Por un
momento pensé en mis padres. Siempre ocupándose de mí, siempre privándose de
cosas que les gustaban para satisfacerme, siempre pendientes el uno de otro y
los dos pendientes de mí. Y yo, en reciprocidad, tratando de satisfacerles para
que estuvieran contentos y orgullosos de mí. Fue un duro golpe su perdida.
Durante mucho tiempo permanecí sumido en una profunda tristeza. La razón de mi
soltería es porque estoy convencido de que nuestra familia era algo especial y
no quiero algo diferente para mi vida.
-
Ángel prosiguió- Tu tenías confianza en
ellos porque les amabas, para ti eran los más guapos, los más listos, se
merecían lo mejor del mundo y solo querías verles felices y contentos, ¿es
correcto?
-
Completamente, -contesté con una cierta
mirada de tristeza.
-
Pues si te amaras a ti mismo, como les
amabas a ellos, serías para ti el más guapo, el más listo, merecedor de lo
mejor del mundo, estarías, siempre, feliz y contento, sin preocupaciones y, no
solo, sin ocuparte de lo que el resto del mundo pudiera pensar de ti, sino de
lo que tu creerías que ellos esperan de ti.
-
¿Seguro que eso no es egoísmo?,
-insistí.
-
No hijo. Estar bien no tiene precio. No
es cuestión de suerte y no depende de tener más o menos posesiones, no depende
de otros, ni tan siquiera de la salud. Solo depende de uno mismo. –se mantuvo
unos instantes en silencio para continuar- Y, además, si estas perfecto podrás
dar lo mejor de ti, porque si estas mal, con miedo, con alguna preocupación, no
te podrás dar al ciento por ciento, no trabajarás dando lo mejor de ti, no
estarás completamente presente con las personas con las que interactúas, porque
estarás pensando en tu problema, y serás tú quién necesite ayuda para salir de
la situación caótica en la que te pudieras encontrar.
Estaba
comenzando a entender la filosofía de Ángel. Cada uno depende de sí mismo y
depende para todo, para estar bien y para estar mal. Era la primera vez que
escuchaba algo parecido. Tenía toda la lógica del mundo.
Los
seres humanos se pasan la vida cargando sus penas, sus dudas, sus miserias, sus
miedos y los descargan sobre todo aquel que se cruza en su camino, que en la
primera pausa que haga, para tomar aire, en el relato de sus penas, va a
comenzar a relatar las suyas propias, porque, prácticamente, todos están en la
misma situación, todos embarcados en el mismo barco, todos librando las mismas
batallas.
-
Ángel, ¿por qué me estás contando todo
esto?, –y no pude resistirme sin hacer un comentario- solo somos dos
desconocidos.
-
Si, tienes razón, es posible que me
esté poniendo un poco pesado. Tómalo como una compensación o un intercambio por
tu buena acción. Disculpa si te estoy haciendo sentir un poco incómodo.
No sé
por qué, pero no le creí. Tuve la sensación de que pedía disculpas como si me
hablara del tiempo. Además, si antes dijo que todo está programado, estaba
claro que este encuentro entraba en esa programación y si estaba programado el
encuentro, lo lógico es que, también, lo estuviera el tema a tratar.
-
No me siento incómodo Ángel, me siento
raro, porque nunca antes había hablado de estos temas. Son desconocidos para
mí, aunque empiezo a entender lo que me explicas. Y me pregunto cómo
incrementar el amor por uno mismo, aparte de la voluntad que decías antes que,
por cierto, tampoco sé cómo aplicar.
-
Primero: Graba a fuego, en tu mente y
en tu corazón, esta frase: “Todo está bien”. Y aplícala siempre, para ti y para
los demás. Sobre todo, para ti que vas a iniciar el trabajo de incrementar el
amor. Acuérdate de
esto: Todo tiene su momento, todo ocurre cuando tiene que ocurrir, todo está
bien. El ser humano, lo que tiene que hacer es aceptar la vida, es aceptar su
vida.
