Mi alma, mis libros, mis creencias, mi corazón y mis opiniones.
El viaje del alma
El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión. Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y, para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
Donde haya un pájaro, donde haya una
flor, donde haya una piedra y donde haya una nube, ahí está Dios. En la brizna
de hierba, en la gota de agua, en el grano de arena y en la chispa del fuego,
ahí está Dios. En la catedral, en la pagoda, en el salón del reino y en la
mezquita, ahí está Dios. En el bar, en el prostíbulo, en el casino y en la sala
de meditación, ahí está Dios. En el agua, en el fuego, en el aire y en la
tierra, ahí está Dios.
Dios está
alrededor de ti, pero también está en ti, por lo tanto puedes encontrarle en cualquier
momento, porque cualquier momento es bueno para encontrarte con Dios.
Solo tienes
que respirar, mantener la atención en esa respiración, y dejarte llevar hacia
tu interior. Sin darte cuenta te encontrarás con Él cara a cara. ¡Apúrate, te
está esperando!
Ustedes
creen que ante el sufrimiento de otro ser humano, y más si ese ser humano tiene
algún vínculo familiar o de amistad con ustedes, lo que se ha de hacer es
acompañar en el sufrimiento a esa persona. Hasta aquí es correcto, con matices,
ya que se ha de acompañar en el sufrimiento a cualquier otro ser humano, y no
solamente cuando existe algún tipo de vínculo, se ha de acompañar siempre, con
vínculo o sin él, la incorrección estriba en la creencia de que la mejor manera
de acompañar al que sufre es sufriendo con él, y consolarle en su sufrimiento
desde el propio sufrimiento. Creen que cualquier otra cosa que no sea sufrir
con el que sufre es egoísmo, es deshumanizado.
Este es un
error común en todos los seres humanos, es un tremendo error. Si, se ha de
acompañar al que sufre, se ha de consolar al que sufre, pero no se ha de consolar
desde el sufrimiento, se ha de acompañar y consolar desde el Amor.
¿Se imaginan
ustedes si los que estamos acompañándoles desde el otro lado de la vida
sufriéramos con el sufrimiento de cada uno de ustedes?, ¿Se imaginan ustedes a
Dios sufriendo? Dios solo Ama, y todos los que estamos a este otro lado
también, solo amamos. Y es desde nuestro infinito Amor hacia ustedes que
esperamos que nuestra inspiración les llegue para que comprendan la inutilidad
de su sufrimiento.
Necesitan el
sufrimiento para crecer, ya que si todo les va bien no aprenden, y están dentro
de un cuerpo, única y exclusivamente para aprender, pero no es necesario que se
regodeen en ese sufrimiento. Si la razón del sufrimiento acaece en un instante,
no necesitan mantener en su mente el recuerdo de ese dolor, porque lo único que
consiguen es más dolor, y el sufrimiento acaecido en un instante no es para que
ustedes acumulen dolor y sufrimiento inútil, es para reajustar su vida desde
ese sufrimiento con la nueva lección aprendida, porque ¿Para qué mantener el
sufrimiento?, además de inútil es muy monótono, imaginen ustedes que para
aprender una lección, sus profesores les repiten lo mismo una y otra vez, así un
día tras otro. Es lo que hacen ustedes.
Cada momento
de sufrimiento es, para ustedes, una nueva oportunidad para aprender a amar, nada
más, no la desaprovechen.
Escuchen a
sus hermanos, a todos aquellos que habiendo recibido y aceptado nuestro hálito
de amor han levantado su brazo con una luz en la mano para indicarles cuál es
el camino, y alumbrar, sobre todo, en esos momentos en los que ustedes con su
sufrimiento se adentran voluntariamente en un túnel de tinieblas. Escúchenles
cuando les dicen que han de realizar un viaje, el viaje más corto, pero más
importante de su vida, el viaje que les va a llevar desde la mente al corazón,
el viaje que les va a permitir dejar de pensar en su dolor, el viaje que les va
a permitir aprender a amar.
