El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




miércoles, 15 de enero de 2014

Tolerancia


            ¿En cuantas ocasiones te has sentido mal, sobre todo con los más cercanos, por culpa de algo de lo que ni tan siquiera eres consciente?, ¿En cuantas ocasiones reaccionas de manera abrupta sin habértelo propuesto?, ¿En cuantas ocasiones va creciendo en tu interior un rechazo hacia algo, sin mediar causa que lo justifique?, ¿En cuantas ocasiones culpabilizas a otros de cualquier cosa, no importa qué? Es posible que en determinadas circunstancias, se desarrolle en tu proceso interno de pensamiento, de sentimientos o emociones, un mecanismo que acerca a los seres humanos a su animalidad. Y es posible que si lo analizas serenamente no llegues a una conclusión lógica, o llegues a conclusiones poco consistentes.
            Puedes no llegar a una causa razonable, pero sin embargo, eso que no tienes muy claro que es, sigue ahí, y sale a la luz en los momentos más inesperados. Por lo tanto, parece necesario tomar alguna medida para que desaparezca. Porque aunque parece difícil conocer la causa, si se conoce, no es más que energía que te hace reaccionar ante determinadas situaciones con más animalidad que humanidad.
¿Qué tipo de energía? Es conveniente y necesario que la persona realice un trabajo de introspección para ver cuál es la causa oculta que la hace reaccionar de una determinada manera ante determinadas situaciones.
Si consigues entrar seriamente dentro de ti, podrás comprobar que existe intolerancia, o falta de respeto, o soberbia, o algún otro hábito negativo, que se ha ido fortaleciendo al dejarle que saliera a la luz, sin intentar bloquearle en un principio, y eliminarle con posterioridad.
Cualquiera de ellos, sean los que sean, que te hacen reaccionar desde tu propia animalidad, se pueden eliminar si se trabaja, de manera consciente, la tolerancia, el respeto y la humildad.
La tolerancia lleva implícita en sí misma aceptación y respeto, porque tolerancia es aceptar y respetar las ideas, las creencias o las prácticas, cuando son diferentes o contrarias a las propias. Es aceptar y respetar las diferencias étnicas, sociales, culturales y religiosas. Es reconocer los intereses, los sentimientos y los valores del otro. Es aceptar al humilde, al soberbio, al rico, al pobre, al ignorante y al ilustrado.
Tienes que vivir consciente, para comprobar cómo va generándose en tu interior esa bola de fuego, que va a salir por la boca en forma de exabrupto dirigida hacia alguien, posiblemente muy cercano a ti, y bloquearla, no dejar que salga. En ese momento piensa que quien tienes delante eres tu mismo, y en lugar del exabrupto deja que salga humildad y respeto.
Al principio cuesta ser consciente y serán muchas las veces que seas consciente después de sucedido el hecho, pero ya es algo, con el tiempo iras consiguiendo ser consciente antes, hasta que llegará un momento en que te darás cuenta del momento exacto en que se forma la bola de fuego en tu interior. Y con un poco más de tiempo, no mucho, ni tan siquiera llegará a formarse esa bola. Entonces habrás ganado la partida.

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