No existen fórmulas magistrales para entregar a Dios ni el sufrimiento ni
nada. Sólo hay que pensar: “Dios mío, te entrego este sufrimiento, hágase Tu
voluntad”. No hay que olvidar que Dios sabe todo de cada uno de nosotros, y
todo es todo: emociones, pensamientos, palabras, sentimientos y acciones.
Cabria pensar que como Dios lo sabe todo porque permite el sufrimiento, y
no un sufrimiento auto-inducido como el de la madre de la entrada anterior, sino cualquier
tipo de sufrimiento. Dios ni permite ni deja de permitir. Dios está ahí
observando como el ser humano va ganándole metros a su mente, y Él Sabe que
cualquier sufrimiento, cualquiera, sea del tipo que sea, solo es una
herramienta que el ser humano se ha dado para ganar justamente esos metros para
acercarse a Él.
Cuando el ser humano le ofrece a Dios el sufrimiento, no es que Dios se
haga cargo del sufrimiento y ya está, se acabó el sufrimiento en ese ser
humano, no, no funciona así. Cuando la persona le entrega a Dios su
sufrimiento, o se pone en Sus Manos, ocurren varias cosas:
- Se cambia el pensamiento de miedo, o de ira, o de
dolor, o del tipo que sea, por el pensamiento de alta frecuencia. De inmediato
cambia esa energía negativa que generaba el pensamiento negativo y que estaba
ensuciando el cuerpo energético de la persona, por una energía positiva y
poderosa que no solo no ensucia, sino que comienza a limpiar el cuerpo
energético.
o Esa energía negativa además atrae hacia la persona
más energía de lo mismo. Recodar: “Energías iguales se atraen”. Al cambiar la
energía se cambia lo que se atrae.
- Está bien cambiar un pensamiento negativo por otro
positivo, pero si además ese pensamiento positivo es hacia Dios, se abre de
inmediato la puerta de comunicación con Dios, y la Energía Divina comienza a
descender sobre la persona a través de su chakra corona. La persona se inunda
de Amor, se inunda de Dios. Es posible que no lo note, al principio somos un poco insensibles, pero está ahí, o es
posible que note una emoción momentánea o un escalofrío, que son algunas de las
manifestaciones de la Energía Divina.
- Al ponerse en manos de Dios la persona se pone de
inmediato en contacto con su Plan de Vida, solo por el mero hecho de dejar de
ofrecer resistencia a la Energía Divina. Eso no significa que deje de sufrir o
que comience una nueva vida en concordancia con los deseos de la persona. Normalmente
los deseos de la persona no tienen nada en común con el Plan de Vida, pero a
pesar de que no se cumplen los deseos de la persona, esta, en su sufrimiento o
en su decepción se siente tranquila, se siente en paz.
Recuerda, solo tienes que decir "Hágase Tu Voluntad", mantener en tu mente la idea de que todo lo que pase a partir de ese momento procede de Dios, y lo que tenga que llegar llegará por añadidura. No le puedes poner puertas al monte, no le puedes poner puertas a la vida.
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