Escúchenles,
realicen ese viaje y amen, sufrir no les sirve de nada.
Desde
siempre ha existido la esclavitud. El dominio y la vejación del hombre por el
hombre se remontan en la historia hasta la misma aparición de este sobre la
Tierra.
Da lo mismo
cual sea la forma de la esclavitud, porque cualquier forma de esclavitud es
brutal en sí misma, es irracional, es inhumana.
En la
actualidad también existe la esclavitud. Son muchos los seres humanos que
tienen un amo para el que trabajan por un salario de miseria, son muchos los
seres humanos que se ven obligados a vender su cuerpo, son muchos los niños
obligados a hacerse soldados, a trabajar o a mendigar un mendrugo de pan en las
calles, son muchos los seres humanos que malviven con una economía de
subsistencia en barracas en medio de la nada sin agua y sin luz. Son muchas las
formas de esclavitud en la sociedad moderna porque mientras existan seres
humanos sin escrúpulos, mientras existan seres humanos sin corazón, existirá la
esclavitud.
No trata
esta entrada de la esclavitud física, en la que un hombre domina a otro, sino
de otra esclavitud que no aparece normalmente en los medios de comunicación, ni
en los tratados que hablan de la esclavitud, y eso que es la forma de
esclavitud más extendida en la Tierra: Es el dominio quela mente ejerce sobre el ser humano, es el
férreo control que la mente ejerce, paradojas de la vida, sobre su propio dueño.
Es el mundo
al revés, el esclavo, que es la mente, domina al amo, que es el ser,
convirtiéndose así el esclavo en el amo más cruel, más despiadado y más
poderoso que existe. La mente no tiene compasión, no se cansa, no se ablanda,
nunca afloja, siempre vigilante, siempre a la expectativa.
La mente
hace que su dueño robe, que su dueño engañe, que su dueño esclavice, que su
dueño mate, que su dueño sufra, que su dueño enferme, que su dueño muera. Y,
sin embargo, la misma mente, podría hacer que su dueño reparta la riqueza, que
su dueño sea feliz, que su dueño ría, que su dueño se mantenga sano, que su
dueño viva, que su dueño respete, que su dueño libere.
Entre la
mente que hace que su dueño robe o que su dueño reparta la riqueza solo hay un
pensamiento de distancia. Entre la mente que hace sufrir y la mente que hace
feliz solo hay un pensamiento de distancia. Entre la mente que hace vivir y la
mente que hace matar solo hay un pensamiento de distancia.
Cambiar ese
pensamiento es el trabajo del ser humano, es un trabajo sutil con su propia
mente, es casi como acariciarla de manera permanente hasta desgastar su costra
de crueldad.
La
herramienta para acariciar la mente es la meditación, a través de la cual va a
poder el ser humano traspasar el umbral de la mente para adentrarse en las
profundidades de su propio ser, donde, ¡oh sorpresa!, no hay espacios oscuros,
sino la luz de su esencia, la luz de su libertad, la luz de su conocimiento, la
luz de la alegría pura, la luz de la paz, la luz del amor. Y entonces libres
del equipaje de la mente, libres de emociones y de sentimientos inútiles, se
vive sin tiempo, se vive sobre todo en libertad.
Será
entonces cuando el ser humano sea consciente de que es él, y solo él quien está
a cargo de su vida y de sus situaciones, será entonces cuando el ser humano sea
consciente del poder que tiene, para usarlo y hacer así con su vida lo que
desee.
Sé que puede parecer una locura
pensar que pueda haber alguna persona en el mundo que le tema al éxito, o que
le rechace. Pero así es. Y no son ni una ni dos, son muchas las personas que
por una u otra razón tienen miedo a triunfar.
Por supuesto
que es un miedo inconsciente, y que incluso la misma persona lo negaría una y
un millón de veces porque, a simple vista, pudiera dar la impresión de que la
persona está dando los pasos adecuados para la consecución del éxito que ansía,
porque aunque el deseo externo sea ese, el del éxito, sin embargo, en su
interior, de manera totalmente inconsciente, está trabajando para lo contrario.
