Oración es cuando usted le habla a
Dios;
meditación es cuando usted escucha a
Dios.
Diana Robinson
Recuerde esto.
Cuando las personas escogen el retirarse del fuego,
el fuego continua dando calor, pero ellos se enfrían.
Cuando las personas escogen alejarse de la luz,
la luz continua siendo brillante, pero ellos están en la oscuridad.
Esto es lo mismo que pasa cuando la gente se aleja de Dios.
San Agustín.
Desde siempre, al menos a mi me
sucede, el camino de retorno, en el regreso a casa, da la sensación de que el
camino sea más corto, más fácil, más agradable. Supongo que debe de ser porque
volvemos a lo conocido, por un camino también más o menos conocido, ya que lo
hemos recorrido en la ida.
Sin embargo,
hay un retorno olvidado, hay un retorno desconocido, y justamente es el retorno
que más veces hemos recorrido, es el retorno a Dios.
Existe una
verdad esencial, que no tiene discusión: Venimos de Dios y volvemos a Dios.
Hemos venido a la vida miles de veces, y otras tantas hemos retornado de la
vida, sin embargo, cuando nos encontramos en la vorágine de la vida en la
materia, no nos acordamos, para nada, de que hemos de volver y de cuál es el
camino, no recordamos que nuestro origen es Dios y a Él hemos de volver.
Ni tan siquiera lo recordamos en
nuestros cursos de crecimiento personal, en nuestras meditaciones, en nuestras
lecturas, y en tantas y tantas actividades que realizamos para ¿encontrar la
paz?
Cuando buscamos la paz, buscamos a
Dios; cuando buscamos la
iluminación, buscamos a Dios; cuando buscamos la expansión de nuestra
conciencia, buscamos a Dios; cuando elevamos los ojos al cielo pidiendo ayuda,
buscamos a Dios; en el hambre y sed de justicia, buscamos a Dios; en nuestra
indignación ante la injusticia, buscamos a Dios; en el consuelo y la ayuda a los
necesitados, buscamos a Dios. Buscamos a Dios de manera inconsciente y
espontánea, y esto es así, porque somos un alma, y el alma no puede vivir sin
Dios.
Hablar de Dios hoy día, casi
está mal visto, porque vivimos en una sociedad en la que hemos alejado a Dios,
vivimos en una sociedad en la que Dios está ausente. Ausente incluso en los que
rezan a Dios, ya que le buscan como el solucionador de problemas o el
conseguidos de sus más íntimos deseos. Dios es para casi toda la sociedad un
medio al servicio del ser humano, le pedimos cuentas, le juzgamos, nos quejamos
si no satisface nuestros caprichos, y aunque oremos o le nombremos, estamos muy
lejos de Él.
Identificamos a Dios cuando hablamos
de moral, de lo que está bien o está mal, sin recordar que Dios no es el
valedor de la moral, que sencillamente Dios Es. Dios Es Todo. Dios es la fuerza
que está detrás absolutamente de todo cuanto existe. Dios es la Inteligencia
que está regulando cada cosa que es y que sigue siendo. Dios es el gozo
infinito, Dios es la fuente de todo placer, de toda satisfacción, de toda
felicidad, de toda alegría. En cada aspecto de la vida está Dios. Dios es
nuestro origen, Dios es nuestro destino.
Bueno es que en nuestras reflexiones
y en nuestras meditaciones, vayamos poniendo a Dios por delante, de manera
consciente, porque toda nuestra vida física está encaminada hacia él, hacia su
encuentro.
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