Buscando
información sobre las masacres realizadas en Siria, (donde en casi tres años de
guerra han muerto 115.000 personas, de los que 11.000 eran niños, y donde seis
millones de personas han tenido que huir de sus hogares), he ido un poco más
allá, mirando cifras globales:
- 100.000 personas mueren de hambre al día.
- Cada 5 segundos un niño menor de 10 años muere por falta de
alimento.
- Más de 1.000 millones de personas viven actualmente en la pobreza
extrema (menos de un dólar al día); el 70% son mujeres. El 23% en la
Europa desarrollada.
- Más de 1.800 millones de seres humanos no tienen acceso a agua
potable.
- 840 millones de personas malnutridas, de los que 200 millones son
niños menores de 5 años.
- 2.000 millones de personas padecen anemia por falta de hierro.
- 880 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de
salud.
- 2.000 millones de personas carecen de acceso a medicamentos
esenciales.
- En la actualidad hay 22 países en guerra, en los que 26 millones de sus ciudadanos han tenido que refugiarse fuera de sus hogares.
Es posible que seamos capaces de leer
estas cifras sin que se nos encoja el corazón hasta secarse. Detén un momento
la lectura y observa la foto:
Y mientras tanto, las personas que
podían arreglarlo, los dirigentes políticos, miran para otro lado,
enriqueciéndose y favoreciendo a sus familiares, amigos y comparsas. Pero la
culpa no la tienen ellos, la tenemos todos, sobre todo los que vivimos en
países democráticos, que dejándonos engañar por canticos de sirenas, les
votamos una y otra vez. A veces, cambian el collar, pero siguen siendo los
mismos. Incluso en vez de unir, separan. Llevan muy bien a la práctica la frase
de divide y vencerás.
La política, por definición, es una rama de la “moral”, que se ocupa
de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por hombres
libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva.
Es una pena, es seguro que los
políticos que gobiernan el mundo no saben cuál es la definición de su oficio.
Si lo supieran, y fueran consecuentes con su oficio, no habría fotos como las
anteriores.
¿Dónde se ha quedado la compasión?,
¿Te acuerdas de ese sentimiento humano que se manifiesta a partir del
sufrimiento de otro ser? La sociedad ha conseguido que seamos insensibles. Ya
no sólo no nos conmueven esas grandes cifras, sino tampoco las pequeñas: la
persona que se suicida porque el banco la ha arrebatado su casa, las familias
que se quedan en la calle, sin ayuda, porque un incendio ha destruido sus
viviendas, las familias en las que ningún miembro trabaja y no entra en casa ningún
sueldo, etc., etc.
Y ¿Qué podemos hacer los pobres
mortales de a pie, si los que tienen que hacerlo, y podrían hacerlo, son
insensibles y desprecian a sus conciudadanos? Podemos hacer mucho:
En primer lugar, los que vivimos en países
democráticos, podemos no regalar nuestro voto a los que mienten, a los
corruptos, a los que dividen, a los que prevalican, a los que van privando de
derechos a sus conciudadanos, y a tantos y a tantos arribistas que no saben cuál
es la definición de su trabajo y nos desprecian a todos olímpicamente.
Y en segundo lugar ayudar, la
compasión va normalmente combinada con un deseo de aliviar o reducir el sufrimiento
del otro. ¿Ya das el 10% de tu sueldo como diezmo para ayudar a los que nada tienen?,
¿Ya dedicas el 10% de tu tiempo libre en servicio?
La compasión no es decir “pobre gente”,
es tratar de aliviar ese sufrimiento. En tus manos está que se alivie en algo
el sufrimiento de tantos y tantos millones de personas.
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