Voy a tratar
de dar un ejemplo: Piensa en un profesional de cualquier rama, que además es
reconocido en su trabajo, como un buen profesional, serio, responsable,
trabajador, cumplidor de su palabra, cumplidor con el trabajo y cumplidor con
los amigos. Un buen día este gran profesional decide establecerse por su
cuenta. Tanto él como su entorno están seguros de su éxito, prácticamente es un
éxito anunciado, ya que es conocido, es admirado y respetado.
Sin embargo, pasan los meses y no
termina de despegar el negocio. Si, no se puede decir que sea un fracaso, pero
no termina de ser un éxito. A duras penas cubre los gastos que genera el
negocio, pero poco más. Sus ingresos no son suficientes para los gastos
normales de la familia. Él sigue estando contento y esperanzado, siempre
pensando que en el próximo mes será el despegue definitivo, pero tampoco y así
un mes y otro mes.
¿Cómo puede ser?, se pregunta en las
íntimas conversaciones que mantiene consigo mismo. Su entorno tampoco lo
entiende. Algo pasa, ¿Qué será?
Nuestro profesional es, además un
amante de su familia, y cada día en la despedida, tiene la misma conversación
con su esposa:
-“¿A
qué hora vendrás?”, pregunta casi siempre su esposa, a lo que el esposo
responde:
-“Si
no viene nadie en cuanto acabe con el cliente que tengo a las seis”.
-A
ver si hay suerte y no viene nadie para que llegues pronto”, finaliza su
esposa.
-“A
ver…..”, finaliza el esposo, “¡Hasta la noche!”
Y, ¡qué curioso!, casi siempre tienen
suerte, no viene nadie y puede salir pronto para ir a casa.
Sin embargo, al llegar a casa se
lamenta:
-“Es
que no viene nadie, no sé cuándo van a empezar a aparecer los clientes, ahora
parece que vienen con cuentagotas”.
Nuestro profesional, a veces, le
comenta también a su esposa:
-“Creo
que me estoy convirtiendo en un brujo, porque esta mañana he pensado que si no
viniera el cliente que tenía cita a las diez me iría bien para poder ir al
banco, y no ha venido, y ya ha pasado otras veces con otra gente”.
Hasta aquí nuestra historia. ¿Qué
opinas?
Es seguro que nuestro profesional
nunca va a conseguir el éxito esperado porque mientras con el pensamiento
consciente está deseando el éxito, aunque también es cierto que cada vez con
menos emoción por la cruda realidad, con el pensamiento inconsciente, desea
intensamente que ese éxito no se produzca, alejando a los clientes con su
ferviente deseo de que no vengan para poder ir a casa, o para hacer otras cosas
en el tiempo que tendría que dedicar a la atención de los clientes.
Porque no es que se esté convirtiendo
en un brujo, solo es que “energías iguales se atraen”, y el Universo se encarga
de enviarle aquello que más fervientemente desea, es decir, no clientes. Los
que llegan son los pocos que atrae con el deseo consciente del éxito que genera
con mucha menos intensidad, y por lo tanto con mucha menos emoción que el deseo
de no tener clientes.
¿Qué hacer ante esto? Para revertir
la situación va a tener que ser consciente “todo el tiempo” de que necesita
clientes para triunfar, y así no los repelerá con sus deseos conscientes
contrarios al éxito, que no son más que un miedo inconsciente al éxito.
El miedo al éxito puede ser por
infinidad de causas, y los boicots también se pueden manifestar también de
infinitas formas.
Es necesaria mucha atención a los
pensamientos, a las palabras, a los deseos y a las acciones que boicotean la
llegada del éxito. Ayuda a esto el mantener la mente en silencio, para que
pueda permanecer alerta a cualquier pensamiento, por eso, también para un caso
como este de boicot a los deseos conscientes de la persona sirve la meditación.
Puede ser también una buena
herramienta mantener pensamientos conscientes del tipo: “Yo soy el éxito”, “Amo
a mis clientes”, “Abro encantado las puertas a todos los nuevos clientes”. “Me
siento bendecido por los X clientes”, “Me siento agradecido por los X clientes”.