-
No
entendía nada y pregunté- Entonces, ¿eso quiere decir que hemos de permanecer
sentados esperando que vaya pasando la vida?
-
No hijo
mío, -contestó Ángel- eso no quiere decir que te quedes sentado de brazos
cruzados sin hacer nada esperando que la vida siga, no. Eso quiere decir que se
han de tomar decisiones, y aceptar las consecuencias, y si no te gustan, pues
cambia a otras decisiones, pero sin lamentarte de las anteriores, ni
permaneciendo ansioso, para ver los resultados de las nuevas.
>>
La vida es, las cosas son, las personas, también, son
como son. Hay que aceptarlo todo, porque todo está bien.
-
Y ¿lo
que no está bien?, por qué no todo está bien. No está bien por ejemplo que un
loco te apunte con un arma y te robe todo lo que llevas encima.
-
Lo que
no está bien, también está bien –concluyó Ángel-. Nadie gana nada por mantener
en su mente, la rabia, el rencor, la ira, el odio, porque nada cambia, todo
sigue igual, y esas emociones afectan negativamente a la persona que las siente,
mientras que aquel que ha hecho el mal sigue tan feliz. Tú perdona al ladrón y
luego pon en conocimiento de la ley el hecho, pero sin esperar el veredicto de
la justicia.
>> La vida no es ni buena
ni mala. Los acontecimientos que van ocurriendo en la vida, tampoco son ni
buenos ni malos, solo “son”, como la propia vida, porque la vida “es”.
>> La vida no es nada
tangible. La vida es para ti y si no estás, para ti, no hay vida. No hay
una vida en la que todos los seres humanos están inmersos, como los peces están
en el agua. La vida es un continuo de tiempo que nunca se detiene y, aunque
parezca que van sucediendo acontecimientos que, se alargan en el tiempo y, van dejando
a las personas atadas a sus consecuencias, no es tal. Sí que van ocurriendo
eventos, pero suceden en un instante y no llevan un lastre que les deje
amarrados a los efectos. El amarre lo realiza el pensamiento que se queda dando
vueltas y vueltas a eso que él mismo califica como bueno o malo, perdiéndose la
vida que sigue pasando por delante.
>> Y, mientras tanto, el pensamiento,
regodeándose con la alegría o apenándose por la desgracia, va generando esa
energía que se va acumulando en el aura.
>> ¿Alguna vez te has detenido a pensar en
cuanta vida vives en realidad? Porque cuando le estás dando vueltas a un
pensamiento una y otra vez, ¿tú crees que estás viviendo? No, no hace falta que
me contestes, -me dijo Ángel viendo mi intención de decir algo- ya contesto yo:
No vives, porque la vida, tu vida, sigue pasando sin que seas consciente.
>> Imagina un corcho flotando en la corriente de un río.
Podemos pensar que el agua es la vida. Y tú eres el corcho que nunca se detiene
y va a flotar, más suave o más bronco, según sea el lecho del río. Pero cuando
pasa el accidente del rio, el corcho, a diferencia de ti, vuelve a seguir su
camino, sin volver sobre sus pasos, que es lo que tú haces cada vez que vuelves
a pensar en un suceso pasado.
-
Pero
eso es muy difícil, -No me quedó más remedio que quejarme.
-
Nadie
ha dicho que sea fácil.
>> Sigo con los puntos
para incrementar el amor por uno mismo. Segundo: Destierra las frases “no sé”, “no
puedo”, “no tengo”.
>> Decir
“no sé”, “no puedo”, “no tengo”, es dar una orden muy poderosa a la vida. La
orden de que, aunque no lo tengas, no lo vas a conseguir porque no puedes y,
además, no sabes. Así se cierra la puerta a cualquier “don” del Universo. No
puedes desear durante 10 minutos y pasar el resto del día pensando que es
imposible que ese deseo te llegue.
