Religiones, nacionalismos, creencias,
opciones políticas, tendencias, sexualidad, y todo aquello que separa a los
seres humanos es fuente de conflicto, es germen de guerras.
Se puede comenzar una guerra por un
trocito de tierra o de mar, porque un avión pasa por un cielo que se considera
propio, en el nombre de Dios, (lo hicieron unos en las cruzadas y lo hacen
otros ahora), por un pedazo de trapo que denominan bandera, por un pozo de petróleo
o una mina de diamantes, como prevención de no sabemos qué, por una lengua,
para tapar problemas internos, etc., etc. Aunque sin llegar a la guerra también
se generan conflictos por casi todo. ¿Hasta cuándo?
Todo
es producto de la separación entre los seres humanos, y cualquiera que sea la
causa de la separación solo es producto de la ignorancia en la que viven,
agravada esa ignorancia por el egoísmo y por las ansias de poder.
Esa ignorancia no es que sean
analfabetos, no, son buenos maestros, abogados, ingenieros o médicos. No es un
conocimiento intelectual el que les falta, ese conocimiento, aunque no sirve de
mucho, lo tienen. Lo que les falta es saber quiénes son realmente.
Somos Energía Divina, somos una Gota Divina, somos
una Chispa Divina, somos Hijos de Dios, somos una Parte de Dios. Y nuestro
tiempo no es el corto espacio de vida de una vida terrenal, es la eternidad. Y
hoy podemos ser de Luxemburgo, pero en la vida anterior fuimos de Senegal, en
la anterior de EE.UU., en la anterior de Israel, y en la próxima podemos ser de
Palestina
Había
un tiempo, antes del tiempo, anterior a la vida, anterior a cualquier Ser
manifestado, en el que todo era Dios, solo Dios. Todo era un Principio
Omnipotente, Eterno, Sin Límites, Inmutable, todo lo que existía era la Energía
Divina.
No existía el tiempo, ya que este es sólo una ilusión producida por la sucesión de nuestros estados de conciencia en nuestro viaje a través de la materia, y no existe donde no existe conciencia porque no puede producirse la ilusión. No había Almas, no había conciencia, no había tiempo.
No
había en ese tiempo más Alma que el Alma Suprema. No había almas individuales,
no había existencias independientes. Y
así fue hasta que las Chispas Divinas, por decisión de Dios, brotaron del Alma
Superior.
Como en nuestro mundo todo ha de tener un porqué, he
tratado de encontrar el porqué del desgaje de las Chispas Divinas de la Energía
de Dios, y siempre he encontrado las mismas respuestas: No estamos preparados
en la vida de la materia para entender tal situación. Nuestra mente racional no
podría entender la explicación. Es como si se tratara de explicar a un primate
como funciona un motor de explosión, aunque se realizara una exposición con
todo lujo de detalles, no entendería nada, para empezar no entendería ni las
palabras. Y de hecho, que más nos da la razón por la que estamos aquí. Estamos
y punto, hagamos lo que hemos venido a hacer. Y lo que hemos venido a hacer no
es pelear entre nosotros, es ayudarnos, es respetarnos, es amarnos.
La Chispa Divina, que se denomina Mónada tiene un
recorrido y una meta ya determinada. La meta es el retorno al Seno del Padre, y
su recorrido es aprender, es sentir y es vivir el Amor, Amor, que es la esencia
de la que Ella misma está compuesta. Pero no el tipo de amor con el que los
hombres calificamos el sentimiento hacia nuestros padres, hacia nuestros hijos
o hacia nuestros amigos. Este amor nada tiene que ver con el Amor que compone
la Energía Divina, nada tiene que ver con el Amor de Dios.
La aspiración de la Mónada desde el primer instante
de su independencia es volver a Dios, desde ese primer instante siente el
anhelo de vuelta, pero sabe que para volver ha de integrar en Ella el Amor,
hasta volverse Amor. Y la manera más rápida de conseguirlo es encarnarse, es
venir a la vida, porque es en ella donde se dan las mejores condiciones para
realizar el aprendizaje. El alma viene a la materia por propia decisión, el ser
humano nace porque ha decidido nacer.
Para que la Mónada pueda volver a ser Una con la
Energía Divina, es imprescindible que sea de la misma cualidad que la totalidad
de la Energía: La Energía Divina es Dios, por lo tanto cada Mónada ha de ser
una copia exacta de Dios, por eso cada Mónada ha de ser Amor.
Discutir por un trapo, por un trozo de tierra o por
cualquier causa que creamos, justa en nuestro corto conocimiento solo nos
separa de nuestra meta. En lugar de discutir, en lugar de pelear, en lugar de
separar, hemos de aunar, porque la vida que hay en uno es la vida que hay en todos,
porque hoy podemos pelear por quitar una bandera en un lugar y en la próxima
vida podemos pelear por volver a colocarla de donde la quitamos nosotros
mismos.
Todos somos Unos, todos sufrimos lo mismo, todos
sentimos lo mismo, todos vamos al mismo puerto, todos estamos embarcados en el
mismo barco, se llama Tierra, ¡Qué bien nos iría si todos remáramos en la misma
dirección!
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