolverlo al final del evento.
También se
me ocurrió preguntar qué pasaba con el Karma que pudieran generar, ya que al
vivir una vida total y absolutamente humana es muy posible que realizaran
acciones, hablaran, o tuvieran pensamientos generadores de Karma. Para
desgracia suya, lo tienen que pagar en esta vida, ya que cuando mueran han de
marchar completamente limpios. Es una especie de Karma-Exprés. Los dos tienen
problemas físicos, que se agudizan, en algunos casos con dolores extremos
cuando han de limpiar algún Karma generado.
Aunque
supongo que no deben de generar mucho, porque una característica que les
define, posiblemente la más importante, en los dos, es su bondad, es como si
hubieran traído su santidad en algún
rincón de su corazón. Bondad nada entendida, ya que lo primero que dice la
gente al tropezarse con esa bondad, es: “Este es bobo”.
Los dos han
nacido en familias humildes, de clase media baja, nada espirituales, y ni tan
siquiera religiosas en exceso, son familias católicas que ni tan siquiera
cumplen con el precepto de misa dominical. Van a la iglesia, como mucha gente,
en bautizos, comuniones, bodas y entierros. Han sido familias solicitadas por
ellos: “Que no sean nada espectacular, que sean del montón”.
Uno de ellos
se encuentra casi en la mitad de su vida, y el otro ya ha cubierto dos tercios
de ella, y por supuesto dedican su vida a los demás. No me han permitido dar
más detalles, ni de quienes son al otro lado de la vida, ni a que dedican su
tiempo en esta, ya que si hablo de su trabajo podrían ubicarles y no tienen
ninguna intención de que eso suceda, al menos por el momento.
Cuando les
he pedido que me digan cuales es su mensaje, o aquello que han venido a
recordar, como ellos dicen, han sido realmente escuetos, han enumerado una
serie de conceptos, archiconocidos, que iré plasmando en siguientes entradas.
Continuará………..
No hay comentarios:
Publicar un comentario