El arte de vivir (III)
Es mucho lo
que la humanidad ha sufrido por la pérdida del contacto directo con el Origen,
por la pérdida del contacto directo con Dios.
Civilizaciones
desaparecidas hace miles de años tenían ese contacto, pero por causas
desconocidas para la humanidad actual, de la noche a la mañana se perdieron sus
enseñanzas, su sabiduría y su manera de vivir con su destrucción.
A lo largo
de la historia de la humanidad ha habido Grandes Seres, (Buda, Zaratustra,
Jesús, Mahoma, Abraham), que de manera independiente mantuvieron ese contacto
Divino, es decir, vivían permanentemente en un estado de conciencia expandida.
Sin embargo
la enseñanza de esos Grandes Hombres no fue del todo entendida, e incluso, en
la mayoría de los casos, su enseñanza fue malinterpretada y tergiversada por los
que se proclamaron y se siguen proclamando, como sus sucesores, por lo que su
mensaje, que no era otro que el despertar de las conciencias, no llegó al
corazón de las gentes, quedando en la superficie de las conciencias, casi como una
anécdota más, o como una fecha en el calendario, que podemos rememorar y
celebrar cada año, habiéndose convertido en un vodevil consumista.
En la
actualidad existen también seres independientes, escritores, investigadores de
antiguas civilizaciones, expertos en filosofía oriental, expertos en
religiones, maestros de yoga, guías de meditación, entre otros, que también lo
intentan, pero la sociedad actual los engulle dentro de su acervado capitalismo,
para convertirlo, más o menos disfrazado en un nuevo negocio, “el negocio
espiritual”.
La teoría
para volver a conectarnos con el Origen, para volver a conectarnos con Dios, es
sencilla, e incluso la práctica para conseguirlo, no parece excesivamente difícil.
SOLO ES CUESTIÓN DE CREENCIA, solo es cuestión de creer que todo es Dios, y de
manera inmediata, nos veremos imbuidos por la Energía Divina.
Sentir el
canto de Dios en el trinar de los pájaros, sentir el Soplo Divino cuando las
rachas de viento golpean en la cara, creer que nos sentimos en el Útero Divino
cuando entramos en la inmensidad del océano, sentir los Latidos de Dios cuando
nuestro corazón se acelera se la cima de una montaña, ver la Mano Creadora de
Dios en la apabullante hermosura de la Naturaleza, comprender la perfección de
Dios en el Orden del Universo, son sólo algunas de las maneras para
impregnarnos, poco a poco, en la Energía Creadora.
Nuestra
esencia tiene el mismo origen que el Poder Creador de las montañas, de los océanos,
de la naturaleza. La vida, en todas y cada una de sus múltiples formas, procede
de Dios.
La vida no
es un accidente fortuito y aislado para cada ser. La vida no comienza con la
concepción de un cuerpo, ni finaliza con la destrucción de este. La vida es una
experiencia continua de una forma de energía, que denominamos conciencia. La
conciencia no es más que el conocimiento que cada tiene de lo que es. Sin
embargo, la conciencia puede encontrarse en diferentes estados, desde el aletargamiento
más absoluto, en el que el ser humano se cree que es un ser independiente,
separado de todo, en el que tiene que defender su espacio, hasta la expansión
total, en el que el ser vive y actúa, desde el conocimiento de su conexión con
todo lo creado, desde su conexión con Dios. En uno y otro estado, podemos
encontrar un sinfín de variantes que determinan el acercamiento o la lejanía
que cada ser tiene con el Origen.
Existen organizaciones
desconocidas para el mundo, independientes de los gobiernos del mundo,
independientes de países y religiones, que son los que realmente mueven los
hilos de las conciencias, son los que realmente mueven los hilos de la sociedad,
manteniendo a esta bajo un régimen dictatorial, bajo el régimen del miedo, que
es el extremo más alejado del Creador, es el opuesto a la Verdad, es el opuesto
al Amor, que es la esencia de cualquier forma de creación. Pero como lo único
que persiguen es mantener subyugada a la sociedad, no hay mejor método para la
subyugación que el miedo, y a su través van moviendo a las masas hacia el lugar
que les interesa para conseguir sus objetivos, que no son otros que la
dominación de la sociedad para llenar sus bolsillos, como si fueran “materia
eterna”, ya que sus mentes es posible que sean privilegiadas, pero sus
conciencias se encuentran en la oscuridad más absoluta.
Estas
organizaciones en la sombra, envuelven el miedo en papel de regalo, y con eso
que parece un regalo pueden conseguir de la sociedad cualquier cosa, porque
esta no piensa, porque la sociedad vive aletargada, y es muy fácil dirigir al
durmiente. Con el mismo papel de regalo envuelven a la sociedad, diciéndoles lo
que está bien y lo que está mal, y que para conseguir el bien deben seguir sus
directrices, y el pueblo las sigue, llegando a comer arena del desierto, si eso
es lo que les venden.
En su
pseudoventa, explican que ha de hacer la sociedad para conseguir la felicidad,
que es lo que todo ser humano busca desesperadamente, y eso que enseñan es
justamente lo contrario de lo que se debería hacer para ser feliz, pero la
sociedad dormida, será capaz de ir al desierto para beber la arena que les
venden, sin llegar, tan siquiera, a dudar de si es correcto o va en contra de
sus propios intereses.
La
espiritualidad se ha mercantilizado, y la espiritualidad, que no es más que ser
conscientes, no es un asunto de mercadeo. Es un asunto de creencia.
Y la
creencia tiene un primer peaje: Para unirse al Origen, primero ha de conocerse cuál
es ese Origen. Difícilmente se puede ir del punto A, al punto B, si el punto B
no se conoce. Primero ha de conocerse, después creer que es posible llegar,
integrarlo, es decir aprender el camino para comenzar el viaje.
El avance,
es entonces seguro, caminando bajo la premisa de actuar sobre lo que ya somos. Somos hijos de Dios, y cada
paso que demos en ese convencimiento, es un paso seguro. ¿Cómo caminan los
hijos de Dios?, caminan amando, respetando, sirviendo, viéndose a sí mismos, a
cada paso, reflejados en el otro. Casi toda la ayuda que nos venden, incluso
gentes de buena voluntad, ayuda, pero no es imprescindible, y si tan siquiera
necesario, porque el croquis del camino ya está integrado en nosotros, no
necesitamos comprarlo. Porque el hábito no hace al monje, al monje le hacen sus
acciones.
¡Por sus
acciones les conoceréis!, dijo Jesús. No es necesario vestirse de blanco, ni de
amarillo, ni de morado. No es necesario
asistir a las mejores escuelas de yoga, ni a los oficios religiosos, no es
necesario aislarse en una gruta, ni asistir a cursos y conferencias. El
movimiento, como decía Zenón de Elea, se demuestra caminando.
Cree, ama y actúa
desde el Amor. Todo lo demás llegará por añadidura.
Vivir permanentemente en nuestro estado de conciencia expandida . Nuestra esencia tiene el mismo origen que el poder creador de las montañas , océanos , de la naturaleza . La vida en cada una de sus multiples formas procede de DIOS. Que gran verdad amigo y hermano . Un abrazo muy grande .
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