>>
Recuerda: Dios puede hacer lo que quiera, cualquier cosa, por imposible que
pueda parecer al entendimiento de los hombres. Pero si tú niegas el milagro con
“no sé” o “no puedo”, Dios, con su infinito amor hacia ti, no va a ir en tu
contra y darte eso que pides 10 minutos y niegas 20 horas.
>>
En esos momentos, en los que no sabes qué hacer con tu pensamiento o, cuando él
solo se va a cualquier acontecimiento pasado o cualquier sueño de futuro, vete
repitiendo en tu interior “yo sé”, “yo puedo”, “yo tengo”. Así se lo pones más
fácil a Dios.
>> Tercero: No deposites tu felicidad o tu bienestar en manos de
otros. Todo depende de ti. No esperes que otros te den amor. Tú solo te tienes
que ocupar de dar amor, no de suplicarlo.
>>
Estarás conmigo que para tener un cuerpo atlético haces deporte, o para saber
más de cualquier materia estudias, o cuando tienes sueño te acuestas y duermes.
Nadie va a conseguir músculos para ti, ni va a estudiar para que tú aprendas,
ni va a dormir para que a ti se te quite el sueño. Entonces, ¿por qué depositas
la consecución de tu felicidad en otros, por ejemplo, una pareja, en lugar de
tratar de conseguirla por ti mismo, como en los casos anteriores?
>>
La felicidad es un estado interior. Es un estado de serenidad y de paz. Y nada
que provenga del exterior va a hacer que lo consigas. Conseguirás alegría o
euforia, pero será algo pasajero, mientras la felicidad, la auténtica felicidad
es un estado permanente y se llega a ella cuando aceptas cada una de las
situaciones que se van presentando.
- Todo lo
que dices suena muy bien Ángel, pero ya me dirás como se consigue.
- Viviendo
el momento presente. Sabiendo que todo está bien. No preocupándote o sufriendo
por un pasado que ya pasó o por un hipotético futuro que no sabes si llegará.
>> Sigo con el cuarto
punto: Nunca te juzgues ni te critiques. Recuerda “todo está bien”. Si eres
consciente de que has hecho algo mal, no te recrimines, porque no lo hiciste de
mala fe. Eso en ti no cabe. Que sea un aprendizaje para que no vuelva a pasar.
>> ¿Qué ganas con
fustigarte por algo que ya pasó?, no puedes volver atrás. Aprende de la
experiencia para que no la vuelvas a repetir.
-
Pero el pensamiento es muy tenaz y por
mucho que yo no quiera volver a ese suceso, el pensamiento me va a llevar una y
otra vez. ¿Qué hago?, -Necesitaba algo concreto. No parecía de mucha utilidad
el decir que eso sea un aprendizaje y ya está.
-
Cada vez que aparezca el pensamiento
devolviéndote al pasado tienes que cambiar ese pensamiento, y lo puedes hacer
generando un pensamiento consciente contrario al pensamiento que te arrastra al
pasado. Puedes evadirte de ese pensamiento cantando. Puedes repetir
pensamientos positivos conscientes, como, por ejemplo, Yo Soy paz, Yo Soy amor.
¿Lo entiendes? -quiso saber Ángel.
-
Si. Entiendo.
>> Quinto: Los demás no
tienen la culpa de lo que te va sucediendo en la vida. Ni tan siquiera de la
pérdida del empleo.
>> Recuerda también esto: “todo pasa por algo,
para todo existe una razón, aunque pase inadvertida”.
>> Y a partir de aquí, vive con atención para no
repetir nunca más frases como las anteriores y aplica tu voluntad para ir
mejorando. En menos tiempo del que te imaginas notarás cambios importantes en
ti. ¿Qué opinas?
-
Me parece lógico. Me parece difícil.
Pero nunca me han asustado las dificultades y soy muy terco, además, de
constante. Voy a hacerlo, pero si en un lapso prudencial de tiempo no noto esas
mejoras, te buscaré y te diré que te has equivocado.
-
Perfecto, -y concluyó- sé que lo
lograrás.
Fue
entonces cuando fui consciente de la hora y nos despedimos, sin fijar un nuevo
encuentro.