Si crees que te encuentras en una
situación parecida en la que el éxito no llega a ti, cuando no parece que
pudiera haber ninguna causa que lo impida, mantente alerta, observa sus
pensamientos, observa tus reacciones, observa tus pensamientos, observa tus
emociones.
Dejen ya de
preguntar ¿Cuál será mi misión en la vida? porque su misión en la vida es muy sencilla: Aprender a
amar, y punto.
¿Que tienen
que liberar Karma?, si realmente aman el Karma desaparecerá como el hielo en
agua hirviendo. ¿Que tienen deudas pendientes?, si realmente aman se condonan
todas las deudas más fácilmente que los pecados en el confesionario, ¿Qué
tienen que aprender de alguien o enseñar algo?, si, tienen que aprender amar y
después enseñar cómo.
Y ¿Cómo se
aprende a amar? Es fácil: A caminar se aprende caminando, a conducir se aprende
condiciendo, a cocinar se aprende cocinando, pues a amar se aprende amando. Ama y lo demás llegará por añadidura.
Puede parecer increíble, que la vida,
ese don tan maravilloso que algunos seres nos hemos dado, convirtiéndonos
durante un breve espacio de tiempo de nuestra eternidad en humanos, pueda
convertirse, a veces, en algo tan duro, tan inaguantable e insufrible, que bien
pareciera que en vez de ir montados sobre la vida, disfrutando de su belleza,
lleváramos la vida, y no solo la nuestra, sino la vida de toda la humanidad
sobre nuestras espaldas. ¡Y eso pesa!
Algunos
podrían pensar que nada hay en la vida más duro que la propia vida, o mejor los
acontecimientos que en ella se generan cada día, pero si hay algo que puede ser
muchísimo peor y, de hecho lo es, es la actitud con la que cada uno se enfrenta
a todos y cada uno de los acontecimientos de su vida.
Enfrentarse
a la vida cuando la miseria se pasea por ella, puede ser más o menos duro;
enfrentarse a la vida, cuando la enfermedad ha tomado posesión de la misma
vida, puede ser más o menos angustioso; enfrentarse a la vida cuando la
vidaha recibido la visita de la muerte,
puede ser más o menos dramático. La diferencia entre el más y el menos es la
actitud.
De momento,
parece que ha quedado sobradamente demostrado, hace ya tiempo, por experiencias
en las propias vidas y en las vidas ajenas, que tratar de vivir la vida por el
lado más duro no soluciona la miseria, y sin embargo, puede agregar, y de hecho
agrega dolor al dolor, de la misma manera que más angustia no soluciona la
enfermedad o que por mucho dramatismo que le pongamos a la muerte no va a
resucitar al difunto.
No solo es
válida la actitud para los tres casos extremos de miseria, enfermedad y muerte.
La actitud hace que varíe también la percepción de cualquier preocupación, de
cualquier dolor, de cualquier desengaño, de cualquier sufrimiento o de
cualquier decepción.
Cualquier
acontecimiento en la vida ocurre en un determinado momento, pero justo al
instante siguiente la vida sigue su ritmo, no se detiene ni por un instante, y
si la vida no se detiene, ¿Por qué la persona se queda anclada en la emoción,
ya sea positiva o negativa, provocada por el acontecimiento?
Sabemos que
todo es energía. El pensamiento es energía, la emoción es energía, la
preocupación que sólo es un pensamiento repetitivo sobre cualquier tema sin
desear llegar a ninguna conclusión, es como cualquier pensamiento energía que
se va almacenando en nuestro sistema energético provocando otras energías nada
agradables como son el miedo, la ansiedad, la angustia o la soledad.
Está claro
que por mucho que piense y se preocupe la persona no consigue hacer retroceder
ni un ápice a la vida para deshacer el acontecimiento, por lo tanto solo hay
que cambiar la actitud hacia cualquier acontecimiento cambiando el proceso de
pensamiento, y de inmediato cambia la vida. Con ese cambio de actitud, se deja
a un lado del camino el peso cargado, voluntariamente, sobre las espaldas, pero
volver a subirse al tren de la vida.
