Tengo una pregunta que a veces me tortura:
¿Estoy loco yo o los locos son los demás?
Estaba viendo anochecer, ¡Que belleza! Tanto el amanecer
como el anochecer son un espectáculo grandioso en esta hermosa ciudad (Cusco),
una explanada entre montañas eternas, por las que cuando se asoma y se pone el
sol, es como si la Energía Divina anunciara la grandeza de un nuevo día y la serenidad
de una noche hermosa.
Viendo como el sol desaparecía entre
las montañas, recordé que también en un anochecer, escribí una entrada en el
blog. La busqué y al leerla conecté con la misma sensación, con la misma emoción, con la misma energía, que estaba sintiendo
ahora. Y por primera vez, y sin que sirva de precedente decidí volver a
colgarla.
Son
las seis de la tarde y en Cusco ya ha caído la noche. No se ven las montañas
que rodean la ciudad y que también rodean mi casa, ya que a través de las
ventanas, mire al norte, al sur, al este o al oeste, sólo veo montañas, sólo
veo los Andes. Pero ahora en la oscuridad de la noche parece que su inmensidad
se ha diluido con la luz del Sol. Donde había montañas sólo hay oscuridad, y
debajo de esa negrura, las luces de la ciudad, y encima de la negrura, las
estrellas titilando para llamar la atención de unos pocos que nos quedamos
embelesados con su brillo.
Y yo, en mi locura, o en mi cordura, como no veo las
montañas me pregunto: ¿Dónde se habrán ido las montañas?, ¿Se las llevará el
sol cuando desaparece? Porque si no las veo, ¿Será que no existen?, o si
existen, pero no las veo.
¿Crees que me he vuelto loco?, y entonces qué opinas de
aquellos que no creen en el alma porque no se ve, o no creen en una vida del
espíritu porque no sale en la tele, o de los que cuestionan que seamos hijos de
Dios porque no han visto el libro de familia de Dios, o de los que dudan de que
tengamos un cuerpo etérico y de que todos estemos conectados porque no ven los
hilitos de esa conexión.
En mi locura o en mi cordura, cuando veo brillando las
estrellas, me siguen surgiendo un sinfín de preguntas: ¿Cómo se aguantarán
flotando en la nada?, ¿Cómo será posible que en esa nada floten millones y
millones de estrellas?, ¿Cómo será posible tanta grandeza?, ¿Quién mantendrá
ese orden?
¿Aun crees que me he vuelto loco?, y entonces qué opinas
de los que se ocupan del tiempo que va a hacer en días posteriores, o de los
que se irritan porque no les ha saludado el vecino, o de los que retiran el
saludo a su hermano porque no hace lo que el querría que hiciera, o de los que
se preocupan porque no saben si tendrán plaza para sus vacaciones.
Mirando la noche de Cusco a través de mi ventana,
escrutando la negrura a través de la nada, me siento más energía, me siento más
alma, me siento eterno, me siento más cerca de Dios, me siento, también, más
cerca de los hombres, y en mi locura o en mi cordura le pido a Dios que ilumine
con su Luz a los que necesitan “ver para creer”, a los que viven las miserias
de sus mentes, a los que no saben que su misión no es irse lejos en unas vacaciones,
sino bajar a su corazón, aunque sea en el lavabo de su casa, a los que se
sienten solos y desvalidos porque se han alejado de su alma, a los que guardan
rencor a su hermano, a los que………………..
Únete a mi locura, asómate a la negrura de tu noche, en
Lima, en Barcelona, en Buenos Aires, en Londres, allá donde te encuentres,
asómate a tu noche y pide conmigo a Dios que nos envíe su Luz, y nos de fuerzas
para aliviar tanto sufrimiento, tanta incomprensión y tanta ignorancia como hay
en esta Tierra, que vista desde otras ventanas de nuestro Universo se ve tan
sólo como una estrella azul.
Gracias. Bendito seas, bendita seas, en tu locura o en tu
cordura.
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