Cada vez es
mayor el número de personas que creen en una vida anterior y posterior a la
vida física. Si, cada vez es mayor el número de personas que creen en la
reencarnación. Y creen por infinidad de razones, si preguntamos la razón, es
posible que encontremos tantas respuestas como personas. Sin embargo, en el
fondo de todas las razones subyace el miedo a la muerte. Es un alivio pensar
que todo va a seguir, de alguna manera, después de la muerte del cuerpo.
Y según
vamos leyendo y aprendiendo, o recordando, cosas sobre la reencarnación y sobre
la muerte, no es que termine de desaparecer el miedo a la muerte, pero parece
que se atenúa bastante.
Además hay
algunas técnicas, como las regresiones que nos pueden ayudar a recordar
acontecimientos de vidas pasadas, nos pueden ayudar a comprender el posible
origen de traumas, de problemas emocionales, o de la causa de relaciones
conflictivas con otras personas. Pueden ayudarnos a entender el porqué de
nuestro carácter, e incluso, de alguna manera, más o menos sutil, la razón o la misión de la vida.
Todo esto
está bien, porque con esas técnicas se pueden arreglar algunos problemas que se
arrastran, como una pesada losa, en la vida de la persona. El reconocimiento de
que un problema tiene su origen en una vida anterior, es un alivio, y puede
llegar a sanar el problema.
Pero, es
posible, que no puedan solucionarse, con ese método, todos los problemas de la
persona, y sobre todo algunos problemas emocionales, que pueden existir por una
acumulación de las actuaciones realizadas en muchas vidas, ni por supuesto puede
solucionarse la inmadurez de un carácter, que también es causa de hábitos que
se han ido forjando por acciones repetidas en cada vida.
Por lo tanto
hay que buscar otra técnica. Es bueno saber con qué herramientas contamos. Y la herramienta más importante de la que
disponemos es la propia vida. Ya sabemos que gran cantidad de nuestros
problemas tienen su origen en vidas pasadas, sabemos que estamos en la vida
atados a la Ley del Karma, pero la solución a todo eso, ha de encontrarse en la
vida actual, es en ella donde podemos aprender a amar de manera definitiva, es
en ella donde vamos a pagar deudas pendientes, es en ella donde hemos de
perdonar, es en ella donde podemos eliminar malos hábitos, es en ella donde
podemos crecer, evolucionar y terminar de construir nuestro carácter. Podemos
utilizar otros cientos o miles de vidas para realizar ese trabajo, pero, también
es cierto que se puede conseguir en una sola vida. ¿Por qué no en la vida actual?
Es igual haber vivido una, cien, mil
o un millón de vidas, porque de la única que tenemos conciencia es de la vida
actual. Por lo tanto podemos dejar de elucubrar con otras vidas y centrarnos en la
vida que estamos viviendo. Es en ella donde hemos de realizar cualquier acción
que nos acerque a la Iluminación, cualquier acción que nos acerque a Dios.
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