El cambio de
actitud que se escribe en un minuto y se lee en dos segundos, lleva un poco más
de tiempo adquirir la habilidad necesaria para ponerlo en práctica, pero cuanto
más se tarde, será peor, porque seguiremos añadiendo sufrimiento al
sufrimiento, dolor al dolor, angustia a la angustia y dramatismo al drama.
Cualquier sufrimiento es inútil, porque todavía no se han detectado cuales son
los nudos del dolor que puede desatar el sufrimiento, y, desde luego, no es
porque no se tenga experiencia en sufrir, porque sufrimiento en el mundo hay
toneladas en cada esquina.
Puedes
analizar cuantos sufrimientos te han solucionado problemas. Si no encuentras
ninguno, ¿Para qué sufrir? Empieza a trabajar para vivir la vida con una
actitud diferente. ¿Qué cómo se hace?, pues meditando.
Cuando
dos personas inician una vida en común, con independencia de sus auras
individuales, se va formando un aura de pareja, aura que podemos denominar
también aura de familia.
El
aura de familia es el conjunto de la energía de los dos miembros de la pareja,
tanto en el plano individual como en el plano de actuación en esa mini sociedad
que han formado. Es decir, no solamente la energía de cada individuo pasa a
formar parte del aura de familia, sino también la energía derivada de su
comportamiento en su mini sociedad. Por ejemplo: Los dos miembros de una pareja
pueden ser, cada uno de manera independiente, encantadores, compasivos y
alegres, pero su relación puede ser un caos, de gritos, de enfados, de engaños
o silencios. La energía generada por su mala relación es la que va a ir ganando
terreno, por lo que su aura de familia será cada vez más pequeña, más sucia,
más pegajosa y más oscura, por usar calificativos que todos podamos entender
como negativos y, que a todos nos acerquen a algo realmente asqueroso. Por
supuesto que también se van a ver afectadas sus auras individuales.
Las
auras individuales y el aura de familia se van retroalimentando la una a las
otras y viceversa.
Cuando una pareja tiene una relación
conflictiva, desde luego lo ideal sería que abandonaran la idea de mantener esa
relación que les está destruyendo, e iniciar una separación basada, ya que
parece que no puede ser en el amor y el cariño, que fuera al menos en el
respeto.
Pero
no es el tema de esta entrada la relación conflictiva de las parejas, sino
intentar saber que ocurre con el aura de familia, sobre todo cuando esa familia
aumenta con la llegada al mundo de los hijos.
Con
independencia del cordón umbilical etéreo, que va a existir entre una madre y
su hijo siempre, aunque cada vez más debilitado en la edad adulta. El niño,
desde que nace hasta aproximadamente los siete años, tiene un campo energético,
completamente vulnerable al ambiente en el que vive. Es decir, está
completamente abierto a la energía del exterior, pero sobre todo a la energía de
sus padres y por supuesto a la energía del aura familiar, de la que él ya forma
parte, y reacciona de manera permanente, en función de su temperamento o su
carácter, o mejor, lo que será su temperamento y su carácter.
Ante
la misma energía un niño puede sentir miedo, o ponerse enfermo y otro no, o lo
manifieste más suavemente porque sea menos sensible. Pero a todos les va a
afectar, la diferencia estriba en la sensibilidad del niño.
Son
muchos los niños que conviven con problemas emocionales de adultos, soledad,
ansiedad, estrés, miedo, etc., y no parece, analizando su vida, que exista una
razón lógica para ese desequilibrio emocional. El problema está en que solo se
analiza lo que se ve en el niño, pero ¿Qué pasa con el comportamiento de los
padres? Teniendo en cuenta que los que llevan a la consulta al niño son sus
padres y novan a contar que la relación
entre ellos no es la adecuada, o que se siente, (normalmente uno de ellos), tan
mal, que aparca al niño delante de la tele; no es fácil llegar a la causa
primera de la problemática del niño, problemática que en algunos casos puede
derivar en problemas físicos.
Aun
hay más: Los niños que se pasan horas y horas con las nanas que les cuidan
pueden tener un problema añadido: Tienen otra energía que les afecta,
positivamente si la nana es un dechado de paz, de serenidad y amor o
negativamente por los problemas que pudiera arrastrar la nana.
Muchos
problemas de niños pequeños se resuelven trabajando con los padres, siempre y
cuando ellos estén de acuerdo, ya que incluso un exceso de celo en el cuidado
de los niños, que bien puede ser un miedo no manifestado, pero energéticamente
presente, puede afectar al desarrollo emocional del niño.
Para
que el niño tenga una buena salud física y sobre todo emocional necesita que
los padres, bien sean: ambos padres, o ambas madres, o solo la madre o solo el
padre, según esté estructurada la familia, vivan en alegría, amor, dedicación,
respeto, sin miedos, sin traumas, sin ansiedades.
Para
solucionar un problema emocional, o en algunas ocasiones físico de un niño, es
posible que se necesite trabajar en varios frentes: en el aura familiar, en uno
o en los dos progenitores, y por supuesto en el niño. Sin olvidar que ha de
existir, primero el reconocimiento de los padres de su comportamiento,
posiblemente destructivo y el compromiso para cambiar ese comportamiento entre
ellos y hacia el niño.
Trabajar
solamente en el niño puede solucionar el problema en el corto plazo, pero
seguro que no tardando mucho vuelve a aparecer la misma o parecida
problemática, ya que no se ha actuado en la fuente de la energía de la que se
nutre el niño, el aura de la familia y los propios padres.
Es
cierto que los niños no vienen al mundo ni con un pan debajo del brazo ni con
un manual de trato. Son los padres los que han de ir aprendiendo con la
práctica. Pero sobre todo tienen que tener en cuenta quelos niños aprenden con el ejemplo.
Cuando
nuestra mente campa a sus anchas, que es casi siempre, sin la intervención de
nuestra voluntad, es como si se volviera loca, es como un caballo desbocado que
corre y salta sin control, y vuelve sobre sus pasos para volver a correr y a
saltar, y así indefinidamente.
Nuestra
actuación ante la propia mente es muy peculiar y curiosa. La permitimos que
repita y repita y repita los mismos pensamientos de manera permanente, como si
con una sola vez no fuera suficiente para entenderlo.
Lo que le permite el ser humano a su
mente no se lo permite absolutamente a nadie. Si cualquier persona le repitiera
a otra en voz alta una y mil veces la misma cosa, de inmediato le tacharía de
loca, se alejaría corriendo o le diría a la persona que visitara a un
psiquiatra, porque lo más probable es que hubiera enloquecido y necesitara
tratamiento.
Y, sin embargo, con nosotros mismos
no tomamos ninguna acción, cuando nuestra mente nos hace lo mismo, repetir y
repetir, y no una vez, sino una tras otra, un día tras otro.
De nada vale que se diga que somos lo
que pensamos, que energías iguales se atraen, que la energía va detrás del
pensamiento, es igual, el ser humano es incapaz, posiblemente por su falta de
voluntad y su debilidad de carácter de trabajar para dominar a su mente. Pero
os imagináis que diferente sería si los pensamientos fueran audibles.
Si fueran audibles y los podría
escuchar todo el mundo. Con cinco minutos de escucha sería suficiente para que
quien lo escucha actuara igual que aquel al que otro le repite siempre la misma
cosa, pensaría que ha perdido la razón. Entonces sí que actuaría la persona.
Porque lo que es incapaz de hacer para sí mismo, lo hace las veces que haga
falta por “el qué dirán”, para evitar que piensen que está loco.
Pues imagínate que cualquiera puede
escuchar tus pensamientos y actúa y tomar las riendas de la dirección de tus
pensamientos. O mejor, haz que se callen, así tus pensamientos audibles serán silencio.